Los dados

Otro juego erótico donde Clara vuelve a ser la protagonista.

Clara se deslizó por el salón sin apenas dar un paso, como si fuera llevada por una cinta transportadora alcanzó su objetivo de inmediato, y pasando la mano por dentro del pantalón y del cinturón, agarro la polla de Álvaro apretando dulcemente concediéndose así misma la posesión de cualquier miembro que hubiera en ese momento en la casa.

Dieron comienzo los juegos del sexo.

Un vestido blanco satén de gasa a media pierna cubría el cuerpo de Clara, junto a ella, Noelia, que llevando un vestido largo con escote pronunciado envolvieron la instancia de un ambiente denso de deseo.

Ximo miraba atónito como de un simple juego de dados se había desatado algo inesperado pero morboso.

El brinco de Álvaro y su carcajada retornaran a la pareja de Clara a la realidad.

Noelia lanzó los dados de nuevo estrellándolos contra el suelo y la esquina de la pared. El resultado fue una sonrisa malvada que consistia en dar buena cuenta de su amiga por debajo del vestido.

Dando pequeños saltos que hacían brincar sus exuberantes pechos consiguió inmovilizar a Clara para arrodillarse frente a ella y pasarle las palmas de las manos por los muslos hasta llegar a sus braguitas y tocarle con decisión un coño que ya comenzaba a humedecerse.

Los símbolos de las caras de los dados marcaban el ritmo y la prueba a realizar, como si estuvieran trucados, cada uno de los dibujos señalaban constantemente tocar donde quisieras a la persona elegida. Todos elegimos...ninguno coincidíamos.

Buscábamos al otro, a la novedad, al que no era cotidiano en nuestros lances sexuales. Habíamos comenzado y no pararíamos hasta alcanzar un orgasmo en grupo. No estaba hablado, pero estaba decidido.

Álvaro cogió los dados y los dejó caer al suelo y sin ni siquiera ver el resultado de su tirada, se abalanzó sobre la espalda de Clara par pegarse a ella. Agarrándola de los pechos pegó su erecion a su culo para además, besarle el cuello. Clara dejándose llevar arqueo la espalda para que sus nalgas se unieran a un bulto duro y grande que le aventurase un placer intenso.

Ximo observaba mientras con los pantalones todavía puestos intentaba recolocarse una polla que le pedía a gritos salir fuera.

Otro hombre estaba sometiendo a su mujer a tocamientos y roces constantes que despertaban en él un placer voyeaur que no controlaba. Observar el poder de Clara sobre otra polla le obnuvilaba. Le hacía entrar en un trance placentero y de deseo. Ella lo sabía, y por tanto, ejercía toda su "magia" hábilmente para a la par, cumplir los deseos de él y los suyos.

Noelia viendo a su marido sujetar con firmeza a Clara se abalanzó también sobre ésta para besarle la boca, pasándole la lengua por los labios, Clara se dejó llevar abriendo la comisura de sus labios para que la lengua de Noelia jugara con la suya.

Como tocado por una sirena y convertido en estatua de sal, Ximo se quedó inmóvil para solo observar, ver,  callar y disfrutar.

Álvaro se baja los pantalones y los calzoncillos para sacar una enorme polla morcillona que comienza a restregar por el culo de Clara. La leve gasa del vestido no era impedimento para que nuestra amiga notara una polla grande que se endurecía a cada roce con sus hermosas nalgas. Un intenso refregón que le obliga abrir las piernas para que Noelia le introduzca la mano dentro de las brgas para tocarle el coño y masajearle el clitoris dulcemente.

Ahí estaba ella, entre la espada y la pared, sometida a una polla enorme que buscaba abrirse pasó entre sus piernas y unos dedos de una mujer que dibujaban círculos en su coño dándole una constante descarga de placer.

Clara notaba la dulce y suave piel de otra mujer, unos labios femeninos que por su grosor, sabor y textura le daban un placer novedoso que le estaba encantando.

Ximo pasó de la parálisis total a comenzar a masturbarse llevado por el fabuloso espectáculo.

Álvaro con la polla más dura que el mármol que utilizó Miguel Angel para esculpir el David, se agacha a la altura de el culo de Clara para morderlo, estrujarlo y babosearlo...dejando un rastro de saliva sobre el vestido que marcará la zona de fricción donde se iba a producir el choque de sexos.

Éste le levanta el vestido y hábilmente con una mano le está bajando las brgas y con la otra agarra su enorme polla para buscar con el prepucio la entrada húmeda de un coño ávido de rabo ibérico.

Y así, con las medias sostenidas por los muslos y un pollón enterándole por el coño, Clara comienza a dar golpes con su culo para que el pollón se mueva de afuera a dentro obligándola a jadear como una perra.

Noelia, notando la polla de su marido en sus dedos, deja de hacerle una paja a Clara par quitarse el vestido y la ropa interior dejando al descubierto un cuerpo trabajado en el gimnasio con unos pechos enormes y firmes que logra llamar la atención de Ximo, que ni corto ni perezoso, la penetra por detrás obligándola a ponerse a cuatro patas, comenzando a follarsela dándole cachetadas en un culo duro y respingón.

Así, los cuatro follando pegados, el sexo logra alcanzar cada centímetro de un habitáculo que se ha convertido en un teatro digno de los dioses más promiscuos del Olimpo. Un escenario de lujuria que haría oscurecer a los Prostíbulos más famosos de la antigua Grecia.

Clara repleta de polla y suelta en placer intenso agarra del pelo a su amiga para obligarla a pegar su cara a su coño. Y así, ésta, lame un coño notando en la misma lengua como una polla gruesa está castigando el agujero de la vulva de su amiga.

Un placer nuevo invade a Clara, ser follada y a la vez lamida en el clitoris por la lengua de una mujer es una innovación que le está matando de gusto. Una sorpresa sensitiva que le hace correrse de inmediato en la boca de Noelia,  mientras Álvaro, apunto de terminar acelera los embistes para sacar la polla sin apartarse de Clara y finalizar corriéndose también en la cara de su mujer.

Viendo el panorama y para no quedar mal, Ximo suelta todo su esperma en el culo de Noelia mientras ésta sigue moviéndose de delante atrás.

Continuará...