Los cuernos de mi padre (02: La boda de mi prima)
Mi madre y yo, gracias a la boda de mi prima, empezamos a engañar a mi padre.
Cuando yo tenía 18 años nos invitaron unos tíos míos a la boda de su hija y como en el pueblo en el que viven no hay ningún hostal y mis tíos tenían muchos invitados, nos colocaron un colchón grande en un cobertizo que tenían separado de la casa y tuvimos que compartir la misma cama mis padres y yo.
La primera noche yo me acosté en una esquina del colchón y mi padre en la otra, por lo que mi madre tuvo que hacerlo en el medio de los dos. Mientras se desnudaba yo la miraba admirando sus curvas; ya que a sus 40 años, tiene un tipo precioso, unos muslos fuertes, cintura estrecha y un par de tetas divinas, redonditas y con los pezones oscuros, además como llevaba unas braguitas blancas y caladas, a través de ellas se le veían los pelitos del coño y un culito divino; el caso es que cuando mi madre se acostó yo estaba ya totalmente empalmado.
Estuvimos un rato hablando los tres y luego nos quedamos dormidos. A media noche desperté y comprobé que continuaba con la misma erección que tenía antes y como escuché a mi padre roncar, me giré hacia mi madre y con la claridad que entraba a través de la ventana, como dormíamos sin sábana debido al calor, estuve un rato admirando su espalda y su culito que me pareció maravilloso.
Haciéndome el dormido, me pegué todo lo posible al cuerpo de mi madre, le puse la polla tiesa en medio de sus nalgas y empecé a menear suavemente las caderas de un lado hacia otro; al ratito me di cuenta de que mi madre también agitaba su culito al mismo ritmo que yo; entonces le pasé una mano por debajo de su brazo y le empecé a acariciar una de las tetas, la tenía muy dura y comprobé cómo el pezón se iba poniendo de punta; después de estar un rato sobándosela, mi madre giró la cabeza y me dijo muy bajo:
-Carlitos ¿duermes?
Yo no le contesté ya que me hice el dormido, pero continué sobándole la teta, entonces mi madre se separó todo lo que pudo de mi padre, apretó su culito contra mi polla, me cogió la mano y ella misma me la llevó hasta la otra teta, a la que le di el mismo tratamiento que a la primera, sólo que esta vez le cogí el pezón entre los dedos para apretárselo suavemente, notando cómo se iba poniendo cada vez más duro.
Mi madre volvió a llamarme y como yo tampoco le contesté, creyendo que estaba dormido, se giró de cara hacia mí y me cogió la polla con una mano acariciándome los huevos con la otra. Yo, mientras tanto, llevé las dos manos a sus tetas y le acaricié las dos al mismo tiempo, pero continué con los ojos cerrados.
Estuvimos así un buen rato, yo sobándole las tetas y ella acariciándome la polla y los huevos, hasta que mi madre acercó su cara a la mía y me dio un besito en los labios. Luego volvió a girarse de espaldas a mi, me cogió la polla y ella misma se la llevó a la entrada de su coñito. Yo empujé un poquito y le entró toda debido a que tenía el coño todo empapado, luego ella empezó a mover su culo despacio, hasta que el acoplamiento fue perfecto.
En ese momento, la cogí por las caderas y estuvimos follando sin apenas movernos y en completo silencio, hasta que mi madre empezó a agitar el culo con más fuerza, llevó una de sus manos hasta mis nalgas para apretarme más contra ella y me aprisionó repetidamente la polla con los labios de su coño, momento en el que, sin poder aguantarme más, derramé toda mi corrida dentro de su coñito mientras ella restregaba muy despacio y en completo silencio su culito contra mí.
Cuando terminamos de corrernos, mi madre volvió a llamarme en silencio, pero tampoco le contesté, para que pensara que continuaba dormido y al día siguiente, ninguno de los dos comentamos nada de lo que había ocurrido.
A la noche siguiente, en cuanto mi padre se puso a roncar, ya fue mi madre la que se separó de él y pegó su cuerpo al mío; yo pasé un brazo por debajo de su cuello y el otro por debajo del de ella y empecé a acariciarle las tetas, mi madre llevó sus manos hasta mi polla y estuvimos un buen rato sobándonos los dos, hasta que se dio la vuelta y me vio con los ojos abiertos, entonces me sonrió, acercó su cara a la mía y me dio un beso en la boca, pero no como el de la noche anterior, sino que esta vez nos besamos con pasión y luego nos sacamos las lenguas para jugar con ellas y lamernos los labios.
Cuando estábamos ya los dos calientes a tope, mi madre volvió a ponerse de espaldas a mi y echamos un polvo parecido al del día anterior, muy despacito ya que apenas podíamos movernos por temor a que se despertara mi padre, pero esta vez, al no tener que fingir que estaba dormido, le acaricié las caderas y las tetas todo el tiempo que estuvimos follando, y cuando se corrió, apretó otra vez mi polla con los labios de su coño, giró su carita hacia mí y me dijo muy bajo:
-Ahora ya... ya... en ese momento me corrí en su coño mientras ella meneaba su culito.
Estuvimos repitiendo aquellos polvos deliciosos durante todas las noches, si bien durante el día no hablamos nunca de ellos, nos comportábamos igual que siempre.
Cuando llevábamos allí una semana, a mi padre, que es camionero, le salió un viaje y tuvo que irse a trabajar, pero nos dijo que nosotros nos quedáramos en el pueblo, ya que él vendría a buscarnos cuando volviera, aproximadamente en una semana.
La primera noche que nos quedamos solos, mientras mi madre se desnudaba, me tumbé boca arriba en la cama, sin la sábana y desnudo, dejándole ver mi polla durísima, cuando se quedó desnuda frente a mí, se puso a acariciarse las tetas mirándome a los ojos y me preguntó:
-¿Por delante también te gusto? porque ya me he dado cuenta de que por detrás te vuelves loquito con mamá..., ¿eh, cariño?
-Estás buenísima, mamá, pero no comprendo porqué en todas estas noches papá no te ha follado ni una sola vez; porque estás como para comerte a besos.
- Tu padre hace tiempo que se ha olvidado de mi, mi amor, por eso disfrutaba tanto cada vez que me jodías sin importarte que él estuviera en la misma cama que nosotros...
-A ti tampoco parecía importarte mucho la presencia de papá ¿eh?
-Nada, cariño, a mí no me importaba nada...
Mientras me decía esto, se acostó a mi lado y me besó en la boca, preguntándome:
-¿Te gustaba lo que hacíamos?
-Muchísimo ¿y a tí?
-A mí también hijo, la primera noche pensé que estabas dormido y que me aprovechaba de tí, pero luego me di cuenta de que tú estabas tan despierto como yo y me calentaba muchísimo poner mi culito para ti...
-Espero que no te hayas enfadado, mamá, pero es que cuando veía tu culito me ponías la polla a cien...
Mi madre se tumbó encima de mi, encajó su coñito justo encima de mi polla, me dio otro beso en la boca y me contestó:
-¿Como me voy a enfadar, hijo?, a mi también me volvía loca joder contigo sin que papá se diera cuenta, cariño, me gustaba tanto que por el día sólo estaba deseando que llegara la noche para que me volvieras a joder...
-Pues ya ha llegado la noche, mamá, y te quiero tanto que mira como estoy...
Cogí una de sus manos y la llevé hasta mi polla, ella me la cogió, me tanteó los huevos con ella, y aunque ya sabía lo dura que la tenía porque la notaba en su coñito al estar tumbada encima de mi, me dijo:
-¡Qué grande y dura la tienes, hijo! cómo me alegro de que mi cuerpo te guste tanto y te calientes a mi lado... y qué morbazo me da que me jodas, mi amor por eso me enloquece follar contigo, corazón, porque tienes una polla preciosa y me jodes de maravilla.
-¿Disfrutas más conmigo que cuando lo haces con papá?
-Muchísimo más, hijo, muchísimo más... pero esto es algo que no debe saber nunca nadie ¿entiendes, cariño? esto tiene que ser un secreto entre tú y yo porque si no, sería un escándalo...pero tú me gustas tanto, mi vida... y me gusta tantísimo estar contigo, como ahora...
-No te preocupes, mamá, que por mí no lo sabrá nadie, yo lo único que quiero es que te conviertas en mi amante y me dejes joderte cada vez que se me ponga dura.
-Sí, cariño, yo también quiero ser tu amante, a partir de ahora voy a ser tu madre, tu mujer, tu puta y tu amante y te voy a dar más gusto que tu novia, ya lo verás, cariño....
Todo esto lo decíamos sin dejar de besarnos, entonces la cogí por las tetas y empecé a acariciárselas, cogiéndole los pezones con dos dedos y apretándoselos suavemente, mientras mi madre me acariciaba la polla con una mano y los huevos con la otra.
Estuvimos un rato acariciándonos así, ya que a los dos nos gustaba muchísimo, nos morreábamos dándonos la lengua y acariciándonos en silencio, hasta que me dijo:
-Qué feliz me haces, cariño, si supieras lo caliente que estoy ahora acariciando tu polla y notando tus caricias en mis tetas...
Entonces se agachó en mi entrepierna, se metió la polla en la boca y empezó a chupármela. Aquello me supo a gloria, mi madre continuaba acariciándome los huevos con una mano y se había metido la punta en la boca, sorbiendo para dentro, luego me acarició el asta con la lengua, desde los huevos a la punta y se volvió a meter ésta en la boca, luego se colocó encima de mi pero al revés, dejándome su coño al alcance de mi boca y me dijo:
-Chúpame tú también, cariño, chúpame el coñito mientras yo te chupo a ti, verás el gustazo que nos da a los dos, mi vida.
Le coloqué las manos sobre las caderas y empecé a comerle el coño, lo tenía muy mojado y cuando se lo comenté, me contestó:
-Es que estoy cachondita, amor mío, me estoy derritiendo contigo.
Cuando me cansé de chuparle el coño, la puse a cuatro patas y se la metí por el culo, primero le metí la punta y cuando mi madre se quejó un poco, me paré, entonces empezó a moverlo muy despacito y me susurró:
-Por el culo nunca me dio nadie, cariño, yo la quería por delante, en mi coño...
Le azoté las nalgas con fuerza, dejándole las manos marcadas sobre su culito, entonces ella empezó a gemir moviendo el culo y me dijo:
-Así, cariño... pégame... pégale a la puta de tu madre... pégame... esto es lo que yo necesitaba, un verdadero macho que me pega mientras me encula...
Seguí azotándola y bombeándole en el culo hasta que mi polla le entró hasta el fondo, y cuando ella notó mis cojones golpeando contra sus nalgas, se giró sonriendo y me preguntó:
-Ya está toda dentro ¿verdad, cariño? ¿disfrutas dándole por el culito a mamá, golfo? ¿disfrutas cuando mamá coloca su culito para que tú se la metas?
-Sí, mamá, me gusta encularte, ¿y tú? ¿disfrutas con mi polla dentro de tu culazo?
-Claro que disfruto, hijo, empuja fuerte, empuja fuerte a mamá hasta que se la saques por la boca, cabrón... empuja... empuja... que me corro como una puta...
Estuvimos jodiendo todas las noches que pasamos juntos, y cuando mi padre vino a buscarnos y volvimos a casa, la primera tarde que nos quedamos solos le pregunté a mi madre si quería seguir jodiendo conmigo o si, ahora que estaba mi padre, quería que lo dejáramos, ella se abrazó a mi cuello besándome y me dijo:
-Mientras tú quieras joderme, yo voy a estar dispuesta para tí, cariño...
Seguí jodiéndola cada vez que alguno de los dos teníamos ganas, pero como tengo novia, dejé a mi madre un poco de lado, lo que hacía que cada vez que jodíamos, se desvivía por hacerme feliz, y aunque a mí me gusta más joder con ella que con mi novia, porque mi madre tiene más experiencia y me la chupa muchísimo mejor, nunca se lo dije, porque me gusta tenerla encelada.
Al cabo de un mes, más o menos, a mi padre le salió un viaje a Alemania, y dado que yo estaba de vacaciones, nos fuimos todos en el camión, para hacer turismo.
Para poder dormir durante los viajes, mi padre había instalado una cama en un habitáculo detrás de la cabina con una puerta de chapa que no encajaba, por lo que hace mucho ruido, salvo cuando se cierra por dentro con un pasador.
Una noche, mientras mi padre conducía, mi madre se acostó y yo le dije a mi padre que me dolía la espalda de ir tanto tiempo sentado en el camión, entonces me dijo:
-Es la falta de costumbre... pasa detrás y acuéstate con tu madre, pero pasa el cierre por dentro, porque si no, el ruido de la puerta no os dejará dormir a ninguno de los dos.
Cuando pasé para atrás, mi madre hacía como que dormía, pero en cuanto eché el cerrojo de la puerta, se destapó enseñándome su cuerpo desnudo y sonriéndome en silencio. Nada más desnudarme yo, me cogió la polla, se la metió en la boca y se puso a chupármela; estuvimos así un rato grande, yo de rodillas, sujetándome al techo del camión y mi madre tumbada en la cama, mamándome la polla y los huevos.
Luego lme tumbé a su lado y fui yo el que le chupó el coño a ella, lo tenía ya empapadísimo, así que le cogí el clítoris y le di pequeños mordisquitos en él, luego me senté en la cama, la tumbé boca arriba encima de mis piernas y estuve un rato sobándole el coño, las tetas y besándola en la boca y cuando me dijo que se estaba derritiendo y que ya no aguantaba más, me tumbé encima de ella y coloqué la polla encima de su coño, empecé a restregársela por fuera del coñito y le dije en voz muy baja para que no nos oyera mi padre:
-Cuando la quieras, ya sabes lo que tienes que hacer con ella...
-La quiero ya, cariño, la quiero ya...
Me la cogió y se la metió en el coño, y cuando empecé a bombearla, mi madre agitó su culito para acoplarse mejor a la follada y me susurró al oído:
-Me estoy derritiendo, mi vida... el saber que mi hijo está encima de mí, follándome, mientras mi marido está aquí al lado, me calienta muchísimo ¿a ti no?
-A mí me calientas tú, mamá, cuando te veo desnuda con el coñito esperándome... o cuando te sobo las tetas...
-A mí también me gusta que me sobes las tetas, hijo, pero me caliento más cuando me las aprietas.
-Pues vamos a cambiar de postura, mamá, que quiero metértela como si fueras una perra, así podré apretarte las tetas mientras follamos.
Mi madre se puso a cuatro patas, yo me arrodillé detrás de ella y se la metí en el coño, entonces le pasé las manos por delante y le apreté las tetas con fuerza, ella empezó a mover el culito, se giró y me dijo en voz baja:
-Así, hijo, como si fuera tu perra, jódeme fuerte que me estás matando de gusto, cariño, ¿a tí también te gusta joder con mamá?
-Sí, putita, me gusta mucho joder contigo...
-¿Te lo hago mejor que tu novia, cariño? ¿disfrutas más conmigo que con ella?
Yo no le contesté, el placer que me daba joder con ella mientras le apretaba las tetas era tal que continué bombeándola con fuerza, hasta que se corrió susurrándome:
-Así, hijo... me estoy corriendo... me estoy corriendo para tí, mi amor...sigue jodiéndome hasta que te corras tú, mi vida... córrete en el coñito de mamá... así... así... toda dentro del coñito de mamá...
Después del polvo, nos quedamos dormidos y al día siguiente, de día, se acostó mi padre para descansar y dormir, así que mi madre y yo salimos a dar un paseo por la ciudad belga en la que estábamos.
Íbamos cogidos de la mano, hablando de los cuernos que le poníamos a mi padre y de lo mucho que nos gustaba joder juntos, y cuando le dije que me gustaba más joder con ella que con mi novia, se puso muy contenta y me contestó:
-A mí también me gusta más joder contigo que con papá, cariño... es que lo mejor del mundo es el incesto, una madre jodiendo con su hijo como yo contigo...
-Creo que eres un poco puta, mamá, y que si no jodieras conmigo, lo harías con cualquier otro que te acariciara bien el conejo...
-No, hijo, te juro que nunca le había puesto los cuernos a papá, pero contigo es especial... contigo me derrito en cuanto me tocas, cariño... y me mojo toda
.
Entonces, como allí no nos conocía nadie, la cogí por el culo y le di un beso en la boca, mi madre se abrazó a mi, pegó su coñito a mi polla y me susurró:
-Como ahora, cariño... ya estoy mojando otra vez las braguitas...
Continuamos paseando, ahora abrazados, y en una calle vimos un sex-shop, así que entramos dentro; había muy poca luz y estuvimos mirando por las estanterías abrazados y besándonos cada poco, en una estantería vi unas bolas chinas y le dije a mi madre que las comprara.
Cuando las compramos, entramos en el cuarto de baño, allí le chupé un rato el coño y luego le metí las dos bolas dentro de él, mi madre llevaba unas braguitas pequeñitas, así que se las subí todo lo que pude, le metí la tira dentro del coñito para que las bolas no se le cayeran y nos fuimos abrazados.
Cuando íbamos por la calle, mi madre se puso delante de mí, me agarró por el cuello para besarme en la boca varias veces y luego se separó un poquito de mi boca para decirme:
-Llevo el conejito chorreando, amor mío... mientras vamos andando las bolas me bailan dentro del coño y estoy toda mojadita.
Nos metimos en el primer cine que vimos y que, dada la hora, estaba casi vacío, nos sentamos en la última fila donde le subí la falda y le saqué las bolitas del coño, cuando las tuve en la mano, mi madre me cogió una y empezó a chuparla mientras yo chupaba la otra; estaba deliciosa de sus calditos y cuando le metí mano en el coño, me besó en la boca con fuerza y me susurró:
-¿Notas lo encharcadito que está? las bolas que me metiste me calentaron a tope y ahora me tienes toda entregadita, mi amor... estoy toda mojadita para ti...
Entonces se agachó y se puso a chuparme la polla, luego se montó sobre ella, dándome la espalda y empezó a cabalgarme mientras yo le apretaba las tetas, hasta que nos corrimos los dos, yo agarrado a sus tetas y ella susurrándome:
-Así... así... mi vida... me matas... me corro como una perra... apriétame las tetas, mi vida... apriétame las tetas que me estoy corriendo... ya, mi amor... ya... ya...
Antes de salir del cine, le volví a meter las bolas en el coñito y nos fuimos para donde tenía mi padre el camión aparcado, un poco antes de llegar a él, mi madre volvió a abrazarse a mi cuello, nos besamos en la boca y me dijo:
-Mi cielo... estoy coladita por tí... lo sabes ¿verdad? a partir de hoy todo mi cuerpo será para tí, mi amor, para que tú disfrutes con él.
Desde entonces, no hemos dejado de follar ni un sólo día. Con mi novia me conformo con besarla y meterle mano, porque sé que cuando llego a casa, mi madre me está esperando para follar, porque como ella dice:
-Fóllame a mí, cariño... que yo te quiero más que tu novia... además soy más caliente y más puta que ella...
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