Los cuernos de mi marido
Mi marido se fué una noche a trabajar, tras una serie de coincidencias me quedé sola con uno amogos de mi hijo en casa.
Me puse las medias blancas de encaje y escogí un tanga con puntillas blanco, a duras penas me pude esconder mis labios vaginales tras la tela, alojé el hilo entre el surco de mis glúteos acoplándolo en su interior apretado contra el agujerito del culo, sin sostén, me puse un liguero blanco a juego, todo ello mirándome al espejo y para terminar, me vestí con un camisón de raso corto y transparente, me pinté los labios rojos preparada para la guerra, encima de todo me puse un batín ligero largo para ocultar toda la preparación.
Me preparaba para seducir a mi marido, llevaba una calentura inusual entre mis piernas. Y es que me había pasado la tarde sola en casa, toda la tarde mirando la tele, como no hacían nada, me puse una película de la tele por cable y aquello empezó por unos derroteros inesperados, era una de aquellas películas eróticas que normalmente paso en seguida de cadena, pero aquel día fue diferente, cuando iba a zapear salió un muchacho guapísimo y bien templado que me hizo desistir y terminé viéndola entera. No tubo ningún interés especial, salvo las escenas de sexo en las que intervino el chico, aquello me puso caliente, tanto que llegué a levantarme la bata para acariciarme el sexo, cosa que hice durante un rato, hasta que lo pensé mejor y decidí prepararme para descargar mi excitación con mi marido.
Una vez preparada cociné una cena como de celebración y puse un "chardonee" a enfriar. Cuando se hizo la hora llegó mi marido, abrí la puerta y me dio un beso corto.
Cariño, tengo que irme otra vez al trabajo, tenemos que terminar un presupuesto para mañana y trabajaré toda la noche.
Aquellas palabras eran las que menos esperaba aquella noche, me enfadé muchísimo pero no le dije nada, él recogió unas cosas del despacho y se fue con otro beso.
Me senté en el sofá con una copa en la mano, con la mesa puesta y la tele enchufada, en eso sonó el timbre, abrí la puerta, eran Luis y Carlos unos amigos de mi hijo
¡Buenas noches¡, ¿está Raul?
¡No¡, ....... no ha llegado todavía
Mi hijo suele ser bastante informal quedando con los amigos, pensé.
Es que hemos quedado con él para estudiar esta noche aquí en su casa
Pues pasad y sentaros
Los chavales se sentaron en el sofá a ver la tele y me fui a la cocina, en eso sonó el teléfono
Mamá, soy yo, hoy iré tarde a casa, he encontrado a una amiga que hace tiempo que no había visto y saldremos al cine y a dar una vuelta
Pero hijo, has quedado con Luis y Carlos y están aquí esperando para estudiar
A fuera llovía a mares y tuve que invitarles a quedarse a estudiar en casa, ante la situación ambos accedieron a quedarse, aprovechando la cena que preparé para mi marido hicimos una buena comida los tres, me bebí el vino casi sola, ellos solo beben agua y cocacola, hablamos los tres y nos contamos muchas cosas que mi hijo no cuenta en casa de sus amigos y de él.
Les dejé solos en el salón para que puedan estudiar y me fui al dormitorio, me estiré en la cama sin quitarme la bata con la tele en marcha, enfadada empecé a acariciarme para consolarme, abro la bata y levanto el camisón, con las piernas abiertas rozo con los dedos la minúscula tela del tanga que cubre mi monte de venus, con un dedo metido por la ranura lateral acaricio mi abertura buscando el clítoris, mientras pienso lo capullo que es mi marido y las ganas que tengo de darle su merecido.
En ese momento me pasan por la cabeza muchas cosas, pienso en el muchacho de la película, pienso también en pornerle los cuernos a mi marido etc., no me podía concentrar, no pude masturbarme, de repente, sin pensarlo me levanté y fui hacia el salón donde estaban los chicos en silencio, me asomo por la rendija de la puerta y veo que tienen la tele puesta, en el mismo canal que yo tenía puesto por la tarde, pero la peli era mucho mas fuerte, cuando me asomé pude ver en la pantalla, un pene que soltaba chorros de semen sobre la cara de una chica muy joven que abre la boca y traga todo lo que le dan. Miro a los chicos que tiene la mesa ocupada por los libros, pero ellos están atentos a la televisión con la bragueta abierta y dándole a la zambomba, cada uno a su aire.
Me quedé boquiabierta, no entré y me quedé un poco mirando. Luis y Carlos tienen 16 años como mi hijo, Luis es alto y delgado con cuerpo de jugador de básquet casi sin pelo de barba y muy guapo, Carlos es mas bajo pero no mucho, rubio y guapísimo, ahora puedo decir que están muy bien dotados. Carlos tiene un pene gordo y mediano de longitud que mueve con la mano con arte mientras que Luis lo tiene largo y precioso.
Al cabo de unos minutos Carlos se quita al pantalón y Luis le sigue, se vuelven a sentar en el sofá y siguen masturbándose cara la tele, un minuto mas tarde, Carlos se levanta y dando un grito con la polla en la mano, lanza un chorro largo de semen en el suelo del salón. No esperé mas y salí a la escena de golpe, al verme se taparon sus sexos con los pantalones que recogieron del suelo con premura.
¿Que estáis haciendo en vez de estudiar?,
No me contestaron se pusieron colorados y agacharon sus cabezas, entonces le dije
Bien, os ayudaré, para estudiar hay que concentrarse en los libros y con lo que tenéis entre las piernas no podéis concentraros.
Me puse delante de la tele ante ellos y me quité la bata, quedándome solo con el camisón transparente, me lo quité también, mostrándoles el tanga los ligueros y la medias blancas, sus caras estaban transformadas por la sorpresa, me puse de espaldas a ellos y me agaché levantando mi culo, mostrándolo, aparté el hilo del tanga para que pudieran ver el agujero de mi culo, me acerqué a sus caras bajando el cuerpo para abrir mi raja y dejar ver el interior rojo de mi vagina, me excitaba mucho la idea de que los muchachos me inspeccionaran la raja bien de cerca, entonces les dije
¡Masturbaros ahora¡ .....mirad, ..........aquí es donde se pone la polla del hombre.
Callados los dos, boquiabiertos, se destaparon los sexos para obedecer, Luis tenía el pene totalmente erecto, pero Carlos aún lo tenía flácido e hinchado a causa de la reciente corrida. Me quité el tanga, me di la vuelta y me puse en medio de los dos arrodillada en el suelo, les agarré sus miembros con las manos. Carlos aun estaba desarmado, pero empezaba a endurecerse su sexo, puse mi cabeza entre sus piernas y le bajé la piel del pene dejando ver su glande, lo sacudí un par de veces y lo chupé, después me lo introduje dentro de la boca, lamiendo su glande como si se tratara de un chupa-chups, todo ello sin dejar de mover la piel del pene de Luis de arriba a bajo con la otra mano.
Al cabo de unos minutos los dos penes estaban al mismo nivel de erección, me quedé mirándolos mientras les subía y bajaba la piel rítmicamente, los glandes estaban brillantes y amoratados, uno era ligeramente apuntado y el otro gordo y achatado, preciosos los dos, cuando la mano bajaba, la abertura de la punta se abría como pidiendo sexo y se cerraban al subir la mano y cubrirlas con la piel del prepucio. Luis casi se corre y me detuve centrándome solo en Carlos, me levanté del suelo y me puse de espaldas a él, agaché el culo abriéndome la entrada de la vagina con los dedos y arrime la abertura al glande, cuando estaba tocando la raja con el miembro, me senté despacio calándome el pene en el interior, permanecí unos segundos quieta con aquel miembro joven dentro de mi chochito, y empecé a moverme a su alrededor subiendo y bajando el culo.
Luís no aguantó viendo como follaba con Carlos y se levantó, poniéndose de pié ante mi, me colocó su glande justo a la altura de los ojos, lo bajó hasta apoyarlo en mis labios, y lo lamí pasándole la lengua por la parte de abajo, tomándolo posteriormente con mis labios, me lo metí en la boca chupando el glande dentro de la boca como un caramelo, mientras se imprimí un movimiento de vaivén, tragándolo hacia dentro y sacándolo hacia fuera de la boca, al mismo ritmo que Carlos bombeaba con su pene en mi vagina.
En ese justo momento sonó mi móvil, lo tenía justo al lado, en el sofá, lo tomé con la mano y dejar de chupar miré el número, dije (mi marido), los dos chicos se quedaron quietos, inmóviles, como asustados, pero yo seguí moviendo mi culo, saqué el pene que tenía dentro de la boca, lo tomé con la otra mano que tenía libre y contesté
¿Digame?
Amor mío soy yo, espero que no te hayas enfadado conmigo
Cuando escuché su voz le di un lengüetazo a la polla del muchacho, que seguro que se oyó por el teléfono, al mismo tiempo empujé para clavarme el pene hasta el fondo y le dije
Mira cariño estoy tan enfadada, que he llamado al butanero y al fontanero y en este momento estoy sentada sobre uno de ellos con su pajarito bombeando en mi cosita y tengo en la mano el plátano del otro mientras se lo chupo. Escucha
Me metí el pene en la boca y chupé ruidosamente durante unos segundos, entonces mi marido, incrédulo contestó
Cariño, ya veo que estas muy enfadada, pero con esa fantasía me has puesto cachondo, iré pronto.
Luís, ante la escena se excitó mas, estaba con los ojos en blanco y la boca abierta de placer, preví que no iba a aguantar, lo abracé con las manos alrededor de su culo chupando fuerte su polla, abrí con una mano sus glúteos, con la otra recogí del suelo semen del que Carlos había derramado anteriormente y untándome el dedo lo apliqué en el agujero de su culo, dando un suave masaje alrededor del ano, le metí el dedo poco a poco mientras le chupaba fuertemente la polla. Carlos no dejaba de follar en mi chochito bombeando con fuerza, entonces Luís apretó fuertemente mi dedo con los esfínteres del culo lanzando un chorro de esperma caliente dentro de mi boca, no me aparté y soltó tres o cuatro chorros mas que guardé entre mi lengua y el paladar con la boca cerrada; cada vez que salía un chorro de su polla, apretaba mi dedo con el ano rítmicamente, así hasta quedarse sin leche en los testículos, entonces se apartó y se sentó en el suelo agotado.
Entonces me desclavé del pene del chaval sobre el que estaba sentado, recogí las bragas del suelo, las desplegué por la parte donde están en contacto con el chochito y escupí el líquido espeso de mi boca en sobre ellas, las enrollé junto con la leche y las dejé sobre la mesita, después agarré de la mano a Carlos que estaba totalmente excitado y lo arrastré hasta el dormitorio, lo eché sobre la cama boca arriba, me subí a la cama y me agaché en cuclillas sobre el chico, puse la entrada de mi vagina sobre el glande y me senté sobre el de un golpe, mi chochito estaba totalmente lubricado, por la excitación y entro rápidamente, el eme rodeo con las manos el culo y empecé a moverme subiendo y bajando mi culo, hasta que me dejé caer sobre él juntando su pecho al mío con mi culo levantado y la vagina ajustada a aquel mango duro del joven.
Follamos solos en la cama un buen rato, hasta que por detrás se nos acercó otra vez Luis que había recargado las pilas, se puso detrás de mí, tocando con las manos mi culo, buscando la entrada del chochito que tenía el pene de Carlos clavado, entrando y saliendo con ritmo de locomotora de vapor, acariciando vagina, y testículos de su amigo involuntarimente, buscaba mi clítoris que no podía encontrar por la posición de cara a cara que yo mantenía con cu amigo, entonces buscó mi agujero del ano, que acarició y metió la punta de su dedo, mientras Carlos no paraba de bombear, el metía y sacaba el mismo ritmo, aquello me excitó muchísimo pero notaba a faltar un masaje al clítoris y decidí ponerme en posición asequible para ello.
Me incorporé y me arrodillé sobre la cama a cuatro patas arrastrando a Carlos agarrando su glande con la mano y obligándolo a clavármelo por detrás como en perrito a una perrita, al mismo tiempo a Luis le cogí las manos y las acompañé una delante y otra detrás de mi culo para que pueda acariciarme el clítoris y el ano a la vez, lo cual hizo sin rechistar. Mi clítoris estaba hinchado como un garbanzo, el lo acarició deliciosamente acompañando el movimiento con el otro dedo en el ano, mientras el ritmo de penetración por detrás era cada vez mas intenso, empezaron a darme calambres de gusto por todo el cuerpo, hasta concentrarse en mi sexo, con un orgasmo como no había tenido desde hace mucho tiempo, seguramente por enorme excitación acumulada durante el día, los espasmos de la vagina acompañados por los músculos del culo me hicieron gritar, juntándose mi grito con el de Carlos que empezó a soltar chorros de esperma espeso en lo mas profundo de mi vagina, el chico empujaba aplastando sus testículos contra mi culo, parecía que no paraba de correrse, ni yo tampoco, un chorro tras otro de esperma calentito dentro de mí, hasta que se quedó inmóvil, tumbado sobre mi espalda, entonces se soltó su manguera balanceándose entre sus piernas y las mías goteando.
Rápidamente cogí un pañuelo de la mesita y lo apliqué en la entrada de mi chochito, me levanté y esperé a que se escurriera toda la leche que había depositado en mi interior. Con un pañuelo no hubo bastante tuve que coger otro para limpiarme.
Me fui al baño para darme una ducha y me puse el camisón, al salir los muchachos se habían ido al comedor, fui a ver y ya estaban todos los libros recogidos
Nos vamos señora, gracias por todo (dijo Luis), es usted un encanto
Había dejado de llover y se fueron a sus casas un poco asustados y desconcertados, me acosté y al cabo de un rato llegó mi esposo, entró al dormitorio me dio un beso a la mejilla, se quitó la ropa y se sentó sobre la cama a mi lado, pasándome la mano por la espalda bajó hasta el culo y me dijo.
Que me estabas contando por teléfono, me has excitado mucho, sigue contándomelo
Entonces empecé a contarle lo que pasó exactamente cambiando los personajes, se le veía enormemente excitado, pensando que era una fantasía, pero al final me dijo que le pareció exagerado el cuento a lo que le contesté
Ha sido exactamente tal y como te he dicho, y si no telo crees ahí tienes mi braguita y dos de tus pañuelos llenos de semen para que lo compruebes.
Ni lo comprobó, se dio la vuelta y se durmió, entonces me propuse volver a ha ponerle los cuernos nada mas pueda.