Los cuatrillizos

Este es mi primer relato, espero saber expresarme llevandoles a ustedes, este pequeño trozo de mi vida, presentandoles primero a mi familia, mis padres y sus hijos que somos nosotros los cuatrillizos. Solo voy a narrar, esos encuentros que me han dado alegrias y risa, para que ustedes lo pasen bien

Este es mi primer relato, espero saber expresarme llevandoles a ustedes, este pequeño trozo de mi vida, presentandoles primero a mi familia, mis padres y sus hijos que somos nosotros los cuatrillizos. Solo voy a narrar, esos encuentros que me han dado alegrias y risa, para que ustedes lo pasen bien conmigo.

Los cuatrillizos

Mí nombre es Eva, como dicen que se llamaba la primera mujer, pero bueno eso para mi son leyendas, que se inventaron para que la gente entendieran mejor el comienzo, pues no iban a poner que de una mona muy lista, salio la primera, jajaaaa … le tirarían piedras en esa época, o te quemaban en la hoguera.

Esto es como decimos para hacer agua y reírnos un poco, de lo que os voy a contar.

Nacimos un siete de octubre de 1985, en una comunidad autonómica española. Eramos cuatrillizos. Después de haber peleado con mis hermanos, para salir a coger la primera bocanada de aire. Pues yo fui la tercera y Javier el último, a unos pocos minutos, aunque creo que lo hizo, tratando de cogerme la colita, jajaaaa … desde el principio le ha gustado mucho, y no hay forma de decirle que la deje en paz. Bueno por lo menos yo no se lo digo, pues me gusta sentir sus caricias y sus manos puestas en ellas, me refiero a mis nalgas, jiiijiiii.... 94 cm, que hoy en día es la delicia de muchos ojos, al poderlas observar. Son bien apretaditas, redonditas, con unos buenos cachetes, y como decimos aquí respingonas.

Después de nuestro nacimiento, nuestra madre se ligo las trompas, pues ya eramos familia numerosa. Aunque no tuvimos problemas económicos, pues mi padre lo ganaba bien, era arquitecto y tenía un estudio importante, con una buena clientela y grandes proyectos. La casa donde vivimos ahora, la diseño y edifico él. Ya os iré contando como es, según se va dando el caso, para no hacer el comienzo pesado.

Nos parecemos muchísimo, sobre todo Javier y yo, que somos los más iguales podríamos decir, pero para la gente cuando nos veían, no sabían si eramos niños o niñas, bueno me refiero a los pocos meses de nacer, jajaaaa... tenían que mirarnos en medio de las piernas, para decir esta es chica, jajaaaa.. ahora es fácil distinguirnos entre unos y otros, se nota a la legua. Me refiero entre hombre y mujer, claro, puesto que siendo del mismo genero ahí si costaba más distinguirnos.

Nuestros pelos son rubios-pelirrojos, nos llega a la altura de los pechos por delante, y muchas veces me han servido para taparme en momentos de apuro. Forman unas ondas, como olas en el mar. Nuestros ojos son grandes, verdes-azulados. A mí unas veces se me ven más verdes que azules, y otras viceversa, normalmente destaca el color según lo que me rodea, como dice mi hermano Javier, el que me quería coger el culo cuando nació, jejeee... que parezco una camaleona.

Nuestras bocas son muy sensuales, con labios bien definidos y carnosos, mi color favorito para ellos es el rojo vivo, como le llamo yo, mi hermana el que más usa es el carmesís. Nuestras dentaduras son blancas y bien lineadas, nos cogieron para un anuncio de pasta de dientes, se ve bien cuando sonreímos, en mí es una cosa muy habitual y sobre todo, picarescamente. Como dicen nuestros padres, que soy la loca de la casa. Cuando sonrió me gusta también poner, una mirada de niña buena, jajaaaa... para decir lo contrario y quien no me conoce, piensan que soy un angelito.

Nuestras caras son más bien tirando a redonditas, pero como dicen los que nos conocen, que parecemos unos muñecos.

Piernas largas, pero la de los chicos un poco mas musculosas, a mí, me encanta enseñarlas, pues es una de las cosas, en que más se fijan los hombres, después de mirarnos las tetas normalmente, con esas miradas lujuriosas, por ello, me gusta ir en minifalda o trajes cortos de vuelos, también con pantalones muy cortos, que me los subo bien y trato de meterlos bien en el culo, y marcar las dos rajas, ya me miren por delante o por detrás, jajaaaa... se que a ellos les gusta mucho.

Nuestros pechos, tanto el de mi hermana como el mio, son medianos, pero tirando más a grandes 93, redondos, coronados por unas aureolas medianas un poco más oscuras que el pecho, y unos hermosos pezones, que muchas veces estimulados y otras por el fresco, surgen como grandes garbanzos, bastante más oscuros. Nos gusta llevar escotes grandes, donde se vean la mitad de nuestros pechos, hasta la frontera de las aureolas, sin dejarlas ver. Veces con sujetadores de encajes pequeños, que las una más, o no llevando nada, haciendo que estos dancen según caminamos, jajaaaa... pero claro ahí ya se puede ver todo, dependiendo de la panorámica de cada uno.

La cintura de mi hermana es 61,5 y la miá 61, comparada con mis otras medidas, se me ve delgada. En el centro se puede ver mi ombligo, al que suelo adornar con un bonito piercing, el que más me gusta es un brillante pequeño de color celeste por arriba, y por debajo otro mayor del mismo color, pero dentro del agujero del ombligo. Mí hermana también lleva otro, y nos intercambiamos de vez en cuando, pues tenemos varios.

La piel la tenemos bronceadas, de un color miel, pues nos gusta tomar el sol en las hamacas, o en las colchonetas grande de doble cuerpo, dentro de la piscina. Tenemos tres. Cuando estamos en la piscina en ellas, nos echamos agua unos a otros con las manos, para refrescarnos y divertirnos un rato, otras veces jugamos a la pelota. Eso si, tenemos el cuerpo todo parejo, pues no nos ponemos nada, nos gusta sentir el aire en la piel, el sol calentándonos, el agua corriendo, y si tenemos a alguien que nos acaricie, en ese momento somos reyes, jajaaaa...

Cuando nado, al no llevar nada, el sol me va bronceado por todos lados, pues suelo hacer largos de piscina de espalda y crol, no teniendo barriga, ni celulitis, ni ellos tampoco… podríamos decir que mas bien somos estilizados, con el vientre plano. Ellos además con sus hermosos músculos, de hacer gimnasia y baloncesto. Yessika, Jaime y yo, medimos 1,90m de altura, y Javier 1,91 no se si es de correr tanto detrás de mi, jajaaaa...

El pubis, esta bien cuidado, pues nos dejamos una linea de pocos bellos por encima de la vulva o rajita, como la queráis llamar, el resto depilado, jijiii.. La vulva, esta formada por unos labios grandes muy sensibles y cerrados, dando la apariencia de vírgenes, y no porque no los usáramos, jijiii... pues llevan tiempo ya trabajando, con muchas fiestas, revolcones y más placeres, jajaaaa... ellos se inflaman mucho cuando estamos excitada.

En la parte superior de los labios mayores, esta nuestros muñequitos, como le llamamos al clítoris, este se pone del tamaño de un guisante. Cuando sale a pasearse, se va hinchando y poniéndose rígido, sin tener horario fijo ni tiempo, pero eso si, cuando sale a pasear, nos da un gusto de muerte.

Nuestras vaginas son grande, se dilatan mucho y sueltan mucho flujo. Cuando eso ocurre, es un asombro lo que puede entrar en ellas: penes grande, consoladores, hortalizas, y otras muchas cosas.

Bueno con esto os he dicho como somos mi hermana y yo, y un poco de nuestros hermanos, como también, muchas de las cosas que nos gustan.

Mi familia esta formada por: mis padres, Ricardo de 55 años y Flor de 50, y luego los cuatrillizos, que somos nosotros: Jaime, Yessika, Eva (yo) y Javier, por orden de nacimiento.

Como no os voy a decir nuestras vidas, sino tardaríamos mucho, con estos relatos que os quiero contar y que los clasificaremos como filial, pues es la mayor parte de ello, aunque se da algunas otras cosas. Estos relatos serán de momentos, que me han llamado mucho la atención a mí, por alguna circunstancia de mi vida, guardando un grato recuerdo de ello.

Había pasado las navidades del año 1996-97, y estaba empezando el carnaval. Era mediados de febrero, teníamos ya 11 años. Nos gustaba mucho el carnaval a nuestra familia, nuestros padres hacían unas bonitas y simpáticas fiestas, para que nos divirtiéramos todos, tanto los mayores como los menores, íbamos todos disfrazados, la única que conocía el disfraz de cada uno, era nuestra madre, pues a nuestro padre le dábamos la sorpresa y a el le gustaba, y se ponía a tratar de descubrir quien era uno y quien era el otro, para nosotros era una diversión donde nos reíamos, y no se podía hablar. Teníamos escrito en hojas pequeñas los nombres de todos los que íbamos, tanto mi familia, como nuestros primos y tíos, y los amigos. Luego según transcurría la noche, íbamos diciendo quien era cada uno dándole la hojita, y el primero que lograba quedarse sin ninguna, habiéndolas entregado todas, ganaba el premio de rey o reina del carnaval.

Eso nos volvía loco, y todos queríamos ganar, bueno a excepción de nuestra madre, que conocía los disfraces de todos nosotros, de mis hermanos, de nuestro padre y el mio, pero a ella le gustaba así, y era la que dirigía siempre todo.

Ese año yo iba vestida de caperucita roja, pero con una mascara en la cara que no dejaba ver mi rostro, y una capucha que no dejaba ver mi pelo, sino me descubrían enseguida. Cunado mi madre con la campana grande que tenía, la toco, dio comienzo del juego. Todos corríamos alegres con las hojitas en la mano, mirándonos unos a otros, tratando de descubrir algo que nos dijera, quien era quien. Bailábamos al son de la música, con quien tuviéramos al lado, pues no se sabía si era chico o chica. Al llevar nuestras caras con las mascaras, y las ropas que ocultaban nuestros cuerpos, no sabía quien era, pero lo que si me daba cuenta enseguida, era la altura de cada uno. Valía tocar, besar, acariciar, reír, menos hablar.

Lo primero que hice, fue buscar rápido al más alto, pues sabía que era mi padre, pero ese año me quede un poco desconcertada, pues habían dos muy altos, pero medían lo mismo. Pensé mi padre y mi tío Ruben. Los vi a los dos vestidos de diablo, eran disfraces iguales, se ve que se habrán puesto de acuerdo, pues siempre los descubríamos enseguida por la altura, mi padre primero y después mi tío, me sonreí, pues no sabía quien era quien.

Comencé a pensar y mirar el porque de la misma altura, quien era quien, los seguía viendo iguales, pensaba como los puedo descubrir, que puedo hacer. Recordé los cuerpos de cada uno, mi padre fuerte, musculoso, pero mi tío era igual, ahí no podía adivinar. De repente me vino unas imágenes a mi cabeza, mi padre tenía el pene mayor que mi tío, pero entonces tenía que meterle manos a cada uno, para saber quien era quien.

Aiiii madre me dije, espero que no se enfaden conmigo.

Decidida me fui hacía el primero que tenía mas cerca, estaba bailando con una gata, que me estaba pareciendo conocida por su forma de bailar, además de pecho grande, rápido pensé pechos grandes, las dos que tenían más pecho eran mi madre y mi tía Marta.

Mi madre no podía ser, estaba dirigiendo el juego y se reía al ver nuestras caras.

Creo que sabía unos cuantos secretos, y por eso este año me parecía mas difícil adivinar a la gente.

Tenía que ser ella, que bailaba muy sensual y muy bien, además siempre escogía disfraces sexy, y el de aquella gata era muy sexy, se veía que era una mujer mayor, bueno al decir mayor me refiero adulta, pues ella tenía entonces unos 33 años, era hermana de mi madre, y como ella, también tenía grandes pechos, eran 105.

El disfraz, lo llevaba muy ceñido, mostrando sus dones, el gran pecho, un rabito que manejaba con su mano derecha, que le salía de aquel gran culo, y un antifaz de media cara, se ve que no le importaba mucho que la reconocieran, pues solo se quería divertir como mi madre.

Rápido busque su nombre en las hojitas, y al encontrarlo me acerque a ella y se lo di. Ella rió, y me dio un beso en la mejilla diciéndome al oído, has aceptado.

Biennnn... pensé, ya esta el primero.

Por cierto que el disfraz de mi madre era de conejita, jajaaaa y le sentaba bien, a igual que me tía iba enseñando todo, lo que ella no tenía problema pues todos la veíamos. El traje no dejaba nada a la imaginación, pues por arriba era con los pechos casi al aire, y por debajo llevaba el culo casi fuera, solo con un rabito atrás de conejo, era de color blanco y bastante transparente, se le veía muy guapa y sexy. Cada momento la iban a sacar a bailar, sobre todo los caballeros me imagine, e iba pensando en ello, y observando para ir descubriendolos.

Los que eran más pequeños y los mayores, en lo que más me fijaba era en las alturas, aunque tenía varios que tenían la misma, como eran mis hermanos, pero ya los descubriría, y tenía una idea, que se me había ocurrido por lo de mi padre, jajajaaaa...

bueno una vez que le entregue a Marta, me fui al primer diablo, y le indique que quería bailar con el, agacho la cabeza dando la aceptación, y nos cogimos para bailar, pues era una salsa, mi madre me había enseñado, y me gustaba.

En uno de los momentos que bailábamos cogidos, le pase la mano por los genitales, para descubrir el tamaño que tenía.

El inmediatamente se paro, un poco asombrado por mi insolencia, quedándose mirándome, y yo le indique con los hombres que no había sido nada, y bailando me fui hacía el otro diablo, que bailaba con uno vestido de zorro, se notaba que era un chico, y de los de edad mediana.

Mi cabeza enseguida se puso a pensar y buscar entre las hojitas, a quien podía corresponder. Tenía que ser varón, de estatura media sobre 1,70 delgado.

Opciones mi primo Roberto o su amigo Jose, a Roberto lo conocía bien, muchas veces iba a mi casa y nos bañábamos desnudos en la piscina, como la mayoría que iban. Pene medio, y culo grande. Jose pene grande y culo chico. jajaaaa ya lo tenía, aquel tenía un culo pequeño, pero quería probar como estaba su pene, pues la ultima vez que lo vi, era bastante considerable.

Me fui a por el y le indique que quería bailar, el me indico con la cabeza que si. Todavía estaba la salsa, aunque a punto de acabar.

Rápida me acerque a el, y nos unimos a bailar, pero mi mano disparada fue hacía su pene, lo cogí estrujándolo un poco, para ver su consistencia.

El me miro con los ojos abiertos, como de susto, y creo que fue eso, un susto, jajaaaa... la tenía morcillona, y se notaba gruesa.

El diablo nos estaba mirando asombrado, pues no esperaba ver aquello.

Yo les moví la cabeza y los hombros, mirando a cada uno de ellos. Busque en mis hojitas a Jose, y se la di.

El me miro asombrado y asintió con la cabeza, pero no sabia quien era yo, pues de los chicos eramos mucho y del mismo tamaño.

Biennnn... ya tenía a dos.

Me acerque al diablo que me faltaba inspeccionar, para saber si era mi padre o mi tío. Le indique con la cabeza que quería bailar, en ese momento había empezado una samba, la cual ya conocía también, pues mi madre me enseño, unos meses atrás para principalmente poder hacer lo que hacíamos.

Pues antes bailábamos pero todos los jóvenes juntos, y los mayores por otro lado, este año, era la primera vez que lo hacíamos todos juntos, pues ya eramos mas grandes, y sabíamos bailar otros bailes.

El me acepto, pero se le veía un poco cortado, pues no sabía si yo iba a hacer alguna de las miás, aunque el no sabía quien era yo, pero se estaba haciendo una idea, pues la loquilla de la casa quien era, Eva.

Comenzamos a bailar muy alegres, dando vueltas y haciendo ese ritmo de dos tiempos y moviendo la pelvis, me fui acercando a el, y pegándome le puse la mano, ufff era mi padre no había duda, jajaaaa... estaba bien servido. La morcilla aquella me conocía bien a su dueño.

Nos separamos y cogimos cada uno una hojita, busque su nombre y se la di, pero mi sorpresa fue que el me dio la mía también. Los dos aceptamos y nos quedamos mirándonos un momento, hasta que vino uno vestido de mosquetero, indicándole a mi padre que quería bailar con el. Lo estuve mirando un rato, pensé altura la mía, delgado, culo normal, pecho no se le veía, o estaba disimulando. Tome nota de los datos en mi cabeza.

Me fui, este diablo me conoció, jajaaaa...

Biennnn... ya tenía la tercera entregada, e iba a por la cuarta, que era mi tío.

Busque al otro diablo, estaba bailando con un gladiador.

Me acerque a ellos, mirando al gladiador con interés, aunque tenía la cabeza tapada con el casco, veía una figura fuerte, con buenos músculos, estatura tirando a alto, se le notaba un buen bulto en la parte baja, y un culito curioso.

Busque entre las hojas, un varón con esas cualidades, y pensé creo que es mi tío Alberto, el hermano menor de mi madre, que se pasa todo el rato en el gimnasio.

Decidida me fui a ellos, me acerque a mi tío Ruben, el que estaba disfrazado de diablo, y le entregue la hojita con su nombre.

El la miro y me indico que había aceptado con la cabeza.

Biennn... otro más.

Fui al gladiador y le di la hojita con su nombre Alberto, el la vio y me dio un beso en la mejilla, diciéndome al oído - Has aceptado.

Biennn... otro más. Estaba saltando de euforia, llevaba una buena racha.

En eso se me acerco uno disfrazado de drácula, y me dio la hojita, la leí, ponía mi nombre, intrigada lo mire, como me había descubierto, me preguntaba.

Estatura igual a la miá, delgado, culo normal, paquete no le veía, pues con la túnica no era fácil verlo, bueno, tenía que intervenir de otra forma, jajaaaa...

Le dije que aceptaba la hojita, y me pegue a el, para oler su aroma, sentir su cuerpo, y poderle meter manos, para averiguar quien era.

En ese momento, pusieron de música una rumba flamenca, y todos rápidamente nos pusimos a tocar las palmas y a dar taconazos, como si fuéramos flamencos de toda la vida, dando vueltas alrededor del otro, movimiento la cintura, los brazos y las piernas… la verdad que me gustan mucho y se pasa divertido, parece que la sangre se me revuelve y me pone loquilla.

Una de las veces que bailaba de espalda a mi draculin, jajaaa... le pegue el culete y comencé a mover las caderas y las manos, con disimulo la lleve atrás, tocándole esa parte intima que a los hombres les gusta tanto, jejeee la tenía dura, y cada vez le subía más, pero en uno de los movimientos que hicimos bailando enseguida me recorto a mi hermano Javier, puesto que cuando bailamos muchas veces lo hace, pues sabe que me gusta ese tipo de caricias en mis nalgas, y como el todavía no conozco a nadie, que lo haga también.

Metí mi mano en el bolso rojo de caperucita, que llevaba a bandolera, donde había metido las hojitas para poder bailar mejor, comencé a buscar la suya, cuando el se acerco otra vez, pegando sus manos en mi colita, y dándome esos masajes que a mi me gustan tanto, y me dice al oído susurrándome - ¿Ya has conocido mis manos?

Me di la vuelta y dándole la hoja con su nombre, le di un beso en los labios y le susurre – Me encantan esas manos.

Biennnn... ya tengo a mi draculin querido.

Saltando de alegría, me fui a buscar a mi siguiente presa.

Me sentía eufórica, porque era la primera vez que lo hacía con los mayores, y había descubierto una nueva técnica de descubrirlos. Jajajaaaa...

Así continué bastante tiempo en la noche, a Yessika, la descubrí cuando pusieron otra vez otra rumba flamenca, pues se acerco a mí y comenzamos a bailar de la misma forma, girando, moviendo los brazos, dando tacones, nos vimos bien compenetradas, fue el momento donde más me dieron hojas con mi nombre, jajaaa... pero lo que queríamos era disfrutar y sentir ese baile en nuestra sangre de nuevo.

A Jaime lo descubrí en un momento que bailaba con Yessika, aunque ya le tenía el ojo echado, pero no estaba segura, pero cuando los vi darse un beso con ella, no hubo duda de quien era.

Me quedaban ya once hojas, hasta que logre entregarlas todas, pero claro a mí me entregaron muchas también, pues la loca del carnaval era bien conocida, y la risa de todos ellos, era fácil de sacar, cada vez mejor, con mi técnica ya perfeccionada, jajaaa... y que la mayoría ya se habían dado cuenta, y otros empezaron a imitarla.

Mí madre me nombro reina del carnaval, al ser la primera en acabar de entregar todas las hojitas, no dejaba de dar saltos de alegría, besos y abrazos a todos. Me sentía la reina del mundo, y quería compartirlo con ellos.

Bueno en estos momentos cierro este capítulo, esperando que os gustara y que rieran con el, a igual que yo lo he hecho recordando esos momentos.

Continuara.