Los cuatrillizos 2
Después de la fiesta de carnaval, y acabando el curso, me llego mi primera regla, sorprendida al ver a mis padres y las felicitaciones de todos, menos de Yessika.
Esta segunda parte, uno de los principales momentos de mi vida, fue hacerme mujer, aunque es una lata eso de la dichosa regla.
La unión entre nosotros, sobre todo de mi hermano Javier conmigo, pues cada vez nos compenetramos más.
También quiero agradecer a los que me habéis puesto comentarios, como también al que lo ha leído, que tenéis razón, creo que me pase con eso de las risas, pero es lo que sentía en esos momentos, y quería expresarlo.
Quiero comentar, que hablo sobre todo de mí, `pues de mis hermanos solo puedo decir lo que vi, o lo que me contaron ellos. Quiero expresarme o mejor dicho contar, esos acontecimientos que he sacado de mi diario, el cual me ha servido de guiá, destacando los principales momentos que llevo de vida.
A lo mejor para algunas personas, no es lo que ellos esperan, y para otras quizás lo vean bien, y puedan alegrarse de esos momentos que he disfrutado, en los pocos años que tengo y que quisiera como mínimo duplicar.
Los cuatrillizos 2
Después de la fiesta de carnaval, donde salí elegida reina, al acabar la primera en entregar las hojitas con los nombres. Todos me felicitaron, además de preguntarme por la ocurrencia mía, para saber si era hombre o mujer. Aunque era un poco descarada al principio, después ya reían de mí ocurrencia, pasando a imitarme unos cuantos, entre ellos mis hermanos.
Pasaron meses, y nos acercábamos a final de curso en el colegio.
Me encontraba indispuesta, y así se lo hice saber a mi profesora de matemáticas. Autorizándome a irme a mi casa, pero acompañada por mi hermana, por si me ocurría algo en el camino. Recogimos las cosas y la profesora llamo al taxi, este le hacía servicios al colegio, pasándole a fin de mes, una factura.
Bueno eso me entere más tarde, en ese momento, lo único que nos dijo fue
-No tenéis que pagarle nada, solamente firmarle el recibo de que las ha dejado en vuestra casa, llamando luego a la secretaría de que habéis llegado.
Así hicimos. Por cierto, que nos toco un chico muy guapo, que estaba cachas, y fue muy educado.
Yo seguía con unos dolores de barriga, y llevaba días que el pecho también me dolía un poco. Mí madre me dijo, que posiblemente era que me iba a venir la regla.
Yessika llamo por teléfono al colegio, mientras yo me fui a mi cama, a tumbarme un rato, después de haber cogido un vaso y llenado del liquido, que mi madre me había preparado al lado de la mesa de noche, por si me seguía doliendo.
Cuando acabo Yessika, fue a nuestra habitación para saber como me encontraba, estaba un poco como enfadada conmigo, pues yo tenía los síntomas de mi primera regla y ella, todavía no tenía nada. Le había dicho a nuestra madre, que porque ella no y su hermana si, siendo ella mayor.
Mi madre se rió de este comentario, pues la diferencia entre nosotras era de poco tiempo, pero por lo visto mi cuerpo había empezado a desarrollarse antes.
-Tranquila Yessika, dentro de poco te llegara a ti también, ya lo veras, no seas impaciente, luego protestaras y dirás porque tenemos que pasar esto.
Fue lo que le dijo mama el día antes, pero ella seguía en sus treces, que le tenía que haber venido a ella antes. Se sentía molesta conmigo, diciendo que le había quitado el primer puesto como mujer.
Mas tarde llegaron nuestros padres, y hermanos de sus obligaciones, unos trabajando y otros del colegio, aunque estos últimos ya lo sabían, pues estamos todos juntos en la misma clase.
Siempre que venía un compañero nuevo a clase, nos miraba asombrado pensando como nos iba a diferencial.
Al día siguiente sobre las 2,30 de la mañana me vino la regla, me fui a la habitación de nuestros padres, puesto que mi madre me había dicho que lo hiciera así, cuando me llegara. Llegue a la puerta de ellos, y me quede fascinada con la escena que se desarrollaba delante de mis ojos. Mi madre estaba sentada en cuclillas, encima de la pelvis de mi padre, desnuda cabalgaba sudorosa, sus manos las tenía en sus pechos acariciándoselos, y cogiéndose los pezones con la punta de los dedos, sus pechos eran hermosos estaban plenamente agitados, se le notaba en sus pezones, estos eran morenitos, grandes, su pecho era de talla 105, las aureolas eran un poco más claras, en comparación con el moreno de los pezones y el resto del cuerpo, tenía su colo miel, bronceado totalmente, dejaba ver esa piel que daba ganas de chupar. Su lengua se la pasaba por encima de sus labios, mojandoselos muy sensualmente, mientras mi padre estaba tumbado a lo largo en la cama, agarrándola por la cintura, moviéndose hacia arriba y abajo, tenía los ojos cerrados, e iba subiendo sus manos hacía sus pechos, despacio y con dulces caricias, pues mi madre no paraba de decirle - Sigue así amor, me estas haciendo llegar al cielo.
Yo los miraba fascinada, del espectáculo que me estaban dando, pues nunca los había visto hacer el amor, en eso eran discretos, pues eramos menores, y nos hablaban de ello, pero no los había visto en primer plano, me sentía acalorada, e instintivamente mis manos se pusieron en mis pequeños pechos, y mis pezones se habían puesto de punta y duros, como veía a los de mi madre. Ella cabalgaba con energía encima de mi padre, su piel estaba comenzando a brillar por la luz de la mesa de noche, la cual era tenue, y el sudor que se estaba formando del ejercicio que estaba haciendo.
Mi madre inclino su cuerpo por la cintura hacía mi padre, y comenzó a besarlo con pasión, jugaban con sus lenguas, mi padre a su vez, fue levantando su tórax, pegándolo al de mi madre, y los dos con ternura y pasión, estrecharon sus cuerpos en un fuerte abrazo. Radiaban sexualidad por todos los poros, mientras mi respiración estaba cada vez más agitada, sintiendo como me subían los calores por todo el cuerpo.
Mis padres cambiaron de postura, sin darse cuenta que yo estaba en la puerta mirándolos hipnotizada, mi madre se tumbo en la cama boca arriba, y mi padre encima de ella, en la famosa postura del misionero, se estaban besando con pasión, a la vez que se acariciaban sus cuerpos, mi madre con la mano izquierda en la espalda de mi padre y y con la derecha apretaba su culo, queriendo que entrara más en ella, para ello había abierto las piernas lo más que podía, mientras mi padre iba entrando en ella, despacio, gozando de cada centímetro en centímetro, hasta que penetro totalmente en ella, con sus 18 cm.
Ufff... cielo, cada vez me gusta más hacerte el amor..., eres una gozada, le dice mi padre.
Tu también cielo, me sabes joder bien a gusto, le contesto mi madre.
El le iba acariciando con la mano derecha el pecho izquierdo, y con la izquierda le acariciaba su cara, a la vez que se besaban, jugando con sus lenguas dentro de la boca de mi madre. Los suspiros de ella eran cada vez más fuertes, y los de el no se quedaban atrás, se les veían cada vez más sudorosos, con movimientos más rápidos cada uno, en ese acoplamiento que estaban haciendo, a mi madre la veía con los ojos cerrados, se le veía concentrada en esa pasión que estaba teniendo.
Mi respiración la tenía cada vez más agitada, sentía como si me estuviera quemando por dentro, estaba comenzando también a sudar del calor que me estaba dando, aquella agitación tan confortable. Volví a mirar a mis padres, después de haber quitado mis ojos de ese momento de mis pechos, para cruzarme con la mirada de mi madre, que en ese momento había abierto sus ojos, y se encontraron nuestras miradas, a ella se le veía que estaba a punto de tener ese orgasmo que deseaba tanto, por la pasión que estaba arrojando en ese momento, haciendo el amor con mi padre.
Nos estuvimos mirando un rato, sin decirnos nada, solamente teníamos puesto nuestros ojos, cada una en la otra. Ella en ese momento, empujaba con las dos manos sobre las nalgas de mi padre, pidiéndole a mi padre, que la penetrara más y con más fuerza.
Mis ojos estaban abiertos como asombrados, de como veía a mi madre, apretándose con una gran tensión a mi padre.
Me voy a venir ya amor - le dice mi madre. Con movimientos cada vez más rápidos y agitados.
Aguanta unos segundos cielo, y nos venimos juntos – le dice mi padre.
Los dos resoplaban que parecían unos toros cuando iban a envestir, apretándose fuertes el uno al otro.
Ahora amorrr... le grita mi padre.
Los dos comienzan a moverse simultáneamente, y a exclamar palabras de lujurias, viniéndose los dos a la vez, en un orgasmo simultaneo.
Yo me quede quieta, veía ante mis ojos una pasión y un gran amor entre ellos. Era muy bonito poder verlos, y la unión que se formo.
Ricardo, tenemos visita, le dice mi madre a el.
Mí padre extrañado y todavía un poco ido, del esfuerzo y la pasión que había puesto, para llegar juntos a ese orgasmo tan divino que habían tenido.
¿Que dices de visita? Le pregunta a mi madre.
Detrás de ti en la puerta tenemos visita – le dice ella.
Mi padre giro la cabeza hacía la puerta y viéndome allí, se queda mirándome y me pregunta - ¿Que ocurre Eva, que haces aquí ahora y desde cuando nos estas mirando?
Hace poco que llegue papa, y he venido porque mama me dijo, que cuando me viniera la regla se lo dijera.
Oh mi niñaaa... ¿ya te vino cielo? Me pregunto mi madre.
Sí mama, me vino hace un momento, y tengo el pijama manchado de sangre.
Eso es lo de menos cielo, lo importante es que tu estés bien. Y nos alegramos al saber, que ya tenemos una nueva mujercita en casa.
Si cielo – me dice mi padre, mirándome a los ojos con ternura.
Ven cielo, me dice mi madre señalándome la cama a su lado, y dando un golpecito con la mano encima de la sabana, dándome a entender que me siente allí a su lado.
Me sentía eufórica, ardiente, como si tuviera fiebre. Camine despacio hacía ella, mirándola y sonriendo, me sentía mujer como ella, queriendo convertirme, en una mujer similar o mejor. Que los hombres se fijaran en mí, sobre todo Javier, no se porque pensaba eso en ese momento, pero me imagino, que sería por que es, con el que mejor me llevo de mis hermanos. Nuestras caras eran como un reflejo del otro en el espejo, como dos gotas de agua, pero no podía evitarlo, sentirme muy unida a el.
Me senté al lado de mi madre, ella me dio la mano con mucha dulzura, diciéndome tiernamente en mi oído, como si fuera un secreto de las dos.
Ahora sabes que tienes que tener cuidado, con las relaciones que tengas, pues podrías quedar embarazada, y eres muy joven para ello. Primero tienes que disfrutar de la vida, conocer los placeres de la sexualidad, sentir que gozas con tu cuerpo y completar tu educación, tanto intelectual como físicamente. Fueron las palabras de mi madre.
Mi padre se coloco detrás de mí, sentado en la cama con las piernas abiertas, me llevo hasta el, haciendo que me colocara en medio de sus piernas, apoyando mi espalda en su pecho, mientras rodeaba con sus brazos mi cuerpo, a la altura de la cintura.
Notaba su cuerpo sudoroso con mi piel, de la actividad que había tenido hacía unos momentos, pero me gustaba esa sensación, sentía placer en ella, y me veía como más mujer por lo que me estaba haciendo. Tiernamente me daba besitos en mi pelo, en mi cuello, en mi cara, me sentía en ese momento la mujer más feliz del mundo, al lado de mis padres y con el cariño que me estaban tratando en aquel momento.
Ya no pensaba en dolor, solo veía a mis padres, mi madre a mi lado, acariciaba mis manos con su derecha, mientras su mano izquierda subió hacía mi blusa de pijama, que estaba abierta de cuando me acariciaba antes en la puerta. Apoyo su mano con suavidad en mi pecho izquierdo, comenzando a pasarlo por el con cariño. ¿Te duele cielo? Me pregunto mirándome a los ojos.
Un poco mami, pero me gusta sentir tu mano en el, a la vez que me alivia con tus caricias, siento que me quema la piel, pero cuando os vi antes, como hacían el amor, pensé que sería maravilloso por mi parte, llegar a esa sensación que alcanzan ustedes. Os veía tan feliz, que mi cuerpo quería sentirlo también.
Es normal cielo, me dice mi padre. Estas despertando como una mujer a la vida, comenzando a sentir cosas nuevas, placeres que antes estaban ocultos, o sabias de ellos, pero no los experimentabas, cosa que ahora lo harás, sentirás sensaciones nuevas, que poco a poco iras conociendo.
Nosotros te enseñaremos muchas cosas, y otras las aprenderás tu por tu cuenta,
Eva, ahora te voy a enseñar, lo que tienes que hacer, cada vez que te venga la regla. La limpieza que debes de tener, es fundamental para no tener infecciones. Las cosas que te debes de poner, para que no manches tu ropa, ni donde te sientes, pues seguro que ahora, acabas de mancharme la sabana.
Me fui a levantar para quitarme, pero mis padres me agarraron, no dejándome mover.
Tranquila, no me importa hoy que se manche, pues tu padre y yo, creo que la hemos manchado bastante ya, dijo mi madre riéndose.
¿Eva, tu has tenido algún tipo de relación, con tu hermano Javier?
¡No mamaaa...! solo nos hemos dado algún beso en los labios, imitando a las películas y a ustedes, pero nada más, aunque lo he deseado mucho y últimamente más, me siento atraída por el, y se que el también por mi.
Bueno me alegro por ello, así ahora podrás aprender mejor al tener más conocimiento de las cosas, con las explicaciones que te daremos, sobre todo para saber guardar y no quedarte embarazada.
Cualquier duda que tengas, sabes que puedes venir a nosotros y preguntarnos, sin problema alguno, ni dudas de ningún tipo. ¿Lo has entendido, cielo? Me pregunto mi madre.
Si entiendo mama, gracias por ello. Se que cuento con ustedes en todo momento, para no tener ningún tipo de problema.
Sin esperar respuesta de ninguno de los dos, le di un beso a cada uno en la boca, como hacíamos entre nosotros.
Bueno amor, vamos a cambiarte de ropa, y ponerte una braguita con una compresa, puesto que ponerte ahora un tampón, quizás te haga daño, al estar muy cerrada, esperemos que te desarrolles un poco más para ello.
Fuimos al baño juntas, mama me lavo bien, diciéndome lo que tenía que hacer en todo momento, luego me dio un pijama limpio, y una braguita un poco más grande de las que yo uso normalmente, para poder poner la compresa bien en ella, sirviéndome mejor de protección.
Al acabar nos fuimos otra vez a su dormitorio, me llevaba cogida de la mano, y me miraba orgullosa de tener ya, a una mujercita en casa. Nos tumbamos en la cama, y me di cuenta en aquel momento, que mi padre había cambiado las sabanas, pues estaba como en la nubes. Mi madre en la derecha, mi padre en la izquierda y yo quede en medio de los dos. Quedándonos dormidos al rato, después de algunas palabras y decirnos buenas noches.
Esta fue la primera noche, que pase con la famosa regla. A la mañana me felicitaron los chicos, con un beso cada uno, menos mi hermana Yessika, que seguía con lo mismo.
Espero que os guste esta continuación, pero fue un momento importante en mi vida. Gracias.