Los clientes de mi marido
Recibo a dos clientes de mi marido y ahora son clientes mios ..(ilustrado con fotos).
Recibo a dos clientes de mi marido y ahora son clientes mios ..(ilustrado con fotos).
Alli estaba yo encima de la cama, con los ojos cerrados, mis dedos en mi rincón mas íntimo y mi mente en otra galaxia soñando que era la parte central de un sándwich maravilloso cuando de repente todo se fue a la porra.
De un brinco me puse un batín que tenia al pie de la cama, lancé una mano al teléfono que sonaba y me dirigí a la puerta de la casa donde alguien estaba llamando al timbre. La verdad es que estaba nerviosa, me habían interrumpido de forma abrupta el que iba a ser el primer orgasmo en un mes sin sexo como consecuencia de una discusión que había tenido con mi marido.
Al abrir la puerta me encontré con dos tipos altos y muy bien trajeados, dos señores en toda regla a los que no había visto en mi vida y a los que tuve que decir un momento por favor, mientras con una mano a duras penas me sujetaba el batín al tiempo que con la otra mantenía el teléfono pegado a mi oreja para oír como mi marido me decía Maria Luisa acabo de aterrizar en Barcelona y voy al hospital a ver a mi madre, por cierto, se me olvido decirte que había quedado con dos señores búlgaros que quieren que les asesore para abrir un negocio en Madrid, por favor trátales bien y diles que mañana estaré de vuelta y podré atenderles. Se llaman Vladimir y Krasimir y además de búlgaro hablan inglés. Por favor se muy atenta con ellos y ya hablaremos mañana y de repente colgó el teléfono dejándome con la boca abierta.
Así que allí estaba yo, con la puerta de la calle abierta el batín medio abierto y los que tenia enfrente se presentan diciendo que son Vladimir y Krasimir mirándome de arriba abajo, con sonrisas de oreja a oreja y yo sin decir palabra ya que no hablo ni búlgaro ni inglés. Eso si, colorada como un tomate al percatarme que tenia media delantera al descubierto y mis pezones todavía de punta como consecuencia de mi fugaz sueño, y para colmo, con el encargo de mi marido de tratarles muy bien para no perder el negocio.
En fin, que tras colocarme el batín les devolví una sonrisa y les hice una señas para que pasaran, cosa que hicieron sin perder de vista mi trasero cuyo conteneo siguieron hasta el salón de la casa, donde con un mal ingles les dije algo así como wait for a moment, please y allí les deje, sentados en el sofá, alucinados, con cara de salidos, mientras me dirigí a mi dormitorio a vestirme.
Mientras pensaba que ponerme les oía hablar en su idioma, debía de ser búlgaro por que sonaba rarísimo y no entendía nada. El caso es que por las risas que echaban debían de estar pasándoselo pipa y creo que a mi costa. Hubiera jurado que el objeto de su conversación no debió ser otra cosa que determinadas partes de mi cuerpo, que por cierto, todavía mantenían su erección y humedad por el sueño interrumpido. En fin, me puse el uniforme compuesto de tanga, sujetador, medias y una faldita negra tan corta como ceñida además de una blusa fucsia y zapatos de tacón alto, y me dirigí al salón decidida a atenderles como me había ordenado el ausente de mi marido.
Me senté en medio de los dos en el sofá y se me pusieron a hablar en inglés. Prácticamente no entendía lo que me decían pero lejos de interrumpirles me limite a seguirles las risas y, de vez en cuando, asentir con la cabeza y decir yes. Total, se trataba de ser simpática y a tenor de la sonrisa de sus caras lo estaba consiguiendo.
En esto estábamos, cuando el que dijo llamarse Vladimir me miro fijamente a los ojos y me dijo unas palabras que no entendí, aunque su intención estaba clara al poner su mano en mi tobillo y ver la mirada de vicio que me echo. Estaba claro que quería algo de mi
La situación me estaba poniendo caliente, mis pezones se erizaron y enmudecí, sentí un hormigueo en mi coño y como en un acto reflejo no me amilane, le mire a los ojos, sonreí y relaje mi piernas separándolas un poco.
Vladimir siguió al ataque y aprovecho mi apertura para mover su mano de mi tobillo a mi entrepierna. Mi rincón, que ya estaba empapado, echaba fuego al tiempo que observe como Krasimir se habia puesto en pie y se estaba abriendo los pantalones y liberando una enorme polla que quedaba prácticamente a la altura de mi cara.
Llegó el momento de mover ficha, me gire y empecé a chupar la polla de Krasimir mientras cerraba los ojos, al tiempo que notaba como la lengua de Vladimir hacia maravillas en mi trasero. Me estaban dando una lección intensiva de búlgaro y después de un mes de escasez tenia que aprovecharlo.
Entre los dos me voltearon boca arriba en el sofá. Krasimir seguía con su búlgaro en mi boca mientras que Vladimir ahora hacia maravillas en mi coño. Yo seguía con los ojos cerrados y justo cuando me preguntaba si lo que estaba viviendo era un sueño o una realidad Krasimir se dio una corrida en mi boca que me despejo de toda duda.
Tras correrse, Krasimir saco su polla de mi boca y me largo un morreo que me lleno de gusto mientras que Vladimir me la metió por el coño. Entre los dos me estaban poniendo como una moto.
Krasimir se parto para limpiarse, el cabrón se había corrido ya. Al tiempo, Vladimir aprovecho para abrirme más de piernas y metermela por el culo. Yo volví a cerrar los ojos y note como se corrió dentro de mi.
Ambos habían tenido su orgasmo pero yo aun no, y no estaba dispuesta a quedarme sin él otra vez como en mi sueño interrumpido. Así que antes de que se vinieran a bajo tome las riendas. Me levante y me puse a cabalgar la polla que había quedado en mejor estado para después aplicarle unos primeros auxilios a la que estaba mas desfallecida. Es que con los hombres tiene una que lleva la iniciativa sino corres el riesgo de quedarte sin tu momento.
El resultado fue asombroso, ambos respondieron como dos auténticos machos a mis embestidas y sus instrumentos volvieron a ponerse en forma.
Había llegado el momento de hacerles ver lo que mi cuerpo me pedía, así que metí un dedo en mi culito y le di un pequeño mordisco a Vladimir en su miembro, enseguida se percato de que quería tener su polla en mi parte de atrás.
Y ahí los tenía a los dos dándome la lección final de búlgaro y haciendo realidad mi sueño de sentirme a merced de las embestidas de dos pollas al mismo tiempo.
Krasimir acerco su lengua a la mía y en ese momento me vino el orgasmo mas intenso de mi vida, me sentía completa y llena con una tranca en mi coño y otra en mi culito embistiéndome de lo lindo, sentía que me iban a reventar.
Tras correrme me puse de rodillas, les agarre las pollas con mis manos y las dirigí a mi cara para que se corrieran en ella, cuando lo hicieron me sentí totalmente satisfecha por haber cumplido el deseo de mi marido. El muy cabrón se lo merece por tenerme desatendida. El caso es que estos no creo que dejen tirado a mi marido sabiendo que me tienen a su disposición siempre que quieran, yo encantada de atenderles.
Espero que lo hayan disfrutado como yo mientras lo he realizado!!!!!!