Los chavales del barrio (01: Piloto)

Jacobo y Daniel juegan a la videoconsola; pronto el asunto se les enmpezará a ir de las manos. Primer episodio de la que(espero) sea una saga de sexo, amor y misterio, ambientado en 3 épocas diferentes.

-¡Joder tío, como se sale el Manhunt 2!-Exclamé.

Estaba en casa de mi amigo Dani, un tío cojonudo que se acababa de comprar uno de los más violentos juegos de la Play: este consistía básicamente en matar gente, destripar y....violar. La verdad es que a Dani y a mí siempre nos habían gustado esos juegos. Nos conocíamos desde hacía 5 años, cuando íbamos al mismo colegio. Ahora, en el instituto éramos inseparables, y siempre que podíamos nos juntábamos para jugar a la consola o al ordenador. Pero lo que pasó ese día en su casa iba a cambiar nuestras vidas por completo.

-Hey, ¿por qué no echamos un partido al Pro?-Dijo Dani.

-No se tío, paso del puto fútbol-Contesté.

-Venga Jaco (me llamo Jacobo), lo que pasa es que eres un mierdas y no te atreves.

-¿Que no? Venga, pero vamos a apostar algo, que siempre te mola eso. ¿Qué nos jugamos?-Le vacilé

-No sé, tío...venga, si me ganas te doy una peli porno que me he bajado, es la ostia-Contestó. La verdad es que me impactó su respuesta. A pesar de lo bien que nos caíamos, nunca habíamos hablado de sexo, aunque yo ya me hacía pajas desde hacía 2 años. Ahora con 14 estaba un poco harto de ello. Supongo que a Dani le pasaría lo mismo.

-Bueno, venga, ya verás como te gano ¿pero y si pierdo?-Le pregunté.

-Ya veremos....-Contestó con una voz algo extraña y misteriosa.

Empezamos la partida. La verdad es que a mí se me daba como el culo aquel juego, pero Dani siempre me provocaba y yo le seguía el juego. No podía evitarlo. Yo me cogí el Barça, que por aquel entonces estaba a punto de ganar la liga, y él el Valencia. Cuando iba ganando 3-1, me soltó con voz de burla:

-¡Jeje tío, eres un matado, menuda paliza que te estoy dando! Creo que voy a ganar la apuesta.

-Bueno, bueno, no te flipes que todavía queda partido-Respondí dándole una colleja a mi amigo. Y exacto, aún no había acabado: todavía le dio tiempo a meterme otro par de goles.

Cuando acabó el partido, Dani lanzó una carcajada y me dio una colleja, recordándome lo malo que era con el Pro. Después, le pregunté por la apuesta.

-Bueno, la putada es que me quedo sin la peli esa que me dijiste que me prestarías si ganaba. ¿Y que se supone que te tengo que dar a tí? ¿Hacerte una paja?-Le dije de coña.

-Jeje, ya. Bueno, pues la cuestión es que no estaría mal, últimamente estoy hasta los huevos de cascármela, y a falta de un pivón...

-Ya, tío, la verdad es que es un rollo-Dije. ¿Tu desde cuando te la cascas?

Dani me miró sorprendido, y con un tono entre enfadado y avergonzado me dijo que ese año había empezado a hacérselas, pero que ahora en verano estaba muy salido y se hacía dos o tres al día.

-Joder tío, pues yo ya llevo unos añitos, empecé a los 12, aunque no me suelo hacer más de una al día, y a veces ni eso.

-Jeje, que precoz el Jaco. Por cierto, ¿alguna vez te has hecho una paja con algún colega?-Me pregunto a bocajarro.

Le miré con una cara un poco rara y le dije que no.

-Vaya tío, pues no sé, quizás molaría. Mira, tu y yo nos conocemos desde hace mucho y nos hemos visto en bolas muchas veces en las duchas del vestuario de la piscina. Venga, que nos hacemos una ahora que no están mis padres.

Volví a mirarle sorprendido. La verdad es que no parecía mala idea, el ambiente había cambiado, la consola parecía algo secundario; por otra parte tenía su morbo eso de hacerte una paja con alguien, nunca lo había hecho y podría estar bien.

-Vale-le respondí.

-Ok, pues enseguida pongo la peli.

Se levantó de la silla y se puso a buscar en un pequeño armario que tenía en su habitación. La dichosa película tardaba en aparecer, pero al final sacó la cabeza sonriente del armario con la carátula de DVD de una peli porno. Se titulaba "Zorritas adolescentes 2". Sacó el DVD de la caja y lo introdujo en la consola. Era uno original, así que me pregunté de dónde la habría sacado.

En este punto, ambos estábamos algo nerviosos, pero excitados: a mí se me estaba formando un buen bulto en el pantalón del chándal, y a mi amigo Dani también se le empezaba a ver la tienda de campaña formada en sus bermudas, ya que solía ir sin ropa interior en casa. A mí me parecía una cerdada, pero él decía que era más cómodo. ¡La verdad es que la situación daba bastante morbo!

-Bueno, voy a dar al PLAY, ¿estás preparado?-Dijo él. -¡Nunca habrás visto tías así en tu vida!

La película empezó tras unos breves créditos. La primera escena era de una rubia increíble, joven, con unas tetas gigantes que empezaba a hacerle una paja a un tío. Yo me empecé a tocar por encima del pantalón, aunque necesité poco calentamiento para ponerme a 1000. Decidí dar el primer paso para que viera mi amigo que no era un cagado: me bajé los pantalones y dejé al descubierto mis slip, un tanto infantiles, de los Simpson. El se percató y dijo:

-¡Joder, vaya gallumbos tío, a ver si te pillas otros que cuando vayas a mojar y te vea la tía con esos te manda a la mierda!

Yo no le hice ni caso, y me empecé a tocar por encima. El pasó a la acción rápido, y poco después se bajó el pantalón corto mostrando su polla. Yo se la había visto en los vestuarios, pero había cambiado: era una polla bastante grande, con mucho pelo en los huevos largos que le colgaban. Sabía que estaba circuncidado, pero eso ahora no se notaba mucho. Aunque relajada era más grande la mía, ahora no tenía comparación: la suya era mucho más grande, unos 14 o 15 cm le echaba yo. Me daba bastante corte sacar la mía, y hasta me "enfrié" un poco a pesar de que la zorra rubia ya estaba pidiendo al tío que se la follase después de haberle hecho una buena limpieza de sable. Al final me armé de valor y me bajé los calzoncillos. Mi polla no estaba circuncidada, pero mediría unos 12 o 13 cm como mucho. El la miró interesado:

-Jeje, ¡qué pequeña!- Me vaciló.

-¡Cabrón! será que te desarrollas más pronto. Cuando la polla me pegue el estirón ya verás- le dije un poco dolido.

Entonces empecé a cáscarmela. La verdad es que la temperatura de la habitación empezó a subir bastante. Al principio iba despacio, como me gustaba hacérmelas a mí, pero pronto me fijé en el ritmo casi infernal que marcaba Dani. Lo hacía realmente rápido, así que decidí imitarle: empecé a frotar rápido y una agradable sensación de cosquilleo se empezó a apoderar de mí.

Al hacer tanto calor decidimos quitarnos la camiseta, ya que los padres de mi colega no vendrían hasta tarde. Dani era un chico más alto que yo, de constitución normal, aunque se quería apuntar a un gimnasio para ver si conseguía que se le marcaran los "cuadraditos". Tenía el pelo casi negro, y los ojos color miel. En cambio yo tenía el pelo claro y los ojos azules, pero mi piel era más morena que la suya. Desgraciadamente a mi me sobraban unos kilos y era más bien bajito para mi edad.

La situación que se había creado me comenzó a excitar mucho, ya que era la primera vez que me hacía una paja con un colega y daba mucho morbo. Allí estábamos los dos, adolescentes desnudos, haciéndonos una paja, viendo una peli porno. Dani empezaba a dar pequeños gemiditos de placer, mientras se la pelaba a toda leche, agarrándola con la mano. Yo por mi parte no me quedaba atrás, pero con un ritmo más pausado.

De repente, Dani interrumpió la jugada:

-Hey tío… ¿por qué no nos la hacemos a mano cambiada?

Yo me quedé flipado. Le pregunté a qué coño se refería, ya que pensaba que era a usar la otra mano o algo así. Me dijo que lo podíamos hacer que él me la hacía a mí y yo a él, pero que cerrábamos los ojos y nos poníamos a pensar en que nos la cascaba una tía. Yo no sabía que contestar, quedaba poco para correrme, y aquella situación me estaba poniendo muy cachondo; nunca me había imaginado que me iba a excitar cascándome una paja con mi mejor amigo, pero aquella proposición hizo que una especie de resorte en la cabeza me saltara de golpe. Tras pensarlo una fracción de segundo le dije:

-Vale, pero hasta final. –su cara se puso pálida, pero con una inclinación de cabeza aceptó.

-Pero nos las agarramos a la vez –puso como condición.

Entonces sucedió algo que nunca pensé que ocurriría: agarré con mano firme la polla de mi colega. La sensación era rara: era dura, caliente, algo mojada por parte del líquido preseminal que había segregado; era curioso, me había hecho un montón de pajas en mi vida, pero no me paré nunca a pensar en los detalles de una polla, de una buena polla como la de mi amigo. Empecé a mover la mano, hacia arriba y hacia abajo, mientras su mano se posaba en mi rabo y empezaba a darme caña: ya no aguanté más, y a los pocos segundos de empezar a cascármela, me corrí como nunca lo había hecho. La sensación de la mano de mi colega en mi polla fue increíble, y el ritmo que marcó fue el punto final. Al correrme aumenté el ritmo de mi paja a Daniel, lo que hizo que de repente empezara a gemir más alto, y me dijera que no parara, que se corría. Soltó una buena cantidad de leche, más que yo, que incluso me salpicó un poco. Se la pajeé un poco más y después empecé a buscar con la vista un paquete de pañuelos o algo para limpiar nuestras corridas.

-Toma tío, aquí tienes pañuelos –dijo como leyéndome el pensamiento. No sé de dónde sacó el paquete, pero conseguí sacar uno sin ponerlo todo perdido, y sequé la mano y la polla. Mi colega hizo otro tanto y nos pusimos de nuevo la ropa.

-Bueno –dije yo, con una sonrisa. –Ahora somos "hermanos de leche" jeje.

-Si, jeje. Bueno, ¿qué hora es?

-Las 7 de la tarde –dije yo mirando mi Casio.

-¡Joder! Había quedado con Nikolai para echar unos tiros en el Parque del Sol.-exclamó Dani.

-¿El Nikolai ese no es rumano o algo así? –Pregunté yo. La verdad es que el nombre del chaval me sonaba.

-Si, se llama Nikolai Pentrenosequé o algo así, está en nuestra clase, aunque no he hablado mucho con él, pero parece majo. El otro día me dijo que si echábamos unos pases, como no tenía nada que hacer, pues le dije que vale.

-¿Cómo que no, capullo, si habías quedado conmigo? Bueno venga, te acompaño a ver que se cuenta, ¿vale?