Los Cerezos

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Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos…

Esa frase no es mía, es de alguien mas genial y mejor escritor, pero siempre me remite a ti.

Porque para mi tu siempre hueles a primavera, a flores frescas … a lo que sea que se siente en la boca el algodón de azúcar, a lo que se siente la lluvia contra la piel en verano cuando todavía uno es niño.

Sabes como el primer helado, a lo que huele la vainilla y las orquídeas salvajes, eres caliente al tacto, como  si los mismos ríos que cruzan los volcanes llenos de lava corrieran por debajo de tu piel, pienso que por eso siempre  eres indomable.

Estas hecha de canela, de azúcar y de un montón de especias que todavía desconozco, de cosas no vividas.

Llevas en los labios una colección de besos que me pertenecen  y los veo ahí, palpitantes, mientras hablas y sonríes.

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Dejo de escribir al verte, doblo la hoja despacio y la guardo en el bolsillo de mi pantalón,  me miras y sonrío, es casi un reflejo.

Llegas, te sientas a mi lado y hablas de una infinidad de cosas que por momentos dejo de escuchar porque mi mente vuela y solo pienso en lo carnoso de tus labios y  en lo brillante de tus ojos, en tu cabello negro, en tu olor fresco de verano, que huele a cosas que conozco y a la vez no recuerdo su nombre.

Despierto de mi  aturdimiento por tu persona y trato de concentrarme en lo que me dices, en lo que pasa a mi alrededor.

Te despides de mi, me besas fugaz mitad en la mejilla, mitad en los labios porque estamos entre mucha gente, como si eso “disimulara” de alguna manera el hecho de que me encantas, y sabes que lo haces.

Te vas… y el tiempo sin ti pasa despacio, me despierto del letargo en el que me dejas siempre, soy capaz hasta de funcionar como persona, de hacer mis cosas, de vivir mi vida.

El problema contigo es el mismo siempre… llegas como un huracán me revuelves la vida y te vas.

Quiero dejar claro que no me desagrada en lo absoluto tu cualidad de desordenarme, solo es así, a veces detesto que me hagas reir cuando estoy molesta, porque siento que pierdo mi poder y mi centro al ver tu sonrisa que me desarma.

Pasa el resto del día sin pena ni gloria,  casi al final suena mi teléfono y leo.

  • ven a mi casa cuando termines tus cosas… necesito verte-

No pude evitar sonreír, leerlo 10 veces,  de alguna manera te sabes poderosa, ni un “por favor”, ni un “te gustaría”, casi una orden  o una suplica que yo acato gustosa….

Solo puedo responder

  • ok, te aviso cuando valla en camino-

Como si para mi también fuera algo asi sin importancia, común, algo que hago a diario.

Pienso mil veces todo, hago mil historias en mi cabeza, que decirte ante cada respuesta, tu sabes yo soy alguien que piensa mucho, que casi siempre tiene una respuesta para todo, a la cual le es muy difícil no decir nada, pero tú tienes esa habilidad de decirme cosas que me dejan sin respuesta.

  • llego en 5 min, quieres que lleve algo?-  te escribo al final del día,  con el afán de entender tus deseos.

-no, solo ven- respondes seca y llanamente.

Manejo despacio, tratando de elucubrar con tan poco información que deseas de mi.

Llego a tu casa, toco la puerta y la abres, me dejas entrar y me saludas con un beso en los labios….

Solo alcanzo a pensar… me gustas tanto…

Me abrazas, metes tus manos debajo de mi blusa,  acariciando mi espalda,  mientras no dejas de besarme,  mis manos acarician tu nuca, tu cabello negro. Me separo un poco y alcanzo a pronunciar un  - ¿Qué?...¿por que?... – que interrumpes con tus besos y jamás será respondido.

Me besas el cuello mientras me desabotonas la blusa, yo no opongo ningún tipo de resistencia.

Te tomo de la cintura, me retiras las manos, este es un baile en el que obviamente quieres llevar el ritmo.

Me tumbas sobre el sillón y posas tu cuerpo sobre el mio, me besas el cuello, los senos,  mientras continuas, quitándome la ropa como si se tratase de un regalo, que te esmeras con todo cuidado en abrir sin rasgar el papel que lo envuelve.

Te alejas de mi un poco, te pones de pie,  llevas tu dedo a tus labios y pronuncias un –shhhhhhh- anunciándome claramente que esto es una de esas contadas ocasiones en las que  necesito  pronunciar ni una palabra.

Empiezas a desvestirte para mi, soy incapaz de pronunciar palabra,  mientras en un esfuerzo sobre humano de mi persona puedo escuchar  el coro de una canción que quizás tiene sonando desde que entre… pero no estoy segura… entre las palabras solo puedo distinguir  un

-You look like a movie, you sound like a song, my God … this reminds me, of when we were young

Jamás, una canción me pareció tan bella, como esa, cuando te deslizabas la blusa por los hombros  al sonido de la voz de Adele.

Vi tu pecho desnudo, tu piel, tus senos,  te bajaste los jeans  y los panis… jamás había visto un cuerpo desnudo que me gustara tanto, eres la epitome de lo que es la femineidad, Dios eres terriblemente hermosa.

Das un paso hacia delante,  y yo por un impulso que no comprendo  me hinco ante tu cuerpo, te beso despacio las rodillas, los muslos y voy subiendo por tu cuerpo, tu vientre,  tu ombligo, me jalas hacia ti y me besas.

Me regresas al sillón, me quitas el resto de la ropa y bajas besando por mi cuerpo , mi cuello, los hombros mis senos,  mi vientre hasta hundir su cara en mi sexo…. me vine una y otra y otra vez…  no se cuantas veces

Me besas tierno después, me abrazas … te pones de pie para recoger un pedazo de papel que tiene rato tirado en el piso….

Comienzas a leer despacio….

  • Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos… -

Me pongo roja… no pude evitarlo y en ese momento entendiste que era para ti.