Los calcetines negros...
Algo que realmente me causa excitacion extrema son los hombres maduros de canas con calcetines negros!
Tengo alrededor de 04 años trabajando en una pequeña empresa en donde siempre he sido consentido y complacido en todo lo que quiero. Soy muy trabajador, creativo y con mucha iniciativa, y siempre pensé que era por eso por lo que gozaba de bastantes privilegios.
En cierta ocasión, mi jefe de trabajo me aviso que tenía una junta muy importante de negocios del otro lado de la ciudad, a las 4:00pm, por lo que necesitaba que yo lo acompañara. Claro que eso me extraño bastante, y mi pregunta fue ¿QUE TENIA QUE HACER YO CON MI JEFE EN UNA JUNTA DE TRABAJO DE LA CUAL DESCONOCÍA TODO?.
Le pregunte que si era necesario que le ayudara con algo de la logística de la reunión: imprimir algún documento, realizar alguna presentación, confirmar asistencia de alguna persona, o que se yo. Y su única respuesta fue: Nada en absoluto. Entonces me despedí y quede de verlo en lugar en donde se llevaría a cabo la reunión. En ese momento me dijo que no, que era necesario que lo viera ese día en la oficina a las 3:30pm para irnos juntos, que nos iríamos en su camioneta y que solo me pedía un favor, que me fuera lo mas formal posible, con camisa y pantalón de vestir y que lo mas importante que me pusiera calcetines de vestir negros y no deportivos. Claro que lo hizo en tono de broma por que yo siempre utilizo calceta deportiva blanca con jeans y calzado deportivo.
La junta en realidad no me entusiasmaba mucho como tal, sabía que era un gran paso para mi desarrollo profesional pero nada mas. Lo que me interesaba en si era que me subiría a solas con mi jefe a su camioneta y que estaría con el durante un par de horas. Nunca había pensado en eso, nunca me había excitado pensado en el. Mi jefe es un señor de 45 años, alto, de buen cuerpo y lo mejor de todo: canoso (algo que a mi me excita bastante). Al salir de la oficina me acompaño a la puerta para afinar los detalles del día siguiente y lo observe de pies a cabeza, como olvidarlo. Llevaba puesto un pantalón color beige ajustado por el cual pude observar un abultamiento en la zona del zipper; zapato casual negro y calcetín negro.
Al día siguiente estuve puntual en la cita. Subimos a su camioneta y emprendimos el viaje a la reunión de trabajo. Después de 15 minutos de platicas absurdas y sin un tema objetivo, en un alto en un semáforo, sin pensarlo voltee a ver el área de sus caderas las cuales se ajustaban perfectamente a la forma del asiento del automóvil y nuevamente estaba ese abultamiento en el pantalón y el cual se veía impresionante.
Mi jefe puso su mano sobre la mía y me dijo: no sabes como estoy agradecido por todo lo que has hecho en la empresa. Realmente no se como recompensar toda tu entrega al trabajo.
Por mi mente paso la forma de cómo quedaría satisfecho y pagado todo mi esfuerzo, con su cuerpo. Quise hacer una insinuación o comentario para ver como reaccionaba y en eso estaba cuando el mismo adivino mis pensamientos y giro el volante de la camioneta hacia otro lado diferente hacia donde nos dirigíamos.
Los dos sabíamos perfectamente lo que sucedería después de eso, así que las palabras sobraban. Llegamos a un tramo de carretera poco usada, y dirigió la camioneta hacia una terracería. Y se detuvo totalmente.
Volteo a verme durante unos segundos sin decir nada y después me pregunto:
Si te pusiste los calcetines negros verdad?
Yo asentí con la cabeza.
Puso su mano sobre mi pene el cual estaba flácido. Y comenzó a buscar la bragueta. Y yo le puse un alto. Le dije que no. Que si el era el que me debía a mi tanto esfuerzo que entonces yo decidiría como cobrar aquel favor. Y los roles cambiaron. Era yo el que estaba buscando desabrochar su pantalón para liberar aquel bulto, que probablemente era su verga hinchada, excitada y loca de deseo y cual fue mi sorpresa que no. Aquel bulto ciertamente era su verga, pero en estado flácido, la cual media alrededor de 15 centímetros. Eso me asusto y me emociono al mismo tiempo. Comencé a estimularla para comprobar hasta que tan larga podría llegar a ser parada. Logre mi cometido y le calculo que le mide alrededor de 25 centímetros. Carnosa, jugosa, con unas venas a punto de reventar y una cabeza del tamaño de un limón, no me quedo más que reconocer sus olores y sabores. Para estar mas cómodos deslizamos el asiento completo hacia atrás y después bajamos el respaldo para darme espacio en el área de los pedales. El con las piernas abiertas, el tronco de su cuerpo hacia atrás, el pantalón totalmente desabrochado y la verga saliente entre los calzoncillos negros de licra y ajustados me tomo de la nuca y me inclino la cabeza hacia su enorme miembro. Olí, lamí, y recorrí con mis labios desde la punta de la verga (la cual ya desprendía liquido pre-seminal de tan excitada que estaba) hasta aquellos colgantes testículos arrugados y llenos de ligero bello pubico.
Es hora de que me cobres todo lo que has hecho por mí. Se feliz y hazme feliz a mi también. Mama hasta que se te acaben los labios.
Era casi imposible meter todo aquel falo en mi boca, ya que sentía que me tocaba hasta la campanilla, la garganta. Y así estuve durante bastante tiempo: dándole placer a el y complaciendo mi necesidad de tenia de aquella situación.
Antes de aquel hombre pudiera reventarme la garganta con su leche, saque su miembro de mi boca y me baje de la camioneta como pude. El trato de esconder su enorme verga y salir tras de mi, pero solo se la tapo con las manos y me pregunto que que me pasaba.
Roma no se construyo en un solo día, por lo tanto no pretendo terminar con esto en tan solo 10 minutos. Vamos a la caja de la camioneta (la cual era cerrada). Entramos agachados por la altura de la carpa y recordé lo de los calcetines negros y le pregunte que por que lo de pedirme que llevara calcetín negro:
Los calcetines negros en los hombres son la causa de mi excitación. Tu por si solo me excitas, imagínate si te veo con calcetines negros? por lo que de inmediato me quite los zapatos para revivir aquella verga cabizbaja.
Que casualidad. A mi también me excitan los calcetines y los zapatos negros.
Lo empuje para que se recostara boca arriba y comencé a tocar todo su cuerpo mientras lo besa sobre la ropa que aun llevaba puesta. Poco a poco y con movimientos sutiles fui quitándole los zapatos los cuales fueron a dar afuera del vehiculo por la ventana, le desabroche la camisa, le quite el cinturón que ya estaba suelto, poco a poco baje sus pantalones de marca y subí su camiseta hasta la altura de los pectorales los cuales relucían enmarcados y bien formados. Le quite la camiseta y solo quedo en los calzoncillos negros y aquellos calcetines tan excitantes. Con la boca se los quite, bese cada uno de los dedos de sus pies, algo que siempre había querido hacer pero que no me animaba. Realmente era la primera vez que tenia un acercamiento así con un hombre. Sus pies tenían un ligero aroma, lo cual no lo tome como sucio o desagradable, sino al contrario, me excitaba más y más aquel olor a calor humano, a sudor. Subí por sus entrepiernas y de no haber sido por que me tope nuevamente con aquel miembro hubiera llegado hasta sus canas. Pero aquel mástil me detuvo, me paro en seco y me obligo nuevamente a introducirlo en mi boca. Mame, mame, mame hasta ya no poder mas tener la boca tan abierta, por que además de largo, era bastante grueso y de piel áspera. Sin avisar ni mencionar nada, solo un ligero y rico gemido, aquel miembro chorreo toda mi cara. Su líquido, su semen, escurría a grandes cantidades sobre mi cara y por más que me relamía los labios no lograba acaparar mucho para tragarlo. Cual fue mi sorpresa que de repente me encontré con sus labios besándome la cara y lamiéndola para después llevar su semen hasta mi boca y compartirlo mediante fogosos besos.
Los papeles se intercambiaron y ahora mi señor me desvestía y besaba todo mi cuerpo. Desnudos los dos intente hacer entrar su enorme pene en mi culito, pero era de esperarse, como aun era virgen me lastimo las tres veces que lo intente.
Para no perder oportunidad, ni desperdiciar tiempo, nos quedamos besando toda la tarde hasta el anochecer desnudos a medio campo. Regresamos a la ciudad como a las 10:00pm y desde allí. Somos amantes inocentes de detallitos, de escapes románticos y encuentros pasionales cada vez que se tiene oportunidad. Es el hombre ideal que cual joven inexperto podría desear: maduro, experimentado, canoso, con calcetines negros y una linda y enorme verga, dinero para cumplir mis caprichos y además de todo: FIEL. Me a jurado y estoy completamente seguro de el. Me dice tener encuentros con su esposa, con otras mujeres de ocasión, pero con ningún hombre. YO HE SIDO EL UNICO Y ESTOY SEGURO QUE LO SEGUIRE SIENDO.