Los cafetales. Iván y patricia
Relato hermano de los cafetales.
Cuando conocí a Patricia, apenas unas semanas después de terminar mis estudios, me enamoré de ella en dos minutos. Ese cabello rojizo, sus rizos irlandeses, sus brazos cubiertos de pequeñas pecas y sus blanquísimas manos... Sus ojos verdes se vistieron con su sonrisa desde el momento que Octavio nos presentó. Yo sabía que habían tenido una aventurilla dos años atrás, pero ahora Patricia estaba sola, y Octavio me había confiado que su ahora llamada querida amiga necesitaba conocer a un hombre decente como yo. Creo que me había deslumbrado la imagen de Patricia desde antes de conocerla, por lo que había escuchado en labios de Octavio, y de sus hermanas. Que ella viniera a quedarse un par de meses con ellos fue para mí en ese momento como el primer rayo de luz después de una tormenta. Yo había tenido una ruptura fuerte hacía 5 meses y de pronto ver a esta pelirroja y su sonrisa me volvía la sangre a las venas.
Al otro día de conocerla en casa de Octavio la invité a dar una vuelta por coyoacán, que aquí en la ciudad de México es una zona muy bella, llena de lugarcitos para comer, comprar baratijas, encontrarse con amistades y dejarse ver, así como también "echarse un taquito de ojo" ya que vienen muchas chicas guapas a lucirse. Me gustó mucho de Paty que con total frescura me hacía notar a las mujeres atractivas mientras se tomaba de mi brazo
Después de comer estábamos en un delicioso café donde se podía uno encontrar muy seguido a celebridades, y en efecto estaba sentada una actriz con una amiga a dos mesas de nosotros, las dos estaban mas que guapas, y se notaba que mas que amigas eran amantes. De edad madurita las dos pero con una piel tan lozana y suave como si tuvieran 24 años. Sofisticadas y de la alta sociedad. Patricia estaba admirada con la elegancia y desfachatez de la parejita. Se sabían observadas pero daba la impresión de que estaban totalmente acostumbradas. Su comportamiento era de una sencillez deliciosa y Patricia me hizo notar que sus pies jugaban entre si. La blanca pierna de Christian, que así se llama la que es actriz, se balanceaba y su zapatilla rozaba una y otra vez la pantorrilla de la otra chica, que era de cabello negro y lacio, y mas blanca que la leche... Me pareció que parecía venir de los países de medio oriente.
En fin, que yo me la estaba pasando de maravilla con Patricia, era como una amiga de toda la vida, parecía entender mi manera de ser a la perfección incluso le comenté que tenía lo bueno de un amigo y confidente y lo bueno de una mujer atractiva y sexy.
"Iván donde vives? Me lo preguntó de pronto, justo al tiempo que yo le platicaba de un viaje a la selva de Oaxaca que había hecho su mirada estaba un poco perdida, pero cuando hizo la pregunta me miró directo a los ojos sentí un escalofrío, Patricia podía ser muy sensual solo con una mirada. "Vivo como a 15 minutos de casa de Octavio, por?" Bajó su vista a su café me dijo por primera vez con un poco de nerviosismo: "Me invitas a conocer tu departamento antes de llevarme de regreso? Te queda de paso?"
Tomé mi silla y me puse a un lado de ella , coloqué mi café también junto al suyo y tomé su mano. Ella apretó mis dedos y me miró con sus ojos de pantera. El beso fue largo, suave, sus labios me supieron a nueces, por el café de avellana que estaba bebiendo. Cuando su boca se abrió y nuestras lenguas se acariciaron, sentí su mano aferrada a la mía, y su respiración agitada, el beso se hizo intenso, mordisqueba mis labios y su mano comenzó a subir por mi brazo, hasta llegar al hombro. Me acarició el cuello y dándome un besito tierno se acomodó en su lugar separándose de mí. Los dos sonreímos, como cómplices de diabluras, y fue ella la que pidió la cuenta.
La atmósfera en el lugar había cambiado, como si ese beso hubiera desencadenado un nuevo estado de ánimo, la música se había vuelto más suave. Mis ojos estaban clavados en el rostro de Patricia, que un poco nerviosa miraba hacia todos lados. De pronto me hizo señas de que volteara a ver hacia la mesa de las divas. Estaban fundidas en un beso lésbico. La chica de cabello negro tenía una mano en el vientre de Christian, y la acariciaba suavemente sobre el sweter de cachemira La visión era muy erótica, y mi mente me llevó a verlas seguramente en un rato desnudas en alguna habitación de luz tenue, sus maduros y hermosos cuerpos frotándose y buscando el roce de sus seguramente afeitadas partes intimas Voltee a ver a Patricia como si fuéramos unos adolescentes voyeuristas, y descubrí que sus ojos estaban encendidos de excitación, su rostro se veía rojo y caliente
Apenas subiendo al coche nos devoramos, sus labios se sentían muy húmedos, frescos, yo tenía ya una tremenda erección. Ella sin más puso su mano sobre mi pene y por encima del pantalón comenzó a acariciarme. Cubrí su seno con mi mano, siempre he sentido una especial excitación al tocar a una mujer con su ropa puesta, y podía adivinar que seguramente patricia tendría unos pezones deliciosos. Arranque el motor y me encaminé a mi departamento, que era realmente de una tía ricachona y me lo prestaba con tal de que se lo cuidara alguien. Durante todo el camino Patricia iba callada, había sacado mi pene abriéndome la bragueta del pantalón y me hacía una suave paja mientras no dejaba de verme, con una sonrisa. Yo acariciaba su mano y cada vez que podía volteaba a verla. Que delicia como esparcía el liquido preseminal por toda la puntita de mi pene, con esos dedos blancos, de uñas cortas pero bien cuidadas, sin color, eran las manos de una niña, delgadas y largas. Recorría mi pene muy suavemente de arriba abajo y si lo sentía un poco seco, escupía un poco de saliva en su mano antes de seguir.
Metí el coche en el estacionamiento subterráneo del edificio, mi cajón era el penúltimo del fondo, y por ser un edificio viejo, había muy poca luz. Justo cuando apagué el motor, Patricia acerco su otra mano y me terminó de desabotonar el pantalón, y desabrocho también el boxer
"Qué encontraste eh"?
"mmmmm algo muy rico que me pienso comer yo solita"
Se acomodó y agachándose puso sus labios a unos centímetros de mi pene. Yo voltee a ver si no había nadie y puse mi mano sobre su cabello. No veía su cara por la mata de cabello rojo que caía alrededor. Pero no hizo falta ver al sentir el calor de su boca envolviéndome , cerré los ojos y me entregué a la mamada mas memorable de mi vida, después de todo ese rato pajeándome en el camino, mi pene estaba ya muy sensible y la humedad y calor de esos labios me hicieron sentir todo mi cuerpo recorrido por la calentura de Patricia. Sus labios subían y bajaban, succionaban, su lengua jugaba con el glande y sus dedos acariciaban mis testículos suavemente. Alargué mi brazo y comencé a tocarle las nalgas, Descubrí un culo más grande y rico del que hubiera imaginado dada su delgadez. Por encima de su falda comencé a acariciar la raja que separaba sus nalgas. Ella se movía y levantaba mas su culito buscando mis manos. Le apreté las nalgas
"Tómalas con fuerza, con toda tu fuerza cariño así .mmmmm siiii "
Sentí como su excitación iba en aumento y yo estaba ya muy cerca de venirme. Su respiración estaba muy agitada y leves gemidos salían de su garganta, mientras me comía con maestría el pene.
"quiero sentirte dentro, Iván..Quiero .quiero que me penetres. Estoy deseándote ya, no sabes como me tienes cariiño!"
Dejó de mamarme, y se volteó dándome su culo, se levantó la falda y pude ver ante mí un maravilloso culo en forma de corazón con unas braguitas color azul muy oscuro. Que se perdían entre sus cachetes. Se recostó un poco de lado. Esas nalgas eran un sueño
Ví como su blanca mano hizo a un lado el hilo del tanga, dejándome al descubierto una maravilla de conchita totalmente depilada. No pude dejar de recordar que así me había imaginado las puchitas de las dos lesbianitas del café los labios vaginales de Patricia se veían ya totalmente abiertos y la humedad era muy visible. Solo de verla casi me vengo.
"Métemela .penétrame, quiero sentirte ya, dentro de mi ya " Mientras lo decía movía las caderas como un animal en celo. El dulce olor de su sexo me maravilló. En vez de penetrarla de inmediato comencé a tocarla metiendo mi dedo pulgar..Mientras con el índice acariciaba su clítoris .ella gemía suavecito, conteniéndose por lo peligroso de la situación. Pero sus nalgas se movían como una revolvedora de cemento.
Saqué el dedo pulgar y le metí el índice y el cordial bien adentro, mientras con el pulgar le empecé a acariciar el anito. Su hoyito era blanco, ni siquiera rosa. Cuando sintió mi dedo en su ano pareció entrar casi en un orgasmo, y parando todo lo que pudo el culo se entregó a esa doble penetración, mientras con un dedo la cogía por el culo, con otros dos le cogía la concha y con el anular le daba en su clítoris... esa imagen de su culo con la falda negra levantada sobre la espalda y su cabello rojo y rizado nunca se me olvidará.
Saqué mi mano, y estire mi brazo para que lamiera sus propios jugos. Lo hizo gustosa, mientras me pedía que ya la penetrara. Su asombrosa elasticidad le permitió acomodarse de tal manera que apenas tuve que ponerme tantito de lado para estar justo en posición.
Entre delicioso, como cuchillo en mantequilla ella no dejaba de gemir muy quedito, parecía que lloraba de placer, con una voz muy aguda que no era su propia voz, su voz se hizo como de niñita, y soltaba pequeños gemiditos .la penetré suavemente, sin entrar hasta el fondo, y cuando si se la metía hasta dentro soltaba un gemido mas grave y mas fuerte. Logré acomodarme para volver a meterle mi dedo pulgar en el culo, lo ensalivé muy bien y pude meter y sacar sin ningún problema. Ella se había quitado los zapatos y uno de sus de verdad hermosos pies me acariciaba la pierna, yo no podía creer como esta mujer parecía de goma. Sus caderas estaban haciendo un movimiento maravilloso. Sentí como estaba llegando a su orgasmo y le metí con mas presión el dedo bien adentro mientras empecé a bombearla con fuerza y mas rápidamente.
" te gusta follarme así?" eh? Que rico coges papito asiii asiii
Se vino con un grito apagado por su brazo como tapón en su boca, y dos segundos después mi leche estaba llenándole la conchita con una intensidad que me hizo desconocerme, que barbaridad, estaba tan excitado que mi cuerpo sacó hasta la ultima gota de semen. Los dos quedamos exhaustos, sin movernos. Escuchando solo nuestra respiración agitada, tomando aire. Los dos estábamos empapados de sudor, los vidrios del coche empañados. Suavemente saqué mi dedo de su culito. Estaba totalmente limpio. Aún estaba dentro de ella, mi miembro perdiendo poco a poco su erección, pero mi cuerpo sintiendo aun el suave cosquilleo de aquel maravilloso orgasmo.
"Ya encontraste a la mujer de tu vida, papito "
Nos casamos a los tres meses. Patricia embarazada, y no puedo decir que hayamos tenido unos primeros años malos. Los mejores de mi vida. Los primeros años cogimos como conejos y ella era insaciable. De pronto se empezó a alejar de mi, en fin la sigo amando, es mi mujer, sigue estando soberbia y su belleza es impresionante. Supongo que..Así es la vida.
Tengo una amante, y cada vez que estoy penetrándola en el departamento que tengo ahora para ella, invoco el recuerdo de la primera cogida con mi esposa, solo que en mis fantasías me follo a aquella patricia de mi juventud, mientras ella le come la concha a Christian Bach y su amiga rusa se masturba frente a mi con una descomunal polla negra de latex
Nota: este relato esta muy relacionado con "los cafetales" si bien no es una continuación de aquel.