Los baños

Dos tios se conocen en un bus y no paran de follar en baños y al final en la cama.

LOS BAÑOS

Nunca había sentido nada especial cuando iba al baño en un servicio público a pesar de que alguna vez había fantaseado por ello por Internet con algún tío. Había ido a hacer turismo a una ciudad de la costa. Allí había quedado con una amiga para alojarse en su casa. El se consideraba bisexual pero nunca había llegado a estar de forma completa con un hombre.

En el autobús se puso en su asiento y unos asientos más adelante a su izquierda pero cerca suyo se había puesto un chaval sobre los 20 años con un ordenador portátil. Cuando alguien giraba la cabeza el chaval minimizaba alguna ventana, daba la impresión de estar haciendo algo que no quisiera que la gente viera. Sus ojos se cruzaron con los del chico y a partir de ahí cada cierto tiempo sus miradas se buscaban.

Pero Fernando era vergonzoso y se sentía incomodo pero parecía que el chaval no. Aparte en el autobús iba bastante poca gente a pesar de ser un viaje de largo recorrido pero hasta cierto punto era lógico. Era lunes y ya la gente en teoría había vuelto de sus vacaciones. Al de dos horas de iniciar el viaje pararon en un gran hostal para ir al baño y poder tomar algo y estirar las piernas. Fernando tenía ganas de ir al baño y bajó y fue al servicio.

Estaba en los mingitorios cuando el chaval ni corto ni perezoso se puso a su lado. La verdad es que era atractivo, moreno con el pelo ligeramente engominado, ojos negros. Se sacó la polla y no estaba nada mal. Fernando no quería descubrirse no fuera a ser que el chico fuera heterosexual aunque creía que como mínimo era bisexual o por lo menos no le hacía ascos a un hombre.

Fernando acabó de mear logrando a duras penas contener la erección. Estaba lavándose las manos cuando el chico se puso detrás tras cerrar la puerta de los baños y colocar la papelera para si entraba alguien se oyera por la distribución de los baños si alguien entraba tenían tiempo de parar. Se arrimó a nuestro amigo y empezó a frotar su pubis contra su culo. Fernando estuvo a punto de rechazarle por lo brusco de la situación.

El chico se dio cuenta, le guiñó un ojo y le tranquilizó con suaves palabras y diciéndole que si le rechazaba que no pasaba nada, que el paraba y tan amigos pero Fernando cogió el paquete de Jon y acariciándoselo se la fue poniendo dura, cada vez más. Jon se sacó la polla que ya estaba completamente tiesa y sin casi miramientos se la empezó a rozar contra las nalgas masturbándose con las dos a la vez que acariciaba y excitaba la polla de Fernando.

No tenían mucho tiempo así que no terminarían allí. Fernando se giró y comenzaron a besarse apasionadamente. Se comían literalmente la boca. El descanso se había terminado y subieron al autobús pero como al lado de Fernando no iba nadie se acomodó Jon allí.

Desde ese asiento nadie les veía ya que iban casi en la parte de atrás del autobús y encima era un autobús de dos pisos con lo que no tenían miradas indiscretas y el chofer no creían que miraría. En la parte de arriba iban completamente solos. Se besaron alguna vez con delicadeza y hablaron de sus cosas y de lo que les gustaba a la vez que se acariciaban las pollas y antes de darse cuenta se estaban acariciando todo el cuerpo y masturbándose.

Jon le dijo que en la estación término había unos baños limpios y muy bien cuidados en los que podían terminar lo que habían empezado en el hostal. La paja que se estaban dedicando mutuamente cada vez les hacía hablar mas entrecortadamente hasta que Jon eyaculó manchando los pantalones. Para que Fernando terminase le bajó los pantalones y le sacó la polla comiéndosela hasta que fue a eyacular que se la sacó y puso un pañuelo que fue donde se corrió.

Siguieron un rato besándose y magreandose. Se durmieron y cuando se despertaron no quedaba ya mucho para el final del viaje así que se dieron los números quedando para la vuelta por si a la llegada no había posibilidad de nada salvo del polvo que Jon le había prometido.

Se bajaron del autobús, sacaron las maletas y las metieron en una taquilla. Fueron a los baños a los más alejados aunque por la hora no había casi nadie en toda la estación. Según entraron no paraban de comerse la boca, de jugar. Jon le metió en una de las cabinas. Le sacó la camisa , se la abrió y empezó a lamerle los pezones haciéndole círculos con la lengua y mordisqueándoselo poco a poco.

Fernando gemía y le decía obscenidades y le confesó la virginidad de su ano pero Jon no se desanimó, más al contrario le excitó más. Le bajó los pantalones y se sentó en la taza del baño. Lo hizo apoyarse en la puerta y que abriera las piernas. Fernando obedeció. Con la lengua inició un suave masaje en el agujerito que hacía que el otro chico se elevase a las nubes del placer.

Con un dedo lo penetró con mucha suavidad, luego utilizó dos dedos y luego tres. Estaba venciendo la resistencia del ano con mas facilidad de la prevista pero por si acaso siguió un rato más. Las caricias que le daba en el ano y la situación le tenían empalmado del todo.

Se levantó, le susurró al oído con cariño y dulzura. Acercó la verga y con fuera metió el capullo, lo dejó deslizar dentro y fuera hasta que el esfínter se acostumbró. Luego empujó un poco y metió un centímetro del tronco quedándose así a la vez que masajeaba el torso y la polla de su amante. En un momento dado agarrandole de la cadera se la clavó hasta dentro.

Lo fue follando poco a poco, muy lentamente primero y luego con más rapidez, cada vez mas hasta que sintiéndose próximo a correrse se la sacó y se corrió en sus nalgas.

Jon le invitó a irse a su casa, un piso de un amigo que se lo había prestado. Fernando había quedado con su amiga tres horas después así que habría tiempo. Llegaron a la casa con las maletas casi corriendo. Las maletas quedaron en el pasillo y ellos se fueron desnudándose y besándose hasta la cama.

Allí se colocaron en un vicioso 69 hasta conseguir que los dos tuvieran una gran erección. Jon lo dominaba a su amante, lo puso boca abajo y le abrió las piernas. Con amor le mordió la oreja a la vez que lo penetraba. Lo sodomizaba, lo follaba con pasión. Fernando con su boca buscaba la de su joven amante. Ahora Jon lo descabalgaba y lo hizo ponerse boca arriba para penetrarle y follarle a la vez que le masturbaba y eyacular los dos a la vez llenando el pecho de los dos de semen.. Se durmieron abrazados hasta la hora que Fernando había quedado con su amiga.

Este es un relato imaginario pero si queréis podéis escribirme a :

Picante100@gmail.com