Los baños de la uni

Cuando tienes una vida seual monotona, los baños te hacen cambiar de opinion, y lo que le seguiria despues. Mi primer relato, es verdadero.

Este es mi primer relato (he cambiado los nombre por meras cuestiones personales, fuera de ello, todo el contenido es real), nunca me he animado a escribir para ésta página puesto que pensé que merecería una historia real y no una inventada, me sentiría muy frustrado al imaginar una cosa tan excitante y no vivirla.

Empezaré describiéndome, mi nombre es Marcos, tengo 19 años, estudio Diseño Gráfico en una universidad del sur de México, llevo una vida agradable y acomodado, sin pretensiones y sin mucha acción o acontecimientos sexuales sorprendentes.

Asisto con regularidad al gimnasio desde los 16 años, por lo cual gozo de un cuerpo agradable, no musculoso, pero si tonificado y fuerte, sumado a mi rostro que es atractivo, soy algo así como los que los demás dirían: "GUAPO", aunque en lo personal prefiero no creerme ese apelativo.

Como dije, mi vida sexual no era muy fantástica, inicié como gay a las 16 años, con un amigo, desde entonces, sólo he tenido 3 parejas, a las cuales he llegado a querer demasiado, los encuentros sexuales eran monótonos, muy buenos, pero siempre lo mismo. Creo que fue uno de los factores para que mis fallidas relaciones llegaran a su término.

En casa por supuesto que nadie sabe de mi orientación sexual, de mi familia, sólo un primo que al igual que nosotros, es gay, y de ahí, amigos más cercanos, los de toda la vida, los cuales me aceptan tal cual, sin condiciones. Ah, se me olvidaba comentar que no soy una persona afeminada, al contrario, me considero muy varonil y amigos de ambiente no tengo muchos, entre ellos algunos amigos de toda la vida, y algunos nuevos que hice en mis rondas por el Internet y los chats, la mayoría de ellos en otras partes del país o el mundo.

¿A que viene esta explicación? Pues ahí es donde empieza mi historia, la cual sucedió hace apenas un mes. Al salir de la preparatoria dije adiós a todos mis amigos, me quedaría yo solo en esa universidad sumado a unos cuantos conocidos, ninguno que sepa de mi orientación sexual. Ahí conocí a algunos nuevos amigos y conocidos, entre ellos Felipe, un chico de mi edad y condición social, pero al contrario de mi, se trata de un chico pedante y prepotente, pero eso si, guapísimo el condenado. De buen cuerpo, unas nalgas de júbilo y una cara de muñeco, te dan ganas de comerlo.

Ni había hecho gran amistad con él, íbamos en salones diferentes, pero por ser una universidad pequeña, los de su tipo son bastante populares. Así empezaron mis fantasías con Felipe, a pesar de ser un fantoche, el niño me gustaba mucho.

Todo el inicio del semestre, cuando lo veía, estaba rodeado de niñas, cuando de repente saliendo de la biblioteca, me lo topé de frente y solo, el me saludó y yo respondí, así empezaron lo que ahora sé eran coqueteos de su parte, para ese entonces, para mí sólo eran saludos de cortesía, pero partir de ese fecha, los encuentros sorpresivos de él andando solo, eran más frecuentes.

Aún recuerdo una fiesta que nos invitaron y el insistía en que me uniera a su grupo de amigos, todo muy guapos, pero igual de pesados, y aunque parezca curioso, ese grupo es una sociedad gay, donde se encargan de reclutar chicos guapo, de buena posición, pero eso es para otro relato, ahorita, el interés está en como tuve mi ansiado encuentro con Felipe.

Eran las 6 de la tarde, yo fui a la universidad a hacer tarea, en un descanso fui al baño pues ya no aguantaba las ganas de hacer pipí, en mi camino me topé con él, estaba con una amiga, seguí mi camino sintiendo la poderosa mirada de sus ojos verdes sobre mí, sentí un alivio cuando di la vuelta para entrar al baño, pasaron 2 minutos en los que pude hacer mis necesidades, cuando me disponía a lavarme las manos, veo por el espejo que mi anhelado deseo cruzaba la puerta para entrar (la cuál cerró con seguro, sin que yo me diera cuenta), hizo sus necesidades, yo aproveché a verlo por la espalda fingiendo que aún lavaba mis manos, hasta que él salió se lavó las suyas y cuando yo disponía a salir el preguntó: -¿Qué andas haciendo por aquí Marcos, mucha tarea? – en ese momento sentí que el cielo se me vino encima pues solo atiné a responder con la voz más baja que tenía: -sí.- el soltó una carcajada diciendo que él no comía que me sentase con él a charlar, yo respondí con otra carcajada: ¿Aquí en el baño? Y el diciendo: - a poco te gusta lo convencional?, que flojera amiguito.

Así estuvimos un minuto, cruzando palabras sin sentido, cuando le dije, me tengo que ir, me están esperando, al momento de darle la mano para despedirme, el la tomo con fuerza y me jaló hacia él y me planto un beso, que por la sorpresa no pude responder. Me di la vuelta y sin decir adiós me disponía a salir del baño cuando me abraza por detrás y me dice: -¿por qué huyes chiquito? Si no te va a pasar nada que tu no quieras. Con esas palabras él me dio la seguridad que necesitaba y fui entonces yo el que plantó el segundo besos de los muchos que nos dimos en ese rato.

No se cuanto tiempo habrá transcurrido en besarnos, pero entonces el me jaló hacia un privado del baño, ahí me empezó a acariciar el pecho, las nalgas, bueno, hizo de mi cuerpo lo que quería, pero creo que le estorbaba mucho mi ropa porque empezó a quitármela, yo intenté en vano evitarlo, pero estaba tan caliente con esa situación que me fue imposible.

Ya sin camiseta y sin pantalones, me quedé sólo en un boxer blanco ajustado a mi cuerpo, el cual estaba a punto de estallar en la parte frontal, ya se imaginaran porque, me causó mucha gracia su comentario hacia la situación, y me dijo, creo que no es justo que estés así solo sin ropa, y me sentó en el excusado y me empezó a bailar lenta y cadenciosamente, y al ritmo de sus movimientos empezó a quitarse la ropa, cual seria mi sorpresa al ver que el llevaba unos slips negros los cuales eran muy pequeños y su polla demasiado grande y dura para contenerse dentro de ellos, la describiré para que se lo imaginen, mide cerca de unos 20 cm, gruesa, pero proporcional, los vellos de su pubis estaban recortados, la verga tiene una cabeza grande y roja, que expulsaba un poco de liquido seminal.

Fue tanta la excitación que me provocó ver tremendo semental que no me contuve y me lancé sobre su cuerpo fornido para besarle cada músculo, cada espacio de esa portento de hombre sin una pelusa y vello, un cuerpo verdaderamente armonioso, con pectorales marcados por el ejercicio, con piernas firmes y fuertes, con un abdomen plano.

Empecé a besar cada aparte de su cuerpo hasta que llegué a su pene, quise admirarlo de cerca, pero solo sentí su olor dulce y limpio, pensé que no debía perder el tiempo mirándolo, así que empecé mi labor, primero le di besos a esa hermosura de verga, y empecé a comerme la cabecita, sentí como mi boca teñía que hacer un esfuerzo para aceptarla toda, ya acostumbrado a ese tamaño todo resulto más fácil, sentía el sabor de su liquido seminal, me sabia a gloria ese manjar, duro como roca, parecía un bebe con mamila nueva, lamiendo y chupando de arriba abajo esa verga deliciosa, a él le fascinaba porque no dejaba de emitir gemidos y decirme que siguiera, que lo hacía muy bien, no quería separarme de esa rica polla, pero el me detuvo de golpe, pensé porque terminaría, y le pregunté: ¿vas a terminar?, - si, pero no quiero en tu boca- entendí su propuesta cuando de su mochila sacó un botecito de lubricante el cual colocó a un lado de mi, acto seguido me levanto y se agachó a besar mis nalgas lisas, sin vellos y sin granos, fue entonces cuando sentí su lengua hurgando mi orificio, nunca me habían hecho un besos negro, así que por instinto lo rechacé, él me detuvo, y continuo con su labor, sentía sus lengüetazos en mi ano, como intentaba introducir su lengua dentro de mi, realmente era sensacional, ya cuando supuso me encontraba dilatado, se puso el lubricante en su pene, y empezó a tallarme su verga cerca del culo, para esos momentos yo ya quería que me lo metiera, pero el me besó y despacio me empezó a introducir sus casi 20 cm de carne dura y caliente, eran movimientos suaves, y con ritmo, pero cuando sintió que ya podía introducírmela toda, lo hizo, fué de golpe, provocando algo de dolor, pero luego una sensación de placer indescriptible, me hizo ponerme de rodillas en cuatro, y empezó a follarme con fuerza, como si se tratara de hacerlo porque era la ultima vez que se cogía a un hombre en toda su vida.

Era increíble, uno de los chicos más guapos de la escuela me estaba cogiendo en los baños, y ambos lo estábamos disfrutando como locos.

Era mi turno de tomar el control de la follada, así que lo tumbé en el piso y empecé a montarlo como un caballo bronco, así sentía aún mas a plenitud su verga dentro de mi, como palpitaba, y podía verle la cara, la cual dibujaba una sonrisa de completa satisfacción, no dejé de hacerlo fuerte como el me lo me lo hacia cuando estábamos en cuatro, estuvimos haciendo unas cuantas posiciones para terminar con la del misionero, en esa posición el me besaba y me decía cuanto le gustaba y como estaba disfrutando cogerme, cuando de repente empecé a sentir como su verga se hinchaba, para darme dentro de mi ano, todo su cúmulo de semen, se estaba viniendo dentro de mi, sus músculos se contraían y el empujaba dentro de mi sus mecos, los cuales yo recibí gustoso.

Después de terminar de venirse, yo aún mantenía mi erección, la cuál el ayudó a desaparecer chupándome mis 18 cm de verga, lo hacía con tal maestría y delicadeza que no pude evitar dejar escapar un sonoro gemido en cada embestida que el daba con su boca, fue tal la excitación que no tarde y terminé en su boca, fue una gran cantidad de semen que él no atinó a comérselos todos, algo se cayo por las comisuras, otro tanto devoró gustoso y el resto lo compartió conmigo en un beso.

Casi no hablamos al vestirnos, el sacó su celular y marco, el mío empezó a sonar, y me dijo -guárdalo, es mi numero, estamos en contacto, y estuvo delicioso hermano.- Se despidió de mi guiñándome el ojo y dándome un último beso por esa noche.

Ya después de guardar numero, me di cuenta que tenía mensajes sin leer, eran mis compañeros, que me decían que ya se habían ido a sus casas pues yo no regresé, al llegar a mi casa me bañe y me masturbé de nuevo pensando en lo que me había pasado, mi cola hinchada aun sentía su verga.

Espero que hayan disfrutado leer este relato tanto como yo, el vivirlo de nuevo al escribirlo para ustedes. Me despido para masturbarme pues tales recuerdos tiene mi polla dura y dispuesta a ser utilizada.

Si deseas enviar algún comentario puedes hacerlo a: reachforthegun@hotmail.com , con cariño. Marcos M.