Los Aromas de Karla

Relato de como me excito el robo de mi tanga, para masturbarse con el olor de mi cuerpo.

Los Aromas de Karla

Hola a todos, ante todo quisiera presentarme, mi nombre es Karla, soy de Barcelona, tengo 30 años, pelirroja, 1,60, 50 kilos, estoy casada y trabajo de administrativa en una conocida empresa, de la cual no puedo dar el nombre.

También quisiera informaros, que en mi perfil, podréis encontrar un link, con mí pagina web, totalmente amateur, realizada por mí.

La historia que os voy a relatar, comenzó hace aproximadamente un mes.

Habíamos quedado con el jefe de mi marido, para cenar en casa.

Yo llegue muy tarde del trabajo, así que me dio el tiempo justo de darme una ducha rápida, y cambiarme. La velada transcurrió en absoluta normalidad.

Cuando se marcho, yo me dirigí a ponerme el pijama, y me di cuenta que el tanga que había llevado durante todo el día, había desaparecido del cesto de la ropa sucia. Tuve la absoluta certeza de que había sido él quien lo había cogido, y en un principio me enfade mucho, aunque no le comente nada a mi marido.

Nos acostamos, y yo no podía quitarme de la cabeza, al jefe de mi marido, jugueteando con mis tangas usadas, en la intimidad de su hogar.

Empecé a sentir mucho calor, lo estuve asociando durante un buen rato a mi enojo descomunal, No podía quitarme de la cabeza, a ese hombre, me lo imaginaba en su baño, oliéndolas, y masturbándose pensando en mi, con todo el aroma y el calor de mis partes intimas en su boca, mientras mentalmente me penetraba el sexo.

De pronto comprendí que todo el calor que sentía, no se debía solo a mi enfado, me di cuenta de que la idea me estaba excitando, note como me iba humedeciendo, como mi sexo palpitaba fruto del deseo, baje la mano hasta él, y note que estaba empapadísima.

Me gire hacia mi marido, y sin decirle nada, él comprendió lo que necesitaba, aunque nunca se podría imaginar, el motivo de mi excitación.

Cuando me llego el orgasmo, no pude evitar, evocar mentalmente la imagen de ese hombre masturbándose, y fue uno de mis momentos más placenteros.

Pasaron los días, y yo trataba de quitarme de la cabeza esa idea, pero no había vuelta atrás, había entrado en un mundo de fantasías que me arrastraba. Incluso llegue a soñar con desconocidos que me asaltaban, solo para robarme las braguitas, y creerme, cada vez que soñaba eso me despertaba mojada.

Así que un día que estaba chateando, un desconocido me ofreció dinero por mis braguitas usadas, en principio, la idea me hizo sentirme sucia, y semiprostituida, pero la verdad es que volví a excitarme.

Compre unas braguitas negras, tal como me pedía, me hice unas fotos en la posición que él deseaba verme, y se las envié.

A los dos días, recibí su llamada, le habían llegado, estaba fuera de sí, se estaba masturbando, y me iba contando lo que sentía, lo que le disfrutaba con el olor.

De pronto yo también estaba excitada, y empecé a tocarme, estaba en la oficina, y podía ver la web cam, de un desconocido, viendo como lamía mis braguitas usadas, mientras se estaba masturbando. no había nadie a mí alrededor, así que me subí las faldas, y por la costura de mi tanga, introduje mis dedos, para tocarme. Si estaba muy húmeda.

Me fui frotando el clítoris, mientras en mi pantalla veía todo que hacia el, y me lo imaginaba debajo de mi mesa, separando mis piernas, y lamiéndome toda, mordisqueándome un poquito, con la única intención de darme placer, nada mas, ni de poseerme, mi de penetrarme, solo de darme placer, comprendí que era mi hombre ideal.

Y creerme fue uno de los mejores orgasmos de mi vida.

Ya escribiré alguna mas de mis historias, confiando en que os gusten.

Besitos

Karla