Los Amigos del Gatito (el Colocho)
Oscarito me comunica el deseo de otro de sus amiguitos de ser dervirgado por mi tremenda verga. Miguelito resultará ser un caramelo como sus 2 amiguitos.
Los Amigos del Gatito: el Colocho
Después de haber desvirgado al Gordis y de habérmelo cogido toda la tarde (junto con el Gatito) el siguiente en la lista era Miguel, el otro gran amigo de Oscarito. Los 3 formaban un grupo muy unido, tanto en la amistad como en el sexo. Miguelito había quedado impresionado el lunes siguiente, cuando Paúl le enseñó orgulloso su ano desvirgado apenas el día anterior, exhibiendo todavía una desmesurada dilatación.
Le hablaron de lo rico que fue, de todas las veces que lo hicimos y del delicioso sabor de mi semen y lo bien que se siente tenerlo dentro. Obvio, el muchacho se entusiasmó y pidió su turno, quería ser iniciado por una verga majestuosa y por un hombre experimentado, confiable y buena persona, y todo eso lo encontraba en mi (modestia aparte).
¡Entonces querés que desvirgue a tu otro amigo! exclamé sorprendido cuando el Gatito me lo dijo por teléfono.
Si el quiere, le contamos todo lo que nos hiciste en la casa de la Gordis y le dieron ganas, quiere saber lo que se siente ser atravesado por una verga como la tuya Gatote.
¿Seguro? Paúl no estaba seguro cuando llegamos con el
Porque Paúl es un miedoso Miguel y yo no somos así. ¿Querés Tito, querés?
Bueno, ¿cómo decirte que no a vos o a algunos de tus amiguitos?
¡Bien!
Quedamos para un viernes en que los 3 dijeron que irían a una fiesta. Era una coartada perfecta, es de lo más normal ver muchachos como ellos en los hoteles, los viernes y sábados, para asistir a las fiestas de 15 años que regularmente allí se organizan. Y eso me daba la oportunidad de llevarlos hasta una habitación, previamente alquilada por mi, sin levantar la menor sospecha y tenerlos para mi hasta la media noche por lo menos.
Llegaron a las 8:30 en punto, el papá de Miguel los llevaba. Yo los estaba esperando en el lobby, vestía un pantalón caqui con una playera blanca y un saco encima. En los pies tenía cómodas sandalias y me encontraba leyendo un libro, parecía un extranjero intelectual y maduro. Ellos también iban impecablemente vestidos, como debía ser al ir a una fiesta de 15. Oscarito llevaba un pantalón de lona azul, camisa blanca y chumpa café de cuero. El que imaginaba era Miguel vestía un pantalón de vestir café, camisa blanca y solo. Paúl era el que llevaba las mejores galas, saco gris con corbata negra y camisa blanca, se veía hermoso.
Ya sabían en qué habitación estaba, así que subieron al elevador como fingiendo dirigirse a los salones de fiesta, en donde, en lugar de entrar, bajarían 3 pisos por las escaleras hasta mi cuarto, en donde los estaría esperando. En menos de 10 minutos Oscarito ya estaba haciendo las presentaciones de rigor.
Bueno Miguel, te presento a Tito, el Gatote Tito, te presento a Miguel, el Colocho. en Guatemala les dicen colochos a los que tiene el pelo rizado.
Mucho gusto. me dijo algo apenado.
El gusto es mío. le contesté.
Bueno, si quieren podemos empezar ya, a las 12:30 nos van a venir a recoger. dijo Oscar.
Tenemos como 3 horas y ½ para hacer lo que queramos. agregó Paúl.
Momento, protestó Miguel a ustedes 2 ya se los cogió así que hoy me toca a mi. nos quedamos sorprendidos de lo decidido que era ese muchacho flacucho Tito, lléveme a su cuarto y cójame allí como se le de la gana que estos 2 se entretengan en la sala solitos.
Miguel, el Colocho, empezó a caminar decididamente hasta mi habitación, dejándonos sorprendidos a los demás. No lo iba a hacer esperar, así que, tras darles una beso a mi Gatito y a mi Gordis, me dirigí detrás de el. Cerré la puerta de la habitación detrás de mi.
¿Qué querés hacer primero Colocho?
Pues no sé mejor dígame usted
Es tu noche nene, tu decidís y no me tratés de usted, me podés decir Gato o Tito.
Bueno Tito ¿y si nos besamos primero? qué lindo niño, tan tierno como sus amiguitos.
Me le acerqué despacio y lo tomé de la cintura, acercando mi boca con aliento a cardamomo (me encantan los chicles con sabor a cardamomo) pego mis labios con los suyos, para dar inicio a un beso largo, que empezó tímido y suave, terminando en una apasionada comunión de nuestras lenguas. Me encantó su cuerpo delicado y su extrema delgadez, no es que el Colocho estuviera desnutrido, es que era uno de esos muchachos que parecen frágiles varitas.
Despacio lo conduje hasta el lecho, el ya sabía para qué así que cooperó, deseaba mucho que todo aquello se consumase por fin. Lo tendí sobre la cama, el me jaló del cuello para que quedara encima de el. Así, abrazados y rodando sobre la cama, continuamos con aquel apasionado beso. Miguel, a la vez que me besaba, frotaba su rostro contra el mío, le gustaba mucho sentir mi barba y bigote raspándole la carita. Por mi parte le acariciaba y estrujaba las nalgas, tenía pocas nalgas, la verdad, pero estaban duritas, y le besaba y lamía el cuello.
Entonces me separé de el, despacio le empecé a abrir la camisa, el se dejaba, mirándome con un amplia sonrisa, relajado pero nervioso a la vez. Se la quité y pasé a desabrochar su pantalón y se lo saqué, el mismo que quitó el calzoncillo, quedando desnudo por.
Tirado desnudo sobre la cama, ese niño era un poema. Moreno y muy delgado, con un cuerpo lampiño que expresaba delicadeza y fragilidad. Su rostro era lindo, de formas finas y rasgos indígenas, con un cabello muy negro y rizado. Más abajo, en medio de sus piernas aparecía un pene parado, no muy largo ni grueso, rodeado de vellos negros. Muy coquetamente se abrió de piernas, mostrándome sus testículos y ano en todo su esplendor.
Pasé con un pepino muy gordo metido en el ano todo el día, así que creo que todavía lo tengo abiertito. me dijo, y yo, inclinándome un poco, pude constatar de que era verdad, estaba aun bastante abierto Si me la querés meter ya, estoy listo
Todavía no mi Colocho, podemos jugar un rato más. Oí, le dije señalando a la sala, de donde ya salían ruidosos gemidos tus amigos están muy entretenidos.
Quiero chupártela Tito
Sus deseos eran órdenes, me puse de pié y me saqué la playera, y menos de un segundo después mi pantalón estuvo en el suelo, quedándome completamente desnudo y con una erección descomunal.
¡Puta Tito, qué cuerpo!
Gracias Miguelito
¡Qué bien estás! ¡Y esa verga ! Miguel me veía con la boca abierta sin poder dar crédito a mis dimensiones, y yo, exhibiéndome descaradamente, mecía mi pene hacia los lados para que lo continuara viendo.
No quiero parecer presumido, pero obviando el detalle de poseer un ciclópeo pene de 30 cm., con 6 de diámetro, y un par de huevos gordos y pesados, debo admitir que tengo un cuerpo espectacular para mi edad (56 años). Mis ojos son verdes esmeralda (razón por la que me dicen Gato), tengo un rostro barbado, varonil y muy atractivo. Mido casi los 2 metros de estatura y tengo una complexión robusta como un roble, fortalecida por los largos años de trabajo duro y últimamente por las pesas del gimnasio. Mi cuerpo es velludo como el de un oso, estoy, como me han dicho muchas veces, para comerme entero.
Tomé asiento en la cama y le indiqué a Miguel que se acercara, este se arrodilló rápidamente entre mis piernas y tomó la punta de mi pene con los labios, le empezó a dar una chupada deliciosa, lamiéndomela desde la base hasta la punta. El Colocho sentía una especial atracción por mis testículos, los que bajaba a lamer y besar cada vez que podía.
A veces levantaba un poco la cadera de la cama para darle entrada a mi ano, me encanta que me lo chupen. Y simultáneamente a la mamada, le manoseaba el ano, metiéndole un dedo sin problemas, y luego hasta 3 cuando le apliqué lubricante, Miguelito ya estaba listo.
Despacio y suave ¿si? me dijo suplicante cuando lo tendía sobre la cama con las piernas abiertas.
Nos vamos a ir a tu ritmo, ¿si nene?
Si Tito si querés no usés condón, aquello ya me contaron que te los cogés sin condón. Quiero sentir su semen adentro de mi.
Tus deseos son órdenes Colocho.
Coloqué la punta de mi mástil en medio de sus 2 delgadas nalguitas, levanté sus rodillas, poniéndolas sobre mis muslos, y empecé a hacer presión. Su carita era un poema, una deliciosa mezcla entre placer y algo de dolor, morbo y excitación, nerviosismo con un poquito de temor. En cuanto el glande terminó de entrar, Miguelito comenzó a mover las caderas hacia delante y hacia atrás, buscando se empalado de una buena vez. Me tomé mi tiempo, hice que sintiera cada cm. de mi masculinidad y hombría, hasta que, por fin, mis pesadas bolas toparon contra sus delicadas y pequeñas nalguitas.
¡¡¡OOOUUUHHH!!! ¡¡PUTA TITO, QUE VERGA, QUE VERGA!!
¿Te gusta Colocho?
¡¡SIIII!! ¡¡ME GUSTA MUCHO!! ¡¡COGEME, COGEME DURO, YA!! lo tomé de las caderas y empecé a darle, suave al principio, pero cada vez con más fuerza - ¡¡¡OOOUUU!!! ¡¡¡OOOUUU!!! ¡¡¡DIOS MIOOOOOTIIIITOOOO!!! ¡¡ROMPEME!! ¡¡ROMPEME!! ¡¡SIN PIEDAD!!
Cada vez mis acometidas zarandeaban con más fuerza su cuerpecito delicado, hasta el punto de estremecerlo algunos minutos después. Vi como se cubría de sudor rápidamente, como sus ojos cerrados y apretados, y su voz quebrada pedían más y gozaban como locos.
Su ano era muy estrecho y apretado, como corresponde a un primerizo, sentía como si me fuera a cortar la verga de tajo. Volteé hacia la puerta y allí estaba los otros 2 nenes, Oscarito y Paúl, desnudos, con las vergas paradas, sudados y mirándonos con atención. Con la mano les indiqué que se unieran y se fueron a poner a ambos lados de su amiguito, dándole sus penes en la boca para que se los chupara. Así, aquella primera vez de Miguelito fue con todo y una orgía.
¡¡¡¡MMMMMM!!!! ¡¡¡¡MMMMMM!!!! ¡¡¡¡MMMMMM!!!! gemía con fuerza mientras me lo seguía cogiendo y el le mamaba la verga al Gatito.
Te voy a sacar la leche. le dijo el Gordis, poniéndose a horcajadas sobre su vientre, enseñándome su culito abierto y lleno de leche (seguro de Oscarito) antes de sentarse sobre el de Miguel.
¡Cogete a esa puta de la Gordis! le dijo el Gatito, meneándole la cabeza a su amigo para que se la mamara mejor.
Levanté un poco al morenito de las caderas y me lo empecé a coger con fuerza así, para que la fuerza de mis metidas hicieran que el se la metiera duro a su vez al Gordito. Aquello funcionó y el Gordis empezó a pedir más duro.
¡¡DALE TITO, MÁS DURO!! ¡¡COGETE A ESA PERRA MÁS DURO, EL COLOCHO AGUANTA TITO!! ¡¡¡AAHH!! ¡¡¡AAHH!! ¡¡¡AAHH!! ¡¡¡ROMPE A ESA PERRRRRRAA EN DOS!!!
¡¡¡¡MMMFFGGHH!!!! ¡¡¡¡MMMFFGGHH!!!! ¡¡¡¡MMMFFGGHH!!!! ¡¡¡¡MMMFFGGHH!!!! gemía Miguelito con la boca llena de la verga del Gatito, que se veía a punto de acabar mientras se metía un vibrador azul entre el ano.
¡¡¡AAH!!! ¡¡¡AAH!!! ¡¡¡AAH!!! ¡¡¡ACABO!!! ¡¡¡¡VOY A ACABAAAAAARRRRGGGGHHHH!!!! gimió con fuerza el Gatito mientras inundaba la boca de su amigo que se afanaba en tragarse hasta la última gota.
¡¡¡YO TAMBIÉN!!! dijo el Gordis, que se masturbaba con fuerza ¡¡¡VOY A ACABAR, VOY A ACABAR!!! ¡¡¡¡AAAAAAAAUUUUUUUGGGGGHHHHHH!!!! gritó al mismo tiempo que se meneaba y cabalgaba con fuerza, regando el lampiño y moreno pecho de su amigo con sus chorros de semen.
¡¡¡¡MMMMMFFFFFF!!!! ¡¡¡¡MMMMMFFFFFF!!!! ¡¡¡¡¡UUUUUMMMMMFFFFFFFGGGGGHHHHH!!!!! gruñó Miguelito, descargando con fuerza y desesperación todo el contenido de sus testículos dentro del culito gordo de Paúl.
Así, mis 3 lolitos quedaron saciados pero ¿y yo qué? Le saqué la paloma a Miguelito y comencé a masturbarme con fuerza sobre su cuerpo, Oscar y Paúl me veía con atención mientras acariciaban mis nalgas y me las pellizcaban. Acabé, luego de un sonoro gruñido, sobre mi primerizo amante.
¡¡¡OOHH!!! ¡¡¡OOHH!!! ¡¡¡OOHH!!! ¡¡¡¡¡OOUUUUUGGGGMMMMMMMHHHHHH!!!!! largos chorros cayeron sobre el abdomen y pecho del morenito, que me veía con los ojitos entrecerrados, sonriéndome feliz y satisfecho.
Miguel quedó bañado en semen, que sus amigos no tardaron en bajar para lamer y tragar. Luego los 3 se me quedaron viendo, indicándome la hora, apenas había pasado como una hora desde que llegaron, aun faltaba tiempo para que los llegaran a atraer.
Su primera vez fue mejor de o que esperaba, superando todas sus expectativas, su ano había sido abierto y forzado al máximo sin sentir apenas dolor, había probado un pene gigantesco y delicioso, había mamado y había tragado semen ¿qué más podía pedir? Si, ya sé, ya sé seguir toda la noche
Pero bueno amigos, aquí me despido por ahora, que ya conocen a mis 3 nenes, con los que viviría aventuras que yo estaba lejos de imaginar, algunas buenas, otras no tanto, pero siempre pasándonosla muy bien. Gracias por su atención y los invito a escribirle a mi nuera y contarle qué les pareció esta pequeñísima serie.
Tito (Garganta de Cuero).
Pueden mandarme sus opiniones y comentarios a mi correo electrónico, besos y abrazos.