Los amigos de mis papás
Después de una fiesta en casa de mis papás, sigo la fiesta en mi casa con varios de sus amigos
Hace algunas semanas mis papás hicieron una reunión en su casa con algunos amigos suyos, Arturo no estaba en México, así que tuve que ir sola. Yo no sabía quién estaría en la reunión, pero de seguro habría alguien que podría darme una buena cogida, de seguro estaría alguien de quien ya había sentido entrar su verga en mi cuerpo.
Ese día decidí usar una tanga blanca, un pantalón blanco demasiado pegado, tacones negros de aguja, blusa negra, un pequeño brassier negro, la blusa me la deje por fuera para que me tapara el culo y mis papás no se enteraran que su hija es una puta que vive para tener sexo.
Al llegar a casas de mis papás una amiga de ellos me dijo que solo faltábamos mi esposo y yo, le comenté que mi esposo no podía ir. Los saludé a todos y vi que solo eran personas muy grandes, ninguno de ellos me había cogido. Era un grupo de amigos nuevos, llevaban poco de juntarse como unos tres años.
Para no variar todos me veían con deseo pero era difícil aventármele a unos de ellos ya que por lo que podía ver tenían mucho respeto por mis papás.
Mientras pasaba la fiesta yo los veía, comencé a desearlos hasta que sentí unas enormes ganas de que todos me cogieran ahí mismo. Me fui al baño de la que fue mi recamara y me masturbé pensando en varios de mis amantes.
Al regresar a la fiesta, todos bailaban, algunos ya habían tomado mucho alcohol. Baile con varios de ellos, pero nadie intento tocarme. Yo necesitaba sentir unas manos agarrándome las nalgas, mis tetas, que me dedeara la concha, otra vez estaba caliente.
El baile siguió por varias horas, yo seguía caliente, le escribí a mi sobrino Julián, pero él no podía verme ese día, le pedí que me escribiera cosas calientes.
J –Sí estuviera contigo te estaría agarrando las nalgas, diciéndote que eres mi puta.
P –Yo te diría que soy tu puta, te tocaría la hermosa verga que tienes, y después te la mamaría.
J –Me vendría en tu boca, después te acostaría abriría tus piernas y te la metería toda.
P –Que rico, me tienes bien mojada, siento como me entra, dame verga.
Así estuvimos un rato, hasta que Javier un amigo de mi papá me sacó a bailar, cuando mis papá se distrajeron le puse el culo sobre su verga, y lo moví, después me voltee y le sonreí, el me sonrío.
Nos fuimos a sentar un rato, estuvimos platicando de todo. Javier es un hombre divorciado. En algún momento me comentó que yo le gustaba mucho, yo le dije que él era muy guapo.
J –Que suerte tiene tu esposo, si mi esposa fuera como tú jamás me hubiera divorciado.
P –Solo me lo dices por caballeroso.
J –No Pamela, te lo digo en serio, desde que te conocí no he dejado de pensar en ti, eres hermosa.
P –Gracias, sabes hoy vine en taxi, porque no te ofreces a llevarme, podemos pasar un buen rato en mi casa.
J -¿Hablas en serio?
P –Por supuesto.
J –Vámonos ahora mismo.
P –No, se paciente, espera que termine la fiesta.
J –Está bien, pero se me hará eterno.
La fiesta siguió. En algún momento yo estaba en la cocina, sirviendo unas botanas, cuando llego Abraham otro amigo de mis papás, se acercó por atrás y me dio una fuerte nalgada, yo gemí del placer que sentí.
A –Veo que te gustan las nalgadas.
P –Sí que rico, dame otra.
Me nalgueó otra vez, volví a gemir.
A –Tenía que arriesgarme, necesitaba tocarte el culo.
P –Pues ya viste que me gusta, porque no vas conmigo a mi casa al terminar la fiesta.
A –Claro que sí.
P –Javier también irá.
A –Así que te gusta con varios putita, muy bien.
Le expliqué como estaría todo, que Javier me llevaría que él debía de alcanzarnos. Regresamos a la fiesta.
Javier y Abraham no dejaban de verme todo el tiempo, Abraham era soltero. Como los dos vivían solos podría tenerlos en mi cama toda la noche.
Llegó el final de la fiesta, mis padres me dijeron que me llevara uno de sus carros, pero Javier dijo que con mucho gusto él me llevaba, acepté y les di las gracias, salimos.
En el camino me acerqué a él y le acaricie la verga por encima del pantalón, en un semáforo lo besé en la boca.
P –Abraham nos va a alcanzar en la casa.
J –Pero ¿por qué? No te quiero compartir.
P –Después podemos estar solos, pero esta noche estaré con los dos.
J –Está bien.
Seguimos, todo el camino le acaricie el pene. Él se veía muy caliente. Al llegar a la casa entramos a la sala, le pedí que se sirviera algo de tomar, que yo iría a ponerme algo cómodo. Me metí a mi cuarto me puse una tanga negra, un brassier de ese color, medias hasta la mitad de los muslos con tacones de aguja, todo esto negro también. Retoque mi maquillaje, me puse un poco de perfume. Estaba acabando cuando tocaron el timbre, Javier abrió la puerta, escuché varias voces. Le grité a Javier, llegó a mi cuarto, le pregunté que quienes habían llegado, me dijo que era Abraham con varios de la fiesta.
Entró en mi recamara Abraham.
A –Vamos putita te estamos esperando.
P –Con quien viniste, te dije que estaría solo con ustedes dos.
A –Con varios de la fiesta, vamos puta, sabes que quieres varias vergas.
P –Pero qué tal si dicen algo.
A –Nadie dirá nada, a todos les pedí discreción.
J –Vamos Abraham, esa no era la idea.
A –Que no ves que esta puta quiere verga.
P –Está bien, salgan y ahorita los alcanzó.
Ellos salieron, yo me quede un momento en mi cuarto, pensando en que pasaría si mi esposo o mis papás se enteraran, estaba un poco nerviosa. Tenía dos opciones vestirme y pedirles que se fueran, o acostarme con todos. Todos sabían a lo que iban así que si me arrepentía podrían chantajearme, decidí salir, coger con todos y disfrutar, como casi siempre lo hacía.
Cuando llegué a la sala Abraham gritó.
A –Llegó la puta de la noche.
Los vi a todos, estaban además de Javier y Abraham, Norberto, Luis, Omar y Eulogio, los 6 eran mayores de 60 años. Todos aplaudieron cuando entré en la sala. Abraham puso música y me pidió que les bailara, la canción era una de esas que se usan para mover mucho el culo y excitar a tu pareja. Yo bailaba mientras los 6 estaban sentados viéndome, tome de las manos a Javier, lo puse de pie y le moví el culo sobre su pito, él lo tenía bien parado. Seguí bailando, se paró Omar y me bajo la tanga.
O –Ya no aguantó, te quiero coger puta.
P –Desnúdense todos.
Todos nos desnudamos, senté a Omar, tomé su verga bien parada y me la metí sentándome frente a él.
P –Que vergota, dámela toda.
Comencé a brincar sobre ella, él me tomó de las nalgas, me hacía bajar y subir muy rápido, me llenaba muy rico, pero casi no aguanto, no llevábamos ni cinco minutos cuando se vino en mi vagina.
O – Toma todo mi semen perra.
P –Dámelo papi, lléname la concha.
Cuando terminó, me levanté.
P –¿Quién sigue?
Norberto me jalo del cabello, me hizo hincarme y que le mamara la verga, le chupaba todo el tronco y después solo la cabeza, mientras se la mamaba Omar se vistió y se despidió. Norberto me sacó su verga de la boca, me levantó y me puso en cuatro sobre el sillón, ahí me la metió completa por la concha. Empujaba muy fuerte, sentía como mi vagina se abría para recibirlo, su verga estaba muy caliente, me estaba dando mucho placer.
P –Así dame duro, enséñame que eres mi macho.
Él me tomaba de la cadera, con su verga me empujaba y con las manos me jalaba hacia él, todo al mismo tiempo, me hizo llegar al orgasmo.
P –Aaaahhhh, sííííííííííííííííí me estás haciendo acabar.
Las contracciones de mi vagina le hicieron sentir mucho placer y me llenó la concha con su leche caliente. Salió de mí, cuando inmediatamente otra verga entró en mi coño, la verga era la de Luis.
L- Que rica estás Pamela.
P –Cógeme, hazme tu mujer.
Empezó con un movimiento lento, sentía como resbalaba fácilmente, ya tenía la leche de dos machos adentro y esto le facilito el trabajo a mi tercer amante de esa noche, yo sentía mi vagina muy caliente, ahora el que se iba era Omar, por lo visto me cogía y se iban.
P –Dame más rápido, enséñame que eres mi macho cogedor.
Él se empezó a mover más rápido, mi cuerpo iba de atrás hacia adelante muy rápido, él no me detenía solo me llenaba de verga, no aguanté más y tuve otro orgasmo.
P –Sí me vengo, que cogida me están dando, soy su puta, denme más verga.
Luis se siguió moviendo hasta que me la saco y se vino en mi espalda, yo me recosté en el sillón, se acercó Javier que me hizo acomodarme boca arriba en el sillón tomó mis piernas y las puso sobre sus hombros, apuntó su verga a mi concha, me la metió muy rápido, empezó a moverse.
P –Así me querías, dame duro, enséñame lo mucho que me deseas.
Él controlaba los movimientos tomándome de la cintura con lo cual me hacía levantar mi cuerpo y me dejaba caer sobre su verga, estás cuatro vergas que ya me había cogido eran normales, y ellos sabían moverse bien, Javier casi no aguanto y me llenó la concha de semen.
Cuando me la saco, me dio las gracias y dijo que esperaba repetirlo algún día, comenzó a vestirse y se fue junto con Luis. Por lo visto Javier si quería tenerme en exclusiva, tal vez algún día podría ser así, pero esa noche yo quería disfrutar de todas esas vergas que me estaban cogiendo, lo malo era que de las seis, cuatro ya se habían ido.
P -¿Quién sigue, quién me quiere dar su rica verga?
E –Tu primero Abraham, enséñale a esta puta para que esta hecha.
Abraham se acostó atrás de mí, levanto mi pierna derecha y me metió su dura verga.
P –Aaaahhhh que grande la tienes.
Su verga era muy grande y gorda, sentí como me llenó, y a pesar de que recibí 4 vergas antes esta tenía que abrirme más la concha para poder entrar.
P –Que delicia, sigue.
A –Toma puta, que buena estás, si te viera tu papá, eres una puta.
P –Sí los viera a ustedes cogiéndose a su pequeña hija, son unos aprovechados.
Eulogio se rió, mientras que Abraham seguía entrando lentamente en mí, cuando estuvo totalmente adentro sentí que me desmayaba de tanto placer. Él empezó a entrar y salir lentamente, yo no sabía qué hacer, que buena verga tenía ese hombre, nunca me imaginé que él tendría algo así entre las piernas. Con sus movimientos lentos me hizo llegar a un delicioso orgasmo, no dije nada, solo lo disfrute.
Cuando se dio cuenta que me hizo acabar me dijo que ahora le tocaba a él, siguió cogiéndome pero ahora muy rápido, me dolía un poco pero quería enseñarle que puedo ser una buena puta, así estuvo un rato hasta que termino dejándome todo su semen en el coño, salió de mí.
A –Te toca a ti.
E –No, dejare que descanse un poco, después de la cogida que le diste no podré disfrutarla bien si no se recupera.
A –Muy bien Eulogio pues yo también me voy.
Abraham se vistió y se fue, Eulogio me dejo descansar, paso como media hora, cuando me desperté, vi mi reloj eran las 5 de la mañana.
P –Es tu turno.
E –No, primero báñate.
Fuimos a mi recamara, me metí al baño, me di un rico baño, trate de sacar toda la leche de mi concha. Salí como 40 minutos más tarde, completamente recuperada. Eulogio estaba acostado en mi cama, vi su pene, era de un largo normal, pero extremadamente grueso, mucho más que la de Abraham.
P –Me vas a matar con esa verga.
E -¿Crees que partiré tu coño?
P –Sí, no creo que todo eso entre en mí.
E –Y también te la quiero meter en el culo.
P –No, como crees, jamás entraría en mi algo tan grueso.
E -¿Serías capaz de dejarme con las ganas de cogerme tu culo?
P –No mi amor, si quieres mi culo te lo daré, pero lo haces despacio.
Me puse entre sus piernas, comencé a chupar el tronco, pasaba mi lengua por todo ese pene, trate de metérmelo un poco en la boca, pasaba mi lengua por su cabeza, el gemía mientras yo seguía con eso.
Comenzó a dedearme el coño y a chupar mis tetas.
P –Así, soy tuya.
Pasaba rápidamente su lengua por mis pezones, ya eran las 6 de la mañana y yo estaba ahí siendo la puta de un maduro que estaba haciéndome gozar.
E –Lista para recibir mi verga.
P –Sí, ya la quiero adentro.
Me acosté y me abrí de piernas lo más que pude, él tomó su verga y la apuntó a mi concha, la metió muy lentamente, era impresionante lo difícil que era meterla, mi vagina no se podía abrir tanto tan fácilmente. Era un reto para mí ser llenada por aquella verga, cuando metió la mitad me dejo respirar, me dejo acostumbrarme a todo eso que tenía en mi concha. Después metió un poco más, yo le sonreía, sentía dolor pero podía más mi personalidad de puta, la cual me hacía también sentir muchísimo placer. Cuando terminó de meterla toda, le sonreí.
P –Gracias por darme toda tu verga.
E –Voy a esperar a que te acostumbres, para después darte una cogidota.
Estuvimos así un poco, pero sabía que por su edad era riesgoso que esperáramos tanto, pues se le podría bajar aquella vergota, así que comencé a mover.
P –Cógeme, dame esa rica verga.
E –Toma puta, que rico te mueves.
P -¿Te gusta cómo cojo?
E –Sí Pamela, que rica puta es la hija de mi amigo.
P –Sí soy una puta, siempre he sido así.
El aumentó el ritmo de sus movimientos, yo estaba empezando a disfrutarlo mucho, su verga hacia contacto con toda mi vagina, me llenaba muy bien, no aguante más y tuve un orgasmo.
P –Aaaahhhh que rico, síííííííííííííííííííííííííííí, eres un semental, soy tu puta.
Él seguía moviéndose, entrando y saliendo de mí, yo no dejaba de disfrutar de aquella verga que me llenaba de placer, las veces que había visto a Eulogio no me imagine que podría darme tanto placer.
Comenzó a chuparme los senos, mordía suavemente mis pezones, yo sentía como el placer iba por todo mi cuerpo, lo rodee con mis piernas y lo jalaba de la espalda para que me cogiera más fuerte.
Después me la sacó y se sentó en la cama, yo me paré, me senté en su verga dándole la espalda. Empecé a darme sentones, quería que me rompiera el coño con su verga.
E –Que rico te mueves.
P -¿Te gusta? Dame rico.
Seguí moviéndome, de abajo a arriba, y de arriba abajo. Empezaba a amanecer y yo estaba siendo cogida muy rico. Vi una foto de mi esposo que estaba en el buro, pobre Arturo con qué clase de puta se casó pero no lo podía evitar.
E –Ya te la quiero meter en el culo.
P –Sí.
Me quite de él, me puse en cuatro sobre la cama, le dije donde tenía lubricante, él preparó mi culo y su pene. Me metió un dedo, después dos, al meter el tercero yo ya no aguantaba quería sentir su pito en mi culo.
P –Ya métemelo, quiero tu verga en el culo.
El tomo su verga y la apunto a mi ano, cuando intento meter la punta sentí un poco de dolor.
E –Voy a meter la cabeza, te dolerá un poco.
P –No importa, cógeme, soy tu puta.
Empujó muy fuerte y su cabeza entró toda.
P –Aaaahhhh duele pero que rico se siente, métemela toda.
E –Espera, podría desgarrarte.
Me dejo acostumbrarme, poco después metió la mitad, yo sentía que mi ano se abría por completo, sentía como sí se fuera a romper, pero me gustaba ser sometida por mi macho, me gusta que el que me coge cuando me vuelve a ver, mire mi culo y piense que el metió su verga en mi ano, y yo se lo pedí.
Dio otro empujón y me la metió toda.
P –Aaaahhhh que rico me llenaste con tu vergota.
Yo empecé a moverme, él me tomó de la cintura y empezó a cogerme duro, sentía como me llenaba de verga para después sacármela. La mezcla de dolor y placer era deliciosa.
E –Muévete puta muévete.
Yo seguía moviéndome, el no aguanto más y me llenó el culo de semen.
P –Que rico, lléname de leche.
Me la sacó y se la limpie con la boca, se paró fue al baño, al regresar tomo su ropa y comenzó a vestirse.
P –No te vayas quédate conmigo.
E -¿Estás segura?
P –Sí acuéstate, durmamos un rato.
Nos acostamos, el en ropa interior yo desnuda, nos abrazamos y así nos quedamos dormidos. Poco después delas 12 me levante hice el desayuno. Eulogio llegó a la cocina me dio una nalgada.
P –Ya está el desayuno.
Nos sentamos a desayunar, platicamos de lo mucho que yo disfrutaba el sexo, que no tenía miedo a disfrutar. Terminamos de desayunar, descansamos un rato, como a las 2 nos bañamos.
A esa hora se despidió de mí, lo acompañe a la puerta, me dio las gracias por la excelente noche que paso. Cuando él iba a salir de la casa, lo tome de la mano y lo jalé hacía adentro.
P –Cógeme otra vez.
Fuimos a mi recamara, rápidamente nos desnudados, tomé su verga y se la mamé, no podía meterme mucho por lo gruesa que era, pero traté de mamar lo mejor que pude, y yo creo que a él le gustaba porque gemía mucho. Después lo hice acostarse y me senté sobre su pene.
P –Que grande tienes la verga.
E –Disfrútala puta.
Empecé a brincar sobre su vergota, el placer era enorme, rápidamente llegué al orgasmo.
P –Me vengo, que rico lo haces.
Él me hizo quitarme de encima, me puso en cuatro patas sobre la cama, y me la metió en la vagina.
P –Como me llenas con esa vergota.
Me cogió muy rápido, su verga entraba y salía a gran velocidad, me hizo llegar a otro orgasmo, cuando las descargas de placer estaban por todo mi cuerpo, Eulogio se vino en mi concha. Nos acostamos un rato para descansar, después se vistió y se fue, yo me quede en casa a descansar de la rica cogida que me dieron los calientes amigos de mis papás, espero ver a estos machos uno de estos días ya sea juntos o por separado.