Los Amigos de mi Padre

Había sabido de situaciones similares, pero nunca creí que sucediera en mi hogar.

Los Amigos de mi Padre

Por Georgina del Carmen

Soy hijo único y estoy por cumplir los 17 años y estudio la preparatoria en un colegio privado. Como todos los jóvenes de mi edad, estoy en la etapa de conocer el sexo y como primer paso es la masturbación, misma que práctico diariamente, cuando menos una vez, desde hace ya un par de años. En la práctica de este placer tengo muchas fantasías en las que me estoy cogiendo a mis vecinas, compañeras de la escuela, artistas de cine e infinidad de mujeres, pero la mujer que me ha inspirado la inmensa mayoría de mis masturbaciones es mi madre.

Sí, mi propia madre a quien deseo sexualmente desde que tengo memoria. Recuerdo que cuando era niño mi madre me bañaba y enseguida ella se metía a la regadera mientras yo permanecía en el baño secándome, me advertía "No vayas a voltear", pero era lo primero que hacía pudiéndola ver totalmente desnuda mientras se bañaba. Todo su cuerpo me impresionaba, pero especialmente su exuberante vello púbico, ignoraba que todas las mujeres y hombres lo tienen, creía que solo ella, de su cuerpo era lo que más llamaba mi atención.

Mi madre me acostumbró a verla en ropa interior, era muy común que por la casa, en las mañanas o en las noches, anduviera solo en brassiere y pantaletas, por pequeñitas y transparentes que estas prendas fueran. Quizá mi madre pensaba que por mi edad no me fijaría en ello o por ser mi madre no despertaría en mí deseos carnales con ella. Ella fue la primera mujer que despertó en mí los deseos sexuales y a quien le dediqué mi primera masturbación, que ahora se cuentan por miles.

Mis padres, se puede decir, que aun son jóvenes, cuando se casaron a causa del embarazo de mi madre que a la postre me daría la vida, tendrían 20 años, así que actualmente ambos tienen aproximadamente 37, se conservan en un estado físico excelente, especialmente mi madre quien siempre esta a dieta y asiste al gimnasio dos veces por semana, además de que en casa hace ejercicio todas las mañanas en casa, por cierto solo en brassiere y las minúsculas pantaletas de uso diario y no me pierdo de verla cada día. Y porqué no decirlo, mi madre esta bien buenota y sabrosa, con mucho gusto me la cogería.

Desde que era niño me mandaban a mi recamara en punto de las ocho de la noche para que durmiera y al día siguiente no tuviera problemas para levantarme primero a la guardería y luego a la escuela primaria. Desde que entre a la secundaria y hasta ahora me envían a mi habitación a las 9 de la noche con los mismos fines o para que me ponga a estudiar, aunque ahí veo la TV o con la computadora en Internet y es la hora en que me hago la "Chaqueta nocturna", independientemente de las que me pueda hacer en el día.

Estos obscenos deseos sexuales por mi madre se acrecentaron desde hace poco más de un año, convirtiéndose en una obsesión.

Cuando subía a mi recamara ya no bajaba por ningún motivo, ya que en el piso superior hay baño y todo lo que pudiera necesitar por la noche, sin embargo un día ya que estaba en mi recamara se me antojó inconteniblemente un refresco y traté de ir por uno a la cocina.

Me disponía bajar la escalera cuando escuché la voz de mis padres que aun estaban en la sala. Temiendo que se disgustaran permanecí en silencio mientras me animaba a bajar, me tiré de panza al pie de la escalera para ver si ya se disponían a subir a su habitación y aguantarme un rato en lo que se metían en ésta o de plano bajaba y se los decía, pero grande fue mi sorpresa cuando les pude ver.

Mi madre estaba casi desnuda, solo conservaba las pequeñas pantaletas transparentes tipo bikini y las zapatillas de tacón alto, bailaba contoneando su cuerpo voluptuosamente frente a mi padre quien sentado en el sillón la miraba, estaba totalmente desnudo y con la enorme verga en total erección.

Mi madre se veía extraordinariamente sabrosa, sus grandes y firmes chiches se columpiaban incitantes, sus nalgonas eran deliciosas a pesar de tener puestas las pantaletas, su cuerpo de piel blanca y exuberante era capaz de excitar a un muerto, se acariciaba todo el cuerpo con ambas manos al ritmo de la suave música que se escuchaba deleitando a mi padre quien no perdía detalle de sus movimientos mientras se frotaba la colosal verga y aparentemente dirigía los movimientos de mi madre.

Me quedé petrificado al ver aquella candente escena entre mis padres, mi verga se endureció como nunca y un calor extraño se apoderó de mi cuerpo. Silenciosamente seguí deleitándome con la excitante exhibición. Mi madre se acercó a mi padre inclinándose para que él le chupara las chiches mientras le acariciaba las portentosas nalgas y ella con una mano le agarraba la vergota frotándola.

Mi padre empezó a bajarle las pantaletas y haciéndola girar le besaba las nalgas y metía su rostro entre ellas seguramente para lamer el culito de ella. Le quitó las pantaletas por completo dejándola encueradita, mi madre se recostó en el sillón e inclinándose le besaba y chupaba la verga a mi padre que con su brazo extendido le manoseaba entre las sabrosas nalgas.

Minutos después mi progenitora se montó en mi padre metiéndose la tremenda vergota en su sexo dándose innumerables sentones, mientras mi padre se asía de los senos de ella masajeándoselas. Así duraron largo rato hasta que de repente se pusieron en pie, seguramente ya se habían venido y se disponían a subir a su habitación. Presuroso y en total silencio regresé a mi recamara para chaquetearme reviviendo en mi mente lo que había visto e imaginar que era yo quien se la cogía.

A partir de ese día todas las noches subsecuentes me dediqué a espiar como mi padre se cogía a mi madre en diversas poses y en ocasiones se venia en el rostro de ella bañándola con se esperma y mi madre le lamía la verga levantando con su lengua la leche sobrante.

Cuando creí que aquel mágico y excitante espectáculo no podría ser más cachondo, llegó el viernes por la noche. Como las noches anteriores mis padres se quedaron el la sala una vez que me habían mandado a mi recamara. Una vez que consideré que era hora del candente espectáculo salí de mi cuarto instalándome en el lugar de costumbre para mirar a mis padres teniendo sexo. Me sorprendí que aun no empezaran, mi madre estaba colocando en la mesa de centro algunos platones con botanas, la botella de licor y refrescos así como una hielera y vasos. Acto seguido se escuchó el timbre de la puerta, me intrigó quien podía ser a esa hora.

Mi padre abrió la puerta dando paso a un amigo de él que ya antes había visto en casa, saludó a mi madre besándole la mejilla y tomó asiento, mi madre sirvió tres tragos de licor y empezaron a tomarlo. Había pasado casi media hora y me empezaba a aburrir, creí que la visita les había interrumpido su acostumbrado acto sexual y por supuesto me había privado de la enorme excitación que me provocaba verlos coger.

Cuando me disponía a irme a mi cama lo nunca pensado por mí dio inicio, mi madre servia otras copas estando inclinada sobre la mesa de centro y el amigo de mi padre se colocó tras ella acariciándole descaradamente las nalgas por encima de la ropa, ante la apacible mirada de mi progenitor, mi madre se dejaba sin protestar, les dio la copa y el sujeto tomó asiento, mi madre le siguió sentándose en sus piernas, frente a mi padre, permitiendo que la falda se le subiera lo suficiente para dejar a la vista mas de la mitad de sus suculentos muslos.

Sin tardanza el tipo puso su mano en la entrepierna de mi madre haciendo que se perdiera bajo su falda y seguramente hasta su vulva, los tres reían complacidos mientras el tipo seguía manoseándola con impudicia. Mi misma madre empezó a desabotonarse la blusa dejando ver parte de sus prodigiosos senos semi cubiertos por el negro sostén de media copa y arremolinada sus nalgonas en el vientre del sujeto sintiendo seguramente su verga erecta.

No podía oír lo que se decían, pero mi madre se puso en pie quitándose la blusa, mientras el tipo le quitaba la falda dejándola solo en el pequeño brassiere y las minúsculas pantaletas negras transparentes tipo tanga que incrustadas en sus imponentes nalgas dejaban éstas a plena vista del visitante quien no desaprovechó para plantarle varios besos en el redondeado trasero, se acomodó la erección bajo su ropa antes de que mi madre se volviera a sentar en su vientre ahora solo en ropa interior.

Casi de inmediato el tipo desabrochó el brassiere de mi madre quitándoselo para chuparle las sabrosas tetonas, mientras ella seguía frotando su sabroso trasero en la verga del amigo de mi padre, quien solo veía complacido como cachondeaban a su esposa.

Mi madre se puso en pie empinándose para que el tipo le quitara las pantaletitas y le besara y chupara el culo, en tanto el sujeto se sacó la verga bien parada, minutos después mi madre dio media vuelta para mamarle la verga al visitante mientras que con ambas manos se separaba las suculentas nalgotas mostrándole a mi padre su culito y peluda vulva, mi padre se sacó la verga bien tiesa chaqueteándose mientras veía a mi madre disfrutar del falo de su amigo.

Mi padre a poco se fue desnudando hasta quedar encuerado sin perder de vista el lindo trasero de su pareja que seguía chupando la verga de su amigo, mi madre se incorporó para acercarse a mi padre y nuevamente se empinó chupando ahora la verga de mi padre, el amigo se encueró velozmente para colocarse detrás de mi madre y meterle la verga sin poder ver si era por su lindo culito o por su velluda raja sexual, solo se veía el vaivén de la cadera del tipo cogiéndose a mi madre que seguía mamándole la verga a mi padre.

Mi madre dio media vuelta en la misma pose, ahora era mi padre quien la envergaba y ella le chupaba el camote al amigo. Algo inaudible para mí se dijeron, el amigo se sentó en el sofá y mi madre se montó en él dándole el frente metiéndose ella misma la verga del sujeto, sus nalgotas quedaron bien paradas, mi padre se acercó y le metió la verga evidentemente por su magnifico culito, le estaban dando la doble penetración a mi madre quien envergada y enculada movía lo mas que podía su cadera emitiendo gemidos de placer que yo podía oír. Minutos más tarde ellos intercambiaron posiciones, ahora mi padre le envergaba por la vagina y el tipo entre sus hermosas nalgotas la enculaba.

Pasaron los minutos y los cambios de pose en todas las cuales le daban la doble penetración a mi madre que seguramente habría tenido ya varios orgasmos. Llegó el momento del éxtasis de ellos, mi madre se hincó y ellos se colocaron a sus costados, mi madre chupeteaba alternadamente sus vergas hasta que empezaron a eyacular sobre su rostro, mi madre recibía las descargas de esperma con la boca bien abierta para que echaran parte del semen dentro quizá para tragarlo y su rostro quedó bañado en la leche viril de ambos.

El candente espectáculo había terminado por esa noche. Cuando me puse en pie para irme a mi habitación estaba todo mojado, me había venido en seco viendo como se cogían a mi madre entre los dos garañones.

Al día siguiente, sábado, fue igual que la noche anterior solo que ahora era un tipo diferente y mi madre lo había recibido solo en baby-doll transparente y las diminutas pantaletas, sobre una sandalias destalonadas. Se notaba que ya lo habían hecho antes, se trataban con más confianza que con el invitado anterior, como la noche precedente se la cogieron en la doble penetración, eyaculando ambos en la boca de mi madre quien tragó el esperma sin desperdiciar nada.

El domingo no podía ser diferente, lo único distinto era el amigo de mi padre y la lencería de mi madre, quien lucia su atractivo cuerpo en brassiere, pantaletitas y liguero con medias, con zapatillas de alto tacón.

Así sucede, diariamente se la cóge mi padre y ocasionalmente entre semana, trae a algún amigo a disfrutar del excelente cuerpo de mi cachonda madre, pero los fines de semana, sin falta, siempre trae amigos, por lo general distintos, pocos han repetido, para cogerse conjuntamente a mi progenitora. Ella siempre luciendo con lascivia su apetitoso cuerpo en la sensual lencería que en gran cantidad posee y sabe exhibir para agradar y excitar a sus picadores y por supuesto a mí. Varias veces no solo a traído uno, sino dos y hasta tres, y entre todos al mismo tiempo le dan verga a mi caliente mamá, que se nota lo disfruta a mas no poder. Todos se van rotando de posición, de tal manera que al final todos estuvieron, en su momento, dentro de la boca, la vagina y el culito de mi cachonda madre.

Ignoro desde cuando mi padre trae amigos para que conjuntamente disfruten del voluptuoso cuerpo de mi madre, pero ello me hace feliz al tener que conformarme con masturbarme cuando veo que se la están cogiendo, ya que estoy seguro de que nunca podré gozar del extraordinario cuerpo materno, lo que es una lastima para mí.

Georgina del Carmen

Relato redactado con datos proporcionados por young-hot quien asegura son verídicos y autoriza su redacción y publicación, por lo que lo pongo a su consideración.