Los amantes del mercado (3)
En Canarias vivimos nuestra primera orgía.
Nos fuimos los cuatro a Canarias una semana en Noviembre que allí es temporada alta y esta llena de matrimonios de alemanes, holandeses e ingleses muchos de ellos dispuestos a tener sexo con otros matrimonios. Estábamos en Maspalomas en un hotel precioso cerca del mar. Uno de los atractivos de esa zona es un buen paseo por las dunas donde hay bastantes posibilidades de encontrar buen sexo, según nos contaros Carlos y Reme que iban cada año. La gente pasea por allí, casi todos desnudos buscando una opción de sexo acorde a sus gustos.
Era un martes por la mañana serían como las 12 del mediodía, habíamos estado en el hotel en la piscina y Carlos propuso darnos un paseo por las dunas hasta la hora de comer que llegaríamos a la zona del faro donde hay buenos restaurantes a la orilla del mar.
Íbamos los cuatro desnudos por una zona de las dunas por donde se ponían la mayoría de matrimonios extranjeros, Carlos y yo sudábamos mucho, nuestros cuerpos estaban perlados de sudor que resbalaba por nuestras barrigas y culos hasta llegar hasta nuestras pollas que estaban morcillonas de ver a algunas personas desnudas por allí. Reme y Mari también dudaban mucho y sus pechos se movían como balones deseosos de que alguien jugara con ellos.
Al final subímos a una duna muy grande coronada por unos árboles bastante grandes, necesitábamos descansar un poco y que nos diera la sombra. Cuando llegamos arriba cual fue nuestra sorpresa que entre los árboles había una pareja desnuda encima de una gran sábana a modo de toalla, parecía una autentica cama. Eran una hombre de unos 45 años gordote con pelo rubio por todo el cuerpo, grandes piernas, buen culo y una buena polla, estaba de pie mientras una mujer más o menos de su misma edad con un buen cuerpo también rubia con una grandes tetas muy duras y firmes y un buen culo duro y firme también, le estaba chupando la polla del hombre con una maestría increíble mientras el se tocaba sus pezones y barriga y sudaba también como un loco. No nos habían visto todavía ya que estábamos detrás de unos pequeños matorrales. La polla de Carlos ya estaba dura como una piedra y la mía estaba a punto de reventar, nuestras mujeres se dieron cuentan y empezaron a chupárnosla al igual que hacía la rubia con el osote alemán que parecía que se iba a correr en breve ya que empezó a resoplar y a follarse la boca de la rubia con mucha rapidez, así fue de repente pegón grito y empezó a soltarle chorros de leche sobre la cara de la rubia que intentaba lamer todo lo que podía, era mucha cantidad de leche y le resbala hacia sus tetas y barriga, al final tanto Carlos como yo también empezamos a corrernos con locos en las bocas de nuestras mujeres, nuestros gemidos alertaron a la pareja de alemanes que se quedaron un poco extrañados cuando nos vieron. Reme y Mari se tragaron nuestras leches y dejaron nuestras pollas limpias igual que hizo la rubia con la polla de su marido.
Nos miraron sonriendo y con un gesto nos pidieron que nos acercáramos a ellos, asi lo hicimos los cuatro desnudos y sobre todo las mujeres muy calientes y con sus chochos muy muy mojados.
- Hola, somos Helmut y Greta, somos de Munich.- se presentó Helmut en un español más que decente.
- Encantados, somos Carlos y Angel y nuestras mujeres Reme y Mari y somos de Madrid.- nos presentó Carlos
- Nosotros venímos todos lo años, ahora en Munich hay mucha nieve y mucho frío.- nos explicó Helmut
- Si en Madrid también hace frío ahora pero aquí se está muy bien y además con parejas tan guapas y calientes como vosotros mejor.- dije yo intentando pasar a la acción
- Venid tumbaros con nosotros.- nos ofreció Greta que no paraba de mirar a nuestras mujeres
Así lo hicimos, nos tumbamos los 6 en la enorme sábana que tenían, estábamos en sol y sombra y se estaba muy agradable, ellos tenían una pequeña nevera con todo tipo de refrescos, nos ofrecieron a los cuatro, estuvimos hablando durante un rato de todo lo que se podía hacer a nivel sexual allí en la isla, desde luego las posibilidades eran enormes. La conversación nos había calentado a todos, la enorme polla de Carlos ya estaba dura de nuevo y la de Helmut y la mía casi al 100%. Las mujeres necesitaban ya sexo, Mari y Reme no paraban de acariciarse las tetas y sus coños ya empapados, Greta se dio cuenta de ello y sin mediar palabra se abalanzó sobre las enormes tetas de mi mujer y empezó a besarlas y a morder su enormes pezones, Reme se abalanzó sobre el chocho de Greta y empezó a lamerlo con mucha maestría, al final las tres se pusieron de tal manera que se estaban comiendo el coño el uno a la otra. Nosotros ya estábamos con las pollas a reventar. Helmut no paraba de mirar los enormes huevazos de Carlos hasta que se los cogió y empezó a pajearlo al mismo tiempo aquello a mi me valió para empezar a chupar la polla de Helmut que ya tenía hasta gotitas de semen en su punta. Yo fui pasando de la polla de Helmut a la de Carlos hasta que jugué con las dos en mi boca a la vez, ellos no paraban de besarse y acariciarse sus enormes barrigas y sus culos incluso jugando con algún dedo en el ojete. Las mujeres seguían muy excitadas Reme ya se había corrido una vez y de repente dijo:
- Joder teneis tres chochos abiertos y mojados aquí para vosotros y no nos haceis ni caso-
Los tres hombres no empezamos a reir y sin mediar palabra nos acercamos a nuestras mujeres, Carlos cogió a Greta, Helmut a Mari y yo a Reme, Helmut empezó a sobarle las enormes tetas a mi mujer mientras ella agarró su polla y empezó a meneársela, Carlos puso a cuatro patas a Greta y de su solo golpe le metió su enorme polla por el chocho empapado, Greta dio un grito mitad dolor mitad placer al recibir aquel ariete enorme en su coñito y Reme y yo empezamos un 69 de campeonato. Así estuvimos un rato hasta que Carlos empezó a dirigir la cuestión. Puso a Greta boca arriba y le dijo a Reme que empezara un 69 con ella después le levantó las piernas a Greta y le empezó a lamer el ojete mientras yo le empecé a comer el ojete también a Reme, Helmut y Mari estaban follando como locos, mi mujer se había sentado sobre la polla dura de Helmut que cogiéndola de las caderas la subía y bajaba sobre su perfectamente lubricada polla, mi mujer estaba encantada mientras acariciaba la barriga y las tetas del alemán que sudaba y bufaba como un loco. Carlos empezó a empujar su enorme capullo contra el ojete de Greta que mientras mordisqueaba el chocho de Reme que ya estaba sintiendo mi rabo dentro de su culo y mis huevos golpear contra su culo lo cual hacía que metiera mucha mas su lengua en el coño chorreando de Greta que ya había tenido un orgasmo al ser enculada por la polla enorme de Carlos que golpeaba con sus huevazos el culo dolorido de Greta. Era un placer ver el cuerpazo de Carlos follando a Geta, sudaba y resoplaba, su barriga se moví a cada golpe de polla contra el culo de Greta, era un hombre que cada día me gustaba más, él nos había hecho descubrir una sexualidad impensable para nosotros. Pero ahí estamos follando con dos alemanes y yo gozando de ver como Helmut se follaba a mi mujer y verla a ella disfrutar y viendo como sus enormes tetas se movían al compás que marcaba el alemán con sus embestidas. Yo ya no podía más así que empecé una mete y saca frenético mientras pellizcaba mis pezones y mi barriga golpeaba el enorme culo de Reme, sin más inunde el culo de Reme entre espasmos tremendos, ella a la vez tuvo un orgasmo atroz debido a mi enorme corrida y a la lengua de Greta que manejaba su clítoris a su antojo. Carlos le llenó de leche el culo a Greta que estaba destrozada de tres orgasmos seguídos y a la vez su culo chorreaba la cantidad de leche que Carlos le había alojado en su ojete totalmente abierto.
Helmut y mi mujer seguían follando sin parar, ahora la tenía boca arriba con su piernas en los hombres y le apretaba sus enormes tetas que no paraban de moverse mientras ella no para de acariciar el precioso pecho rubio de su follador alemán, los cuatro estábamos exhaustos pero seguíamos viendo como Helmut y Mari seguían follando. Fue entonces cuando Reme se acercó por detrás de Helmut y empezó a besarle por la espalda mientras acariciaba su enorme barriga y su peludo pecho esto aceleró al alemán que de repente gritó y empezó a correrse como un loco llenando el coño de mi mujer hasta los topes, ella estaba con los ojos en blanco después de recibir ese torrente que la provoco el enésimo orgasmo.
Después de unos minutos de silencio y jadeos de recuperación Greta y Helmut nos ofrecieron unos refrescos, estuvimos un buen rato de charla y risas hablando sobre lo que había ocurrido. Al finalizar los refrescos nos levantamos y nos fuimos a comer, por supuesto quedamos con Greta y Helmut para el día siguiente pero esta vez en nuestro hotel. Nunca pensé que unas vacaciones dieran tanto de si a nivel sexual. Pero solo os puedo decir que durante nuestra estancia en Maspalomas follamos como nunca lo habíamos hecho y sobre todo que descubrimos que la sexualidad no solo se limita a hombre y mujer, las posibilidades son infinitas.