Los amantes del mercado (2)
El juego empezó y nunca antes habíamos sentido tanto placer, mi mujer quedo rota de placer
Una vez dicho esto, Carlos pasó a relatarnos cual era el juego:
- las mujeres van a empezar a hacerse un 69 y nosotros también nos haremos otro. La cuestión es que el primero de los cuatro que se corra perderá y será follado por los demás por todos los agujeros.- explicó a la vez que sacaba un enorme consolador de cintura que serviría para que las mujeres también pudieran follar, el consolador era más grande que la polla de Carlos y más largo.
- Os parece bien?- preguntó
Mi mujer y yo nos quedamos un poco parados, yo jamás le había chupado la polla a un hombre y Mari nunca había se había comido ningún coño, pero en el fondo el juego era divertido y sobre todo muy excitante para nosotros ya que durante años habíamos fantaseado con hacer tríos y cuartetos pero nunca habíamos dado ese paso, así que ambos decidimos que si, que jugaríamos.
Nos dirigimos a la habitación de Carlos y Reme, era muy espaciosa y la cama era muy grande, tipo americano, lo cual nos hizo sospechar que allí se montaban bastante fiestas sexuales.
Reme se tumbó en la cama boca arriba y mi mujer se acabó de desnudar dejando sus enormes tetas al aire y se tumbo encima de Reme. Muy torpemente empezó a lamer el chocho de Reme mientras esta metía la lengua con una maestría increíble en el coño de mi mujer que empezó a jadear gozando de una buena comida de coño. Carlos se tumbó boca arriba con su enorme pollón tieso mirando al techo, yo me terminé de desnudar y me puse sobre él y empecé a lamer su enorme capullo, por cierto los huevos de Carlos eran enormes, muy gordos como dos pelotas de tenis juntas, poco a poco se fui metiendo aquella tranca en la boca mientras acariciaba sus enormes pelotas, la sensación fue increíble para ser la primera vez que estaba con un hombre. Carlos se metió entera mi polla en la boca, la chupaba con una maestría tremenda y también jugaba con mis pelotas y mi ojete. Así estuvimos los cuatro durante un buen rato nadie quería correrse ya que sino sería follado por los demás y a mi aquello en principio no me acaba de gustar, yo aguanté todo lo que pude.
Mientras las mujeres seguían lamiéndose y mordiéndose el coño y el clítoris como dos posesas, veía a mi mujer disfrutar cada vez mas incluso empezó a jugar con el ojete de Reme y restregaba sus enormes tetas contra el cuerpo de Reme que metía la lengua y varios dedos en el coño abierto y rojo de mujer. De repente mi mujer empezó a moverse muy rápido y sin mediar palabra empezó a gritar mientras le llenaba la boca a Reme con sus jugo vaginales, menos mal yo ya estaba a punto de soltarle chorros de mi leche en la boca de Carlos. Una vez que mi mujer se corrió los demás paramos y nos tumbamos los cuatro en la cama esperando a que mi mujer se recuperara del tremendo orgasmo que había tenido.
- Bueno Mari has perdido así que ahora los demás te vamos a follar por todos tus agujeros, en tu caso tres, las reglas son que todos debemos follarte los tres agujeros y al final tu decides donde nos corremos Angel y yo ya que Reme se correrá mientras la comes el chocho o si tu quieres uno de los dos podemos hacer correr a Reme follándola- explicó Carlos con la polla todavía dura como el mármol
- Perfecto, ha quedado entendido, y quiero correr yo a Reme le he cogido el gustito a su chocho- dijo entre risas mi mujer
Pasados unos minutos empezamos a follar a mi mujer, se puso primero a cuatro patas con su culo en pompa y sus enorme tetas colgando, Reme se puso el enorme consolador atado a su cintura y empezó a metérselo por el coño a mi mujer aquello era enorme pero la maestría de Reme y el coño empapado de mi mujer ayudaron a que entrara poco a poco, mi mujer empezó a gemir como nunca antes la había visto en ese instante Carlos se puso delante de ella y le metió su enorme verga por la boca, yo estaba atónito mirando el cuadro, mi polla estaba mas dura que nunca así que empecé a jugar con las tetas de mi mujer y con las tetas de Reme que se movía al compás de su follada, Mari estaba como en éxtasis, el consolador había entrado entero y la polla de Carlos no para de entrar y salir de la boca de mi mujer, sin mediar palabra Reme sacó el enorme consolador del chocho de mi mujer, Carlos le sacó la polla de la boca y cogió a mi mujer, la levantó y puso a Reme boca arriba con el consolador apuntando al techo, hizo sentar a mi mujer en aquel ariete enorme que se metió muy despacio hasta el fondo, Carlos se acercó por detrás y le empezó a lamer el culo a Mari, mientras yo le metía la polla a mi mujer en la boca, al cabo de unos minutos Carlos se estaba follando a mi mujer por el culo de tal manera que sus tres agujeros estaban llenos, Mari estaba en un éxtasis completo no paraba de tener orgasmos, Reme me comía también los huevos que estaban a punto de reventar. Carlos y yo sudábamos como leones, nuestras barrigas sudorosas chocaban contra los cuerpos de las mujeres. Fue entonces cuando yo cambié mi puesto con Carlos y me follé el culo de mi mujer que estaba superabierto mis huevos chocaban contra sus nalgas y mi sudor me recorría todo el cuerpo, mis pezones estaban duros como piedras y yo no para de bufar y resoplar aguantando el momento de correrme.
Luego pasamos a follarnos a mi mujer por el coño tanto Carlos como yo mientras Reme le metía el enorme consolador por el culo a mi mujer que ya estaba absolutamente rota, los cuatros estábamos es éxtasis total. Fue cuando mi mujer dijo casi sin fuerzas que quería nuestras leches mientras le comía el coño a Reme. Así que Carlos se tumbó boca arriba y Mari se metió de nuevo aquel enorme pollón mientras yo por detrás la destrozaba el culo ya rojo de tanto mete y saca, Reme le acercó el coño a la boca a mi mujer y así empezamos nosotros un mete saca frenético y la lengua de mi mujer no paraba de lamer el coño y el clítoris de Reme, así estuvimos unos minutos hasta que casi al unísono los tres gritamos de placer y empezamos a soltar nuestros jugos en el el culo, boca y coño de mi mujer a la vez que ella tenía su enésimo orgasmo. La leche de carlos le salía del coño a Mari y le resbaló hasta los huevazos de Carlos, yo saqué mi polla empapada y la boca de Mari chorreaba la enorme corrida de Reme.
Terminamos los cuatro rendidos en la cama jadeando y sudorosos, yo besé a mi mujer que estaba destrozada de placer mientras Reme y Carlos nos miraban con deseo.
- Os ha gustado el juego?- preguntó Carlos
- Ha sido increíble.- contesté yo ya que mi mujer no podía articular palabra
A partir de aquel día nos juntamos todas las semanas ha empezado una maravillosa amistad y vamos juntos a todas partes. Seguímos jugando a ese juego tan morboso y las tres últimas veces he sido yo el penetrado por todos mis agujeros, mi culo ya está acostumbrado al pollón de Carlos y al consolador y me encanta tragarme la leche de Carlos que es muy abundante. De vez en cuando Carlos y yo hacemos sexo juntos y nos encanta sentir nuestras barrigas chocando una contra otra cuando nos follamos, muchas veces lo hacemos delante de nuestras mujeres que se vuelven locas viéndonos mientras juegan con sus coños y sus tetas y al final acabamos corriéndonos en sus bocas. Muy pronto os contaré lo que nos pasó en nuestro viaje a Canarias, nuestra primera orgía