Los amantes del mercado

Fuí al baño y ví como una pareja follaba en el water del mercado mientras yo me pajeaba mi enorme pollón.

Hola me llamo Angel, soy un hombre de 64 años, mas o menos 165 cm de estatura y 110 Kilos de peso, osea lo que se llama un hombre gordote aunque muy fuerte ya que he hecho deporte toda mi vida, soy calvo y llevo barba blanca, estoy casado desde hace 35 años con Mari, una mujer de mi estatura con una enormes tetas y culo memorable, también está rellenita y tiene 5 años menos que yo. Tenemos 3 hijos que desde hace algunos años ya no viven con nosotros, lo cual nos da la posibilidad de disfrutar mucho mas de nosotros y nuestro tiempo juntos. Yo estoy prejubilado y mi mujer ha sido siempre ama de casa. Nos gusta mucho pasear e ir juntos a todas partes, nos queremos mucho y compartimos todo en nuestras vidas. Somos muy ardientes sobre todo ella que necesita ser follada casi todos los dias y yo todavía estoy con ganas de follarla por delante y por detrás y con mucho placer. Nos gusta mucho ir a playas nudistas, se está muy tranquilo y nos gusta sentir el agua y el sol en nuestros cuerpos desnudos además de ver a otras parejas y tener fantasías con ellas mientras follamos en casa los dos solos.

A mi mujer le gusta mucho follar por al levantarnos, ella sin mediar palabra me empieza a mamar mi polla, bastante gorda por cierto mientras yo jugueteo con mis dedos en su coñito, así estamos un buen rato hasta que ella se sienta sobre mi pollón y empieza a cabalgar sobre mi mientras yo masajeo sus tetas y ella juega con mis pezones hasta que la inundo el coño con mi leche, descansamos un poco nos duchamos y ya empieza nuestro día. Cuando terminamos de comer solemos tumbarnos en el sofá a ver la tele e intentar quedarnos dormidos pero siempre me pasa que no puedo dormir hasta que no me le he comido el coño a mi señora y siento sus flujos vaginales en la boca mientras yo me pajeo como un loco y acabo metiéndosela en la boca y llenándole la boca con mi semen caliente y abundante. Por la tardes-noches solemos ir a dar un paseo cerca de casa o nos vamos al cine que tenemos también cerca de casa. Esa es nuestra vida, somos felices nos queremos y disfrutamos de nuestro amor y nuestra sexualidad al 100%. Pero todo esto cambió para bien.

Un día como otro cualquiera pasó algo que cambió nuestra vida para siempre ya que desde ese día nuestra vida está llena de un aliciente que nos hace vivirla mucho más intensamente. Paseábamos por la calle en dirección al mercado en un día de mucho calor en verano, yo iba en pantalón corto y camiseta que marcaban mi barriga y mis tetas y mis pantalones dejaban al descubierto parte de mis muslos peludos. Mi mujer iba con un vestido de verano sin mangas marcándole perfectamente sus enormes pechos y sus pezones duros como piedras y un culo memorable. Llegamos al mercado y empezamos a comprar las cosas que nos hacían falta, al cabo de un rato yo tenía ganas de mear y me fui al baño del mercado, estaba ya meando en un urinario cuando empecé a oir unos pequeños gemidos en el water tras de mi que estaba con la puerta cerrada. Creía que estaba solo pero parecía que no, sigilosamente me acerqué al baño que estaba al lado y sin hacer ruido me subí a la taza del water para intentar ver lo que pasaba dentro. Me asomé con mucha discreción y pude ver como una mujer gorda y mayor estaba apoyada en la taza del water con las manos mientras un hombre de unos 55 años mas o menos como yo de estatura y mas o menos mi cuerpo se la follaba como un animal por el culo, sudaba mucho y le tenía tapada la boca a la mujer para que no chillara, al cabo de unos minutos de ver aquello, yo ya tenía la polla dura como una piedra y empecé a tocarmela por encima de los pantalones hasta que me corrí encima a la vez que veía como el hombre se corría en el culo de la mujer. Me bajé y me fui para que no se dieran cuenta que estaba allí. Llevaba una mancha en el pantalón producto de mi corrida salvaje, intente taparme como pude hasta que llegué donde estaba mi mujer

  • Donde estabas? Estaba preocupada- me dijo mi mujer
  • No te vas a creer lo que he visto- contesté yo

Le relaté a mi mujer lo que había visto y que la mancha del pantalón era de una corrida no de una meada, noté como ella se excitó al contarselo, justo en ese momento vimos a la pareja que estaba follando en el water salir hacía la calle.

  • Sigamosles- le dije a mi mujer
  • Para que?- preguntó ella
  • No querías aventuras? Vamos a ver donde van y a ver que pasa- le dije yo

Empezamos a seguirles a una cierta distancia, de espaldas ella era muy parecida a mi mujer y él muy parecido a mi pero con un culo mas grande. Pararon en un bar, entramos tras ellos, pidieron una caña y nosotros también. Ellos hablaban animadamente y nosotros no parabamos de mirarles, Yo ya me estaba imaginado follandome a esa mujer mientras el hombre le comí el coño a mi mujer, aquello hizo que mi polla se pusiera dura de nuevo y me marcara un enorme bulto en el pantalón. Ellos de reojo de vez en cuando nos miraban y seguían a su charla, al cabo de un rato yo decidí ir al servicio ya que no podía aguantar mas las ganas de volverme a correr y deseaba hacerme una buena paja muy rapidamente. Os he de decir que puedo correrme hasta 6 veces diarias, me viene de familia mi padre y mi abuelo eran igual que yo y mas de una vez nos la meabamos los tres a la vez pensando en mujeres. Cuando estaba en el baño con mi enorme polla en la mano se abrió la puerta del baño y apareció el hombre que se me quedó mirando primero a los ojos y luego a la polla, yo me quede un poco paralizado pero a los pocos segundos reaccioné y seguí pajeándome mientras le mira a su cara y a la vez a su enorme paquete, era enorme, no paré hasta que mi leche saltó delante suyo a borbotones, el empezó a reirse mientras se tocaba su enorme paquete que había crecido debido a una enorme erección. Si mediar más palabra se la sacó, joder su polla era muy muy gorda, mucho más que la mía y empezó a pajearse también mientras estaba apoyado en la puerta para que nadie pudiera entrar, y sin más soltó unos chorros de leche que llegaron hasta mis pies manchándome las sandalias, sin decir nada nos limpiamos y lavamos las manos, fue cuando nos estábamos secando las manos cuando el hombre habló.

  • Hola me llamo Carlos y mi mujer Reme, te hemos visto espiándonos mientras follábamos, nos ha dado mucho morbo y luego al ver que nos seguíais nos hemos calentado otra vez y veo que vosotros también, de reojo he visto como te crecía el paquete jejejeje- dijo Carlos que así se llama
  • Si a mi me ha pasado lo mismo.- le dije yo
  • Quereis venir a casa?- se ofreció Carlos
  • No se tendría que hablarlo con mi mujer- contesté yo

Salímos y cual fue nuestra sorpresa que las dos mujeres estaban hablando en la barra del bar, ambas se reían y parecía como si se conocieran de toda la vida.

  • bueno parece que ya os habeis presentado.- dijo Carlos
  • Si, al ver que tardabais nos hemos puesto hablar criticando a los hombres.- contestó Reme la mujer de Carlos
  • Nos dice Carlos que si queremos ir a su casa a tomar algo.- le dije a mi mujer Mari
  • Si, lo sé, lo mismo me ha dicho Reme.- me dijo a su vez mi mujer
  • Pues entonces nos vamos.- sentenció Carlos

Nos encaminamos a su casa. Os voy a describir a Carlos y a Reme. Carlos es una hombre bajito como yo con el pelo rapado, de más o menos mi peso, osea gordote y fuerte, llevaba también unos pantalones cortos con unos buenos muslos y un buen culo y llevaba una camisa de manga corta abierta hasta la barriga que enseñaba su precioso pecho peludo con unos pezones muy grandes y una barriga redonda y preciosa y como os dije antes con una enorme polla. Reme era un poco mas alta que mi mujer también gordita dos buenas tetas no tan grandes como las de mi mujer y un buen culo y unos labios que deseaba ver como me besaban y como se ajustarían a mi enorme verga.

Entramos en su casa después de un pequeño paseo en el que ya abiertamente se habló de todo lo que había ocurrido en el mercado y en el baño entre Carlos y yo y aquello nos excitó muchísimo a los cuatro. Nos sentamos en el salón mientras nuestros anfitriones nos traían unas bebidas, yo seguía empalmado y mi mujer yo la notaba que estaba también muy excitada ya que no paraba de tocarse las tetas.

Llegaron Carlos y Reme con las bebidas que apenas tocamos ya que sin mediar palabra Reme me empezó a besar como una posesa, por fín sentí esos enormes labios y esa lengua caliente que movía con mucha maestría. Carlos se sacó su enorme verga y se la acercó a Mari a la boca y sin perder un segundo ella la cogió con las dos manos y la empezó a chupar muy lentamente acostumbrándose a su enorme tamaño. Yo le quité a Reme el vestido hasta que se quedó solo con unas bragas minúsculas que apenas tapaban la raja de su culazo y tapaban su chocho ya totalmente mojado, empecé a lamerle las tetas y chuparle los pezones y fui bajando hasta que llegué a la altura de coño, le quité las bragas y empecé a lamer su coñito y su clítoris, ella se empezó a retorcer de placer, metía un y dos y hasta tres dedos dentro de su coño que estaba muy abierto, no me extrañaba ya que solo de pensar en la polla de Carlos entrando en ese chochito tendría que tenerlo mucho más abierto. Mientras mi mujer ya había conseguido meterse el pollón de Carlos entero en la boca, mientras él masajeaba las enormes tetas de mi mujer. Así estuvimos un rato hasta que de repente Carlos dijo:

  • Ahora vamos a hacer algo diferente, estais preparados?

Continuará