Los abuelos del parque
Una voluptuosa tetona acaba en un parque, dispuesta a follarse a dos viejos pervertidos que no paran de comentar su cuerpo.
Esta historia me paso hace año y medio más o menos (algunas cosas han sido cambiadas o exageradas). Os recordare como soy, mi nombre es Mónica, vivo en España, Mido 165 cm y peso 52 kg, por aquel entonces tenía el pelo naranja teñido, liso con flequillo y me llegaba un poco por debajo de los hombros. Al no ser muy alta y bastante delgada mi pecho resalta bastante más en mi cuerpo, llevo una 110c de sujetador (la rara vez que uso uno) las cuales gracias a dios aún se mantienen tiesas en mi cuerpecito. De espaldas también suelo gustar bastante dado que tengo un buen culo duro y redondo curtido en 6 años de voleibol, el cual aún practico a día de hoy. Mi cara es perfilada y afilada con los labios carnosos y las pestañas largas.
Ya era por la tarde, la gente estaba llegando a casa de trabajar y yo acababa de salir de voleibol. Ese día Sali con prisa de casa y no me di cuenta de que no había puesto un recambio de ropa en mi mochila, así que al salir de ducharme guarde el sujetador deportivo y las bragas los cuales estaban empapados en sudor en la mochila, salí del vestuario con una camisa blanca de voleibol que me quedaba dos tallas pequeña por lo tanto se me subía por la parte de mis tetas dejando mi ombligo al aire junto a un pantalón de chándal muy cortito que deja parte mis nalgas por fuera, sin nada debajo. Sí que es verdad que en general me gusta provocar pero ese día pensé que era un poquito demasiado, pensé que bueno, la mayor parte del camino era un trayecto en bus hasta mi casa así que me lo podía permitir.
Me puse a caminar unos minutos por la calle vacía, disfrutando la brisa fría contra mi cara la cual me endureció los pezones debajo de la camisa, si hubiera habido alguien más en la calle habría tenido un gran espectáculo de mis tetas botando dentro de mi camisa con los pezones erizados. Este pequeño placer se cortó cuando paso por mi lado el bus que tenía que coger, me quede con cara de tonta mirando como se iba y mentalizándome para esperar una hora y media más, en mi defensa diré que el bus había llegado antes de lo que solía llegar normalmente. Llegue a la parada y efectivamente, aún quedaba una hora y pico así que en vez de estar ahí de pie esperando camine un poco más hasta una plaza llena de matorrales y arboles bien escondida de la calle. Al entrar en la plaza estaba desierta excepto por dos personas en la zona de los bancos y un quiosquero que ya estaba cerrando su quiosco para irse, se me quedo mirando las tetas de una forma un tanto descarada, la cual para que engañarnos me gusto así que le sonreí cosa que creo que ignoró o no se percató embobado con mis tetas. Seguí caminando hasta los bancos sacando los cascos de mi mochila y colocándome uno en cada oreja dispuesta a esperar un rato hasta que llegara el bus. Habían dos bancos, uno en el que estaban dos viejitos tiernos sentados hablando de sus cosas y otro en frente de ellos a dos metros así que para no molestarles me senté en el que tenían en frente. Ellos hablaban entre si en lo que yo empezaba a cabecear buscando una canción que ponerme, ellos debieron entender que tenía la música puesta y no los podría oír porque de repente uno de ellos soltó
“Menudos melones tiene la niña eh mira cómo se le marcan”.
A lo que el otro le contesto
“Buff carita de zorra aniñada y los tetones gigantes, las chicas así son mi perdición”
Si ya tenía los pezones duros por el frio ahora podría haber cortado la fina tela de la camisa con ellos. Interesada en lo que tenían que decir bloquee la pantalla del móvil y lo deje de lado en el banco mientras movía la cabeza y el pie a un ritmo inexistente para engañar a los abuelos. Coloque los brazos en el respaldar del banco y apoye la espalda echándola para detrás, dejando que mis dos globos gordos se marcaran aún más en mi camiseta mientras giraba la cabeza hacia un lado, mirando de reojo a los viejos. Uno, el que estaba sentado a la izquierda iba arreglado, con una camisa de botones que lucía un patrón de líneas marrones la cual estaba metida por dentro de un pantalón formal bien planchado marrón y en sus pies unos mocasines negros. El otro era lo contrario, llevaba una camisa de un equipo de futbol que no conocía y un chándal gris manchado en varias partes acompañado de unas sandalias con calcetines. Los dos eran calvos, el izquierdo era delgado y escuálido mientras que irónicamente el que iba vestido de deporte tenía una gran barriga cervecera junto a unos brazos y unas manazas gordas. Ellos siguieron hablando de mi como si yo no estuviera delante de ellos.
“Viste como se le movían dentro de la camisa, como tienen que botar cuando te la estas follando” Dijo el viejo gordo sin quitar sus ojos de mis tetones.
“Tiene que ser una locura, una delicia, el séptimo paraíso.” Contesto el delgado ansioso “Pero igual es muy joven para haber copulado” añadió rápido, mirándome a la cara y volviendo a mirar hacia otro lado, él era más considerado.
“Olvídate, ahora empiezan super jovencitas, tus nietas ya seguramente hayan chupado una polla y esta con ese cuerpo habrá sacado más leche que la central asturiana. Además, mírale el pelo es de las que se tiñen, esas están mal de la cabeza obsesionadas con el feminismo y el medio ambiente pero luego les encanta estar chupando pollas mientras les dicen lo buenas que están.” El gordo no mentía, al menos en la última parte.
El delgado se río tímidamente “Igual sí que tiene un cuerpo para el pecado, seguramente lo sabe y por eso lo luce así”.
“Lo luce así porque es una puta y le pone que la miren, si no por que iba a sentarse delante nuestro así, mírale como tiene los pezones. Debería serle más fiel a sus principios de puta y quitarse la camisa directamente.”
Me mordí el labio inferior con estos comentarios cada vez más caliente, ellos no paraban de mirármelas y yo no quería que pararan. Gire la cabeza hacia ellos y bajaron la voz murmurando otra vez, me fije como se empezaba a asomar un bulto en el chándal gris del viejo de la derecha. Esa fue la señal que me armo de valentía, o simplemente estaba muy cachonda y me apetecía que me dijeran más cosas no sé. Me quite los cascos mirando al abuelo de la derecha fijamente y me levante dejando el móvil y la mochila en el banco. Empecé a caminar hacia ellos, el viejo de la izquierda palidecía mientras que el otro se quedó con los ojos como platos mientras se mordía el labio mirando fijamente a mis tetones que se movían con cada paso. Me pare delante de el con los brazos cruzados, pero sin tapar mi pecho, levantándolas con los brazos.
“Repite lo que acabas de decir si eres tan valiente” Le dije seria con la ceja arqueada
“Perdón niña, perdón en serio no pretendíamos insultarte” Gimió el viejo de la izquierda casi llorando.
Yo lo miré de reojo aun con la ceja arqueada unos segundos y después volví a posar mis ojos en el viejo de la derecha.
“Ejem ejem” dijo el viejo aclarando su garganta. “Dije… que tenías unos melonazos de escándalo y que deberías llevarlos al aire” concluyo el viejo sonriente mientras empezaba a sobarse el bulto por encima del pantalón, su amigo se quedó boquiabierto mirándolo, no pudiendo creerse lo que acababa de decir.
“¿Sí?” pregunte mojada metiendo mi mano debajo de la camisa, acariciándome el abdomen y subiéndola ligeramente.
“Uff si niña” dijo el viejo entre su respiración fuerte, mientras seguía amasando su bulto el cual había crecido más en el pantalón dejando intuir algo muy gordo.
“¿Y que más dijiste?” respondí con cara de zorra subiendo la mano hasta por debajo de las tetas acariciándome la parte superior del abdomen. El otro viejo se quedó quieto en su sitio, sin asimilar lo que estaba pasando.
“Umm ya no me acuerdo, esas gemelas me tienen atontado, algo de como botan, ni me imagino como se tienen que poner cuando estas rebotando en una polla… Vamos niña estamos solos nosotros tres, sácatelas un ratito anda...”
Yo mire hacia los lados, era cierto estábamos solos. Incapaz de contener la sonrisa giré la cara mientras con las dos manos me subí la camisa por encima de las tetas, mordiéndome el labio y mirando por el rabillo del ojo a los dos viejos.
“UFFFF” Exclamo el viejo gordo mientras metía su mano dentro de su pantalón y empezaba a tocársela. El otro abuelo siguió boquiabierto clavando sus ojos en mis tetazas al aire.
Yo termine de quitarme la camiseta y la deje en mi mano, acto seguido levante los brazos y puse las manos detrás de mi nuca dejando mis tetones bien tiesos y bien a la vista, les remate el espectáculo sacándole la lengua al viejo verde mientras le miraba con cara de zorra.
“Mmmf tu eres un zurrón acércate mas anda” resoplo el viejo sin parar de sobársela.
Yo camine hacia delante sonriente, mordiéndome el labio mientras el no paraba de sobársela, ahora podía ver claramente la cabeza de su polla contra el pantalón mientras se la zarandeaba, seguramente no llevaba calzoncillos. Una vez mis rodillas rozaron sus piernas puso su mano en mi abdomen palpándolo con una mano mientras con la otra seguía sin pausa dándose placer. La mano se sentía caliente contra mi fría piel y tenía intención de seguir subiendo. Mientras subía le miraba a los ojos, los ojos de un viejo pervertido que estaban brillando al tener mis tetones tan cerca. Solté un gemido cuando por fin llego a mi teta derecha y comenzó a estrujarla con fuerza mientras gemía. Después de amasarme la teta derecha hizo lo mismo con la izquierda, unos segundos después comenzó a toquetear mis pezones duros con su dedo índice hasta que se aburrió y lo empezó a retorcer en lo que yo solté un gemido profundo.
“Ufff papi, así” susurre yo
“¿Y de culo como vas niña? Se te intuye un buen culazo.”
Yo no dude y me di la vuelta separando las piernas y arqueando la espalda mientras ponía mi culazo en pompa delante del viejo.
“Ufff no me equivocaba” Rio el viejo mientras la palma de su manaza chocaba con mi nalga, resonando en toda la plaza.
Yo mire otra vez a los lados y en la distancia había una persona paseando a su perro, pero estaban bastante lejos y parecía que se intuía lo que estaba pasando así que no se acercó.
“¿Te gusta por el culo nena?” Me pregunto el viejo esta vez con sus dos manos en mi culo amasándolo a su gusto, dándole nalgadas cuando le apetecía.
“Me dejo a veces” conteste sonrojada disfrutando de cómo me estaba sobando el culazo. El aprovechó para bajarme el pantalón corto por debajo de las nalgas. Yo me puse las manos en la cara cachonda y un poco avergonzada por si me veía más gente.
“Dios que obra de arte, coño” Remato el viejo con otra poderosa nalgada que me hizo dar un saltito del susto. “Como lo puedes tener tan redondito y duro uff mmmmfff” El abuelo pego su cara contra mis nalgas, restregándola completamente. Empezó a pasear su lengua por ellas, a morderlas y besarlas durante más de un minuto hasta que finalmente coloco cada mano en una nalga y las separo. Se quedo mirando unos segundos en los que se relamía hasta que unos instantes después me clavo su lengua en el ano y comenzó a relamerlo. Mientras me comía el culo comencé a gemir y mojarme a partes iguales y puse una mano en mi clítoris empezando a frotármelo mientras que con la otra mano agarré la cabeza calva del viejo y la empujaba más contra mis nalgas. El siguió recorriéndome con su lengua mientras bajó una mano debajo de su pantalón y comenzó a pajearse nuevamente. El viejito que se vestía normal estaba nervioso mirando de lado a lado, pero con una erección notable en su pantalón.
“Ufff ven aquí puta!” Exclamó el viejo mientras rodeaba mi cintura con su brazo y me sentaba encima suyo, empecé a notar su paquete contra mi nalga mientras el recorría mi cuerpo con sus manos.
Yo terminé de quitarme el pantalón mientras el me mordía el cuello y me estrujaba las tetas, eche mi brazo detrás de su cabeza y busque sus labios, el no dudo en besarme con lengua directamente. Mientras nuestras lenguas daban vueltas juntas el aprovecho para sacarse la polla con una mano y empezar a toquetear mi vagina con la otra, su polla no se sentía muy larga, pero si bien gorda contra mi nalga. Yo respondí restregando mi culo contra ella y dejándome llevar en el beso, que más que un beso con lengua se estaba convirtiendo en un morreo sucio donde ambos acabamos completamente babados. Después de un rato así puse los pies encima del borde del banco aun con los zapatos puestos y me puse de pie con las rodillas flexionadas en posición de sentadilla encima del viejo gordo, parece que le gustó la idea porque empezó a restregar su polla contra mis labios vaginales, frotándola y pajeándose contra ellos. El otro viejo ya parecía menos agitado, estaba relamiéndose, disfrutando del espectáculo, con la polla tan marcada en el pantalón que parecía que iba a reventar. Yo le mire fijamente a los ojos mientras acerque mi mano contra su pierna.
“Bufff” Resoplo el acercándose lo suficiente como para que pudiera llegar a su polla, la agarre por encima del pantalón con los dedos tirando para arriba para que él se levantara. Él se levantó y se puso delante mío empezando a acariciarme la cabeza mientras yo desabrochaba su cinturón y bajaba su bragueta. Empecé a gemir levemente mientras el viejo gordo comenzaba a introducir su pene dentro mío, pero me mantuve con la suficiente concentración como para poder bajar el calzoncillo del viejo delgado, su polla salió disparada contra mi barbilla. Me quede unos segundos apreciarla, esta si era larga y de buen grosos, esta si era un buen pollón.
“¿Estás segura de que está bien? No tienes que hacer esto si no quieres… ¿Cuantos años tienes cariño?” Dijo el viejo delgado con voz dulce mientras pasaba sus dedos esqueléticos por mi cara.
“Menos de los que piensas” Conteste sonriente mientras le miraba fijamente a los ojos y comenzaba a besar su pollón.
“Uff gaaa mmmf” Empezó a gemir el viejo escuálido mirando hacia el cielo mientras yo comenzaba a meterla entera en mi boca. Una vez entro entera la saque, comencé a lamer el tronco hasta llegar a la cabeza la cual empecé a lamer con ansia, primero por los alrededores luego la raja, lo único pensamiento que había en mi cabeza en ese momento era lo mucho que me gustaba lamer pollas. El abuelo se vino arriba y empezó a cogerme de la cabeza forzándome a tragarla toda mientras el otro la sacaba de mi vagina y empezaba a empujarla contra mi culo.
“Sácala o a lo mejor te la muerde” Rio el viejo gordo mientras empezaba a hacer más fuerza contra mi ano, el viejo delgado le hizo caso y comenzó a darme golpes con su polla en la cara, yo le puse los morritos mientras lágrimas de dolor surcaban mis mejillas, pero sabía que el dolor será momentario y el placer de después más reconfortante.
“Duele aaaah, duele pero no pares, no pares papi” grite entre gemidos mientras el pollón gordo del viejo comenzaba a entrar, el otro viejo no perdía el tiempo y después de restregar su polla contra mis labios la colocó entre mis tetas sosteniéndolas entre sus manos delicadas mientras escupía encima de su polla. Una vez toda la polla del viejo estaba dentro de mi culo me sentía rota por dentro, pero me gustaba. El otro abuelo empezó a follarse mis tetas mientras yo aun me acostumbraba a la polla del viejo gordo el cual tenía sus manos sujetando mi cintura para que no me pudiera escapar de ella. Al minuto de estar así ya me noté más relajada y empecé a botar en la polla del viejo, notando como su gorda polla entraba y salía de mi culo. Al ya estar mas cómoda pude posar mis dedos sobre mi clítoris y empezar a frotarlo dándome placer y empezando a gemir al unísono con los abuelos. Me tome la libertad de mirar hacia detrás a la cara del viejo que tan ferozmente estaba follándome el culo, estaba empapado en sudor con la lengua por fuera, follándome como un animal.
“Disfruta que no te vuelves a follar uno así en tu vida” Le dije traviesa empezando a botar con más fuerza.
“Uff mmmm uffff. Cállate zorra que te voy a tener de sacaleches personal” gimió el viejo mientras empezó a darme nalgadas con mucha fuerza dejándome las nalgas rojísimas.
“Uff estoy a punto!” Exclamo el viejo delgado que seguía juntando mis tetas en sus manos mientras se las follaba.
“Mmm dame lechita papi, dámela” Le gemí poniendo morritos y señalándomelos con la mano libre.
El hizo caso y coloco su polla contra mis labios mientras se masturbaba, yo cambié de opinión respecto a donde quería que se corriera y abrí la boca, engullendo todo ese pollón de una. Él se puso a gemir mientras me tiraba del pelo forzándome a tragar más y más hasta que note su polla extremadamente dura y tensa en mi boca, de repente tres chorros de semen bajaron por mi garganta mientras el viejo resoplaba y aun aguantaba mi cabeza. Yo puse todas mis neuronas en intentar respirar por la nariz, pero la follada que me estaba dando el otro viejo lo complicaba. Finalmente dejo de hacer fuerza y soltó mi cabeza, sacando también su polla de mi boca que ya estaba morcillona en vez de completamente tiesa como había estado hace unos segundos. Se separo y se sentó al lado nuestro hiperventilando con cara de placer aun con la polla por fuera, mirando al cielo mientras se la sobaba. El viejo gordo aprovecho para cogerme por la cintura con sus dos manos y me levanto en peso, sacándomela de golpe y colocándome en el banco. Puse mis rodillas en la parte donde te sientas y coloqué mis manos en el respaldo, doblando la espalda hacia abajo y poniendo el culo en pompa, mirando hacia detrás, expectante. El viejo gordo termino de bajarse los pantalones hasta por debajo de las rodillas mientras se metía un pulgar en la boca, acto seguido lo empezó a frotar contra mi ano hasta que entro.
“Mmmm tienes el culo entrenado eh niña, miedo me da pensar cuantas pollas habrán pasado ya por el” Dijo el viejo gordo mientras se sobaba su polla, la cual estaba tiesa e hinchada. “¿Creo que mejor te preño no putita?” resoplo el viejo gordo colocando su polla contra mi coño y empezando a introducirla.
“Ayyy nooo no te corras dentro me dejaras embarazada” fingí con voz de preocupación sabiendo que tomaba la píldora y no me pasaría nada.
“Uff haberlo pensado mejor antes de ser tan zorra” gimió el viejo empezando a follarme mientras me daba nalgadas. Agarre el respaldo del banco con fuerza mientras me balanceaba de adelante hacia atrás recibiendo las acometidas del viejo. Llego un punto en el que me agarro por la cintura con pegando su barriga contra mi espalda y empezando a follarme frenéticamente con empujones cortos. Mis tetas no paraban de botar en la dirección de sus acometidas.
“Dios que tetazas niña como las vas a tener tan gordas con este cuerpo” exclamo el viejo ahogándose en su propia respiración mientras intentaba colocar una de sus manazas en mi teta.
“¿Si te gustan?” le pregunte poniendo la espalda recta, pegándola contra su pecho y poniendo mis manos en su nuca dejando mis tetazas bien tiesas. “¿Te gustan como botan cuando me follas?” le termine de preguntar mientras subía y bajaba en su polla.
“Mmmm si me encantan niña. Mmmm uff que dura me la pones, como te mueves dios” Me susurro al oído mientras empezaba a estrujarme las tetas y follarme como un conejo.
Gire la cabeza mirando hacia él y empezamos a besarnos mientras la sacaba y la metía, nuestras lenguas se retorcían en nuestras bocas mientras sus manazas apretaban y seguramente dejaban moratones en mis tetones. Después de estar dos minutos así sin despegarnos ni un centímetro note que ahí abajo estaba más caliente de lo normal. El viejo empezó a hiperventilar y hacer ruidos mientras un gran chorro me llenaba entera, ni siquiera me aviso, me uso de sacaleches literalmente. Después de haberse corrido el viejo se quedó unos segundos saboreando el momento y al rato la saco sin decir nada, dándome una nalgada y dándome la vuelta, comiéndome la boca nuevamente mientras me apretaba una nalga con su mano.
“Quieres venirte a casa conmigo, te follo otra vez y te vas a casa, pero sin hacer tanto ruido que esta mi mujer” Me preguntó el viejo mientras miraba para abajo subiéndose los pantalones.
“Vivo lejos y estaba esperando el bus para el que no quedara mucho, pero a lo mejor vuelvo por la plaza” Le respondí contenta porque sabía que el viejo quería repetir.
“Como veas, por aquí estaré” Contesto el viejo de forma cortante dándose la vuelta y yéndose.
Yo lo miré unos segundos y acto seguido recogí mi pantalón del suelo volviendo a colocármelo y yendo al otro banco a por mis cosas. Una vez estaba vestida otra vez y con la mochila a la espalda me fije en el otro viejito que seguía en el banco con la polla tiesa y pajeandose mientras me miraba.
“Acaba ya anda que me tengo que ir” Le dije tiernamente mientras me arrodillaba en frente suyo.
“¿Uff puedo follarte yo también?” Pregunto el viejo escuálido con brillo en sus ojos mientras se pajeaba contra mi mejilla.
“Me tengo que ir ya” Le conteste poniendo morritos tristes. “Peeeero… la tienes bastante grande, mucho mas que tu amigo… ¿Tienes teléfono?”
“Uff si toma” respondió el viejo sacando un teléfono barato de su bolsillo con su mano libre.
Mientras me guardaba en su agenda el viejo se corrió nuevamente contra mi mejilla, llenándome ese lado de la cara de su leche.
“Rico… Me llamo Mónica y así me he guardado” le conté devolviéndole el móvil mientras el viejo jadeaba. “Puedes llamarme cuando quieras, chau” Me despedí guiñándole un ojo y dándole un beso húmedo a la cabeza de su polla la cual estaba llena de semen, el viejo se limitó a seguir jadeando.
Me puse a cojear camino a la parada del bus, lamiéndome el semen de los labios y quitándome el de la mejilla con la mano, notándome el coño caliente y pensando en como me iba masturbar esa noche.
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