Los abuelos del Parque
Me quedaba mirando muchas veces a estos abuelitos, abuelitos que tras quedarse mirándome acababan por dirigir sus manos con todo descaro su mano a su entrepierna, dándome a entender lo que deseaban mmm.
Los abuelos del Parque
Desde este medio os quiero hacer llegar mis experiencias, me gusta contárosla lógicamente en persona pero al no poder ser al menos lo hare desde aquí. Intentare contároslo de manera que os lo podáis imaginar, pudiéndolo recrear vosotros mismos en vuestras mentes.
Os confieso que me he esforzado en mejorar… claro está en referencia al sexo, poniendo mayor énfasis a la hora de poder hacer una buena felación, masturbar y magrear genitales. Pues como siempre busco con quien poder alimentar mi sed de pasivo sumiso con maduros… mmm, no importándome si en vez de uno son varios. Busco maduros activos pero no hay día que no acabe con un versátil, pidiéndome que me deje mamar y finalmente acaban suplicándome que se las chupe, como siempre he dicho no hay maduros que no deseen una buena glotona, acabando estos por pedirme poderme preñar… mmm.
Antes de continuar os debo confesar que no busco amistad, sino simplemente sexo y morbo, aunque a veces en casa de algunos tras los primeros encuentros, acabe siendo follado en su casa ya sea sobre el sofá o en el aseo, pero aun así mi idea es siempre buscar relaciones esporádicas.
Como comencé en mi anterior confesión o mejor dicho mis primeros pinitos o autobiografía, comencé por haceros saber cómo me inicie… mmm. Mente que desde pequeño me sentía diferente a mis amigos, no me refiero a que fuera mariquita como dirían unos o desviados a mente de otros, tampoco os diré que me atrajera el sexo masculino, solo que sabía que era diferente. Quizás porque percibía a los ojos de algunos hombres mayores como objeto de deseo, veía en sus ojos esa mirada de deseo como si vieran en mí ese deseo, pero la inocencia tanto de mi edad como de mente no te hacía pensar nada malo.
No es culpa mía este cambio hormonal sino culpo en parte a mis padres por haberme forzado a crecer, dándome la responsabilidad de mis decisiones y de aceptar mis actos, responsabilidad ha hecho que busque no solo mi personalidad sino también mis deseos más ocultos. Desde que me dieron la responsabilidad de manejarme yo solo, siendo autodidacta en cada una de mis decisiones. También es verdad que no había día que no me prevenían sobre aquellos hombres que pueden buscar de mi algo sucio, cosa que ya han logrado… mmm.
Mi desplazamiento a mi escuela fue desde ese día, desde el acceso que hay junto al bar Alfonso e ir atravesando por la Plaza América hasta la Av. de Don Pelayo, camino que me ahorro entre un cuarto de hora y medía hora, tiempo que aprovechaba inicialmente para jugar con mis compañeros, poco después en poder disfrutar de las parejas y que después de ese encuentro, disfrutaban otros de mí… mmm.
Me encaminaba normalmente hacía la Glorieta de los Toreros, lugar que era como el punto de inicio. Lugar donde desde mi primera experiencia no falto mi tutor, hombre que llegaba montado en una bicicleta y que desde que se bajaba de ella, no dejaba de magrear mi cuerpo y mancillaron. Comenzó inicialmente con masturbarme pero con el pasar del tiempo y no conformándose con esto, continuo por chupármela al tiempo que me penetraba con sus dedos, no deseando mas de mí que verme disfrutar… ooohhh.
Además sorprendentemente me llegue a encontrar un número muy elevado de hombre mayores... hombres muy mayores que merodeaban por aquellas zonas, sobre todo días entre semanas y entre media mañana y entrada la noche. Pero en todos esos años que tome experiencia no fue precisamente con uno solo con el que tuve relaciones, pues hubo varios y todos eran mayores, todos eran abueletes, llegando a ser compartido hasta con dos de ellos e incluso tres.
Me quedaba mirando muchas veces a estos abuelitos, persona que tras quedarse mirándome… llevaban con todo descaro su mano a su entrepierna… mmm, dándome a entender como estaban y lo que deseaban. No apartando mi mirada precisamente de su entrepierna y acabar por asentar sus deseos, indicándome que les siguiera hasta unos arbustos, cosa que tras introducirme se me echaban encima a modo de poder cerciorarse de que no es una trampa de la policía para poder coger a pervertidos. Estos no dejaban de besar y magrear mi cuerpo, llegando incluso a desnudarme allí mismo mientras mordisqueaba o pellizcaba mi cuerpo. Continuando por masturbarme mi miembro al tiempo que magreaba mis testículos, pellizcaban mis nalgas o mordisqueaban mis glúteos e incluso me comían el culo, sintiendo el enorme placer de sentir esa lengua follar mi orificio ayudado con sus dedos… ooohhh.
Otros simplemente me llevaban a uno de los aseos públicos que había en ese tiempo, aseos que allí mismo me la chupaban a pesar de que al otro lado estaba la vigilante. Os confieso que fui más de una vez sorprendido, pero en vez de coger miedo me produjo todo lo contrario… mmm. Este hombre de no más de cuarenta y muchos años, moreno de complexión gruesa y con bigotes, solo buscaba en mi como todos… un cuerpo joven que mancillar. Pues me dejaba hacer y este me enseñaba como debía de actuar, cosa que me sirvió durante un año.
Pero también fue el tiempo en que también deseaba faldar en el colegio de objetos, ropa o calzado de marca, objetos o prendas que en mí casa mis padres no me permitían. Y que en cierta ocasión pude descubrir como poder tajada, no recuerdo bien qué edad tendría… quizás rondaba los dieciséis años. Fue una de esas veces que me acerque al baño público, incluso os podría decir cuáles de aquellos baños públicos eran los que más movimientos tenían… mmm.
Recuerdo que cuando entre dentro de este y no había nadie dentro, me puse a orinar en un urinario y escuche los pasos de alguien entrar, no poniendo atención en quien era. Escuche el grifo abrirse y el agua salir de este, segundos después escuchaba como se acercaba a un urinario, pero en vez de ponerse a orinar se quedo mirando como lo hacía yo. Su rostro es difícil de olvidar pues a pesar de la edad aun lo veo pasar por la calle… gracias a Dios no me reconoce. Bueno sigo, este me miraba sonriente y me soltaba el buen cuerpo que tengo y la buena polla que poseo, ignorando su palabras yo iba a lo mío, deseando de acabar e irme.
Este cambiando de táctica se echo mano de la cartera e insinuando que a mi edad uno necesita muchos caprichos, me propuso que sí me dejaba chupar mi miembro el me daría una cantidad de dinero. Acabando por aceptar y tras darme este varios billetes, me deje bajar los pantalones y calzoncillos primero y tras arrodillarse este, comenzó a masturbarme primero y después a comérmela… ooohhh. Subía mi camisa y besaba mi cuerpo por aquel tiempo sin vello alguno, chupaba mi pecho y mordisqueaba mis pezones… ooohhh. Aumentando el morbo en el momento que me hizo inclinarme hacia delante, apoyándome sobre las palmas de mis manos a esos blancos azulejos, sintiendo como me masturbaba desde atrás y como me comía los testículos, comenzando ahora por magrear mis nalgas y comenzar por comerme el culo… ooohhh.
Este no se contentaba con comerme el culo y follarme con su lengua, sino poco a poco fue sustituyendo esta por sus dedos… uuuffff… aaahhh… ooohhh. Acabo por desnudarme por completo, metiéndonos en uno de los habitáculos del wc, llegando a ofrecerme más dinero si me dejaba penetrar. Creo recordar que le confesé que era virgen por aquel orificio, cosa que no le importo y aunque por su rostro creo que no se lo creyó, esta confesión solo sirvió para que soltara más billetes… mmm.
Recuerdo como comenzó a dilatar mi orificio, pues si antes había comenzado con su lengua y uno de sus dedos, ahora continuo con dos dedos y más tarde con tres… aaahhh. Sentía como me desgarraba, dolor y eso que aun no me había introducido su polla del todo, pero cuando note su glande en mi orificio anal y este comenzar a presionar, comencé a chillar como si en vez de introducirme su glande fuera un cuchillo. Lleve mis manos a mis nalgas a modo de poderme abrir más pero lógicamente era inútil, este llego a introducirme mis calzoncillos dentro de la boca a modo de hacer callar, pues no dejaba de decirme…
- “Que quieres que nos descubran”.
Sacaba su glande de mi orificio para dejarme unos minutos de descanso, minutos que aprovechaba este para escupir y con sus dedos dilatar. Minutos que se me hicieron aun más cortos cuando notaba como volvía a colocar su glande en mi orificio y comenzaba a introducírmelo de nuevo, no dejaba de decirme…
- “Tranquilízate coño, como no te tranquilice mas te va a doler, tus paredes anales se contraen y no deja que nada entre”.
Minutos más tarde volvió a detenerse pero en vez de sacarla como la vez anterior en esta ocasión se quedo dentro a modo de que pudiera adaptarme al grosor, mientras me soltaba…
- “Al final va a ser verdad que eres virgen, mira la suerte la mía… te voy a desvirgar. Vas a saber lo que sienten las chicas cuando les hace una mujer… ja ja ja”
Este siguió intentando introducirme algo más que su glande… mientras yo no dejaba de emitir sonidos, sonidos de dolor que fueron silenciados por aquella prenda. Hasta que esté de un grito me hizo comprender que se venía, sacando su glande de mi dolorido orificio y tras colocar su apestosa polla en mi rostro, comenzar a correrse hasta dejarse caer sobre la taza del wc.
Aun recuerdo su rostro de felicidad al dar por finalizada la experiencia, dejando caer un próximo encuentro donde pueda finalizar la penetración, pues según el aun sigo virgen de ese orificio. Ya que solo me había introducido su glande y que el dolor había producido que no pudiera penetrarme, dejándome allí desnudo con un fajo de dinero en la mano este hombre se marcho. No sin antes prevenirme…
- “Cierra pronto la puerta a no ser que entren los siguientes clientes”.
Pues fuera había varios hombres, hombres que supuestamente estaban orinando, pero dada la erección de algunos no creo que estuvieran haciendo eso mismo. Mas cuando salí de esos aseos y verme intimidado por los comentarios de estos, comentarios que hacia refiriéndose a la manera de verme como intentaban penetrarme o cuando me la chupaban… mmm.
Claro está en casa se extrañaron de aquello que me compre con aquel dinero, dinero que tuve que decirle que me lo encontré en la calle dentro de un sobre. Respuesta sobre su procedencia que no se creyeron y tras la reprimenda acabe por quedarme sin ese dinero, aprendiendo dos cosas que no me hare mas sexo por dinero y que evitare comprarme cosas que pudiera llamar su atención. Mis experiencias continuaron hasta los veinte años al menos, donde estos abueletes ya no solo buscaban de mi… mi polla, sino precisamente mi boca… boca que pudiera proporcionarle el placer de una mamada, boca que tragaría hasta la última gota como glotona que soy y que todos se quedaban con la pena de poderme preñar.
Bueno os dejo hasta una nueva confesión, espero que os haya gustado tanto como a mí relatarla, os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo con vuestros comentarios, aunque sea una buena putita que dicen que soy, mi email es… Jhosua1970@gmail.com