Lorena y su tio 2

Continua la historia de Lorena en brazos de su tio Salvador al que ama con locura

Autor: Lorena

Confidencias de Lorena

Capítulo 2

Mi tío, mi amante

Yo estaba totalmente desnuda en la cama, tapada solamente con una sábana. Sabía que el vendría en cualquier momento a mirarme, a observarme mientras "dormía". Me excita mucho cuando me observa sé que me mira secretamente, cuando me baño o estoy supuestamente dormida. Quiero ser suya, quiero que él sea el primero en tomar mi cuerpo, lo deseo. Es mi tío y aunque es algo prohibido esta situación me produce un enorme morbo, sé que ambos lo deseamos, ambos deseamos entregarnos al placer de la lujuria y el amor.

Por fin ha llegado el momento.

"Te esperaba"

Se lo digo suavemente, mientras retiro la sábana y mi cuerpo desnudo lo expongo a sus ojos. El comprende y empieza a desnudarse.

Le hago un lugar en mi cama. Se sienta, me mira a los ojos y me toma el rostro, que empieza a besar. Lo hace tan rico, tan desesperadamente lento que me enloquece. Lo siento sobre mí, como me susurra cositas al oído. Mi cuquita comienza a mojarse, estoy muy caliente y siento su mano que empieza a deslizarse por mi cuerpo. Toca mis senos, ummm, rico, mi pancita. Sigue bajando hasta tocar mi tesoro. Abro las piernas pues quiero sentirlo bien. Uno de sus dedos está en mi clítoris. ¡qué hombre! Otro de sus dedos toca mi agujerito. ¡Ahhh qué rico!. Se separa, abre mis piernas y pone su cabeza en medio de ellas, su lengua se desliza por mi cuquita. ¡Ayyyy, que cosa más exquisita!. Me hace sentir tan bien, juega con mi clítoris, mete uno de sus dedos en mi agujerito, chupa

"Ahhh, qué rico, ummm"

Chupa y yo siento tan rico, como si el mundo fuese mío, que algo va a salir de mí y estallo en un orgasmo.

"Ahhh"

Toma todos mis jugos y luego me besa en los labios, lo que me permite compartir el sabor de mi propio cuerpo.

"Quiero hacer lo mismo contigo"

Mi tío acepta y me ofrece su instrumento. Nunca había visto algo así, tan grande y bello, es una verga gruesa me partirá en dos, pero no me importa. Cualquier dolor es poco para el placer que he de sentir cuando esté dentro de mí.

"Acarícialo, Lorena"

Lo toco torpemente, toco su verga, la masajeo.

"Bésala, abre tu boca y recíbela"

Gustosa lo hago pues la deseo tanto. Comienzo una lamida por la cabeza. El líquido pre seminal es saladito pero rico. La meto en mi boca, ummm, está grande quiero tenerla toda pero no puedo, de cualquier forma la comienzo a chupar, a mamar.

"Qué rico, ummm. Así mijita, así mamita rica "

Sigo chupando, cada vez con más confianza, en tanto el trozo de carne se agranda en mi boca.

"Si sigueee. Ahhh, rico"

Tomo el tronco en mis dedos y empiezo a meter y sacar mi boca, como si fuera una chucha a la que Salvador estuviera follando. Siento que he adquirido suficiente práctica como para hacerlo acabar, pero el me detiene.

"No sigas, por favor"

Me acuesta en la cama, me abre las piernas y me dice que me dolerá un poco, pero eso no me importa porque lo que quiero es tenerlo dentro de mi, sentirme muy suya, aunque para ello deba soportar un dolor inicial.

Pone su pene en la entrada de mi cuquita y comienza a penetrarme. Lo hace con cuidado, muy lentamente. Me empieza a doler pero él me tranquiliza.

"Ayyy, me duele tío"

"Tranquila mi niña, que falta poco"

Sigue empujando. Me sigue doliendo, pero sigo aguantándome.

"Qué apretadita estas"

Empuja más y llega al fondo. Comienza un mete y saca tan rico que a pesar del dolor no me importa. Pronto el dolor se transforma en placer. Me frota el clítoris.

"Ahhh, papito rico"

"Ummm, sigue así mi vida"

"Ummm, me siento tan bien, tío. Ahhh"

Y otro fuerte orgasmo me golpea, atravesando todo mi cuerpo. Siento que pierdo el sentido cuando mi cuerpo se tensa.

"¡Ahhh, qué delicia!"

Empieza a acelerar sus embestidas hasta venirse dentro de mi. Llena mi útero de toda su leche.

"¡Ahhh, que rico!"

Se acuesta a mi lado y me besa en la frente. Lo hace tan tiernamente.

"Perdóname, Lorena, me dejé llevar por la pasión"

"Tranquilo, yo lo quería, porque siento que te amo, tío"

"Y yo a ti, mi niña"

Escuchamos ruidos en la parte baja. Eran mi madre y mis hermanos. Salvador se levantó como el rayo y despareció para refugiarse en su habitación.