Lonja Juvenil-Preludio de Conociendo a mis vecinos
Presentación de los personajes que completan la historia previa "Conociendo a mis vecinos". Interesante, aunque no necesario, para poder entender algunos aspectos de la historia.
Aitor y Julen son amigos desde que hace ya años sus padres les inscribieron en el mismo club de baloncesto.
Desde aquel primer día, que siendo unos niños necesitados de coordinación y un lugar donde quemar energías, intercambiaron los primeros pases de balón, no han vuelto a separarse.
Además de afición por el deporte, compartir centro de estudios, amistades, supuso que sus padres también forjasen amistad, lo que tuvo como consecuencia empezar a compartir actividades de fin de semana y finalmente veranear juntos.
Con el tiempo, descubrieron que compartían más cosas en común. Ambos chicos fueron descubriendo sus cuerpos. No recuerdan de quien fue la idea, pero nunca olvidaran las primeras pajas al inicio de la pubertad, primeramente, cada uno con la suya.
La primera vez que Julen propuso chupárselas, Aitor no acepto. Le costo un par de encuentros dejarse hacer, y casi un mes animarse a probar. Hay que ver lo que le costo devolver el favor a su amigo, y la afición con la que ahora se los come a cada oportunidad.
Así poco a poco han construido una fuerte amistad en la que se cuentan y comparten todo.
Aunque ambos han explorado juntos todos los recovecos de sus cuerpos, con el tiempo Aitor ha mantenido una actitud más activa en la pareja, mientras a Julen, al menos con Aitor, le ha gustado dejarse hacer.
No se consideran pareja, novios, ni nada por el estilo. Tampoco podemos decir que sean hermanos, por razones obvias. Su relación va más allá. Compartir todo, mientras se ha podido, ropa incluida, y en vacaciones algún ligue. No juntos, pero si salir con el mismo chico al mismo tiempo, a sabiendas. No hay secretos entre ellos, y se dan total libertad.
Aitor es un chico de metro setenta y pico, bien formado, pero tirando a delgado. Le gusta vestir ropa cómoda. A las variadas camisetas habitualmente acompañan bermudas de todo tipo, y en ocasiones especiales vaqueros ajustados que marquen su anatomía. Le encantan las chaquetas bomber y tipo canguro, de las que con el tiempo ha acumulado unas cuantas en diferentes colores y marcas.
Julen por su parte, sobrepasa el metro ochenta, y apunta a seguir creciendo, con unos hombros más anchos que Aitor, fuertes brazos y cuerpo tonificado sin necesidad de gimnasio. Para vestir es más sencillo. Normalmente viste ropa deportiva, con gran afición por ir siempre en chándal. Para las ocasiones especiales, últimamente se decanta por vaqueros con peto, que como bien sabe Aitor, acostumbra a llevar sin ropa interior. Como he dicho antes, ambos muchachos desde críos han acostumbrado a compartirlo todo, y a Julen le encanta utilizar las chaquetas de Aitor, cambiándolas cada vez que pasa por su casa.
Durante estos años de evolución y auto descubrimiento que han pasado hasta llegar a la universidad, han ido formando un grupo de amigos muy especial. La base de este grupo la forman compañeros del equipo de baloncesto, al que se han ido incorporando también algunas chicas, y compañeros de clase que han ido cuajando en el grupo.
Hace un par de años, entre todos, convencieron a sus progenitores para que les permitiesen alquilar un local donde reunirse y pasar el tiempo cuando no había otro plan alternativo.
Cuando se pusieron manos a la obra en busca de un local adecuado, todos tenían en mente la típica lonja comercial, vacía desde hace tiempo tras cerrar el negocio de turno, hundido por la crisis, pero en este caso no fue así. El abuelo de Aitor tiene un local que anteriormente fue un restaurante muy popular en la localidad. Tras jubilarse, lo arrendaron en un par de ocasiones, sin mucho éxito. Cansados de líos, ofrecen el local a su nieto y amigos por un muy razonable alquiler, a cambio de que lo cuiden.
El local, a pesar de no disponer de la maquinaria típica de estos comercios, que ha sido vendida por partes para reducir perdidas, si cuenta con unos baños adecuados, una amplia distribución de dos comedores separados, con algunas mesas y sillas. La zona de bar, con su barra, una destartalada cocina, que mantenía únicamente los fregaderos y la campana extractora, además de un pequeño almacén, un espacio cerrado que una vez fue una nevera industrial cuyo motor paso a mejor vida, y una bodega en semisótano que en tiempos mejores albergo buenos vinos.
Nuestros amigos enseguida vieron el potencial que tenia aquel local, y no dudaron en asegurarse poder disfrutarlo durante los años que les fuese posible, aceptando de buena gana las condiciones impuestas.
Pronto le van dando forma, y entre paginas de segunda mano de compra venta y los muebles que sus familias van retirando de sus casas, se montan un local con dos zonas de ocio, una en cada uno de los antiguos comedores. La menos espaciosa, pero aún así amplia, con sofás y butacones donde ver la televisión y jugar a la consola. El otro salón con las mesas y sillas, donde disfrutar de amenas partidas de cartas y juegos de mesa, o degustar lo preparado en la cocina, que, aunque no cuenta con hornos ni fuegos, un par de microondas y una nevera vieja permiten calentar cualquier tentempié sin mayores problemas, dejando el resto de los espacios vacíos o como almacén de trastos, en el caso de la vieja nevera, y como furtivo lugar de encuentros íntimos para parejitas el oscuro y vacío semisótano.
El grupo de amigos es bastante amplio, y aunque ha sufrido salidas y entradas de integrantes, el núcleo importante se ha mantenido relativamente estable con el tiempo.
Del equipo de baloncesto, además de Aitor y Julen, están Unai, un tipo bajito, de complexión potente, con un carácter manipulador y fuerte; Alex, un chaval inteligente, pero muy suyo, de los que necesita siempre tener la razón e intenta convencer al resto; Jose, un tio simple, con grandes facultades atléticas, pero de esa gente que si respirar exigiese un esfuerzo intelectual, moriría sin remedio; Gorka, ese tipo de gente, que aunque no tiene un cuerpo espectacular, se le dan bien todos los deportes, destacando sobre el resto por su facilidad para entender el juego gracias a su sobresaliente inteligencia; Josu, muchacho acogido de origen soviético, con rasgos típicos balcánicos muy marcados que le hacen destacar sobre el resto. Piel, pelo y ojos muy claros, una personalidad muy especial, muy reservado y callado, que el resto del grupo ha conseguido ir integrando con el paso del tiempo. Beñat y Koldo, que, no siendo grandes deportistas, su esfuerzo diario les permite mantenerse dentro del equipo, eso si, en papeles secundarios. Beñat es bajito, además de extremadamente delgado, no pesara cincuenta kilos mojado, algo amanerado, y muy cariñoso. Es la mascota del grupo, querido por todos como si de un hermano pequeño se tratase. Koldo por su parte, amigo del alma de Beñat, de complexión mas normal, aunque sin destacar en nada, es un chico muy vivo, de esos a los que nunca se les escapa ningún detalle y capaz de adelantarse al resto, lo que le viene muy bien en el juego, y en la vida, para hacerse respetar.
Estos tres últimos no llevan en el grupo desde el principio, como el resto, si no que se han ido incorporando al equipo con el paso de las temporadas.
Todos ellos saben los gustos por los chicos de Julen, que nunca los ha ocultado. No sucede lo mismo en el caso de Aitor, que siempre ha preferido llevarlo con discreción, cosa que Julen respeta, manteniendo el secreto celosamente, para disfrutarlo en sus encuentros íntimos.
El resto se declara hetero, aunque alguno curioso hay, como bien sabe Julen.
De fuera del entorno del baloncesto, pertenecen al local, Erlantz, Manu, Zigor y Aner, entre otros chicos.
A Erlantz y Manu les une la pasión por los juegos de rol, manga y anime. Son unos frikis en toda regla que no dudan en dejar ver tanto en su manera de vestir, como en sus coloridos y atrevidos peinados.
Zigor y Aner son todo lo contrario. Educados, responsables, en resumen, el modelo de niño bueno. Tirando a un poco pijos en el vestir, siempre van perfectamente arreglados y conjuntados para la ocasión.
Por supuesto, que también hay chicas en el local, entre ellas, María, novia oficial de Alex; Irati, que, aunque en este momento no sale oficialmente con nadie, ha sido pareja en diferentes momentos de Josu y Jose, que se sepa; Ana, que llego al grupo de la mano de Erlantz, pero que, tras romper, se quedo como una más; Ainhoa, que, aunque nunca ha tenido novio, las noches de fiesta nunca le ha importado acabar la en un aparte con alguno de los chicos, a poder ser, diferente en cada ocasión.
Os voy a contar lo que sucedió un sábado tras volver de las fiestas del pueblo vecino. Tras empezar la tarde en el local jugando un kinito (juego típico de dados en el que el que pierde tiene que beber un chupito de licor), el grupo se desplaza a la zona de conciertos donde, tras hacerse con la cena en forma de bocata en un bar cercano, dan rienda suelta a la efusividad de la juventud, animada por el alcohol.
Tras varios intentos infructuosos de hacer amistad, y porque no, algo más, con otros grupos de chicos y chicas, una vez más, el único que tiene éxito es Julen, que pronto desaparece con un chico a la zona apartada del parque cercano.
En vista de que su amigo no regresa y que ya se va haciendo tarde, Aitor habla con lo que queda del grupo para ver si alguno de ellos vuelve para casa, y no hacerlo solo.
Los únicos que están por irse son Beñat y Koldo, que tras los bocadillos se han quedado algo al margen, ya que las fiestas de barrio no les van mucho. Ellos son más de pubs o discotecas.
Sin más tiempo que perder los tres muchachos se ponen en marcha dirección a su pueblo de origen. Por suerte, el camino de regreso es cuesta abajo en su mayoría, por lo que los quince minutos de caminata no se hacen excesivamente duros, a pesar del cansancio.
- ¿Pasamos primero por el local? – propone Koldo entrando en el pueblo – aún estoy algo borracho y mis padres aún estarán viendo la tele.
- Por mi bien – responde Aitor – así podemos adecentar un poco aquello, que lo hemos dejado todo sin recoger al irnos.
Cuando entran al local, se encuentran las luces del bar encendidas, a lo que no dan importancia, pensando que seguramente el último que salió para la fiesta no las apago, como suele pasar.
Efectivamente, el comedor donde han estado jugando y bebiendo esta sin recoger.
Mientras Koldo y Aitor van acumulando botellas de cristal en una mesa, Beñat va echando el resto de los desperdicios a la bolsa de la basura.
Una vez todo recogido, los tres muchachos se dirigen el salón de sofás, donde se van dejando caer, agotados, de cualquier manera, según van llegando.
- Solo falta barrer – comenta Beñat – pero eso ya se lo dejamos a los que vengan mañana.
- Con sacar la basura cuando nos vayamos hemos cumplido – confirma Aitor convencido.
- Yo tengo que ir a mear – responde Koldo mientras se levanta de un salto y desaparece por la puerta.
Al salir del baño, una leve luz por la puerta de la bodega llama la atención de Koldo, que decide acercarse sigilosamente, ya que al prestar atención a podido oír leves ruidos procedentes del sótano.
La puerta no esta del todo cerrada, así que con cuidado la abre, lo suficiente, para poder observar como al final de la escalera se ven dos cuerpos desnudos en pleno acto sexual.
La curiosidad del muchacho, le llevan a bajar un par de peldaños para poder observar mejor la escena.
Sobre un colchón tirado en el suelo, un cuerpo masculino bombea a buen ritmo a su pareja. Koldo solamente ve las nalgas y espalda del bombeante, y los pies de su pareja que asoman por encima de sus hombros.
La escena escita a Koldo, que no duda en sobarse el paquete sobre el pantalón. Le gustaría poder ver algo más, pero bajar otro peldaño delataría su presencia, lo que en ningún caso quiere.
Tras varios minutos de movimientos pélvicos, Koldo escucha la que sin duda es la voz de Julen, que tras retirarse un poco de su posición pide a su amante que cambie de postura para continuar penetrándola.
Koldo da por hecho que quien esta con Julen es su ligue de la verbena, es decir otro chico, lo que confirma en cuanto este se mueve. Julen se ladea, dejando una perfecta perspectiva para que Koldo pueda ver como va introduciendo de nuevo su dura verga en el culo de su amante y volviendo a bombear a buen ritmo.
Koldo nunca se ha considerado gay, ni siquiera bisexual, pero la escena le tiene muy caliente, aunque no se atreve a pasar de rozarse la entrepierna sobre la ropa.
Cuando esta a punto de volver al salón, ya que, si no posiblemente acabe manchando su ropa interior allí mismo, el muchacho que esta siendo penetrado por Julen, gira la cabeza hacia la posición de Koldo, al que con la penumbra no puede ver, dejando a este boquiabierto.
Julen no se esta follando al ligue de la verbena como pensaba. Julen a quien se esta follando alegremente en la bodega es a su compañero de clase Aner.
Recuperado de la sorpresa, pero con el calentón a tope, del mismo modo que entro, abandona la entrada al sótano, dirigiéndose al salón donde Aitor y Beñat esperan medio dormidos.
- Tíos – les comenta aún acalorado – mejor nos vamos para casa, o acabaremos sobando aquí.
Los tres muchachos abandonan el local, sacando con ellos la basura y las botellas. Tras depositarlas en sus correspondientes contenedores de reciclaje, se despiden yéndose cada uno para su casa.
Koldo según entra en su habitación, con el tiempo justo para quitarse la ropa y echarse encima de la cama, comienza una potente paja, que finaliza a los pocos minutos llenando su pecho y cara de leche. Tras un par de minutos de reposo, recuperar la respiración y tranquilizarse, busca con que limpiarse los restos. Como no encuentra papel ni nada parecido, decide tirar por la calle del medio. Recoge los restos con sus dedos, para después, llevárselos a la boca, e ir así deshaciéndose de las pruebas, no lo vamos a negar, gustosamente. La primera vez que tras tocarse expulso semen, tras la sorpresa inicial que le dejo paralizado a la vez que flipando con la intensidad del orgasmo, el pánico a ser descubierto le llevo a recoger con su mano el fruto de su cuerpo y comérselo con la intención de hacerlo desaparecer. Continúo haciéndolo hasta que, con el tiempo, ya normalizadas sus sesiones de autoplacer, dejo de comerse su propio semen con asiduidad, limpiándose con papel, o en la ducha, aunque de vez en cuando, le sigue gustando probar si su semen sigue siendo tan apetecible como recuerda.
Aitor al llegar a la puerta de su casa se da cuenta de que se ha dejado las llaves en el local. El problema es, que en el mismo llavero donde tiene las llaves de casa, están también las del local. Decidido, se dirige hacia casa de Beñat, a ver si con suerte le alcanza antes de que se meta en el portal, ya que vive algo más lejos, y es posible que aún no haya llegado.
Mientras camina a paso liguero saca el móvil para enviar un mensaje al amigo, para que le espere, si aún no esta en casa. Al mirar la pantalla ve que tiene un mensaje de Julen.
Julen: “dnd estas?”
Aitor: “Camino a casa. tu?”
Julen: “saliendo del local, me esperas?”
Aitor para en seco, y dando media vuelta se dirige al local.
Aitor: “espéra ahí, tengo que coger las llaves q me he dejado dentro”.
Julen: “ok”.
Aitor, ahora a paso normal, se dirige de nuevo a local. De frente a él, aparece una figura menuda, conocida, que se acerca. Es Aner.
- ¿Cómo así por aquí aún? – dice Aitor a modo de saludo.
- Nada, del local – responde el chico algo aturdido por la sorpresa de encontrarse con alguien conocido – he pasado a ver si quedaba algo de picar antes e irme a casa.
- ¿Cuándo has bajado? – curiosea Aitor – cuando nos hemos venido Beñat, Koldo y yo no estabas en el grupo.
- Poco antes imagino – aclara cada vez más inquieto – ya sabes que mis padres quieren que vuelva pronto.
- ¿Del local? – pregunta de nuevo Aitor extrañado.
- Si tío, – responde el otro muchacho mientras se aleja a paso ligero – que ya voy tardísimo. Mañana nos vemos.
Al girar la esquina, Aitor ve la figura de Julen que le espera frente a la puerta del local.
- Toma – le extiende las llaves según se acerca – te las has dejado encima de la barra. Eres un desastre.
- Con el lio de recoger, y como ha cerrado Beñat, ahí se han quedado – responde mientras comprueba el manojo.
- ¿Te vas a sobar? – pregunta Julen.
- Si tío, estoy matao. ¿tú no?
- Hoy no quiero ir a dormir a casa – responde el chico – mi madre tiene ligue, y paso de desayunar con un desconocido. Me quedare en el local.
- Que dices – le rebate Aitor iniciando el camino a su casa, mientras agarra el brazo de su amigo – tu duermes hoy conmigo.
- Te lo agradezco, tio – le dice mientras para en seco la iniciativa de su amigo – no creo que sea buena idea. Estoy bastante guarro y necesito una ducha o manchare todas las sabanas.
- ¿Te lo has hecho con el de la verbena? – pregunta expectante mientras vuelve a tirar hacia su casa de Julen iniciando de nuevo la marcha. – parecía un poco paradete.
- Lo era – responde el chico confidente – no hemos pasado de besos y magreos en el parque. Al rato me ha pedido parar y que le acompañe a casa. Pensaba que íbamos a follar en su cama, y resulta que en el portal me ha dicho que es la primera vez con un tío, y que prefiere quedar otro día. Le he metido la lengua hasta la garganta, para que no se olvide, y me he venido al local a sobar.
- ¿Y entonces? – pregunta Aitor intrigado – ¿la ducha?
- Al llegar al local, me sentado en el sofá y seguía todo burro, así que me he bajado el peto, y me he empezado a pajear – le relata Julen mientras caminan tranquilamente – En esas estaba todo concentrado que no me he enterado de que ha entrado Aner. Para cuando me he querido dar cuenta, se ha sentado a mi lado, mirándome la polla a saco, y sin decir nada, me la ha pillado y ha empezado a meneármela.
- No te creo – dice Aitor a pesar de haberse cruzado con el nervioso chaval hace un momento – a Aner no le van los rabos.
- Por que te iba a mentir – responde compungido Julen.
- No digo que me mientas – aclara su amigo – solamente que me resulta difícil de creer. No me cuadra.
- Pues espera que te cuente – responde animado de nuevo el chico – como me he imaginado que sería su primera vez, y que estaría medio borracho para atreverse, porque yo tampoco me lo hubiese imaginado de Aner, he pillado la iniciativa. Le he empezado a morrear, suavemente y tal, pero el tío me ha metido toda la lengua, para después, agacharse y tragarse todo el rabo de una. Me ha dejado flipado. Entre la sorpresa y que no veas como la chupa, de poco me corro. Yo creo que lo ha visto venir, y ha parado, diciéndome que mejor nos fuésemos al sótano a seguir.
- Vaya tela – comenta un sorprendido Aitor – ahora dime que te lo has follado.
- Hasta hartarme – responde ante su incrédulo amigo – no veas como le va la marcha. Y de culo virgen nada, que con dos lametones estaba dilatado. Eso si, no lo ha traído limpito, y me he manchado bastante. Es que le he dado mucha caña, ¡y no veas como gemía! Por eso necesito ducharme y echar los pantalones a lavar.
- No hay problema – responde Aitor todavía flipado y un poco apagado – los ponemos ahora en la lavadora, y cuando nos despertemos están secos.
- ¿Estas bien? – pregunta Julen notando el bajón de su amigo – no me digas que estas celosillo.
- Que va – responde sonriente el muchacho – lo que pasa es que entiendo que me he quedado sin polvo esta noche. Pero tampoco me importa mucho, que voy cansadísimo.
Los amigos llegan a casa, y mientras Julen se pega la ducha, Aitor aprovecha para poner a lavar la ropa. Una vez en su cuarto, prepara la cama supletoria, y se mete a la suya esperando que llegue su compañero.
Cuando entra Julen, lo hace desnudo, y sin decir nada, se acurruca junto a su amigo.
- Que no vayamos a follar, no quiere decir que no podamos dormir juntos – le susurra al oído mientras le besa detrás de la oreja, para a continuación disponerse a dormir.