Lolita
Mi sobrina tan tierna que dulcemente me ofrecio su cuerpo.
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LOLITA
Era el gozo máximo, el sueño prohibido.
Mi pené erecto la penetraba violentamente, mi bajo abdomen mojado por sus líquidos, el rápido cloch cloch, al momento de chocar nuestros sexos, su boca entreabierta mostraba el prístino esmalte de su hermosa dentadura, sus labios hinchados, turgentes, rojos, no se cansaban de devorar los míos, su cabello negro desordenado cayendo sobre su rostro, !!DIOS mío que linda estaba, montada sobre mí, gimiendo muy bajito, los ojos idos, las manos tratando de quitar mechoncitos de cabello, que se le pegaban en sus labios húmedos, me la estaba comiendo haciéndola mi mujer.
Estaba haciendo el amor con mi prima de 14 anos, lolita, la dulce niña que vino a pasar las vacaciones de colegio en la cuidad, era sexo puro, animal, insaciable.
Es importante que sepan que soy un hombre de 24 anos, común y corriente, serio, profesional exitoso, con una novia con quien próximamente contraeré matrimonio, tengo una amante, una linda dama de 27 anos con dos niñas preciosas y de vez en cuando algún vacilon pasajero.
Fue en la noche de su llegada hace poco mas de dos días, después de haber terminado yo de entrar al comedor de la casa de mis padres y haber saludado a los presentes, que empezaba lo que el destino me había preparado; la experiencia sexual más loca, bella y única de mi vida.
Esa noche la estaba volviendo a ver después de 2 años, en su ultima visita a la casa de mis padres, en compañía de su madre no era mas que una niña de 12 anos, tímida delgaducha y que acababa tempranamente de perder a su padre en un accidente de trafico en la carretera.
Ahora a sus 14 anos había crecido en todos los sentidos, su rostro de niña aun albergaba un par de ojos grandes negro azabache, pestañas largas que daban un aire de estar soñolienta o risueña todo el tiempo, sus cejas pobladas mostraban, cuando no estaba en actitud de fruncir el seno, la actitud de un gatito triste.
Aquella noche nuestras miradas se cruzaron en un décimo de segundo y quede perplejo, confundido, lo podría jurar, para un experimentado macho como yo, esa mirada era la de una hembra que había escogido a su macho.
Pero en ese momento repito, no lo entendí, porque aparte de ese único instante, había recibido de ella un tímido saludo y luego la cena había transcurrido predecible, ella estaba tan ausente tan seria...
Era tercera montada de esa noche, las 2 de la mañana creo, lolita se había escabullido en mi habitación a las 10 de la noche, a esa hora mis padres ya estaban en un profundo sueño, y mi habitación por esa noche fue el ring de batalla, la noche anterior fue en su habitación, de pronto su respiración se acorta, sus gemidos se hacen más fuertes, siento sus uñas entrar en la piel de mi espalda, mis dedos de mi mano derecha frotan en circulo su clítoris pequeño y duro, ella montada sobre mi, se estremece en espasmos, esta en su delirio, diría que ella es una adicta al sexo, igual que yo.
Dedicado a mi primita Reyna Cristina Hernández S.
Que Espero muy pronto hacerla mía.