Lola y sus negocios
Las consecuencias de arriesgar en los negocios para una mujer casada.
Lola y sus negocios
Siempre me llevé bien con mi familia política. Desde que me casé fueron correctos, cariñosos y en los detalles principales me trataban como una hija, aunque la relación era mucho más fluida y directa con mi suegra que con mi suegro. Este siempre andaba con sus amigos en un bar cercano o en el Hogar de pensionistas del pueblo, relacionándose y desarrollando actividades sociales, pués era una persona muy activa. Siempre me sorprendió su vitalidad, y de hecho, a pesar de sus 68 años, no recordaba la última vez que enfermó.
Mi marido, siempre presumía de él, y decía que si le hubiese llegado la juventud en nuestros días, habría destacado en algún deporte, en la música ó en cualquier otra cosa, pero que en su día lo que le tocó es ayudar a su padre en las tierras que cultivaba y se perdió un gran profesional de ..lo que hubiese querido ser.
La verdad es que nunca llegué a imaginar lo que ocurriría con él en aquel verano del 2005. Como empresaria nunca fui una maravilla, pero siempre había ido tirando con mi pequeño negocio de mercería del pueblo compatibilizándolo con mis tareas domésticas y llevando a casa a veces más dinero que mi marido, que se dedicaba a ser viajante de comercio. Pero aquel año hubo más actividad en el pueblo. La bonanza económica llevó a muchas personas a adentrarse en el oscuro mundo de los negocios, y comenzó a salirme competencia hasta hacerse realmente excesiva. Como es natural los nuevos merceros intentaron fidelizar a mi clientela de toda la vida, y bajaron muchísimo los precios. He de reconocer que yo no estaba acostumbrada a competir, y nunca imaginé que el palo sería tan drástico para las cuentas de mi negocio. Cuando quise acordar, empecé a entrar en pérdidas, y viendo la necesidad de hacer una reforma, fui al banco para, avalando con mi propio local comercial, pedir un préstamo para acometer reformas y renovar género de importación. Las reformas se hicieron, pero el género de exportación resultó un fracaso al elegir distribuidoras poco formales. Como resultado, no pude devolver el préstamo aquel mes. El banco comenzó a mandarme cartas y yo a ponerme nerviosa, porque mi marido siempre se opuso a mis reformas y me advirtió que si me empeñaba en ellas él no me apoyaría con los 100.000 euros que necesitaba en ese momento. Estaba desesperada.
No tuve más remedio que buscar otra solución. Sólo conocía una persona que tuviera el suficiente dinero y que no le hiciese falta: mi suegro. Sabía que había ahorrado mucho durante su vida, y que sus ahorros excedían con mucho esa cantidad. Era el único "banco" de fiar al que me podía dirigir.
Aquella tarde mi marido había ido a Madrid a por catálogos de género. Hacía mucho calor realmente. Coincidió que mi suegra había ido a ver a mi cuñada al pueblo de al lado, y no la traerían hasta la noche, por lo que vi la oportunidad para intentar que mi suegro me echase una mano. Me dirigí a su casa y llamé:
Hola Lola, cómo tu por aquí a estas horas con la que cae?. Me dijo mi suegro riendo al ver que llegaba muy sudada por el calor de un día de agosto a las 4 de la tarde.
Hola Luis, perdona que venga a la hora de la siesta. Es que sólo podía venir después de comer, y en realidad, era para comentarte algo importante, pero si quieres vengo otro día.
No mujer, con este calor vas a irte ya?. Anda pasa, toma un poco de agua y coméntame eso tan importante sin miedo.
Luis se movía por su casa con agilidad, iba con una camisa abierta hasta casi la cintura, mostrando su pálido vello corporal sobre su piel aceitunada por los años de trabajo en el campo. Aún conservaba aspecto robusto pese a su edad, y sus gestos transmitían salud y fuerza. Unas bermudas verdes completaban su aspecto, algo cómico quizás con las zapatillas de invierno que calzaban en pleno agosto, pero al fin y al cabo iba fresco.
Me senté en la mesa de la salita mientras él servía un vaso de agua fresca. Crucé mis desnudas piernas que culminaban el vestido de flores verdes y malvas con el que solía moverme por sitios cercanos en pleno verano. Era de tirantes, algo escotado, mostrando una parte de mis algo caídos pechos, pero aún suficientemente agradables como para que aquellos que se cruzaran conmigo no dejaran de lanzarles un vistazo de reojo. Debajo llevaba un sujetador sin tirantes y un tanga negro, escueto, pues no era cuestión de llevar abrigado nada en aquel mes infernal. Mientras se sentaba, mi suegro no perdía detalle de mis piernas. Nunca fue muy discreto mirando a las mujeres, y conmigo no iba a ser una excepción. Muchas veces cuando me sentaba frente a él, me daba cuenta de que porfiaba con su vista como si con ella pudiera mover mis piernas por telequinesia lo suficiente para poder observar mi triangulillo ó mis muslos. Era un juego algo infantil, pero a mí me gustaba, aunque por supuesto nunca le di opción a que supiera que yo también jugaba a eso cuando cruzaba adrede las piernas dejándole con el caramelo en la boca.
Verás Luis, tengo un problema grave, y quisiera que por ahora tu hijo no lo supiera, ya tiene suficientes problemas y este no lo esperaría, y al fin y al cabo es un problema mío.
Me tienes intrigado Lola, dispara.
Necesito 100.000 euros.
Durante más de un minuto hubo silencio. Luis miró sus manos y quedó como hipnotizado, pensando sin mover un músculo. Cada segundo para mí era una tortura intentando imaginar lo que pasaba en aquel momento por la cabeza de mi suegro, y la angustia se apoderó de mí cuando visualizaba una respuesta negativa por su parte. Por fin, habló:
Lo que me pides es mucho, Lola.
Lo sé Luis, lo sé. Como ya sabrás mis negocios me han ido mal, tu hijo me lo advirtió y yo no quise hacerle caso, me arriesgué y . Perdí. Aunque soy yo la que debe pagar, si no encuentro una solución también le afectará a él porque nuestro ahorros son gananciales, como sabes, y nuestros dos hijos lo pagarán con el tiempo. Sé que puedo devolver el dinero porque el último mes he entrado en beneficios de nuevo con el género tradicional. Pero necesito que alguien me cubra el préstamo, ó el banco se quedará con el local, y por tanto dejaré de tener negocio y sólo me quedará la deuda.
Ya, todo eso ya lo he deducido Lola.
Volvió a quedar en silencio de nuevo, pero esta vez no dejé transcurrir ni 10 sg. Aquel cabrón me estaba poniendo nerviosa. Necesitaba una respuesta ya.
Y bien?. Luis, necesito una respuesta ya mismo. Vengo pidiendo el favor de mi vida, y si no fuera urgente no estaría aquí. Por favor.
Me hago cargo Lola, me hago cargo. Verás:
Se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación alrededor mío. Aquello era una tortura:
Sabes que tu suegra y yo nunca hemos dispuesto de nuestro dinero para grandes dispendios. Siempre fuimos humildes y nunca quisimos aprovechar nuestros ahorros para lujos. Sin embargo, desde hace un tiempo ambos llegamos a la conclusión de que un día teníamos derecho a hacer una excepción. Aquello me sonaba realmente mal . Queremos dar una vuelta al mundo, dentro de unos meses, y necesitamos de liquidez. Prestarte el dinero supondría retrasar ese viaje al menos un año, suponiendo que dentro de un año, nuestra salud siga bien, porque aunque yo estoy en forma, jejeje. el muy cabrón se reía de su gracia, pero yo estaba temblando.- tu suegra sabes que cada año está un poco más limitada en muchos aspectos.
Está bien Luis, entiendo que no puedas ayudarme. Siento mucho haberte hecho sentir incómodo, yo ..
Espera, yo no he dicho aún que no. Me interrumpió cuando ya me había levantado y sumamente cabreada me disponía a abandonar aquella casa.
Aún podemos hacer algo, Lola. Tengo una cantidad que puede avalarte, pero me quedaría sin lo suficiente para el viaje en tan poco tiempo. La diferencia no es tanta, pero debemos obtenerla rápido. Me comprendes lo que te quiero decir?.
Creo que sí, pero, ¿a cuánto ascendería esa diferencia?.
Verás, teniendo en cuenta el valor, del viaje, los gastos, y tu préstamos, estamos hablando de que nos faltan sólo unos 15.000 euros. No es mucho, pero hay que conseguirlo. ¿Cuándo te vence el préstamo?.
Luis, me vence en un mes. He estado pagando algo al principio, hasta que entré en pérdidas. Cometí el error de firmar a cinco años y hasta ahora el director ha ido prorrogándome, pero los bancos ahora sabes que están más duros, y me exige el pago de todo lo restante ó embargará.- Le dije con la voz lo más temblona que pude; la situación era dramática, sí, pero intenté hacerla más aún. Me senté de golpe sobre uno de los sillones con las manos apoyadas en las rodillas y procurando taparme los ojos para simular unas lágrimas. El viejo parecía a punto de ceder y había que darle un toque.
Bien, Lola. Eso nos da poco margen. Es hora de que proponga una solución, pero ..por favor .. si no es de tu agrado no te enojes. En estas circunstancias, y tratándose de ti, tengo que proponértelo.- No sé por qué me daba la impresión de que era el viejo el que me iba a dar a mí el toque, y no al revés.
Necesitamos ganar esos 15.000 euros en un mes, y yo te daré el resto de los 85.000. Pero deberás hacer un trabajo en secreto, algo sacrificado quizás, pero es lo único que se me ocurre ahora mismo que sea seguro y rápido.
Soy todo oídos.- le dije con una mal disimulada convicción. Había levantado la cabeza y estaba atenta a lo que iba decirme, al tiempo que me fijé que él no paraba de mirar entre mis piernas al estar sentada enfrente suyo. Eso no era nuevo, pero lo que iba a seguir sí.
En el Centro de mayores tengo amigos que aún tienen ciertas ..aficiones, y dinero. Y muchas veces hablamos de realizar alguna de ellas en condiciones aceptables y gastarnos un dinero que merezca la pena. Y creo que tú podrías solucionar ese capricho.- Me estaba dejando de piedra. No había que ser muy lista para intuir que lo que pretendía mi verde suegro era prostituirme a sus amigotes, ó al menos eso parecía.
Luis, me estás hablando de lo que yo imagino.?. Le dije con una cara que intentaba reflejar toda la estupefacción del mundo.
Con matices, lola, con matices. Pero creo que sabes por donde van los tiros.
Cerré la puerta de un portazo tras de mí. Luis ni se había molestado en levantarse. La ofuscación y la duda se me agolpaban, mientras intentaba lloriquear un poco para relajarme de esa proposición. 15.000 euros ., mi cuerpo y viejos babosos, .15.000 euros, .pajas, semen, poyas arrugadas, . 15.000 euros, saliva y rostros de rala barba canosa , 15.000 euros, dedos temblorosos en mis orificios ., 15.000 euros, 15.000 euros
Estaba en la calle. Al principio caminaba deprisa, luego más calmada, luego despacio. 15.000 euros, 15.000 euros, 15.000 euros ..No sé por qué empecé a pensar el precio de mi entrega. ¿cuánto necesitaría?. Tendrían que pagar cara cada sesión, porque tienen dinero y ellos son viejos. Saben que deben pagar. Tal vez 600?, no .más. Podría ser el último acto sexual de su vida malditos viejos .maldito viejo asqueroso, egoísta, salido ..debería decírselo a su hijo .no, no .nononono. No puedo decírselo. Tengo que salvar la situación. La tienda es mi vida, mi razón de ser y mi tesoro en esta vida. Esos viejos no hablarían, por la cuenta que les trae. Ya me encargaré de amenazarles con una eutanasia anticipada cuando pasen por el hospital, ellos saben que paso tiempo allí con mis amigas enfermeras.
La duda. La terrible duda, con simpático nombre de perrita rusa. Una frase que leí en alguna ocasión y que ahora me venía casi por fuerza a mi entender. Terrible duda.
A los 15 minutos, Luis me abrió la puerta. Estaba muy tranquilo, como si lo esperase y me dijo que entrara con la misma tranquilidad. Yo iba seria, pero algo más calmada. Me senté de nuevo y empecé a hablar.
¿Cuántas veces serían necesarias?.
Con dos ó tres será suficiente, dependiendo del trabajo que hagas, claro. Yo lo planificaré para que todo sea lo más rentable posible. Escogeré a los menos exigentes y más dispuestos a pagar. No creas que son tantos, pero hay que hacer una pequeña criba. Eres mi nuera, y no permitiré que lo hagas con cualquiera.
Joder, el viejo verde encima se pone paternal. Está dispuesta a entregar a la mujer de su hijo, y aún así habla de protección.
Bien, y cuando sería?-
Creo que puedo arreglar un encuentro para mañana. Sin embargo .quieres ir rebajando la cifra en 500 euros que tengo aquí de un negociete que hice esta mañana?. Sabía que mi suegro aún hacía cosillas con las cooperativas del campo, ilegal por su puesto, ya que está jubilado no me extrañó esa proposición.
Ahora?.
Sí, ahora.
Con quien?.- Empecé a dudar, aunque imaginaba la respuesta.
Conmigo lola, conmigo, .o crees que tu suegro es de piedra?.
No yooo ya, supongo que no .pero Luis tu hijo ..
Mi hijo no se va a enterar de tu deuda, no??, por qué tiene que enterarse de otras cosas?.
Ya luis, pero .para mi esto es distinto..yo
Abre las piernas.
No fue una petición, sino una orden. Me llegó bruscamente, y mientras él llevaba un rato intentando abrirme las piernas con la mirada. Era evidente que no me iría de allí sin que como mínimo, me viese las bragas, aunque empezaba a sospechar que no iba a conformarse con eso.
Me armé de valor, tragué saliva, e intenté asimilar mi nuevo rol. Un rol de puta temporal que tendría que asumir con el fin de salvar mi situación financiera y laboral, además de la conyugal. Era evidente, que hasta que consiguiera el dinero tendría que ser la puta de mi suegro y amigotes. Con gran lentitud y algo azorada, miré hacia abajo para no ver su cara, e hice lo que dijo.
Sin duda, estaría disfrutando el muy cerdo. Ese día me puse un tanga azul celeste, que se transparentaba un poquito por delante. El cabrón de mi suegro podía ver en ese momento como se intuían todos los pelitos de mi coño, y como me temía, no se conformó con eso.
- Abrete más, Lola, quiero verte mejor esa entrepierna deliciosa. El muy .estaba empezando a soltarse y cada vez hablaba con más descaro. Yo estaba bastante cabreada, pero al mismo tiempo, esa situación empezó a darme cierto morbo . Muy bien, asíii, eso es .- uffff, estaba empezando a calentarme yo solita.
Sin mediar palabra, mi suegro se bajó los pantalones sin perder de vista mi entrepierna. A continuación, su slip, y sacó una herramienta que para mi sorpresa era casi idéntica a la de mi marido. Con los pelos algo canosos, pero idéntica, y en estado de semierección. Yo empezaba a perder el control de aquello. Ahora era yo, la que no podía apartar la mirada de aquel cipote de aceptable tamaño que tenía a dos metros de mí.
Bien Lola, empiezas a sentirte mucho mejor, ya lo veo. Mira, tus braguitas tienen un pequeño cerco húmedo, lo ves?, asómate
Sí, sssi..ya. Es que .
Es que es normal Lola, ves mi poya??. Mi suegro se acercó hasta medio metro de mí, enarbolando su rabo con orgullo y terminando de desarmar mi voluntad. No me reconocía estaba cachonda como una perra, abierta de piernas ante mi suegro con su cipote delante de mis narices ..no podía más ..llevé mis manos a uno de mis pechos y comencé a masajearlo sobre el vestido Mi suego se acercaba cada vez más ..parecía disfrutar viendo como yo misma me calentaba, y cuando al fin la distancia fue lo suficientemente corta, consiguió que yo misma moviera ficha.
Engullí su rabo sin miramientos, abrazándola con mis labios sobre su glande, saboreando y repasándolo con mi lengua. No quise usar las manos, porque una ya estaba en mi coño mientras la otra había apartado las bragas a un lado ufffff, jamás imaginé que disfrutaría tanto de algo así. Allí, mamándosela a mi suegro, gimiendo de gusto y dándome bien con el dedo en el clítoris y los labios .
Muy bien Lola, me encanta que seas tan putita con tu suegro. Mereces una recomensa. Quítate las bragas, anda.
Sí,,,,ahora mismo ..- Me sorprendí a mí misma respondiendo con entusiasmo a una orden suya .realmente, no sabía donde podría acabar eso, pero me fascinaba, y el morbo que me daba superaba cualquier razonamiento lógico de lo que debe ser una esposa fiel .no daba crédito, pero .tampoco quería parar.
Así, ahora apoyate en el sillón y date la vuelta, que voy a restregarte el rabo por el coño, quieres???...-sss, si, vale si.
Bien, así me gusta. Mis tanga negro andaban yo por el suelo y el vestido me lo subí a la cintura. Le mostré mi culo con orgullo a mi nuevo amante, y me abrí de piernas. Notaba mis jugos chorreándome por las piernas solo con el morbo de la situación, y estaba decidida a llegar hasta el final, aquello no podía parar.
Como me gustas, nuerita . Siempre supe que eras un poco calentorra, pero no imaginaba que fueses una zorra en toda regla. Te gusta serlo?. Aquello debía molestarme, pero .un ardor me subió aún más por el coño, y no pude evitar aceptarlo .- siiii, si, me gusta ..ser muy puta ..me gusta serlo .- Yo estaba completamente desatada y sin capacidad de discernir el sentido común, ..solo deseaba que aquel rabo me follara de una vez..- Fóllame ya por favor, no me hagas sufrir más .fóllame.
Por primera vez, fue mi suegro quien obedeció. Su poya se incrustó sin miramientos en mi coño, encharcado por dentro y por fuera, y mis pelillos se plegaron ante la presión de su pubis cuando su poya quedó enterrada en mí. Me agarró fuerte de las caderas y con maniobras hábiles me despojó de lo que me quedaba, dejándome en pelotas y con las tetas bien enganchadas en sus manos mientras me pellizcaban mis pezones, acometiéndome a un ritmo alto, y con fuerza.
Sus pelotas me golpeaban en el chocho haciéndome perder el sentido. Me encantaba esa sensación de ser follada con decisión, sin miramientos, dándole rabo a mi coño que últimamente además andaba algo desatendido. Mis pezones crecían en las viejas manos de aquel amante que parecía tener 20 años menos por la intensidad de su follada. Yo gemía con fuerza, y tras un orgasmo más que evidente, dejé escapar un gritito de éxtasis que volvió loco a mi suegro. Este aceleró su follada, anunciando su corrida, y yo no quise defraudarle.- Así, sigue..sigue..folla, follame bien .échame todo .quiero todo córrete, ..asíiiii, mi coño rómpeme el coño .no pares .
Date la vuelta puta, que quiero darte mi leche..- mi suegro casi corriéndose, recuperó su rol, y me agarró del pelo con fuerza, haciéndome girar, y obligándome a engullir su rabo. Su leche era espesa y caliente, demasiado ácida para mi gusto, pero a esas alturas no iba a ser delicada. Engullí sus 5 ó 6 espasmos sin rechistar, tragando con ganas, sin dejar nada. Al terminar, lamí con ternura aquel cipote majestuoso, que no correspondía a alguien de su edad, y me quedé tirada, con mi coño mojando aún el suelo, y con una sensación de placer y relax que me devolvieron una paz que creí perdida. Sería que por fin iba a resolver mi situación sin sacrificarme tanto?.....
Muy bien puta. Mañana por la mañana te quiero aquí. Vas a trabajar para liquidar esas deudas. Píntate bien, traete una faldita corta y una camiseta ajustada. Nada de ropa interior, así ganaremos tiempo. Y aféitate un poco el coño, así pareces una guarra.
Sí, Luis. Estaré aquí como dices sin falta.
Continuará.