Lola

Sin pretenderlo, descubrí que Lola era una perversa y verdadera ninfómana. No le importaba ponerle a su novio unos buenos cuernos mientras estaba de viaje.

Lola era una chica muy bonita con los ojos verdes, la cara muy fina y un cuerpazo de infarto. Siempre se había mostrado atraída hacia mí, aunque yo nunca le hice hecho demasiado caso. Durante un tiempo, salíamos con frecuencia juntos, nos besábamos con pasión, no tocábamos más allá de las meras caricias de una pareja y nos poníamos a mil, aunque a la hora de la verdad, sin saber porqué me echaba atrás y era incapaz de llegar a más y hacerle el amor como merecía.

Sin embargo, pronto cambiaría mi indiferencia sexual hacía Lola. Cuando supe que ella había formalizado una relación estable con otro chico, empecé a fantasear con la posibilidad de acostarme con ella cuanto antes. La posibilidad de que Lola pusiera a su pareja los cuernos acostándose conmigo me daba muchísimo morbo. De hecho, comencé a urdir un sucio plan para cumplir mis fantasías y convertir a Lola en una verdadera puta.

Una fría tarde de invierno, la llamé:

-Hola guapísima, ¿cómo estás?, llevo tiempo sin hablar contigo y me gustaría invitarte a dar una vuelta.

-Pues acabó de llegar de Cádiz de despedir a mi novio y no tengo planes para esta tarde, ¿qué propones?

- Sin quieres podemos tomar café esta tarde y ver una peli en el cine. Después podemos ir a ese localque tanto te gusta a tomarunas copas.

-De acuerdo, nos vemosa las 20’00 horas en el centro comercial. Besosss

A Lola le encantaba bailar y sabía por experiencia que si se tomaba unas copas perdía el control y se ponía muy cachonda, así que la noche prometía. Después de salir del cine, nos dirigimos al local y pedimos un ron-cola para ella y un gin-tonic para mí. Estuvimos un buen rato charlando y bailando, rozando nuestros cuerpos cada vez más; en esto que Lola me susurró al oído:

-Parecemos pareja y mi novio está montado en el avión rumbo a EE.UU.

En ese momento, la besé apasionadamente y al terminar le respondí:

-No sabe lo que se pierde. Añoraba hacer esto desde hace tiempo.

-Pero no esto está bien, ya sabes que estoy saliendo con Daní, desde hace más de un año. Esta vez voy en serio y no quiero hacerle daño.

Por el momento, lo dejé estar y nos dirigimos a la barra a pedir de nuevo. La abracé por detrás, apretándola hacía mí y le dije:

-Cada día me gustas más, me tienes tan loco que no puedo dejar de pensar en ti.

-En cambio, he estado dos años detrás de ti y no ha habido manera de que me hicieras caso.

-De eso me arrepiento cada noche cuando pienso que estás en brazos de otro hombre.

Al terminar de decirle esto volvimos a besarnos, a bailar muy sensualmente, tocándonos, metiéndonos mano como dos adolescentes, sin pudor ni vergüenza por que los vieran.

-Sabes que nos puede ver alguien que conozca a tu novio.

-Me da igual, el no está aquí. Vámonos a otro sitio.

Al llegar al coche, no pudimos reprimir nuestros instintos. Lola estaba como una perra y no tardó en bajarme la cremallera del pantalón y meterse mi polla en su boca. No recordaba una mamada así en mucho tiempo, recorría el tronco de mi polla con ahínco y desesperación, sentía mi capullo rozar su anginas, mientras ella continuaba su función sin importarle las arcadas que daba.

-Más despacio, por favor, vas hacer que me corra.

Ella no contestó y siguió mamando con más rapidez, hasta que un escalofrío recorrió mi espalda y me corrí copiosamente en su boca. Tanta era la cantidad de semen que expulse que, le rebosó por la comisura de los labios, chorreándole por el escote que se dejaba entrever en su vestido.

-Uy, qué rico, ha sido una pasada. Después de muchos intentos, he tenido que portarme como una puta, siendo infiel a mi novio para poder mamarte la polla. Llevaba mucho tiempo esperando esta ocasión. Ahora, vámonos a mi casa, quiero que me folles.

-¿Y tus padres?

-No te preocupes, duermen en la planta de arriba y no se enterarán de nada. Además, hace algunos meses que duermo con mi novio y están acostumbrados.

De camino, se quitó el tanga y me lo acercó a la nariz, mientras se masturbaba.

-Mira lo que has conseguido, me tienes muy mojada…Ummmm, Ummmm

-Te has corrido cabrona, tienes el tanga empapado y me vas a manchar el asiento.

-Ah sí…ummmm… lo siento. Ummmm…ummmm me corro ah,ah,ah, me corro joder.

Con rapidez, acerque mi mano a su húmedo coño y comencé a acariciarle el clítoris, introduciendo un par de dedos en su lubricada vagina. Ella no paraba de gemir y de jadear, dejando escapar de su boca algunas perlas como esta:

-V amos cabrón, llega ya, quiero que me folles delante de toda mi familia. Lo vamos hacer en el salón… ah, ah, ah… me estoy volviendo loca .

Cuando llegamos a su casa, Lola apenas podía ponerse de pie. Estaba húmeda y acalorada, con muchas ganas de sexo. La cogí en volandas y la acerqué hasta la puerta falsa de la casa, que daba acceso a la cocina. Una vez allí, a apoyé sobre la encimera y subiéndole su corto vestido, le metí la polla en el coño de un solo golpe. Ella se estremeció de placer y tuve que agarrarla bien por la cintura para evitar que cayese al suelo.

-Así, así zorra, esto es lo que querías ¿verdad?

-Ummm…ummm, sigue, sigue, no pares cabrón, me estás partiendo. Ay Dios mío, Dios mío, mi coño, me arde, me arde…ayyyyyyyyy…Dios mío….ummmmummmmm

Entre gemidos, jadeos y espasmos, le saqué la polla para que se repusiera y cogiéndola en brazos, la llevé hasta su habitación, dejándola acostada sobre la cama. Una vez allí, parecía que Lola hubiese perdido el conocimiento, pero estaba guapísima. Le quité con cuidado el vestido y el sujetador, dejándola completamente desnuda y me desnudé yo. Le abrí las piernas y me puse a saborear su preciado coñito, enrojecido, húmedo y abierto. Parecía la fuente de la que manaba el elixir de la eterna juventud. Con mucho cariño, fui ascendiendo por su cuerpo, besando cada rincón, hasta llegar a sus pequeños y puntiagudos pechitos, mamándolos con tanto ahínco como ella me había mamado la polla. Le besé de nuevo y volví a introducirle mi miembro en su coñito.

-Vamos cariño, quiero que disfrutesde esta noche .

Ella no contestaba, sólo gemía.

Yo aceleraba el ritmo y me incorporé, poniendo sus largas y torneadas piernas sobre mis hombros y penetrándola lo más profundamente posible.

-Ummm…qué rico…Dios mío, Dios mío, qué placer me estás dando cabrón.

-Cariño, creo que el cabrón no soy precisamente yo ¿eh?

-Ah, ah, ah, qué malo eres. Pobre Dani lo que se está perdiendo.

-¿Te imaginas?

-Dioosssss…no me digas eso que me corro viva ummmm….uummmmm…dame, dame más duro, más fuerte, así joder, que vicio....

-¿Probamos por atrás?

-No, nooooo… Soy virgen y me dolerá ummmm,ummmmm, ¿quieres despertar a toda la casa?

-No, quiero follarte tu culito mi amor, solo eso. Seguro que te gustará porque estás muy excitada…

-Ay Diosss…lo que tú digas, me estas matando, ummm,ummmmm

Por suerte, Lola tenía sobre su mesita un bote de Nivea que utilizaba para hidratarse la piel, pero esta vez serviría para lubricar su culo y alojar en él un buen rabo por primera vez en su vida. La puse a cuatro patas y cogí con mis dedos un buen pegotón de Nivea, le metí un dedito y lo empecé a mover para que el ano se fuera acostumbrando. Ella gemía como una perra en celo y cuando se aproximaba otro de sus múltiples orgasmos, aproveché para meterle otro dedo.

-Diooossss, cabrón para, me ardeel culo…ahhhhhhh , ahhhhhh

-Tranquila nena, que va el tercero, verás qué rico lo sientes

-Ummmmm, me duele mucho , ahhhhhhh…me dueleummm

A Lola se le saltaban las lágrimas, pero en el fondo, estaba disfrutando como una zorra, pues no paraba de gemir y de correrse.

Con el mástil en todo su vigor, saqué los dedos y lo unté de Nivea y apuntado al dilatado culo de Lola, se estremeció cuando se la metí con violencia de un solo golpe, dando un grito ensordecedor que seguro se escuchó en toda la casa. Las embestidas eran rápidas y contundentes, mis huevos chocaban en sus nalgas y ella, se corría sin parar, mojando hasta la cama.

La muy puta estaba fuera de control, sudaba, gritaba, gemía, soltaba un torrente de obscenidades y se corría una y otra vez, era insaciable. Por mi parte, ya no podía aguantar mucho más y con las últimas embestidas, se acentuó muy violencia.

-Estás disfrutando puta, voy a correrme en tu culo, ahhhhhhhhh, Dios, Dios, qué gustoooo.

Cuando saqué la polla, el culo de Lola estaba dilatadísimo, muy rojo y chorreando semen mezclado con un hilito de sangre.

-Madre mía la que hemos liado campeón. Ha sido el mejor polvo de mi vida, pero estoy rota y sucia, me has partido el culo y me siento una vulgar furcia de la calle, aunque me gusta. ¿Has disfrutado?

-No sabes cuanto, o ¿no se nota?

-Si mucho, nunca pensé que pudieras ser un auténtico animal salvaje en la cama.

-¿Y Dani? ¿Qué vamos a hacer?

-Déjalo, mientras esté en EE.UU. seré tuya, cuando llegue, ya veremos.

-Te quiero

-Y yo a ti, pero tiene mucho morbo hacerlo de esta forma. En casa de mis padres, sabiendo que nos pueden pillar, mientras que mi novio viaja a los EE.UU. sientiéndose mal por dejarme aquí sola.

-Y tan sola…

- Calla, no seas malo. Ahora tienes que irte antes de que se despierten todos. Te regalo como recuerdo mi tanguita empapado. Guárdalo por si decidimos obsequiar a Dani con algún recuerdo de cuando me desvirgaste el culo.

-Adiós cariño, te veo mañana.

A la mañana siguiente, estaba en mi casa descansando cuando de repente sonó el timbre. Era la dulce Lola que venía a pasar el día conmigo. Nada más abrir nos dimos un morreo de vértigo. Estaba preciosa, tenía el pelo castaño ondulado y una enorme sonrisa alegraba su cara; traía un vestido blanco de estilo ibicenco que al trasluz parecía sugerir que llevaba puesto un pequeño tanguita.

-Si vieras la cara de mis padres cuando al preguntarme por Dani, les he dicho que estaba en EE.UU., ha sido una pasada.

-¿Que te han dicho?

-Nada, se han quedado pálidos, pero al retirarse mi padre cabizbajo, mi madre se ha dirigido a mí para que le contase con quien había pasado la noche. Al principio, me he hecho la despistada, pero cuando ella insistió en sus preguntas, dejándome entrever que nos habían escuchado, no he tenido más remedio que confesar que he pasado la noche con otro chico.

-Por Dios Lola, la que hemos liado con nuestro afán exhibicionista, ¿no te das cuenta de que puedes tener problemas en tu casa?

-Sí, probablemente los tendré. Por eso, me he venido contigo; así podremos follar todo lo que queramos sin que nadie nos incomode con sus curiosas preguntas.

-Estás completamente loca, ¿lo sabías?

-Pero por tu culpa, jamás nadie me dio tanto placer y me hizo alcanzar el séptimo cielo como tú anoche. Eres todo un semental .

-¿Y tu querido Dani?

-¡Qué curioso!, has coincidido con mi madre en la pregunta. No os preocupéis por él, tendrá que ir acostumbrándose a compartirme contigo.

-¿No piensas dejarlo?

-Por el momento no. Espero que me comprendas, me da mucho morbo joder contigo mientras estoy saliendo formalmente con él.

-Eres una zorra. ¿Quieres hacer del pobre Dani un verdadero cabrón?

-No, sólo un cornudo consentido. Cuando vuelva de EE.UU. le contaré con todo lujo de detalles lo bien que me follas y como me has partido el culo.

-¿No se enfadará?

-Seguro, pero como el muy cabrón está enamoradísimo de mí, no tendrá más remedio que transigir con los cuernos. Además, nosotros también nos queremos y es injusto que él se interponga en nuestro camino.

-Perdona, pero no lo veo claro. Creo que es una putada para él y no me gusta del todo compartirte.

-Pues tu polla lo ve clarísimo. Menudo cabrón estás hecho, dando ejemplo de moralidad y buenas costumbres, mientras no piensas sino en cómo follarme.

-Voy a comerte viva.

Le quito el vestido y me empleo en sus tetas, mientras una de mis manos baja a su coñito y apartándole  el tanga comienzo a masturbarla. Ella gime como una puta, parece mentira que esté educada en el seno de una familia ultra-católica.

-Ummmmm…ummmm…ya estás otra vez. Contigo no gano para orgasmos.

-Calla, zorra. Hoy vas a ver lo que es bueno de verdad, lo de anoche fue sólo un aperitivo.

Le arranco el tanga y la someto a mi voluntad, forzándola a que me chupe la polla y los cojones. Le follo tan fuerte la boca, que no deja de dar arcadas y de ponerse colorada como un tomate. Acabo corriéndome en su boca.

-Aquí tienes el desayuno que venías buscando.

-Dios, qué rica está la leche calentita por la mañana. Me bebería un vaso entero.

La pongo a cuatro y descubro que su ano está aún muy irritado. Le acerco mi lengua y ella hace gestos de desaprobación, diciéndome que le duele. No cejo en mi empeño y le introduzco un par de dedos. Ella gime y me suplica que no le dé por el culito, que aún está dolorido y le sangra cuando lo fuerza.

-Pues el coño lo tienes echo agua, cabrona.

-Cómemelo, clávame todo tu estoque.

También el coñito está hinchado y enrojecido, el clítoris sobresale puntiagudo y desafiante sobre los labios vaginales y cuando lo muerdo y lo chupo, Lola se retuerce de placer, suplicándome que no pare. Al cabo de diez minutos, el orgasmo es inminente. La cabrona parece una fuente que salpica toda mi cara de flujos. Se reincorpora para que practiquemos un magnífico sesenta y nueve, y cuando mi polla está a punto de estallar, rápidamente me cabalga y empieza a hacer unos extraños pero intensos y placenteros movimientos circulares, lentos y acompasados.

-Ya me has sometido bastante, esta vez seré yo la que te folle gallito.

Su ritmo va en aumento, alza las manos tocándose el pelo y se muerde el labio inferior.

-Dios…que gusto. Este pollón me está matando ummm…ummmm…

Estoy a punto de venirme, pero quiero estar a la altura y aguantar como un jabato. Lola está poseída por la pasión desenfrenada, sube y baja con los ojos cerrados y sigue cabalgando, gimiendo y llorando de placer. Parece estar en el limbo cuando una batería de espasmos y sacudidas le acechan, la muy zorra se está corriendo de nuevo y hace que me corra dentro de su estrecho coñete. Me descabalga y me dice:

- Uf, menudo polvo que nos hemos pegado. Necesito descansar, ¿tú no?

-Claro cariño, eres una loba.

-Voy a ducharme… ¿vale?

-De acuerdo, ahora te alcanzo y nos duchamos juntos.

Cuando se levanta, está sudada y con el pelo alborotado. Se agacha y expulsa el semen del interior de su coño sobre la palma de la mano, para después llevársela a la boca y lamerla.

-¿Qué te parece? Ya te dije me bebería un vaso.

Me tira un beso y se mete en la ducha. La sigo, como es natural, y nos duchamos juntos. Nos enjabonamos mutuamente y nos comemos enteritos debajo del agua. Nuestra pasión es un desenfreno de sexo y lujuria y ello, nos produce más morbo aún. Cuando nos echamos de nuevo en la cama, completamente desnudos, Lola me confiesa su primera fantasía.

-Cuando llegue Dani, quiero que vengas a follarme al piso de una amiga que a veces he usado con Dani de picadero. El objetivo es que el cabrón nos sorprenda follando como animales. Quiero humillarlo y que me limpie el coño y el culo rebosantes de lefa de mi semental.

-Por favor, una cosa es que sea un cornudo consentido y otra que el pobre cabrón te chupe la lefa que descargue en tu sexo. Eso es una guarrada.

-Sí, pero a mí me gusta y seguro que a ti y a él también. Si me prometes hacerlo, te compensaré.

-¿Cómo? Sorpréndeme.

-Haremos un trío con mi amiga Esther, a ella le gustas mucho, pero como es tan tímida no se ha atrevido a decírtelo. Necesita un macho que la folle como tú me has follado a mí.

- Trato hecho. Pero ¿y tus padres?

-Déjalos, ya tendrán ocasión de pillarnos en plena faena. Para entonces podremos hacer una bacanal, ya verás como gime mi madre, es más exagerada que yo, te lo aseguro.

Continuará…