Lola

Mi nueva vecina Lola me hace gozar con su pollón mulato.

Hola, me llamo Javier, vivo con mi madre viuda desde los 36 años , en la ciudad mas grande del sur de España. Tengo 22 años, soy alto, moreno y dicen que guapo. Mi madre tienes 43 años, es también morena, muy guapa, un bonito culo y unas tetas que siempre me han tenido obsesionado.

Cuantas pajas no me habré hecho pensando en sus tetas cuando se descuidaba y la veía en ropa interior e incluso un día que pensaba que estaba sola y salio del baño solo con las bragas puestas.

Ella es muy religiosa y va a misa casi a diario, desde que quedó viuda no se le ha visto con ningún hombre. Una hermana suya, Isabel, es monja de clausura en un convento de la ciudad. Yo solo la he visto dos o tres veces en mi vida, la ultima en el entierro del abuelo, un tío muy religioso y serio que tenía dos empresas y un pequeño cortijo, por lo que dejó una buena herencia cuando murió y nos permitió ir a vivir a una zona de lujo de la ciudad y tener un buen nivel de vida.

Una mañana al salir de mi casa y al llamar al ascensor veo que del piso de al lado sale una mujer, joder que mujer, 28 o 30 años, mulata, minifalda a medio muslo, una blusa blanca ajustadísima, las tetas parecían que iban a reventar la blusa.

-Buenos días – me sonríe con una dentadura blanca, perfecta.

-Ho.. hola- contesté cuando pude cerrar la boca.

  • Soy Lola, la nueva vecina.

  • Yo soy Javier, encantado.

Bajamos los dos en el ascensor, yo sin dejar de mirarla de reojo y ella sin dejar de sonreír.

-Hasta luego- se despidió al llegar al portal.

-Adiós Lola.

Mientras caminaba hacia la parada del bus, no dejaba de pensar en Lola. Me había impactado, pero sobre todo su voz un poco ronca y muy sensual y su cara. Tenía esa cara que solo de verla se te pone la polla como un palo. Cara morbosa, de vicio.

No volví a verla en una semana, pero cuando nos volvimos a encontrar casi me da un infarto. Una tarde salí a la terraza y cuando miré hacia la de al lado, allí estaba Lola, con un top cortito, un pantaloncito banco, corto y ancho . Estaba de espaldas.

Hola Lola.

Hola Javier- al volverse casi me da algo, no lleva sujetador y los pezones amenazan con romper el top.

¿Te apetece un café o un refresco? – me pregunta.

¿Por que no?

Pues ven y así charlamos.

Cuando llego a su puerta esta está abierta y desde la cocina me dice:

-Pasa y ponte cómodo ¿café?

-Si tienes una cola, mejor.

-Ok

Me siento en el sillón y ella está trasteando detrás de una barra americana, yo no se donde mirar, las tetas se le bambolean cuando aparece con una bandeja con una cola y una taza con café, pasa por delante de mi y al inclinarse para poner la bandeja en la mesita casi se le salen las tetas del top., me mira cuando esta inclinada y se da cuenta donde están mis ojos, me sonríe

Empiezo a ponerme nervioso y mi polla empieza a dar señales de vida, se sienta y empezamos a charlar de cosas intrascendentes, al rato me dice:

-Perdona Javier, te importa si voy al baño?

-Claro que no, Lola

No cierra la puerta del baño y por el hueco que deja abierto veo un espejo grande que me deja ver como se baja un poco el pantaloncito y se pone a mear...! de pie y a través del espejo me enseña una polla negra, grande y gorda, parece una morcilla, y digo me enseña porque gira un poco la cabeza y me mira a los ojos por el espejo. Mi polla se pone dura al momento, no soy gay pero ya había tenido alguna fantasía con un travesti y me había fijado en alguna que otra polla cuando me duchaba con los del equipo de fútbol.

Cuando sale no se como ponerme para que no se note el bulto en el pantalón. Esfuerzo inútil. A los cinco minutos se levanta y suelta:

-Parece que tienes un problema Javier. A ver como lo resolvemos.

Se acerca, se inclina, me pone las tetas en la cara y empieza a tocarme el nabo por encima del pantalón.

-Huyyy, pobrecita, esta incomoda, no te parece?

Y tanto, me empiezan a doler los huevos.

Y mientras empieza a desabrochar el pantalón para sacarme la polla, se vuelve a inclinar y me mete la lengua en la boca. Joder me da un repaso por toda la boca y me mete la lengua hasta la campanilla. A todo esto, ya con la polla al aire, dura como una estaca, se arrodilla en el suelo, empieza a lamer mis cojones, sube por el nabo y lo engulle hasta el fondo. Cuando lo tiene bien metido hasta la garganta, no se lo que hace con la lengua pero me esta dando un gusto como nadie me ha dado nunca. Chorrea la saliva desde su boca por la polla, cuando la saca deja resbalar la saliva por el nabo abajo y se la vuelve a tragar. No creo que aguante mucho. Se lo digo:

-Para coño, que me corro si sigues.

No para, levanta los ojos para mirar los míos y sigue mamando como una zorra,

-Paraaaa puta, que te lleno de leche.

Sonríe, al sonreír se escapa la saliva de su boca mientras empiezo a lanzar churretones de leche directamente a la garganta.

-Oouugghhh, zorrón como la mamas.

Se levanta y me empieza a morrear, su boca sabe a leche y cuando me quiero dar cuenta, la muy puta no se la ha tragado y empieza a pasármela mezclada con su saliva. Pues tampoco está tan mala, así que la mantengo en mi boca y vuelvo a pasarla a la suya, cuando la tiene toda abre la boca, me la enseña y la traga de golpe con una cara de zorra viciosa que empieza a ponerme otra vez la polla morcillona.

Yo sigo sentado en el sillón, ella se pone de pie, baja el pantaloncito y saca un pollón duro y grande.

-Ahora te toca a ti.

-Yooo no ....

Aprovecha que tengo la boca abierta y me mete el nabo. Empiezo a chupar, no tengo otra opción, además que tampoco me desagrada mucho. Lo malo es que no me entra toda. Es muy grande y gorda. Chupo como puedo, me acuerdo de lo que hizo ella y empiezo a producir saliva, ella empieza a gemir y yo cada vez la voy tragando mas.

-Así maricón, mámamela

Cada vez me la mete más, me dan arcadas, la saca, tomo aire, la vuelve a meter, tengo que escupir la saliva, no me queda sitio con tanta polla y la guarra sin avisar empieza a correrse, me echa la leche directamente en la garganta, tengo que tragar, cuando la saca me dice:

-Límpiala putita.

La dejo reluciente.

Se echa en el sillón, la cara entre mis piernas, nos relajamos y empieza a acariciarme los cojones y a besar y lamer mi polla. Cuando ésta empieza a dar señales de vida otra vez, se las arregla ponerse encima y comienza a tragarse otra vez mi nabo, el suyo queda justo encima de mi nariz. Yo, para no ser menos empiezo a besar y chupar su capullo. Va creciendo y me lo meto en la boca, cada vez aumenta más de tamaño. Vuelve otra vez a chorrear la saliva que corre hacia mi culo. Ella se da cuenta, se moja un dedo con la saliva y empieza meterlo en mi culo. Al rato son dos dedos lo que entran suavemente en mi ano. Joder- pienso- esta zorra me quiere ensartar.

Trago su polla hasta los cojones, la tiene bien dura, me asfixio, o dejo de chupársela o me ahogo. Me encanta mamársela, así que empiezo a respirar por la nariz. Esto es otra cosa, a tragar nabo se ha dicho. Mi culo ya tiene tres dedos bien dentro. Me la saca de la boca y casi lloro. Nos ponemos de pie, me coge una pierna y la apoya sobre el sillón. Gira mi cara y empieza a morrearme mientras enfila su pollón en mi culo.

-Ahhg putón, me vas a partir en dos – le digo.

Ya esta el capullo dentro, empuja un poco y me mete medio nabo. Me entran unas ganas irresistibles de cagar. Pienso – o dentro o fuera-, así que flexiono un poco y termino de empalarme. Me falta el aire, ella con sabiduría me agarra y me deja quieto mientras me clava sus tetas en mi espalda. Cuando mi culo se acostumbra a su pollón le susurro:

-Follate a tu puta, so guarra, destroza mi culo.

Empieza a bombear, noto su polla en mi estomago, siento cuando se va a correr, su nabo engorda tanto que pienso que nunca más tendré el culo cerrado, me queman los latigazos ardientes de leche, me muerde en el hombro, me toco la polla dura como el mármol y con dos meneos empiezo a soltar lefa. Le pongo el sillón perdido, cuando se da cuenta desaloja la polla de mi culo y me dice:

-Cabrón, como me has puesto el sofá, límpialo so maricona y me hace limpiar la leche que hay en el sofá con la lengua. Cuando termino se pone mimosa y empieza a morrearme para recoger los restos de lefa que tengo en la cara.

Continuará