Lola (4)

Mi alumna aprendiò todo sobre las cogidas anales.

LOLA IV

¡Hola nuevamente estimados lectores!, en esta ocasión le comentaré lo que pasó con la caliente de Lola y un servidor, además de un amigo después de una noche de parranda, espero les guste.

Resulta que un día me fui a tomar unas copas con los amigos, ya entrada la noche y en compañía de Arturo, llamé a Lola, como lo hacía frecuentemente, para saber si mi esposa estaba durmiendo, andábamos bastante alegres y en mi calenturienta mente pasó la idea de hacer un sándwich con mi Lola, al otro lado de la línea la escuché responder con voz somnolienta:

  • Diga

  • Lola – dije-, soy yo, ¿ya se durmió la señora? – sabía que nunca se iba a dormir hasta que yo llegara y me sirviera la cena.

  • Sí señor, hace rato que se acostó, ¿por que? – un leve tono de curiosidad se hizo notorio en su voz.

  • Quería saber si te gustaría hacerlo conmigo hoy, ¿que te parece?

  • Pues si quiere nos vemos en la esquina del centro comercial – respondió ansiosamente.

  • De acuerdo, te veo en 20 minutos, te arreglas bonita, quiero cogerte rico.

  • Sí señor, al rato lo veo.

Arturo me miró con cara de asombro, no sabía que pasaría o con quién le tocaría coger, para calmar su curiosidad le dije:

  • Qué te parece que se lo hagamos entre los dos, ¿alguna vez has hecho un trío? – pregunté pensando en lo que pasaría si aceptaba.

  • Pues francamente… nunca, me gustaría intentarlo, ¿aceptará que estemos los tres? – preguntó Arturo.

  • Mira, ya se la he metido por todos lados, es muy caliente y no creo que se pierda de una oportunidad como esta, ¡imagínate!, clavársela por adelante y atrás al mismo tiempo, ¡qué rico!

Como respuesta recibí un asentimiento de cabeza y salimos en busca del auto para ir a comprar unos condones, llegamos casi al mismo tiempo que Lola llegaba al punto acordado, abrió la puerta trasera y se subió mientras saludaba, respondimos y luego tomé rumbo al un discreto hotel con estacionamiento, ella no hizo comentario alguno, quizá iba imaginando el placer que recibiría, pagué y entramos los tres a la habitación, en ese momento sentí que se ponía algo tensa:

  • No te preocupes Lolita, es una nueva forma de gozar, vas a ver que rico te la vas a pasar – dije mientras la abrazaba fuertemente haciéndole al seña a mi amigo para que se acercara a sus nalgas.

Ella se dejó levar por la sensación inicial, los dos pares de manos recorrían su cuerpo, los labios semiabiertos de Lola, emitieron un largo suspiro, nuestros besos y caricias hicieron el efecto deseado, Lola poco a poco se iba perdiendo en la espiral del placer, aumentando a cada instante su temperatura, su cadera iba y venía entre Arturo y yo, se restregaba más y más fuerte cada vez, logrando con esto que nuestras armas estuvieran listas para la batalla.

  • Qué rico se siente, patrón, nunca me había imaginado tener dos hombres para mi solita – dijo entre gemidos.

  • Pues es una sorpresa que te venía preparando desde hace algunos días – respondí agitado por al situación.

  • ¿Qué me van a hacer? – preguntó con fingida inocencia.

  • Como eres muy caliente, te vamos a coger por los dos lados al mismo tiempo – dije con tono que no admitía rechazo.

  • ¿Usted también me la va a meter? – preguntó volteando a ver a mi amigo.

  • Estás muy buena Lola – respondió Arturo -, claro que te quiero ensartar.

Lola nada contestó, simplemente me volteó a ver como pidiendo permiso y luego besó apasionadamente al tercero en discordia, comencé a quitarle la ropa desde atrás, pasé mis manos al frente y desabroché su blusa, la bajé lo suficiente como para despojarla del sostén, luego Arturo hizo su parte, le bajó el pantalón y, terminando con el abrazo, terminamos por dejarla completamente desnuda ante nuestros ojos, la hicimos girar para apreciar su cuerpo, luego ella se agachó para mostrarnos su redondo aunque pequeño trasero, le propiné una sonora nalgada y pudimos ver como sus morenos cachetes se agitaban, una sonrisa se dibujó en su rostro, ¡le gustó!, luego la tendimos boca arriba en la cama para iniciar nuestro ataque, le abrí las piernas e inserté mi lengua después de apartar su vello púbico, al mismo tiempo que Arturo le clavaba el pene en al boca, ella lo chupó ansiosamente mientras mi lengua atravesaba su intimidad, pasados unos momentos, Arturo y yo cambiamos de lugar para que él pudiera saborear la rica vagina de Lola, ella se estremecía por las sensaciones, incapaz de soportar el goce, se vino en los labios de mi amigo, mientras metía lo más profundo que pudo mi lanza en su garganta, le dimos unos instantes de reposo mientras se recuperaba:

  • ¡Eres insaciable! – le dije mientras le metía dos dedos en su concha -, ya te veniste y eso que apenas estamos comenzando.

  • Es que con los dos estoy gozando como nunca – respondió entrecortadamente -, jamás pensé hacerlo don dos.

  • Pues prepárate chiquita – comentó Arturo -, te vamos a dar reata por todos lados.

Por toda respuesta de parte de ella, nos atrajo tomándonos de los penes y, acercando la boca a ambos, intentó mamarlos juntos, solo le cupieron las dos cabecitas, aún así, continuó lamiendo nuestros garrotes hasta dejarnos listos para la doble penetración, nos pusimos nuestros respectivos condones dispuestos a complacerla, yo me acosté sobre la cama e hice que se montara sobre mi húmeda lanza, al sentir que el glande se perdía en sus entrañas, se dejó caer para que la penetración fuera de golpe, mi amigo se puso detrás y, lubricando con saliva el estrecho culo, se dispuso a consumar la doble penetración, al sentir que atacaban su abertura posterior, Lola se recostó completamente sobre mi para facilitar la ensartada, con voz entrecortada por la excitación, pidió:

  • ¡Métamela toda señor, clávemela hasta el fondo!

  • Eres una puta muy caliente – musitó Arturo -, te la voy a dejar hasta dentro.

Él, hizo exactamente lo que había dicho, se la metió de un solo empujón haciendo que ella profiriera un leve grito de placer:

  • Ayyyyyy, ¡qué rico es coger con dos!, se siente demasiado rico – acertó a decir entre suspiros y gemidos.

Tanto su esfínter como su vagina se estremecieron por causa de nuestros respectivos caramelos, Lola inició un movimiento de cadera que jamás le había sentido, giraba circularmente, luego se movía de adelante a atrás, después apretaba su culo para darnos mayor placer, ¡definitivamente le gustó que le diéramos entre los dos!, mis manos aprisionaron sus ricos pechos, mientras Arturo le daba unas buenas nalgadas, sin darse punto de reposo nuestra doblemente ensartada pidió:

  • Cámbiense de lugar para sentir sus ricas cosotas en mis hoyitos – indicó entre placenteros gemidos.

No tuvimos objeción alguna a su petición, cambiamos de lugar y nuevamente de metimos ambos penes por sus ardientes orificios, la cabalgata ahora era en forma frenética, el placer daba rienda suelta a nuestros instintos, mi verga desaparecía totalmente en su rico ano, la de mi amigo hacía lo mismo en su lubricada vagina, Lola besaba lo que se ponía al alcance de su boca, dedos, labios, las tetillas de Arturo, en fin, su lengua buscaba el más pequeño pedazo de piel para lamerla, las nalgadas de le di iban aumentando de intensidad, sus cachetes posteriores mostraban ya el enrojecimiento de tantos golpes, en un momento sentí unas contracciones que indicaban que el tan ansiado orgasmo, nuevamente había llenado el cuerpo de Lolita, como aún no habíamos logrado en nuestro, decidí que le diéramos toda la leche en la boca a nuestra puta particular:

  • Ahora te vas a tomar toda la leche que tenemos para ti – dije autoritariamente mientras sacaba mi lanza de la, ahora no tan estrecha funda.

Lola comprendió mi intención y, bajándose de su montura, se dispuso a recibir el torrente del salado líquido que saldría de nuestras trancas, se hincó frente a nosotros y abrió la boca para recibir lo que le habíamos prometido, Arturo y yo nos acomodamos frente a ella, nos despojamos de las fundas de látex y comenzamos a meter alternadamente nuestras reatas en la húmeda cueva de ella, mientras ella me mamaba el pene, mi amigo se masturbaba, luego era a la inversa, no bien pasaron unos minutos haciéndolo, sentí que mi explosión se acercaba, tomé a Lola por la parte posterior de su cabeza y le metí profundamente mi hinchado miembro en la boca, ella chupó gustosa todo mi semen, unos hilillos del blanquecino líquido escaparon entre la comisura de sus labios, y no dejó que lo sacara hasta que mi pene estaba flácido, luego volteó hacia el otro y repitió lo que me había hecho a mi, en pocos segundos logró que Arturo también se viniera abundantemente, la leche de ambos se mezcló en su boca, incapaz de tragarla toda dejó que escapara un poco cayendo sobre sus ricos pechos, los dos hombres nos dejamos caer sobre el lecho mientras ella se acariciaba las tetas con el esperma recibido.

Luego de una ligera siesta nos dispusimos a llevar a mi amigo a su casa y, en el camino a casa, mi pequeña Lolita me dijo:

  • ¡Qué rico es coger!, y más si me lo hacen entre dos – comentó mientras me acariciaba las piernas y el chile.

  • Pues si gustas, cada vez iré aumentando la cantidad de personas hasta que ya no puedas soportar tantas reatas – dije mientras en mi mente revoloteaban las imágenes de una orgía entre varios hombres ensartando a mi Lola.

  • SÍ me gusta gozar, pero preferiría hacerlo solo con usted – respondió levemente -, voy a ser su puta particular y podrá hacer de mi lo que se le antoje, solo en algunas ocasiones me gustaría repetir lo de hoy.

Por toda respuesta hice que me diera una rápida mamada para venirme por segunda vez antes de entrar a casa.

Espero sus comentarios en mi correo.

Don Pato

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