Locuras de un adolescente
Apenas me dio tiempo de apartarme, ¡pues fue darle un par de lamidas en su glande uuummm!!, e introducírmela hasta el fondo hasta que sus gordos y peludos genitales me hicieran cosquillas en la nariz, cuando descargo.
Locuras de un adolescente
Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias.
Bueno antes de comenzar me presentare, mi nombre es José y actualmente tengo cuarenta y cinco años, os debo decir que tanto mi apariencia como físico ha cambiado mucho, llegando a deciros que intruso llegue a dejarme barba para aparentar mucho más serio y varonil. Bueno sigo, os diré que lo que a continuación os relatare, fue un hecho, anécdota o experiencia más que me ocurrió cuando tenía apenas diecisiete años. Experiencia que me gusta recordarla con placer, no pudiendo evitar masturbarme y llegar obtener más de un orgasmo. Bueno comenzaré…
Mi primera mamada en un coche tampoco fue para tirar cohetes, ese hombre me duro menos de lo que solía durar, quizás fueran los nervios de él… por mucho que decía que tenía mucha experiencia. Quizás fuera eso, porque A, cuando a los pocos minutos descargo. Ni tan siquiera me aviso que se iba a venir, simplemente él disfrutaba, mientras me oprimía con ambas manos, tanto por mi nuca como por mi espalda. Descargo una parte en mi boca, parte que no me aviso, mientras la otra parte fue a parar a mi rostro.
No dejo de disculparse, como si se tratara de un chiquillo que ha hecho una travesura, no quedándome otra que quitarle importancia, y acabar incluso por asumir que la culpa era mía. Nuestros siguientes encuentros fueron mejorando, no solo por dejar de estar nervioso, cosa que lo note al disfrutar ambos de una buena mamada, sino también a la hora de cuando se iba a correr. Pero como es lógico, no siempre va o viene a color de rosa, pues a veces vuelve a no avisar, aunque en el fondo sé que se va a correr… mmm!!. Pues chupo, lamo y restriego mis labios por su tronco… uuuffff!!, no dejando de escuchar como gime y suspira, no dejando de notar sus manos ya sea oprimir como acariciar mi nuca, al tiempo que su otra mano desciende por mi espalda hacia mis nalgas… mmm!!. ¡Mano que acaricia mis nalgas e incluso me azota… aaahhh!!, mano que poco a poco acaba por introducirse en el interior, magreando mis glúteos y deslizar sus dedos por entre estos… ooohhh!!, acabando por introducirme uno de sus dedos… uuuffff!!.
Cuando se corre, oprime mi nuca a modo de que no pueda separarme, obligándome a tragármelo o al menos en parte… uuuhhh!!. Intento luchar… aunque en verdad apenas es creíble, este aprovecha estos momentos para follarme con dos de sus dedos… ooohhh!!, acción que aunque me produce un gran dolor… también me da placer… uuuffff!!.
Mientras disfrutaba de una buena mamada y comida de huevos, este se dedicaba a acaríciame y magrear mis nalgas, acabando por bajarme los pantalones… claro está con mi ayuda. Continuando por azotarme mis glúteos, magreármelos y acabar por introducir hasta dos de sus dedos… aaahhh!!, doloroso al principio pero tras acostumbrarme, acabo por desearlo e incluso se lo pido… uuummm!!.
Pero todo esto finaliza al ser el foco de atención de mirones, debo de reconocer que precisamente no estábamos ocultos, pero también es verdad que la zona no era la recomendada, perro si para este tipo de práctica. Recuerdo que fue precisamente él, quien propuso ir a buscar algo de intimidad, pensando que me llevaría a algún sitio más confortable, pero cuando aquel día le seguí, me lleve el palo de mi vida. Pues aquel lugar de intimidad no era otro que el interior de su coche, donde tras inclinarme me dedique a darle una mamada como es habitual, mientras el aprovechaba por magrear y follarme con su dedos… ooohhh!!.
Aunque podría decir que mi primera vez en la intimidad, fue con un hombre que por su edad podría pasar prácticamente por mi abuelo más que mi padre, digo la intimidad por no ser un lugar público, tipo parque o servicios públicos. Recuerdo esa vez como si hubiera sido ayer, quizás porque es una de las tantas experiencias que me gusta recrear en mi cabeza… uuummm!!. Debo de confesaros que ese día estaba súper nervioso, tanto como mi primera vez e incluso quizás más. No comprendo la verdad porque motivo, pues teníamos planeado aquello desde hacía semanas, pero nunca acababa por decidirme, pero llego el día, no sabría deciros exactamente cuando fue, pero sí que era sobre las siete y media de la tarde.
Bueno sigo, ese día en concreto, me recogió donde solíamos quedar o vernos, no siendo otro lugar que uno de los accesos al Parque María Luisa, acceso que era justo detrás de la estatua ecuestre de Simón Bolívar. Este nada más verme, no perdió el tiempo y me invito a subir a su coche, arrancando y dirigiéndose hacia donde tenía en mente. En el transcurso del viaje, no dejo de meterme mano e incluso cogía mi mano, tirando de mí hacia él, deseando que se la cogiera y empezara, deseando que palpara y comprobara de cómo estaba… uuummm!!.
Este, conduciendo con una mano prácticamente, cruzo el puente hacia la carretera de la esclusa, carretera que desemboca en una explanada, donde había infinidad de monolitos abandonados, monolitos de obras. Tras bajar ambos de coche, me hace seguirle hasta entrar en uno de ellos, recuerdo que en esos momentos me entro arrepentimiento, llegando a hacérselo saber y hacerle saber que deseaba irme, excusándome con que quizás no obre con cabeza.
Mientras ese hombre se sentaba sobre un objeto de hormigón objeto que más parecía eso un banco por las dimensiones, perro que este a esto, lo llamo “catre”. Tras pedirme muy amablemente que me acercara a él… cosa que hice, tocándose sus piernas me hizo entender que me sentara sobre ellas. Lo primero que hizo fue intentar besarme… cosa que rehuí, pues yo no era de los de besar, cosa que vi que no le importaba, ¡pues continuo por besarme el cuello… uuummm!! (parte muy sensible en mí). Continuando por orejas, mientras desabotonaba los botones de mí camisa, tirando de esta por mis brazos, sus labios descendieron hacía mi cuello primero y finalmente a mis hombros… uuuhhh!!. No dejándome de acariciar tanto pecho, vientre o espalda … aaahhh!!, minutos más tarde acabo por quitarme la camisa del todo, dejándome desnudo de cintura hacia arriba, no teniendo ni pizca de frio, quizás fuera por la misma excitación.
Recuerdo que este no dejaba de alabar mi cuerpo, cosa extraña pues para mí era de lo más normal. Tengo complexión delgada, no tengo apenas músculos, mí torso quizás sea más corto y eso sí, mis caderas son más amplias, tengo las piernas más largas, quizás sea por eso que dicen que soy más alto de lo normal. Dicen que soy atractivo, llegando a escuchar que tengo unas pestañas y unas cejas perfectas, además llevo el pelo un poco largo, ya que por aquella época me llegaba casi a los hombros, pues ignoraba el motivo por el cual me crecía tan rápido, llegándome a pelar cada dos meses.
Era de esos chicos que solía pelarme cortito, pero llego un tiempo que mi madre me propuso que me lo dejara a medio melena, cosa que hice finalmente. Aunque el detalle que me caracteriza y que llama mucho la atención, no es otro que la falta de vello facial como de corporal, pero el cual llama mí verdadera atención, no es otro que mi pene y testículos pequeños. Este no dejaba de chupar mis tetillas, absorbiéndolas y mordisqueándomelas con delicadeza… ooohhh!!. Dándome gran placer, mientras me soltaba…
- “Uuuffff!!... mi niño que bueno que estas, menudas tetillas vas a tener cuando crezca. ¿Quién te cogiera?… aaahhh!!”.
Quizás mi comportamiento en aquellos años, delataban algo que se me escapaba, comportamiento que otros habían percibido y que a mí me costó comprender. Rasgos que me hacían destacar, quizás fuera por mi ingenuidad, por mi inocencia, inmadurez, otros decían que era por mi conducta pasiva, complaciente, manejable, coqueto, delicado, e incluso cariñoso.
Aquel hombre me hacía llegar al cielo con esa boca… uuummm!!, llegándome a parecer por un momento que mi comportamiento era la de toda una quinceañera… uuuffff!!. Quizás será porque aquello me ponía mucho, además os puedo asegurar que ese no fue solo el motivo, sino la presión de su glande en mis nalgas… uuummm!!.
Este no dejaba de comerme el cuello, hombros y pecho… ooohhh!!, momentos en que no puse resistencia cuando desabotono el botón de mi pantalón, menos aun cuando sus manos se introdujeron dentro. ¡Tanto una hacia mis nalgas como la otra hacia mi miembro… mmm!!, dejándome hacer e incluso aceptando, cuando casi en susurros me decía…
“Déjame follarte”.
“Venga no te hagas de rogar, deja que tu macho te haga el amor, ¡di que sí!!”.
Apenas contestaba más aun llevado por la excitación, volvía esté a insistir…
“Dime mí nene que me dices, sé que lo estas deseando e incluso mucho más que yo… uuummm!!”.
“Te aseguro que vas a disfrutar vas a disfrutar”.
Sus caricias a lo largo de mi cuerpo me tenían extasiado, amasaba cada centímetro de mi cuerpo y me ponía a mil, descubrí de sus caricias el placer en mis pechos… ooohhh!!. Cuando me hizo levantar para comenzar quitarme los pantalones… lo deje, me gustaba como lo hacía, esa ternura y delicadeza. Cuando estando con calzoncillos solo, ¡comenzó a magrear mi miembro por encima de mis calzoncillos… ooohhh!!, al tiempo que magreaba mis nalgas, no tardando mucho en despojarme de la única prenda que tenía. Fue entonces cuando cogió mi miembro y se lo introdujo en su boca… aaahhh!!, chupo con cuidado y delicadeza, lamio mi glande y absorbía mi precum… ooohhh!!. Yo estaba en la gloria… uuuffff!!, permitiendo que uno de sus dedos perforara mi orificio anal… aaahhh!!, follándome este muy despacio… uuummm!!, deseando en el fondo de mi ser que ese dedo fuera en verdad su polla… ooohhh!!.
Siendo ahora él quien se levantaba, llevándose sus manos a su cintura, comenzaba por soltar la hebilla y sacarse el cinturón, continuaba por bajarse la cremallera y desabotonar el botón de su pantalón, cayendo esto a sus pies debido al peso de sus bolsillos. Continuando por ser el mismo quien se bajó los calzoncillos, saliendo como un resorte su polla venosa y oscura, polla que no mediría mucho más de dieciséis centímetros por tres centímetros de grosor.
Miembro que tras cogerlo me lo acerco, pues sabía perfectamente que deseaba… mmm!!, comenzando por pajeárselo con una mano al tiempo que la otra magreo sus genitales… uuummm!!. Sigo con acariciar su perineo al tiempo que inclino mi cabeza hasta que mis labios rozan su glande… uuuffff!!, deslizo este por las comisuras de mis labios, chupo y engullo su glande. Este gime y suspira, acaricia mis cabellos cuello y espalda, momento que noto como tiembla y me la introduzco toda en mi boca a pesar de las arcadas… aaahhh!!, comenzando a sacarla y entrármela una vez tras otra… uuuffff!!.
Acabando por apartarme bruscamente, echándome sobre eso que llamaba “catre” al tiempo que se quitaba la camisa, cogió se fue poniendo un preservativo mientras yo le miraba. Cogió mis piernas y se las puso a su pecho al tiempo que dirigía su miembro a mis nalgas, siento la presión de su glande en mi orificio anal y este tras unos minutos presionando… mmm!!. ¡Logra introducirme su glande… aaahhh!!, quedándose unos minutos inmóvil… siendo ahora él quien me mira, mirada lasciva y degenerada. Avergonzado recuerdo que aparto la cara, comenzando este a moverse y cuyo significado es la penetración… uuummm!!. No dejando de preguntarme mientras me embiste…
- “Te gusta… eeehhh!!”.
Preguntas que dejaba como coletilla algún insulto o menosprecio… uuuffff!!, volviendo a decirme…
- “Dime putita… te gusta”.
Y ante mi silencio, acabo por coger su cinturón y golpear mi cachas.. aaahhh!!. Dolor sentí en cada uno de sus azotes, pero tras unos minutos de azotes al tiempo que me pellizcaba los pezones… uuummm!!, deje de sentir dolor y este se convirtió en placer y satisfacción… aaahhh!!. Este tras un largo rato que no os sabría precisar, acabo por detenerse y hacerme girar quedando de espalda a él, colocándome en la orilla de ese “catre”. Sintiendo nuevamente su polla entrarme… aaahhh!!, tras unas innumerables embestidas… ooohhh!!, acabo por descargar entre gritos, quedándose tumbado sobre mi cuerpo, sintiendo su cuerpo velludo sobre él mío desnudo, no pudiéndome apartar por el peso de este… uuummm!!. Luego vino lo normal, nos vestimos mientras él no dejaba de decirme cosas, decirme lo bien que me había comportado, no dejándome de decir que me había desvirgado… uuummm!!.
Esto, puedo deciros que lo estuvimos repitiendo cuando podíamos, aunque en verdad dependía de su horario laboral y familiar, pues no siempre podía, estuvimos viéndonos cerca de un año o quizás un poco más tiempo, tiempo que disfrutaba de una buena mamada hasta que este descargaba en mi boca… uuuffff!!. Me hacía disfrutar de escenas morbosas, como aquella que mientras me llevaba a algún sitio, cogía y me metía mano a pesar de que hubiera otros mirando, disfrutaba de dar envidia a otros machos.
En cada uno de nuestros encuentros, buscaba algo diferente, buscaba algo que no cayéremos en la monotonía, pero la verdad es que yo por un lado deseaba cambiar de aires. El detonante de nuestra futura ruptura, fue aquella vez en la cual me llevo a nuestro lugar de encuentro, lugar en el cual me llevo en la que sería nuestra última vez. Vez en el cual, cuando mejor lo estamos pasando, aparece otro tío, hombre de similares características que mi amigo, hombre que sin decir nada se despoja de sus ropas y se acerca a nosotros, viendo como mi amigo no dice y menos hace nada. Yo continuaba en esos momentos chupando la polla a mi amigo, no pudiéndome despegar al tenerme cogido. Momento que ese otro coloca su miembro junto al de mi amigo, miembro enorme que tras sacarse el suyo de mi boca me obliga a tragármelo, costándome un poco trague por completo… uuummm!!, sintiendo como traspasaba mis amígdalas, me deje llevar por el morbo y el momento… aaahhh!!.
Estaba disfrutando de dos pollas a mi disposición, pollas que en ningún momento pensé que íbamos a más, pero cuando mi amigo me penetra en presencia de este, dándome tales embestidas que me hace pensar que me partiría en dos… ooohhhh!!. Fue cuando se cambiaron, ¡penetrándome ese desconocido… mmm!!, pero no fue porque este me la metiera sino por la manera, pues tras colocarla sin condón alguno.
¡Este cogió y de una sola embestida me la metió entera hasta los huevos… aaahhh!!, no pude emitir sonido alguno por la polla en mi boca de mi amigo con derecho. Este desconocido me estuvo follando a pelo durante largo rato… uuuffff!!, llegando a pensar qué eran horas, tiempo en que trague las descargas de mi amigo. ¡Hasta que entre azotes en mis nalgas y gritos de este… ooohhh!!... uuuffff!!, acabo por descargar dentro de mí al tiempo que soltaba…
“Joder menudo coñito tiene esta putita… aaaahhhh!!, no me imaginaba lo tragón que sería… uuuffff!!”.
“!Ostiaaaa¡… menudo polvo he echado, te la he dejado toda preñadita… eeehhh!!”.
Cuando acabaron y se quedaron encima de mí, me dio por mirar la hora y descubrir que habíamos estado allí cerca de tres horas, horas que solía podía justificar dos, pues eran las que tenía excusas. Ahora cuando me fuera tenía mucho de pensar, como que excusa poner en esa hora y donde estuve, pensar también en el olor a macho que tenía por no decir lo pringado que estaba, además iba lleno de semen en mi interior. Dolorido no solo por las embestidas, sino por los azotes recibidos, moratones y muerdos. Durante el viaje de vuelta estuve discutiendo con él, mientras el no dejaba de excusarse y disculparse. No dejando de decirme…
“Lo he hecho por ti”.
“Notaba que te aburrías y a veces no estabas lo bastante excitado, siempre íbamos a lo mismo y erra todo monotonía”.
“Había que cambiar, pensé que un cambio de rol nos vendría bien. ¿No me digas que hacer un trío no te ha puesto?, pues nadie lo diría”.
Pero como todo llega a su fin y gracias sobre todo al detonante, causa que en verdad fue gracias a él, aunque como dije… “yo también tenía ganas de cambiar”. Él la verdad no se lo tomo demasiado bien, digo se lo tomo, pues cuando deje de ir por ese camino, deje de verlo y esto duro al menos tres meses. Pero unas circunstancias hicieron que me lo encontrara de forma casual, me daba por un lado miedo de decirle que no deseaba verlo más, tenía miedo de ver como le sentaría. Aunque la verdad fue bastante mal, pues, aunque me pidió una última mamada dentro de su coche, mamada que me llevo a la explanada de la feria. Nos sentamos en el asiento trasero del coche, me tumbé y comencé a hacerle la mamada, estábamos a mil… más el que yo. El como de costumbre estaba follándome con sus dedos mi orificio anal, orificio que tenía ya hasta tres de sus dedos… uuummm!!.
Ese momento llego en el momento que me pidió penetración, momento en que me negué y cuando salí del coche para reponer mis ropas, momento en el cual también salió el. Dirigiéndose hacia mí, una serie de bofetadas inesperadas me hicieron callar, unos golpes en mi abdomen y vientre vencieron mi resistencia. No me esperaba la verdad, no supe reaccionar, también es verdad que ese hombre es mucho más fuerte, no solo por lo corpulento y grotesco que es. Anonadado, me giro como si fuera un pelele, empujándome con fuerza hacia el interior de su coche, cayendo y quedarme tumbado de manera que quede dándole la espalda. No caí en nada, no pensaba nada malo, sabia de sus arranques de genio, pero no lo esperas.
De pronto notas el peso de su rodilla en mi espalda al tiempo que nota sus manos tirar de mi camisa, acabándola por rasgarla y quitármela. Amenazándome con hacer lo mismo con mis pantalones si no coopero, cosa que acabe por soltar el cinturón, desabotonar el botón y bajarme la cremallera, continuando este por tirar de mis pantalones, prenda que tiro junto a mis calzoncillos hasta dejarlas en mis tobillos. Intente luchar, intente defenderme, intentando quitarme mi opresor, pero mis manotazos de poco sirvieron, solo sirvieron para que este cogiera mi cinturón y atara mis muñecas a mi espalda, dejándome indefenso. Amenazándome con…
- “Vamos a ver niñata, como no cooperes y te muestres dócil, voy a dejarte así en la calle, ofreciéndote a todo macho o animal que pase. Vale, todo depende de ti… puta”.
Me quede resignado y dócil como deseaba, note sus dedos hurgar en mis glúteos, notando como un par de escupitajos certeros en mi orificio, escupitajos que sirvió junto a sus dedos para que sus violentos dedos me hicieron dilatar… aaahhh!!. Luego me penetro a pelo… uuummm!!, embistiéndome con fuerza… uuuffff!!, no teniendo compasión… aaahhh!!, follándome durante algo más de media hora… uuummm!!. Estaba dolorido y frustrado, pero lo peor de todo es que encima estaba disfrutando, quizás eso fuera lo que más me dolió… que disfrutara, este tras consumar la humillación y claro esta… la vejación, pudiendo decir que incluso fue violación por las maneras en la cual ocurrió. Pero bueno, no iba a poner denuncia alguna, no deseaba pasar por la vergüenza de nuevo. No es fácil entrar en una comisaría de policía y decir que me han violado, no deseo que las miradas de esos hombres piensen lo peor de mí, no deseaba que hurgaran en como llegue hasta ese límite.
Bueno continuo, tras sacarme esté del interior de su coche, soltó mis muñecas y me dejo allí, mientras se alejaba en su coche. Tuve suerte que no había nadie, no solo porque se pudiera aprovechar sino por la vergüenza de que me vieran desnudo. Acabe por arreglar mis ropas mientras sollozaba, diciéndome para mí mismo que estos hechos nunca han sucedido, pero al mismo tiempo no dejaba de repetirme que no me volverá a ocurrir. Tras tranquilizarme, finalmente me puse en camino hacia mi casa.
Tras lo sucedido, me hizo reconsiderar mi forma de vivir mi sexualidad, me hizo recapacitar e incluso reflexionar sobre mí mismo. Los días dejaron paso a las semanas y estas a los meses, donde sustituí el sexo al celibato, intentando no pasar por lugares que sabía que tendría algún encuentro, pero quizás lo inevitable es difícil de evitar, pues no hay lugar por raro que este sea que se me insinúan. En mi mente estaba la idea de que debo de aprender de esa mala experiencia, poniéndome a mí mismo como prueba de fuego el intentar, olvidar esa atracción hacía el morbo y la perversión. Volviendo a centrarme en mis estudios, pero la verdad es que a los tres meses caí en la insinuación de uno, viéndome de rodillas comiéndome su polla al tiempo que magreo sus genitales… uuuffff!!. Bueno creó que es mejor dejarlo aquí, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com