Locuras de La Seductora y su Amante (01)

Siempre soñamos conque nuestra primera vez sea fabulosa, a veces la realidad nos muestra otra cosa, lo mejor es disfrutar y no arrepentirse!

Hola, amantes de los relatos eróticos, debo confesarles que es la primera vez que les escribo y realmente espero que mis relatos los exciten.

Mi nombre es Pamela, tengo 21 años, mido 1.65, ni muy linda ni muy fea, pelo largo semi ondulado color café, ojos color almendra, no tengo mucho busto pero lo más sobresaliente son mis muslos (ya que voy seguido al gimnasio) y mi cola que ya ha registrado muchos piropos y miradas por el momento.

Hasta ahora tuve relaciones con una sola persona, mi novio, y me gustaría contarles como fue mi primera vez, hace apenas dos años.

Cuando salimos por primera vez con José, mi novio, yo me enamoré profundamente, en poco tiempo me sentí como nunca antes en la vida, yo era muy feliz (sobretodo porque él había dejado a un chica mucho más linda que yo por salir conmigo, eso me hacía sentir bien), yo me confié mucho y dejé que conquistara mi corazón sin pensarlo. Pasó el tiempo, nosotros en ese tiempo éramos compañeros de curso y para entonces él tenía una vasta experiencia en el terreno sexual, y si bien trató de ir un poco más lejos dos veces, yo no se lo había permitido. Como nos íbamos de viaje de egresados cerca de fin de año, yo empecé a hacer dieta y mucho ejercicio, porque nos íbamos a Camboriú, imagínense ustedes, yo quería estar en forma para poder ponerme la bikini.

El hecho es que lo logré, y mis formas se hicieron notar, gracias a eso empecé a notar que el interés de él gradualmente se iba acrecentando.

Yo estaba super contenta, sobre todo porque más de una vez había fantaseado con perder mi virginidad con él. Yo me imaginaba como sería hacerlo, por los comentarios que habían llegado hasta mi, más de una chica en mi misma clase quería tenerlo, el tenía fama de mujeriego, pero eso a mi no me importaba, porque después de todo eso lo hacía más interesante. Seguramente porque eso demostraba que él era muy bueno para complacer a las mujeres.

Cerca de Navidad mis padres lo invitaron a pasar Nochebuena en mi casa, lo que él aceptó pero a condición de que yo pasara año nuevo en su casa, a toso esto no les dije que yo fui abanderada en mi colegio y siempre fui una hija ejemplar por lo que mis padres me tenían absoluta confianza.

Esa tarde me preparé como nunca para la noche, me compré unas medias de esas que se usan con ligas, todas rojas, me puse zapatos de taco alto, una bombachita negra super calada, una pollera tipo pareo de esas que puedes abrir por adelante, y un top bien ajustado.

Cuando mis padres me vieron me dijeron que me veía mucho mayor y que no era adecuado para una chica de mi edad, pero no les hice caso. Cuando llegó José me dijo que yo estaba muy linda, el estaba usando unos jeans ajustados que hacen sobresalir su lindo culito y una camisa semi desprendida que dejaba ver ese amplio y hermoso pecho que tiene (a mi me encanta porque es suave y sin bellos, los cuales me dan mucho asco), con ese perfume tan rico que se pone y el cabello mojado, yo sentía que me estaba derritiendo por dentro.

En mi casa no son muy afectos a las fiestas de ninguna clase y a mi mamá no le gusta la Navidad y además como nunca toma alcohol, después de dos vasitos de clericó que le dieron vuelta la cabeza se fue a dormir muy mareadita la pobre. Mi papá que ni vive con nosotros (están separados desde que yo tengo memoria) se fue a casa de mi tía, que vive cerca, a saludar y pasar el resto de la noche allí. Mi hermana mayor que está casada estaba en casa de mis abuelos, la cual queda muy lejos de la nuestra, y no pensaba aparecerse. Por lo tanto era como si el destino nos hubiera dado todos los medios. Yo a eso de la una de la mañana ya me había tomado varios vasos de clericó, media cerveza y un poco de sidra.

Nos fuimos a mi cuarto a jugar a las cartas, total que todo el mundo dormía y nadie vendría a molestarnos. Como siempre nos ha gustado jugar por algo, mi novio me propuso que el que perdía la mano se debería tomar un trago largo de vino blanco, yo ya estaba bastante alegre y me sentía con suerte así que acepté. Grande fue mi sorpresa ya que a los 20 minutos me había vaciado media botella yo sola y él no paraba de ganar. Debe confesar que el alcohol me enciende las pasiones más profundas asi que medio sin pensarlo me le fui arrimando. Por supuesto que él no iba a rechazarme, al poco rato estábamos muy melosos dándonos ardientes besos. Debo decir que él fue siempre muy respetuoso conmigo y que nunca intentó antes propasarse sin preguntarme primero, o al menos si hacía un intento y yo le decía que se detuviera él me hacía caso.

Pero me sentía con muchas ganas de seguir adelante así fue que de su boca pasé a su cuello, dándoles suaves lenguetazos en forma circular, besando y presionando suavemente con mi boca sobre su piel caliente. El se quedaba quieto cerraba los ojos y trataba de conservar la calma.

-: Bueno.... –me decía- ya es suficiente... no me provoques...

Pero como yo lo conocía (o al menos eso pensaba) sabía que no se animaría a más. Así fue que de su boca y su cuello tan sabroso, pasé a su pecho, que como ya dije es como a mi me gusta sin pelitos, suave, terso, tibio, mientras el seguía conteniendo la respiración y diciéndome que no continuara, pero no le hice caso, pensé que sería como las otras dos veces anteriores que llegamos muy cerca pero no lo concretamos. Hasta hoy no sé de donde saqué fuerzas para sacarle la camisa del vaquero y poner mi boca en su ombliguito, que rico, ese agujerito tan delicioso y bello, pasar mi lengua húmeda y cálida por su bordes tan perfectos, haciendo que se estremezca de placer, me producía un inmenso placer a mí también. El me detenía, me agarraba del mentón y me decía que no siguiera que no continuara porque no iba a poder contenerse. Pero yo pensaba que lo conocía y que no haría nada que yo no quisiera. De manera que seguí sin hacerle caso.

Estuvimos así durante lo que me pareció media hora, hasta que decidí que mejor sería apagar la luz, sin esperar un minuto él lo hizo (yo más que nada porque soy super acomplejada y no quería que se desilusionara de mi cuerpo si no era lo que él esperaba). Cuando volvió a mi cama me di cuenta que ya estaba bastante motivado, por lo que me abrazó y comenzamos a besarnos, quiso colocarse arriba mio pero no lo dejé, sino que fue él el que quedó tumbado y yo encima (yo creía que estando arriba sería muy imposible que intentara llegar más lejos, pero estaba equivocada). Inmediatamente comenzó a tocar mis pechos, de una manera suave, delicada, yo sentí que me subía un rubor intenso, seguí besándolo sin decir nada, por lo que supongo se animó a más, metió sus manos por debajo de mi remera y sentí sus dedos deslizándose por mi cuerpo, comenzé a sentir una rara sensación, como de agua caliente en mi vientre, pude sentir como poco a poco me humedecía con cada roce, con cada caricia.... Mi novio quizo besar mis pechos y fue ahí cuando REALMENTE me dí cuenta para donde giraban las cosas, me asusté mucho y quise incorporarme pero él me sujetó por la espalda de manera que no pudiera hacerlo, me quedé paralizada, todo esto era mi culpa después de todo, si uno calienta la pava (como dicen aquí en mi país) después tenés que tomar mate, así que lo dejé hacerlo. Pero yo no quería continuar de modo que suavemente traté de safarme sacando una pierna por su costado, pero el puso sus piernas sobre mis pantorrillas obligándome a mantener esa posición, mi corazón latía muy fuerte y realmente ya no sabía que hacer, trataba de hablar pero el me besaba de forma apasionada y respiraba agitadamente. A esas alturas ya se me habían pasado los mareos y todos los efectos del alcohol, entonces pude sentir cómo bajaba su mano hasta su pantalón y como sacaba su miembro, lo pude sentir bajo la tela de mi ropa interior, era una cosa caliente y dura y yo estaba que me desmayaba del susto. Quise safarme otra vez, esta vez con más fuerza, pero el me apretó mucho más contra su cuerpo y hábilmente sin sacarme la ropa interior, no hizo más que correrla con sus dedos lo colocó en mi entrada, ahí fue cuando supe que lo haría, me guste o no, mis jugueteos tenían un precio y el me los haría pagar.

Nada podía hacer, si gritaba mi madre nos sorprendería en tal acto, por otro lado yo no me sentía preparada para perder mi virginidad, pero antes de que pudiera seguir pensando el ya estaba intentando entrar, primero lo hizo suavemente, y yo tratando de que pase lo más rápido posible me resigné y dejé todo en manos de Dios. No sé si era muy estrecha o no estaba muy bien lubricada, pero me empezó a doler muchísimo, mi novio estaba exitadísimo y cada vez empujaba con más fuerza, yo sentía como si me taladraran, lo estaba besando (porque en realidad no tenía cara para mirarlo), pero no podía concentrarme por el dolor, así que me acerqué a su oreja y le dije :

-: ouch, me duele, me duele por favor hazlo más despacio.

-: Esta bien, está bien... –fue toda su respuesta, lo cierto fue que el muy guacho ni dejó de arremeter ni lo hizo más suave.

En una de sus embestidas abrió un poco sus piernas lo que obligó a que yo abriera más las mías y por ende bajara un poco más, mientras a su vez presionaba mi cintura contra su cuerpo, ahí fue donde me tuve que contener un grito, porque sentí que algo se había roto. Él estaba como desenfrenado, sin control de lo que hacía metiendo y sacando como si quisiera reventarme (o al menos eso pensaba yo que de sexo no sabía un corno). Pero después de ese dolor sentí como mariposas en el estomago una sensación muy placentera en ese vaivén que él provocaba. Al poco rato paulatinamente dejó de moverse y me besó con un beso fresco, con un beso tierno, como recompensándome el inmenso placer que acababa de darle. Yo en cambio estaba muy lejos de sentirme feliz.

Él sacó sus piernas de encima de mis pantorrillas y yo me levante y me senté a un costado de la cama, mi novio se levantó también me preguntó si yo estaba bien a lo que respondí con un si bastante seco, y se fue al baño.

Me quede un rato sola, en la oscuridad completa, sintiendo como poco a poco el dolor se iba, quedándome como encendida, con una sensación de culpabilidad y de que había mancillado esta virginidad que celosamente guardé para el que tenía que ser el hombre de mi vida (tan anticuada era en ese entonces), cuando él volvió, fui yo la que fue al baño. Me miré, había mucha sangre, como cuando me viene la menstruación, de modo que me puse una toallita, unas lágrimas corrieron por mi rostro, las sequé y regresé al cuarto. El estaba ahí, con una expresión de felicidad en su rostro, fumando un cigarrillo plácidamente. Me acosté en mi cama dándole la espalda, él apagó su cigarrillo y vino a acostarse conmigo, me abrazó y se quedó un largo rato hasta que le sol comenzó a salir. Quería hablar con él, pero cuando volteé dormía como un bebé. Lo desperté y le pedí que se acostara en la otra cama no sea cosa de que mi madre fuera a verme y nos encontrara juntos. Me miró como sin entender el porqué lo trataba con tanta rudeza, y sin preguntar lo hizo.

Mientras él dormía algo extraño sucedió en mí, un cambio enorme se producía en mi interior, la adolescente inocente y juguetona de hacía unas horas se había ido para darle lugar a una mujer con ansías de sexo desenfrenado y loco, la que era ya no sería más, mis pasiones mas bajas y ocultas se habían despertado y no pararía hasta hacerlas a todas realidad....

Espero que este relato les haya gustado y les cuento que hay muchos más, como el de la primera vez que le hice una mamada a mi novio y desde que probé su lechita no paré más. Si desean escribirnos para comentar este relato lo pueden hacer a LaSeductora707@latinmail.com