Locura en Salamanca (1)

Este relato, quizás seria mejor no relatarlo por no comprometer a nadie, pero creo que dentro de las cosas que me han pasado , esta se sale un poco de lo normal, o de lo que yo entiendo por normal.

Después de ir pronto a Salamanca , a eso de las 8:30 tenía que estar allí por motivos de trabajo y que el jefe de obra , en este caso jefa de obra me había dicho que necesitaba que la orientase en la instalación del producto nuestro para hacer una serie de divisiones interiores en un hotel.

Ni corto ni perezoso a eso de las 8:20 llegué a la dirección y la obra estaba bastante avanzada. Llamé en la caseta y pregunte por Tamara. Me indicaron un despacho al final de la caseta. Llamé y abrí ligeramente para presentarme.

Hola soy Carlos

Yo, Tamara, pasa no te quedes en la puerta.

Todo comenzó con un apretón de manos. Unas risas para romper un poco el hielo de acabarnos de conocer y sin decir nada una insinuación a tomar un café para después seguir con el tema de la obra. Cuando salimos le dijo al encargado que a lo mejor tardaba un poco, que se ocupará de todo.

Salimos y la seguí hasta una cafetería de un hotel. Tomamos el café sentados, ella llevaba una blusa, que iba abierta ligeramente, un pantalón vaquero que se ajustaba perfectamente, a las caderas y que marcaba un culo divino y sabroso. La conversación paso a un carácter más personal y todo fue acelerándose.

¿Tú estas comprometido? – me preguntó.

Si pero tengo ciertas libertades - Los dos nos echamos a reír.

Yo es que tengo un problema con mi chico, y ahora no se que hacer.

¿Si te puedo echar una mano?

Mejor las dos jajajaja .

No en serio cuéntame que te ha pasado y te digo si te puedo aconsejar en alguna cosa.

Pues que el otro día me dijo que no salíamos por la noche y le ví morreando con otra y después les seguí y entro en su casa, así que mira.

Joder , que marrón , pues no se que decirte la verdad , una espina con otra sale dicen en mi tierra.

Los dos volvimos a reírnos. Su mano rozo la mía no se si fue por un error o intentando buscar una chispa. Se levanto deprisa, cuando vio que me quede mirando sorprendido y se fue hacia los baños de la cafetería. Espere un segundo y la seguí. Estaba en el pasillo de entrada de los aseos llorando. Me acerque a ella y la dije, que te pasa chiquilla no has hecho nada malo. Se giro y me beso en los labios.

¿Quieres quitar la espina que tengo follando conmigo? – me pregunto.

Tengo una habitación en este hotel, así que si dudas nos vamos a trabajar y si quieres tienes media hora para follarme como quieras.

Mi cuerpo reaccionó rápidamente y sólo notaba como sus manos estaban sujetándome y yo intentaba separarme un poco de sus labios. Tenía unos labios carnosos, unos ojos marrones, con algún punto de verde perdido. Su pelo moreno, caía por encima de los hombros, y su olor me tenía loco por saber como era, como sabia , como sentía. La dije , yo te sigo. Cogimos las cosas que habíamos dejado en la mesa y pagué en la barra. Ella salió un poco por delante de mi. Cogió la llave en recepción. Me fije en el reloj eran las 9:30 , en una hora más o menos , me había contado cosas intimas y quería que la follase. Dudé varias veces si aún seguía en mi casa durmiendo al lado de mi mujer, por que esto, aunque no fuera la primera vez que me pasaba si así de rápido.

Cogimos uno de los ascensores. Íbamos solos. Me acerque y la volví a besar. Ella estaba excitada, quizás más que por mi , por la propia situación de follar con un extraño , que conste que a mi me da igual por que fuera , pero parecía que los labios se la hacían agua y que su boca tenia una necesidad de la mía ,la buscaba con insistencia y yo correspondía a su necesidad.

El ascensor paro en la planta 4 del hotel. Un largo pasillo de abrió delante de nosotros. Yo la seguía, mientras contemplaba su culo, como me gustaría cogerla por detrás pensé, sujetándola las caderas para que sintiera el empuje de mi pene dentro de ella.

Paró en la habitación 417. Quedaba a la derecha del pasillo. Entramos era una habitación con dos camas individuales, El Baño estaba a la entrada, en el lavabo había cantidad de cremas y de aceites corporales, pasta de dientes, el cepillo del pelo y demás telares. El escritorio lleno de planos y de cosas de la obra. Un portátil y miles de bolis de colores y de cosas. Cerró un poco las cortinas y saco al pasillo el cartelito de no molestar, dejándolo colgado en el manillón de la puerta.

Tengo los condones en el cajón, así que no tienes disculpa para follarme bien.

No pensaba hacerlo nena.

Todo estaba más oscuro cuando cerró la puerta. Encendí la luz de una de las mesitas que bordeaban las dos camas pequeñas y ella se acerco a una de ellas y saco la caja de condones. Volvió de cara a mí. Con su blusa, sus ojos, pasándose la lengua por los labios para tenerlos un poco más húmedos y brillantes. Me puse a su altura. La besé en los labios y la acerque a la pared, comencé con mis dedos a soltarla la blusa. Ella levanto su cara para que comenzará a besarla todo su cuello. Así lo hice, comencé a bajar despacio dándola besos, no quería dejarla marcas con los dientes. Su olor era conocido. Mi cuerpo reaccionaba ante Tamara, según iba descubriendo un poco mas de su piel. Solté entera la blusa y la separé de la pared un instante para quitársela, cosa que aproveche para soltarla el sujetador y dejarlo amontonado en una cama. Se sorprendió de la rapidez con la que la quite el sujetador y me dijo:

Como seas igual de ágil para manejar lo otro que tus manos , voy a disfrutar como nunca

¿Quieres que te trate como una putita?- La pregunte

Haz de mi lo que quieras, pero no me hagas daño ¿Vale?

No , mi niña , a las putas no se las hace daño, solo se las folla con mas dureza que a una mujer , pero no te haré daño

Al oír eso ella suspiro en señal de aprobación, su excitación iba en aumento. Baje a sus pechos y sin preguntar mas comencé a comerlos enteros , pase la punta de mi lengua primero para que la humedad hiciese que los pezones crecieran un poco y estuvieran duros para cuando quisiera mamárselos . Eran unos pechos redondos, con una aureola oscura divina y coronando por unos pezones que crecían un poco en cada caricia que les daba, mezclando los dedos y la calidez de mi boca. Su respiración se iba acelerando. Baje las manos y comencé a desabrochar la fila de botones de su levis. Le dije que levantase los brazos y la puse de cara a la pared. Le mande que levantase las piernas y le quite las botas de obra. Vi un pañuelo, un tipo fular en la mesa, lo cogí y la tape la boca. Eso pareció gustarla porque no hizo nada para evitarlo y su respiración se aceleró un poco más. Comencé a pasar mis labios por su espalda, mientras mis manos acariciaban su torso desnudo, metiéndose entre ella y la pared para pellizcarla los pezones. Fui bajando hasta llegar a su pantalón, con mis manos por delante de ella. Solté los dos botones que me faltaban y el pantalón cayo a sus pies dejando delante de mi cara una braguita pequeña y blanca. Puse las manos sobre la goma y la comencé a bajar despacio. Tenia las huellas marcadas en su piel suave. Pasé los labios por su piel, justo por la marca. Después empuje su cuerpo hacia atrás para hacer que su culo se pusiera un poco en pompa mientras la obligaba a apoyarse en la pared. Me arrodille detrás de ella y comencé a meter mis manos para explorarla más íntimamente. Estaba húmeda, el bello negro que ocultaba su coñito estaba mojado de sus jugos. Pasé mi boca por sus nalgas, dándola pequeños mordiscos. Entonces metí uno de mis dedos dentro de ella, dio un pequeño saltito, pero no pudo decir nada por que aún tenía el pañuelo en la boca. Mi boca entro en su culito, con la otra mano separe sus nalgas y metí mi lengua pasando arriba y abajo, desde su ojete hasta su coño húmedo. Entonces cambie el jugar en su coño con los dedos a intentar, sin mojarla prácticamente, meter un dedo en su culo. Ella protesto, se quito un poco el pañuelo de la boca y me dijo:

No, Carlos, el culo no por favor, que la última vez que lo intentaron me hicieron daño.

Calla, amor, déjame jugar contigo.

Entonces sin decir nada más se lo empujé adentro del todo, ella suspiro pero note como no la dolía.

Así estuve un ratito , mordiéndola las mejores nalgas que había probado en mucho tiempo y con un dedo metido en su culo y otro jugando con su clítoris. La cogí de los brazos y la eche en la cama boca abajo, dejando su culo entero para mí. Cambie el pañuelo de su boca y la ate una de las manos en la cama. Desenchufé el cable del ordenador y lo utilice para atarla la otra mano.

¿Qué vas a hacer, por que me atas cabrón?-

Calla putita que hoy te van a follar por todos los agujeros.

Fui al baño y cogi una crema de aceite corporal que tenía junto con sus cosas de aseo personal. Cuando volví, no paraba con las piernas. Entonces antes de sentarme encima de ella, me desnude entero y me subí en la cama. Me puse uno de los condones que tenia en la mesita. Me coloque justo en sus muslos, con una pierna a cada lado. Deje el bote al alcance de mi mano y me eche sobre su espalda. Mi polla dura, se metía por sus nalgas buscando un agujerito donde instalarse. La bese la espalda. Note como ni polla encontraba su humedad y se resbalaba hacia adentro sin ningún esfuerzo. Me apoye con los brazos en la cama y me separe un poco de ella. Entonces ella levanto un poco su culo y favoreció que mi polla entrase entera en la primera envestida. Comencé a moverme con ritmo. Dando duro en sus nalgas. Dejaba que la humedad de su coño, incluso la de mi polla, se saliese y mojase su ojete. Cada vez que notaba como mi polla tanteaba su culo, me decía que no me iba a dejar. Me baje y la eche un chorro de aceite en su culo. Sin decirla nada, metí mis dos dedos en su ojete para lubricarla. Ella gimió como una loca con la sensación. Después de conseguir meter el tercero, la dije :

Voy a follarte el culo y a correrme dentro de ti.

Su respiración se acelero aún más, y me dijo:

No por Dios, no seas loco, es demasiado arriesgado que te corras en mí.

Entonces le di un azote, que sonó en toda la habitación y me puse encima de ella. Quite el condón que rodeaba mí polla y se lo tire en su cara. Moje todo mi pene con aceite y puse la cabeza en la entrada de su culo. Ella subió un poco más sus hermosas nalgas, y con el primer empujón su culo se trago la cabeza de mi polla. Esperé un poco para que se dilatara más. Ella gemía al notar que la estaba dando por el culo. Su respiración se aceleraba.

¿Te duele mi niña?

Vamos que me estoy a punto de correr, dame fuerte Carlos, por favor.

Volví a apoyarme en los brazos y comencé a mover mi polla para profundizar en su ojete. El ritmo se fue acelerando. Mis huevos golpeaban contra sus nalgas. La velocidad iba a más., notaba como el aceite favorecía el roce con su ojete. Ella gemía y notaba como contraía su culo en mi polla, como cerraba su ojete en cada envestida como si no quisiera que la sacara.

Me voy a correrrrrrrr ,aggggg ,mmmmm – me dijo

Te voy a llenar con mi leche – la respondí

No, Carlos salte, que no nos conocemos joderrrrrr. mmmm

Yo no paraba de moverme, dándola con más fuerza hasta que no pude más y la llene el ojete con mi leche. Aún así seguía moviéndome hasta que note como se contraía y se corría ella. Mi leche caía hacia su coño, mientras yo sacaba mi polla llena de aceite y de semen de su culo, ella seguía contrayéndose.

Dios como me ha gustado – la dije

Y a mi loco, suéltame que tengo que limpiarme tu corrida, que si no puedo tener un problema.

No te preocupes, no tendrás ninguno – y la solté.

¿Por qué?

Lo que paso después os lo contaré en unos días para que no sea demasiado tedioso……..