Locura en el viaje
En un viaje de trabajo, descubri un lado oculto de mi.
LOCURA EN EL VIAJE
Trabajo en una empresa contratista en carreteras, tongo 35 años y aunque estoy casado desde hace 9, el sexo con mujeres sí bien me resultaba placentero, nunca despertó en mi lo que podría llamarse pasión, pronto tendría oportunidad de conocer algo de mí que hasta entonces solo había pasado por mi cabeza. De joven alguna vez me puse ropa de mujer, la sentía suave y excitante, mi cuerpo es grande, algo relleno, no tengo mucho vello corporal, tengo piernas bien desarrolladas y claro una cola interesante. Alguna vez me masturbé pensando como seria una relación con un hombre, pero todo quedaba allí, me excitaba, me masturbaba y listo. Por mi trabajo, realizo frecuentes viajes por provincias, llegando a caminos alejados y tardando en mi regreso a casa entre 2 a cinco días, siquiera una o dos veces al mes. Esta oportunidad me tocó ir a un lugar cálido, con caminos difíciles y el viaje de ida nos demoró 7 horas, al ir vimos en un borde del río, un interesante lugar de aguas cristalinas y calmadas, ideal para nadar un poco. Al regresar, mi grupo de seis personas, detuvimos la vagoneta y entramos al agua, como nadie llevaba ropa de baño, entramos con ropa interior, jugamos, nadamos y de cuando en cuando por la fuerza del agua, veía algo más de lo debido, partes de los miembros de mis compañeros, en algún momento yo estaba sentado a un lado del estanque y uno de mis compañeros, a quien llamaré Nano, se lanzó agua y al pararse, su calzoncillo se deslizó dejando ver su miembro, quedó justo frente a mi, no pude dejar de verlo, esto me excitó bastante. En el agua, sentado, tenia una tremenda erección, imaginé muchas cosas, al final ya caía la tarde y debíamos volver al campamento, por lo que nos vestimos, al hacerlo noté que Nano y Ruben, me miraban de una manera rara, cuando me cambié, justo se me cayó la lona con la que nos cubríamos y dejé ver al grupo mis blancas y redondeadas nalgas. Ya en la vagoneta de regreso, las imágenes del pito de Nano corrían por mi mente, a esto se sumó el movimiento del vehículo, por lo accidentado del camino, yo nuevamente estaba con el pito duro, entonces sucedió algo, primero Nano empezó a rozar con su pierna la mía, cada vez era más fuerte y Ruben con su tobillo frotaba mi pantorrilla, claro, nadie percibía esto, sólo yo, los veía y ellos no, parecía todo casual pero no era así, estaba claro que me estaban molestando y yo en vez de cortarla o reaccionar, estaba cada vez más excitado. Llegamos al campamento, pensaba retirarme después de la comida a dormir, pero llegó un mensaje del Ingeniero responsable de obras, quien anunciaba su llegada al pueblo cercano, había que recibirlo, eran las 10 de la noche y él llegaría cerca de la 1 de la mañana, el jefe de campamento designó a Ruben como responsable, a mí para acompañarlo y Nano, "muy gentilmente", se ofreció a ir también, bajo pretexto de comprar cigarros y gaseosas en el pueblo. Ya en el camino, esta vez en una camioneta de una sola cabina, estábamos los tres, Ruben manejaba, yo al medio y Nano al costado derecho mío, hablábamos poco y en algún momento salió a la charla lo del estanque, reímos un poco, Nano me dijo: "Tú te quedaste extasiado viéndome el pito", ¿que nunca habías visto uno o que?, no le contesté, en el trayecto, al hacer los cambios, Ruben acariciaba mi pierna, Nano frotaba la suya contra la mía y yo no decía nada, nuevamente mi pito se endurecía y la excitación era intensa. Fue Nano quien dio el primer paso, apretó mi pierna, llevó su mano a mi bulto, lo sobó, al ver esto, Ruben detuvo el vehículo y empezó a hacer lo mismo, traté sin muchas ganas de detenerlos, pero la excitación me vencía, Nano me bajó del auto, empezó a refregar su verga contra mi cola, Ruben me empezó a besar en la boca, sentía su gran lengua en mi interior, su aliento a bebida era fuerte pero me agradaba, Nano empezó a bajarme el pantalón, me lo quitó al igual que el calzoncillo, empezó a chupar mi ya durísimo pito, chupaba con destreza, con fuerza, en eso Ruben ya se había desnudado, yo le quité toda la ropa a Nano e instintivamente me dirigí a su verga, era grande, peluda y de cabeza grande y colorada. Primero la besé, luego con mi lengua recorrí todo el tamaño, chupé cada huevo con placer, volvía a la cabeza y lo metí hasta el fondo, dos veces me provocó nauseas, pero seguí, él acariciaba mi cabeza y con su otra mano masturbaba a Ruben. De pronto Ruben también se acercó a mí, su verga era menos grande que la de Nano, sin embargo era más ancha y sus huevos más grandes, yo lamía las dos, las turnaba en la chupada, acariciaba sus piernas peludas y acariciaba sus traseros, ya estaba fuera de mi, algo así no lo había sentido, entonces Nano se fue detrás de mi, con mucha saliva se mojó el pito, me embarró con saliva el trasero y empezó la penetración, en cuatro patas. Yo lo único que hacia era tratar de relajarme para facilitarle el trabajo, al fin lo logró, empezó un desenfrenado vaivén, yo le ayudaba también moviéndome y contraía la cola, le jalaba hacia mí sujetándole las nalgas, quería más. Ruben se hincó delante de mí y metió su verga en mi boca, empecé a chuparla, al ritmo de las penetraciones de Nano, los tres gemíamos y fue Nano quien llegó primero, sus convulsiones eran fuertes, me inundó la cola y sentí su caliente leche en mi interior, esto fue mi detonante, empecé a botar mi leche también, en gran cantidad, Ruben dio señales de terminar, quería mi boca, pero lo hice acabar con mi mano sobre mi cara. Probé su semen, me agradó y lo chupé hasta limpiarlo del todo, nos limpiamos como pudimos, seguimos viaje, ya en el camino ellos se confesaron gays de toda la vida, me dijeron que en mí habían visto a uno, pero que no fue hasta lo del estanque que se habían puesto de acuerdo para tenerme, les dije que debíamos tener cuidado frente a los demás, les pregunté también si lo haríamos de nuevo, me dijeron que claro, que lo haríamos de nuevo, pero en mejores condiciones, respecto al silencio, me dijeron: "Nadie se dará cuenta, ¿o es que tú al principio nos lo notaste a nosotros?"