Lo único que reslmente importa 2

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El bus tardo 12 horas en llegar a su destino. La capital era muy diferente de cómo se la había imaginado. Las personas corrían con una prisa que no paraba, la estación de tren estaba tan congestionada que no pudo evitar los empujones de la gente, que se agolpaba esperando la próxima ruta y cuando por fin el servicio llego a la plataforma no pudo evitar ser empujada hasta el interior y escuchar algunos insultos porque no movía su trasero, según el poco decente señor que un momento antes estaba detrás de ella y ahora se encontraba cómodamente sentado y refunfuñando porque “!en este país nadie respeta.. Es el colmo!”

A su lado una mujer joven le sonreía mientras intentaba sostenerse de los tubos para evitar ser atropellada por esa turba de gente que más parecía un rebaño. Cuando al fin llegó a su destino, se bajó como pudo no sin antes recibir ofensas de gente que en lugar de dar permiso parecía ancharse cerrando con su cuerpo el pequeño espacio que quedaba libre.

Se dirigió hasta su edificio y se sorprendió al encontrarse de nuevo con la chica del tren.

-Hola si te dejaron bajar?... – dijo mostrando sus dientes blancos.

-Si… creo que la congestión de personas es peor que la de los autos.

-Si… veras!! La ciudad es toda una jungla de gente… bueno! - dijo mientras abría su departamento- te dejo nos vemos luego.

-sí, claro…

Sam entro a su cuarto, se sentía un poco abrumada, sí que le iba a hacer mucha falta su madre… cogió el teléfono y la llamo para informarle que había llegado bien y luego se recostó en su cama quedándose dormida.

Al día siguiente Sam se despertó temprano, organizó sus cosas, se arregló y salió a la universidad. Al llegar allí se sorprendió de ver lo grande que era, sus edificios eran enormes y no pudo evitar notar que al parecer allí, también tendría que aguantar las burlas de sus compañeros por no tener las mismas oportunidades financieras.

Fue la primera en llegar al salón y su emoción creció más cuando vio que por la puerta entraba la misma chica del apartamento.

En sí, este primer semestre sí que lo gozó. Conoció mucha gente, personas con mucho dinero y que no les importaba su condición financiera, muchos de ellos incluida la chica del apartamento de al lado, en algunas ocasiones le ayudaban con el almuerzo cuando ella estaba un poco corta dado que los elementos que le pedían en sus clases eran más costosos de lo que podía pagar, pero ella se las ingeniaba para conseguir dinero extra.

Había hecho buenos amigos y ya se había acomodado a ir apretada en el tren, su rendimiento fue tan bueno que conservó su beca para el próximo semestre. Lastimosamente para ella la relación con la chica del apartamento de al lado no había sido tan buena como ella esperaba dado que literalmente le había robado el novio. Pero como ella misma decía “si le gusté es porque soy más bonita”…

-no sé porque se molesta-le dijo Sam a miguel tiempo después- tu ni me gustas solo fue una noche y ya, tenía ganas de que me acompañaran y tú estabas disponible ese día.

-si… - respondió Miguel un tanto aturdido- no sé porque tanto alboroto ella sabe que es mi chica y que la quiero solo que ese día tu te aprovechaste de mi.

-yo no llegué ebrio tocando la puerta equivocada.

-si… pero pudiste haberme dicho que no eras viky

-si… y tu pudiste haberte ido cuando te diste cuenta

Los siguientes semestres de su carrera pasaron sin contratiempos, la ventaja que tenia Sam sobre los demás era que no necesitaba estudiar mucho para tener buenas calificaciones. En dos años que llevaba en la capital había cambiado tanto que si volviera con su madre esta no la reconocería, ahora Sam tomaba y fumaba con sus amigos aún cuando sus calificaciones eran las mejores, le bastaba con estar presente durante ellas y tomar algunas notas, ni siquiera tomaba apuntes y solo hacia los trabajos necesarios, los que le requerían notas extras para sus calificaciones, hacia las investigaciones pertinentes de todo lo que los profesores pedían, pero si no era necesario no hacia ningún trabajo.

Muchos de su clase la envidiaban porque no se explicaban cómo podía ser tan buena, si se la pasaba con dos chicos que eran los más vagos de la clase. Iba a fiestas, fumaba, tomaba, y en general hacia lo que le daba la gana. Tenia contenta a su madre porque durante la universidad siempre mantuvo su beca completa a un 100%.

En cuanto a las relaciones sentimentales no le iba mal, ya que era una chica muy hermosa no le faltaban hombres, pero igual que en la escuela no duraba con ellos más que un día y al otro no se acordaba de la noche que había tenido. Se sentía como teniendo sexo con los chicos pero cuando todo terminaba se sentía incompleta como si le hubiera hecho falta algo, había en cada una de esas relaciones algo que siempre faltaba no se sentía del todo satisfecha, por eso ninguno le duraba más de 24 horas o menos dependiendo de cuanto duraba él, en preguntarle que si quería sexo.

Jamás se acostaba con algún chico que no le atrajera y se lo decía de frente no le gustaba andarse de rodeos, no le gustaba que le coquetearan si no estaba interesada en tener algo mas con él. Por eso en la universidad se la pasaba con esos chicos, porque ellos no la habían molestado nunca y sabía que no les gustaba así que se convirtieron en la compañía perfecta.

Como tuvo tan buenas calificaciones, un restaurante conocido en toda la capital la llamo´para trabajar con ella, y allí comenzó su carrera como chef lo primero que hizo fue enviarle dinero a su madre, a la que llamaba noche tras noche.

Le encantaba su trabajo. Para ella era como estar de nuevo en aquel jardín donde se sentía libre, hacia los platos más deliciosos inventaba nuevas recetas y daba a sus clientes tanta satisfacción que pronto el restaurante tuvo que abrir más sucursales porque la gente ya no cabía en la sala.

Se cambio de apartamento y ahora vivía en una lujosa residencia ya que era la chef mejor pagada del restaurante, se podía dar ciertos lujos y tenía dos semanas de descanso cada 6 meses…

Le encantaba su vida, era exitosa tenía dinero y el amor incondicional de su madre, solo había algo que le seguía faltando… alguien con quien poder compartir todo ese éxito que estaba teniendo…

Pronto pasaron 6 meses y tuvo sus dos semanas de descanso así que decidió ir a conocer bares donde pudiera encontrar chicos que le gustaran.

Recorrió casi la mitad de la ciudad se acostó con unos cuantos y fingió que más de uno le atraía pero a los 2 días se hartaba de las estupideces que decían. Cierto día  poco antes de entrar a trabajar de nuevo se encontró en un bar que no había visto en la guía y decidió entrar, tal vez allí encontrara mejor suerte.

Se sentó en la barra y espero durante un buen tiempo nadie se acercó, esto era nuevo ya que a todo bar donde llegaba casi no alcanzaba a sentarse cuando ya tenía propuestas sobre la mesa…

Estaba dispuesta a retirarse cuando se acercó un chico

-¿ya te vas?... ¿tan pronto?-dijo mientras tomaba un sorbo de su cerveza – quieres que te invite una?

Sam lo miro de arriba abajo y se dio cuenta que no era su tipo así que dispuesta a retirarse de su aburrida salida le dijo:

-¡oye! ¿No me interesas si?... además no quiero tomar mas

-¿estás segura?... Tranquila yo tampoco quiero nada contigo no eres mi tipo…

-¡entonces porque me hablas!- dijo Sam volviendo a sentarse

-bueno es un bar público y le puedo hablar a cualquiera… a propósito cómo te llamas- dijo dando de nuevo un sorbo a su cerveza.

-¿Sam y tú?

-Santiago…. Ahora si te puedo invitar la cerveza?... o todavía te quieres ir…

Sam asintió con la cabeza y pronto se encontraban charlando cómodamente como si fueran amigos de hace mucho tiempo

-jajajajajajajaja!!! – Reía Sam mientras tomaba un nuevo sorbo de cerveza-

Entonces era eso, no me lo imaginaba con razón… menos mal porque no te hubiera aceptado de otra forma

-si lo sé yo tampoco te hubiera aceptado.

-y porque vienes acá

-ah! Porque quería tomar una cerveza pero quería evitar encontrarme con alguien.

-si entiendo

-pero mira creo que estuvo bien… conocí una nueva amiga… - dijo Santiago levantándose y poniéndose un abrigo…- cuando quieras hablar acá esta mi numero… creo que se cuál es tu problema.

-¿dime cual es?...- pregunto Sam intrigada

-tendrás que llamarme si quieres la respuesta-dijo cerrando la puerta.

Pronto Sam volvió al trabajo y no dejaba de pensar en su amigo no sabia porque, pero sentía que él le daría la respuesta definitiva para su problema con los hombres y porque no podía soportarlos más de 48 horas seguidas.