Lo que un reino oculta (capítulo 2)

Dentro de la inocencia y sensualidad que quiere explotar el rey en el cuerpo de su pequeña Bea, se entregará a nuevas formas de satisfacerlos.

Capitulo2

Sentado en mi oficina observó como los cuatro líderes de los pueblos tomaban asiento, antes de que Isaac, mi mayordomo cerrará la puerta un campesino entra deprisa. Isaac alzó su mirada en busca de aprobación para no intervenir con la inusual visita.

Asentí como señal para dejarlo pasar.

  • Buenos días su majestad, mi nombre es Josué - expresó el campesino haciendo una leve inclinación.

  • Buenos días Josué - le di la bienvenida - Qué asunto de tan importante le trae a mi oficina y le hace interrumpir el inicio de una reunión - pregunté con una leve curiosidad.

  • Lo siento majestad - respondió apenado - solo quiero brindarle mi bendición y gratitud por permitirme ser el hombre más feliz de este reino al lado de mi amada Catherine, además de mi hermana es mi esposa, sin su permiso no hubiera podido ser más afortunado - explicó.

Sonríe comprendiendo su situación.

  • Acepto su bendición - dirijo la mirada a los caballeros de la sala - por este motivo tomé la decisión de permitir el amor entre cualquiera ser humano, sin excepciones, no hay nadie con más capacidad de querer, qué alguien que nos a visto crecer y llevar su sangre solo hace más fuerte la relación - argumenté, pensé en mi Beatrice y en cuan ligada están nuestras vidas más allá de un lazo de sangre.

Después atender todos los asuntos del día dirijo mis pasos a mis aposentos, antes de ingresar miro al guardia que custodia mi puerta.

  • Por favor traedme a la princesa - digo sin dar más explicaciones.

Dirijó mis pasos al sillón más cercano, saco mis botas y dejó caer la cabeza en el respaldo, al fin puedo relajar mi cuerpo después de un largo día, sin embargo, hay otro tipo de tención que me aqueja y tiene nombre, mi Bea, ya deseo tener su pequeño cuerpo inocente pegado al mío, mi pene brinca de excitación solo imaginarla. En estos años solo he podido satisfacernos con la fricción de nuestros cuerpo, su interior aún no está listo para recibirme y temo hacerle daño.

Bea nunca acuestionado nuestros actos, creo que dentro de ella crece una mujer lujuriosa esperando a que su padre satisfaga todos sus deseos, y en su mirada distingo un amor más profundo que el de una hija hacia su padre.

Me distraigo con la imagen de sus pequeños senos que ya están apunto de crecer. Cada vez quedamos menos complacidos con nuestras caricias, tal vez hoy pueda enseñarle cosas nuevas, piensó sonriendo.

Las grandes puertas son abiertas y solo alcanzo a divisar dos pequeñas siluetas que correr en mi dirección con la velocidad que permiten sus pequeñas piernas, muy rápidas para mi sorpresa, siento el peso de dos cuerpos caer sobre mi y se quienes son antes ver sus pequeños rostros.

  • Hola papi

  • Hola tío

Dicen a la vez, provocando que ría, estas niñas son un huracán juntas, observó que estan listas para dormir con un pequeño recogido en sus largos cabellos.

  • Bea, Sofía. ¿Como están? - preguntó ubicando a cada una en unas de mis piernas para quedar mirándose de frente.

  • Bien tío, mi prima me invitó a una pijama - dice deprisa con voz inocente y una enorme sonrisa para evitar que las reprenda por no haberme consultado.

Mi pequeña solo me mira haciendo pucheros y me da un pequeño beso en los labios, Sofía no se sorprende porque está acostumbrada a estas muestras de cariño en público, además, todos los niños del reino son educados para comprender que el amor solo es amor sin importar de quien provenga.

Las miro atentas para hacer más placentera su tortura, pero al final no resisto un sonrió lleno de ternura por estas pequeñas.

  • Bien, pero le prometí algo a Bea a sí que tendrán que hacer su pijamada en mi habitación y así me aseguro que no hagan ninguna travesura.

Bea me mira comprendido a que me refiero y se sonroja aparentando sus piernas, mis ojos se nublan de anticipación y le plantó un beso fuerte en los labios.

Sofía nos mira curioso y le plantó un beso en la mejilla para distraerla, no sé si conoce los juegos que tenemos los adultos para divertirnos, así que no quiero asustarla, su madre me mataría.

Las dejé jugar por toda mis habitaciones mientras leía en el sillón, debes en cuando las miraba rogando que no hallan roto nada.

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Despegue mi vista del libro debido al silencio que reinaba en la habitación, mire por la ventana la espesa oscuridad por lo que debía ser media noche, pensé.

Busco con la mirada a las dos pequeñas y las encontro dormidas en mi lecho, camino al costado dónde está mi pequeña y apagó el fuego que ilumina la mayor parte de la habitación. Retiro mi pantalón y levantó la sábana para cubrir mi desnudes parcial, acercó el cuerpo de mi pequeña hasta que su constado toca mi cuerpo, dejando a mi sobrina boca abajo con el rostro hacia nosotros y a poca distancia.

Preso de la ansiedad rozo lentamente una de sus piernas por debajo de la sábana, subiendo lentamente su fino vestido de dormir, miró su rostro y esos pequeños y rosados labios elevan mi excitación por lo que pasó un brazo por debajo de su cabeza provocando que la gire para enfrentarme.

Doy pequeños picos en sus labios para luego recorrerlos con la punta de mi lengua, mi mano libre sube por su cadera hasta la otra pierna para subir su vestido hasta su ombligo, regreso la mano para abrir un poco sus piernas y sobar el interior del muslo lentamente. La caricia de mis manos y la punta de mi lengua en sus labios hacen que abra los ojos lentamente, le sonrió para después tomar su labio inferior y chuparlo unos segundos.

  • Necesito que te mantengas en silencio cielo - susurró cerca de su boca y miro a mi sobrina para que entienda, como buena niña, Bea solo asiente comprendiendo.

Continuó provocandola con mis labios está vez tomó su labio superior y lo muerdo suavemente antes de chuparlo, mis dedos dibujan líneas sobre la separación que hay entre su pierna y su pequeña vulva lo que provoca que mueva sus cadera y me mire deseosa de más. Separó mis labios para mirarla mientras deslizo mis dedos por los labios que custodian el tesoro que deseo usurpar, suspira sonoramente pero la silencio rápidamente con un pequeño beso para luego castigarla con la miraba por no obedecerme.

  • Abre tu boca pequeña y muestrale tú lengua a papi - susurró en su oído.

Obedece curiosa, me encanta ejercer mi rol de padre en estos momento, pienso lasivo.

Chupo su lengua al tiempo que pasó mi dedo medio por su hendidura una y otra vez, siento la humedad comenzar a formarse y su vagina comenzar a hincharse a la espera de alojarme en su interior.

Llegó dos de mis dedos a esos labios tan deliciosos - Llenalos de tu saliva Bea - digo para que entienda mi gesto.

Pero antes de obedecerme, sentimos como se remueve Sofía en busca de comodidad, parece encontrarla con su cuerpo ladeado hacia nosotros. Mi excitación sube con solo la idea de que nos encuentre al borde del abismo de nuestro placer, dirijo mi mirada a mi pequeña y hago un sólido con los labios para que no haga ruido.

Presionó mis dedos sobre sus labios para que obedezca mi petición olvidada. Los chupa como si fuera un biberón, con mi mirada nublada comienzo a sacar y meter mi dedos en su boca simulando el movimiento que deseos hacer en su interior.

  • Bien - Alcanzo a decir cuando los retiro con un plop de sus labios.

Besos los labios de mi pequeña lentamente y para que copié mis movimientos, y no me defrauda, saco mi lengua y la paseo por su labios cerrados hasta que los abre, no pierdo tiempo y hundo mi boca en busca de su lengua para enseñarle cómo es un besos de verdad.

Al tiempo, introduzco mis dedos húmedos de sus saliva en su vagina provocando que sus labios se abran como una flor, suspiramos de gusto y sigo jugando con su lengua, paseo mis dedos de arriba a bajo hasta poseer su botóncito de placer que encuentro sumamente duro, comienzo a frotarlo en círculos suaves para después bajar por todo el interior de su vulva cada vez más encharcada de su esencia, repito la acción hasta que sus caderas comienzas a temblar sin control.

Temo y a la vez espero que Sofía se despierte, por lo que ubicó a Bea con la espalda contra mi pecho para así atrapar sus piernas con las mías y evitar que las mueva, sin embargo, no despego mi labios hambrientos de los suyos, vuelvo a recorrer su pequeña vagina con mis dedos pero esta vez castigo su clitoris hasta dejarlo tan sensible como me permite su inminente órgamos, posicionó la otra mano en su cadera para contrarrestar sus movimientos, pero la cama se sacude sin que pueda evitarlo lo que provoca que Sofía habrá sus ojos soñolientos por un segundo contemplando el cuerpo gelatinoso en que se a convertido su primita aún pegada a mi labios.

Sigo frotando su delicioso botoncito que ya muero por probar, hasta que logra calmar sus cuerpecito. Despegó mis labios labios de los suyos que ahora se encuentran sumamente hinchados y rosados, al igual que su hermoso cabello revuelto y su cara roja del esfuerzo, sonrió maravillado con mi obra.

Me siento en el borde de abismo con solo observarla, llevo mi dedos sucios de sus juegos y los chupo, su sabor es como la ambrosía podría considerarme un adicto a el fácilmente.

  • Te ha gustado pequeña - preguntó

Suspira aún tratando de controlar su acelerado corazón - Ha sido delicioso papi, gracias - contesta.

  • No hay porqué, solo recuerda que te amo y estoy para complacer todos tus deseos - contesto hallando en su mirada aún rastro de lujuria, tanta que no debería caber ese pequeño cuerpo delicioso.

  • Yo también te amo papi - dice bostezando

  • Duerme pequeña - contesto acomodando nuestros cuerpos para dormir.

Dormiré duro como una roca pero mi placer es el de mi pequeña. Antes de cerrar lo ojos recuerdo a Sofía, subo la mirada y la encuentro con los ojos pegados a nuestros cuerpos juntos, en cuestión de segundos lo cierra con fuerza, sonrió y vuelvo a cerrar los ojos como si no la fuera visto, esto será revertido de explicar, pienso antes de caer en la inconsciencia.