Lo que sucede en la casa
Una historia de cruces y sexo filial
LO QUE SUCEDE EN LA CASA
Regresé a casa antes de las ocho. No había nadie. O por lo menos es lo que pensé apenas entré. Di unas vueltas por la casa y estaba muy silencioso.
De pronto la puerta se abrió y era tía Luz que entraba de la calle.
__¿Hola! ¿Cómo estas sobrinito?
__Hola tía
__Pensé que no había nadie__dijo tirándose sobre un sillón rojo. Suspiró y sonriendo me miro.
__¿Qué pasa?
__Nada, nada, me preguntaba si sería momento
__¿Momento para qué?
__Para mostrarte algo, no sé si estarás preparado
__Me intrigas__ dije yo.
__¿Qué tal si comemos algo?¿Quieres? muero de hambre__ dijo ella y se levantó imprevistamente del sillón mostrándome unas hermosas piernas. Enseguida preparó unos sandwichs y me sirvió un poco de jugo. Bebimos y comimos.
__¿Vas a mostrarme aquello?
__¿Tienes novia? ¿Alguien que te guste?__la miré sorprendido por la pregunta
__Me gusta mucha gente tía__ ella se rio. Seguimos comiendo. Luego ella se levantó de la silla y se perdió de vista. En un rato volvió con un cd en la mano.
__¿Qué traes?
__Ahora veras. Ven sientate conmigo. Aquí a mi lado.__ ella buscó el reproductor. Encendió el televisor. Apareció una imagen oscura, luego fue apareciendo mas luz y apareció el cuerpo de mi padrastro. Se escuchaban gemidos. La cámara se movió y una mujer le practicaba sexo oral a un hombre que luego reconocí como mi abuelo. ¿Qué estaba pasando allí? ¿Qué me mostraba mi tía? Yo abría grande los ojos, más cuando descubrí que quien chupaba armoniosamente esa pija era mi madre. El abuelo acariciaba los cabellos largos de ella. Mi padrastro en tanto se hincó de rodillas y comenzó a ayudar a lamer aquella poronga enorme. Comencé a calentarme. Miraba de reojo a mi tía Luz y ella se mordía las uñas un poco nerviosa o tal vez ansiosa.
Los dos tomaban la verga del abuelo y la sacudían. Ahora el viejo acariciaba a los dos amantes en la cabeza. Mi madre sobaba de vez en cuando unos huevos tremendos. La verga del abuelo estaba dura. Mi padrastro se la pasaba por las mejillas y volvía a tragarla. Mi pija estaba al máximo. Los gemidos de los amantes envolvían el lugar.
__¿Y te gusta lo que ves?__ preguntó la zorrilla de mi tía.
__¡Claro tia, no soy de hierro!!__ contesté totalmente duro.
Ahora los tres estaban en la cama. El abuelo estaba abajo mi padrastro fue sentándose en la pija lubricada del abuelo. Se abría las nalgas con las dos manos. El abuelo acariciaba las tetillas del otro hombre y mi madre se besaba con mi abuelo. Se mordían los labios. Se chupaban las lenguas. El abuelo amasaba las tetas de mamá. Las exprimía. Las mordía con hambre. Mamá estallaba en sollozos. Mi madre después empezó a besar el pecho de su padre. Fue bajando, bajando y atrapó la verga de mi padrastro. Arreciaba su boca contra ella. La gozaba. La meneaba. Yo estaba a punto de estallar. Mi tía se fue quitando la ropa. La miraba de reojo.
__¿Estas excitado?__ preguntó ella
__¡Claro, sí, sí, claro!!__ ella se acercó a mi y mordió suavemente mi cuello. Me acarició el pecho. Fue quitando despacio mi camisa. Cuando me descuidé quedé en calzoncillos. Se notaba mi erección. En la pantalla mi abuelo penetraba a mi madre mientras mi padrastro lamía el trasero del abuelo. Algo decían, pero no se entendía. Mi tía abrió la boca y tragó mi poronga. Mi gozo era pleno. Ella se prendió a mi pija haciéndola mover. Apretando. Acariciando mis bolas llenas. Condujó mi cara hacia sus tetas poderosas. Las tomé con mis manos. Las succioné. Ella gemía. Se fue sentando en mi verga y se la hundió en su vagina totalmente mojada. Ella me cabalgaba. En el video el abuelo largaba leche por todas partes, mi padrastro y mi madre hacían esfuerzos por tragar aquello. Mi madre se ensartaba la pija alzada de mi padrastro mientras el abuelo quedaba agotado a un costado, observando a la pareja. Mi tía saltaba sobre mi. Me cojía con furia. Mi semen salió catapultado. Alcance a sacar mi verga. Mi tía se tiró sobre ella, metiéndola en su boca y tragando lo que salía de ella.
__¿Te ha gustado?__ preguntó Luz desparramándose en el sillón. Despeinada, pero desnuda se veía hermosa.
__¡Sí me gustó!__ la pelicula continuaba con mi padrastro lanzando su líquido en la boca de mi madre que tragaba hasta la última gota como una buena putona. Luego la imagen se volvía negra. Mi tía se levantó y apago el aparato.
__Por hoy es suficiente…__ luego se acercó a mi y mirándome se acerca y me dice.
__Que tal si nos damos un baño. En cualquier momento empezará a llegar la gente de esta casa…__ nos levantamos y nos fuimos al baño.
Pasados unos días. Había estado tirado en la cama y decidí ir a darme un buen baño. Entré y me metí bajo la ducha refrescante al instante. Comencé a jabonarme. Estaba en un momento placentero. No oí cuando alguien entró al baño. En un momento comenzaron a acariciar mi cuerpo. Unas manos se posaban en mis nalgas duras y firmes. Cuando quise girar tenía una lengua en mi ojete que hacía maravillas. Me abrí de piernas. Gozando. La lengua me llenaba el ojete, entraba en el y yo lo disfrutaba. Movía mi culo de un lado a otro. De adelante hacia atrás. La boca mordía mis nalgas y nuevamente volvía a atacar mi anillo que rebosaba de saliva y se iba abriendo como una flor. Cuando la verga entró me sacudí haciendo que entrará aún mas adentro. Los vaivenes eran lentos y las manos de mi amante me apretaban el pecho y con su boca mordía mi cuello. Atrapaba mi oreja y la succionaba. Su tranca iba y venía a su antojo dentro de mi. Gemíamos salvajes. Apuraba las sacudidas. Mi aro estaba abierto de placer. Yo acariciaba en tanto mi pija que permanecía enervada y apuntando hacia arriba. El agua seguía regando nuestros cuerpos desnudos. Pero mi amante no se detenía. Me daba verga sin parar. En un interminable grito desgarrador sentí que se vaciaba en mi. Me llenaba. Me perforaba. Mi interior recibía una carga de leche que no esperaba pero que agradecía. Quedamos quietos unos instantes y luego la verga salió de mi culo chorreando, babeando. Giré y vi a mi padrastro suspirando y tomándome la cara me partía la boca de un beso, mojados, alzados. Cerramos el grifo. Tomamos toallones y nos secamos el uno al otro. Entre caricias y besos me llevó a la cama. Nos tiramos en la cama. Buscando mi verga se la metió a la boca. Lo deje hacer. Su boca me fagocito. Chupaba con ardor. Cuando abrí los ojos mi abuelo comía la verga compartiendo con mi padrastro. Eso endureció mi verga mucho mas. Mis musculos se tensaron. Los dos hombres me succionaban y me lamían. Las bolas eran babeadas sin descanso. Los dos se turnaban y metían la pija dentro de sus bocas. El abuelo tomó una posición para que su pedazo quedará a la altura de mi boca y y la fui tragando suavemente. Los gemidos de nosostros iluminaban el entorno. Jugué un rato con la pistola del abuelo, en tanto ellos hacían lo mismo conmigo. Giraron mi cuerpo y quedé con mi culo hacia arriba. El abuelo llegó con su lengua y me atravesó el anillo ya dilatado y jadeante. Luego sentí la verga que penetraba. Mis gemidos aumentaron, en tanto, el viejo me perforaba despacio pero profundo. El otro hombre acariciaba mi espalda, de vez en cuando la mordía suave, y se besaba con el abuelo, calientes, gozando de aquel encuentro inesperado pero deseado.
__¡Te dije que el niño no se privaría de este goce suegrito!__ decía mi padrastro a mi abuelo
__¡Este muchachito es muy caliente!
__Como la madre __ susurraba a mi oído el viejo sabroso. En un vaiven inacabable me montaba, me sacudía, mi culo reventaba de placer. Tragaba esa poronga insaciable. Me serruchaba con pasión. Mi padrastro me besaba la boca. Chupaba mi lengua y noté que su poronga comenzaba a levantarse otra vez. Me la colocó en la boca. Me tomaba de los cabellos y entraba con su tranca hasta el fondo de mi, haciéndome ahogar placenteramente. Luego salía y se la ponía en los labios al abuelo que succionaba y lamía la cabeza morada de aquella herramienta alzada. Volvía a mi. Chupaba y chupaba. La saliva se iba mezclando. El abuelo me colocó de costado y con una de sus manos atrapó mi espada. Empezó a masajear mi dura pija. Me acariciaba. Detrás de el se colocó mi padradsto.
__¡Ahora te voy a coger!__ le dijo y acercó la punta de su verga a la entrada del ojete del abuelo. Este suspiro cuando aquel hombre entró en el. El viejo detuvo su cogida hacia mi y espero a que mi padrastro se empezará a hamacar dentro de el. Con ese movimiento nos movíamos los tres. El viejo apretaba cada vez mas mi verga y frotaba mis huevos con desesperado ardor. Apuro sus embestidas y fui largando mi semen en sus manos, el sonido de nuestras voces lo inundó todo. El abuelo inundó mi culo. Desbordándolo de leche, sacundiéndose en un estertor de fogosidad incontrolable. Como en un último aliento. Se vació dentro de mi y espero que mi padrastro le regará su anillo. Quedamos pegados hasta que empezamos a desunirnos. Agotados entramos en una modorra. Finalmente me quedé dormido y cuando desperté estaba solo en la habitación. No sabía la hora que era. Me di un baño y me cambie de ropa. Estaban todos en la cocina a punto de cenar.
__Despertaste__ comentó mi madre
__Estaba redormido
__¡Hola primo!__ saludo mi prima,, la hija de Luz
__¡Sobrinito!__ dijo Luz con su sonrisita de perra caliente __¿Estabas cansadito?__preguntó socarronamente. Estaban comiendo y charlando sobre cosas intrascendentes. Comí algo porque el sexo había abierto mi apetito. En un momento el abuelo , mi madre y la tía desaparecieron. Mi padrastro miraba un poco la televisión mientras mi primita Valeria jugaba con su celular.
__Y vos, que haces, tenes novia primito?
__¡Che que pasa me quieren ver de novio!
__¿Porqué?
__Tu mama me preguntó hace poco si tenía novia.
__¡Mamá! Solo eso te preguntó
__¿Qué queres decir?
__¡Vamos mamá, es bien cerdita__ yo me puse colorado. Agache la cabeza y desvié la mirada.
__¡Ahhhh! ¡Te cogió! ¡Que hija de…!¡Te cogió!
__¡Vos sos loca!
__¡Vamos nene!
__¡Callate!
__¡Y te gustó!¡Siiiii!__ no sabía que decir. Me dejó mudo. Me sentía incómodo y sin reacción. Ella se acercó a mi y me sopló al oído.
__No pasa nada. No te pongas mal. Vení__ y tomándome la mano salimos para una habitación. Allí se desnudó y me quito la ropa. Me besó y acarició la pija que crecía y se levantaba.
__¡Oh, es hermosa!__ dijo Valeria y se puso mi verga en la boca la chupó sabrosamente. Me la masajeó y la volvió a comer. Gozaba de su mamada. Mis gemidos sacudían las cortinas. Ella con sus manos acariciaba mis bolas redondas. Las lamía. Nos movimos y alcancé su conchita rasurada y fresca. Rosada. Abierta. Mojada. Mi lengua serpenteaba dentro de ella. Ella comenzó a suspirar y a retorcerse. Lentamente dejó de chuparme. Yo la seguía babeando. Mi lengua llegó hasta su culito. Le pase la lengua y ella grito. Se tensó. Su conchita largó mas jugos. Abrí su ojete. Ella se arqueaba y gozaba. Despacio se fue acomodando de tal forma que tomó mi estaca y sola la llevó hacia la entrada de su agujero.
__¡Tomame el culo!__ dijo y se fue enterrando la pija en su anillo. Mi verga se abrió paso en el túnel que me ofrecía. Su cuerpo vibraba. Disfrutaba aquella verga clavada en su culo. Yo la cogía. Iba y venía dentro de ella. La gozaba. Mis huevos golpeaban contra aquellas nalgas jovenes y tersas. Apretaba sus tetas bien formaditas. Apetecibles. Apretaba sus pezones erectos. Los acariciaba. Le clavaba los dientes en su nuca preciosa y lamía sus lóbulos perfumados. Ella sabía que la llenaría de un momento a otro. Sentía mi pija endurecer en sus entrañas y fue acelerando sus vaivenes hasta que me llevo a la explosión. Mi líquido golpeó dentro de ella. La bañó, llenándola. Sus grititos y suspiros retumbaban en aquella habitación iluminada. Valeria se relajó. Ablandando su cuerpo. Giró y buscó mi boca. Nos besamos profundamente.
Cuando abrí los ojos, estaban observándonos: tía Luz, mi madre, el abuelo y mi padrastro. Todos desnudos. El abuelo con la verga dura y mi padrasto también. Todos sonreían. Mi madre se arrodilló y comenzó a besar la vagina de Valeria. Luz se acercó a mi pija y lentamente la fue limpiando de los restos de los flujos anteriores. El abuelo chupaba a mi madre y mi padrastro a Luz. Los gemidos fueron arreciando y acrecentándose. Valeria y yo nos besamos. Yo acariciaba y apretaba sus tetas. Cuando mi pija se alzó nuevamente mi tía Luz se subió en ella para cabalgarme. En tanto mi padrastro la clavó por el culo. Mi madre era clavada por el abuelo y ella no dejaba de succionar la conchita de Valeria que gemía sin descanso. Luego cambiamos de posición y mi tía recibió mi poronga en su culo mientras mi padrastro le daba en la boca a mi prima Valeria que chupaba y chupaba. El abuelo ahora cogía a Valeria y mi madre chupaba las tetas de mi prima. Las mordía. Y de vez en cuando chupaba la verga de mi padrastro. Alternaba la verga de este. Un rato chupaba mi madre y otro mi prima. En tanto el culo de Luz recibía mi leche caliente. Quedaba su anillo chorreando. Saliendo de su canal atrape sin mas la verga de mi padrastro y la metí en mi boca. Comía sus huevos. Mi padrastro con los ojos en blanco me daba su semen. Lo salpicaba por toda mi cara y yo tragaba y tragaba sin soltar aquella herramienta. El abuelo comenzó a acelerar su ritmo y también regaba la vulva de Valeria que se besaba con mi madre, salvajemente. Dos amazonas. Calientes. Pasionales. Hermosas. Hembras deseables.
Finalmente mi madre se acercó a mi. Apreté sus pechos enormes. Lisos. Duros aún. Los lamí. Los besé. Ella gemía. Me revolvía el cabello. Las chupaba con fruición y delicadeza. La saliva los inundaba. Ella fue acariciando mi espada que descansaba, pero al contacto, fue tomando un poco de vida. Quería levantarse. Unos momentos después, sentí una boca que besaba mi pija. Era mi padrastro que buscaba que reaccionara aquel amigo. Ahora eran dos bocas, mi prima hurgaba también en mi espada. Mi madre no dejaba de besarme. Yo también recorría la profundidad de su hermosa boca. Ella acariciaba mis tetillas. Abajo me comían las bolas. Sentía que las lenguas bailaban allí. Mi madre fue bajando su cabeza y lamió mi pecho. Siguió bajando y atrapo mi espada. La beso con ternura y la metió en la boca. Las otras lenguas acariciaban la periferia y yo volaba en otro cielo. El abuelo se acerco a mi y me instó a ponerme de pie. Así lo hice. Las bocas acariciaban con sus lenguas mis muslos, las bolas, la verga que palpitaba dura. El abuelo abrió mis nalgas y hundió allí su lengua carnosa. Recorrió mi aro sediento. Lo bañó llenando mi orificio. Lo fue abriendo. Dilatando. Metió un dedo y luego dos. Los metía, los sacaba y entraba con su lengua. Se apoderaron de mi cuerpo. En realidad eso es lo que sucedía con aquellos seres sexuales, ardientes. Cuando entre en mi madre exploté en unos cuantos minutos. Ella tenía una magia increíble. Por supuesto que seguimos cogiendo hasta que nos fuimos agotando y cayendo unos sobre otros. Los cuerpos fueron aflojando la intensidad hasta que aquella jornada se detuvo.
Eso fue el principio de días memorables de sexo y pasión. Por supuesto que se fueron agregando personajes. Cuñados, novias, novios, toda una gran familia. Cruzándose. Interelacionándose. Así fue lo que sucedía en la casa por muchos, muchos años.-