Lo que puede una camisa de cuadros de Le Marais.

Una conocida, se sirve de mi camisa para ponerle los cuernos a su novio, estando su novio en la habitación de al lado.

Rondaba yo los 18 ó 20 años y solía salir con un grupo de amigos, a los que se sumaban amigas en función de cómo evolucionaba el fin de semana. Unos meses antes de los hechos de este relato, uno de mis amigos, le llamaremos Oscar, empezó a encariñarse con una chica que se llamaba Belén y esta relación parecía que avanzaba por buen camino.

Todo empezó durante un fin de semana en una casa que tengo en el campo, perdida en medio de la nada y a la que se accede por una carretera de tierra accesible sólo con vehículos con sistema de tracción 4X4, muy aislada de todo. No hay vecinos ni nadie en 5 km a la redonda, así que es ideal para irse a desconectar. La casa en si, no es gran cosa, tiene lo justo para pasar unos días. 5 habitaciones dobles, 3 baños, un gran salón con acceso a un porche con terraza y a una cocina amplia para poder preparar comidas con amigos y poco mas, pues es en el exterior dónde solemos disfrutar de la estancia. Se suelen hacer barbacoas o paellas, etc… La zona exterior de la casa es muy amplia y situada en una elevación de la parcela, desde la que se divisa el horizonte despejado y las montañas que la rodean, así que es muy agradable para disfrutar del aire puro en el campo.

Belen era una chica que provenía de una familia muy humilde. Físicamente era muy atractiva; alta de 1,70cm morena y con el pelo ondulado y largo y solía llevarlo suelto. Su tono de piel era más bien clarito, sin ser muy blanca de piel. Pero lo más destacado era su figura esbelta y con unas curvas de infarto. De medidas 95, 60 y 90, tenía unos pechos espectaculares y tan naturales como los que le dio su genética familiar, se apreciaban sueltos pero no caídos y del tamaño justo de la mano acabando en unos pezones, que se antojaban espectaculares. Su carácter era extrovertido, sabía que estaba tremendamente buena y no le costaba nada conocer chicos. Se acostaba o se juntaba con quién le daba la gana. No había tío en la facultad que no quisiera acostarse con ella o tan sólo conocerla o ser amiga suya. Con tal de tenerla cerca, los tíos babeaban. Solía vestir muy llamativa, con pantalones tejanos o de colores oscuros super apretados, camiseta pegadas con escote en V y siempre con tacones altísimos y que llevaba con estilo y soltura. Por la noche podías verla en los restaurantes o discotecas más de moda con los grupos de tíos más populares de la ciudad. En todas las fiestas le daban pases VIP o acceso a las fiestas más importantes. Su forma de vestir por la noche cambiaba radicalmente. Se ponía siempre vestidos impresionantes con escotes de vértigo o vestidos cortos con la espalda descubierta, taconazos, o si iba a cenar, la podías ver con un vestido con raja en la altura de la pierna y prendas así. Parecía que hubiera nacido encima de unos tacones y no tenía problema para comprarse lo que quería, pues cuando le gustaba alguna prenda en particular, siempre tenía a un pagafantas dispuesto a financiarla.

Belen tenía su grupo de amigas, aunque no le costaba nada hacer amigas nuevas y podía juntarse con quién quisiera, así que al final, su verdadero círculo íntimo se centraba en 1 amiga que se llamaba Ana.

La mejor amiga de Belén, es una chica con cuerpo de modelo, altísima. Debía medir 1,78, tiene medidas espectaculares (90/60/90), de pelo oscuro muy largo y lacio que le cae por la espalda hasta la cintura. Es atractiva y espectacular y lo sabe. Tiene unas curvas definidas, pero no muy pronunciadas y un pecho en su justa medida tirando a pequeño, pero más tieso y duro que una polla en plena calentura. Sus tobillos y manos, son delicadas y siempre lleva la manicura perfecta. Va siempre muy aseada y cuidada aunque no suele llevar maquillaje y nada llamativo, su propio estar sensual, ya destaca. Es una chica muy selecta y sólo se relaciona con la gente que le interesa o de la que cree poder conseguir algo. Es de origen super humilde y sabe lo que es ganarse el pan con el sudor de su frente. Desde muy joven ha realizado trabajos de modelo, azafata, etc… en numerosos eventos. Ganó varios certámenes de belleza, pero ahora está centrada en sus estudios de derecho, aunque es muy mal estudiante y al final siempre está más pendiente de los chicos que le gustan. Es muy enamoradiza y en el momento de los hechos, estaba recién salida de una relación que no acaba de dar carpetazo, sigue un poco enganchada de ese chico.

Ese fin de semana, quedamos que los chicos, Oscar y otro amigo mío (le llamaré Pepe) vinieran a mi casa, dejaran sus coches, nos montábamos todos en el 4x4 que tiene mi familia para cuando subimos a la casa en el campo y nos acercábamos a recoger a las chicas a sus respectivos domicilios.

Cuando pasamos a recoger a Belén, apareció con una minifalda negra ajustada, un abrigo negro de plumón largo hasta la cadera, una camisa blanca ceñida, que llevaba abierta hasta el 4 botón del escote y unas botas con taconazo por encima de la rodilla, muy pegadas. Cuando se subió al coche me dijo ;

-¿Ves qué bien equipada? Así si me meto en un charco del campo, no me mojo… bueno tu ya sabes.. no mojo las botas… jejejeje Y lo acababa con una sonrisa pícara, guiñándome un ojo mientras su novio no la veía, pues estaba en la parte de atrás del coche. Levantó la pierna e hizo ese cruce de piernas al subir al coche que te vuelve loco, pues parece que te va a enseñar hasta la garganta, pero pasó hacia la parte de atrás con Oscar, no sin antes pegarse un revolcón de besos y abrazos exagerados.

A Belén le encanta montar este tipo de escenas. En esta ocasión, al llevar minifalda, provoca que entre los achuchones de Oscar y los movimientos de cadera de Belén, la falda se moviera y dejara entrever las braguitas negras de encaje que llevaba puestas. Además, como sabe lo que está pasando y que todos la estamos mirando, cerró los ojos y se puso a besarle a lo tipo tornillo, para que no nos perdiéramos detalle de sus braguitas y sus muslos torneados. Oscar intentaba llegar a todo y meter su mano dónde podía, pero Belén se mueve muy suelta…

Belén y Oscar estaban en la 3ra fila de asientos que tiene el 4x4 (tipo land Rover antiguo) y no paraban de tocarse y cada vez de forma más lasciva y pecaminosa acaramelados como 2 adolescentes. Mientras esto ocurría, por el retrovisor tenía acceso directo a la entrepierna de Belén y me había dado cuenta de que Oscar no paraba de meter sus dedos por su entrepierna intentando tocarle el clítoris. Acariciaba el muslo y luego subía hasta palpar las braguitas, que apartaba delicadamente para llegar al clítoris, Belén iba poniendo cara de vicio, como pidiendo más guerra. A todo esto, llegamos a recoger a Ana. Como describirlo…

Ana llegó acompañada de una amiga suya de su época de azafata de congresos de médicos (la llamaremos Macarena), con un vestido negro de mini tirantes muy suelto y con una apertura trasera que mostraba toda la espalda hasta dónde pierde su nombre, un pequeño sujetador tipo balconette negro que pude ver cuando agachó los hombros para entrar en el coche, unas botas altas de tacón beige y un abrigo tipo lanero muy suelto y desabrochado. No suele montar escenas, sus gestos son suaves y sensuales y lo dicen todo (como ese agacharse para entrar en el coche dejando que su escote se abra completamente dejándonos ver el sujetador, o levantando su pierna mientras con sus manos mueve, delicadamente la tela del vestido para acomodarse en la silla… etc… -pero espero que vuestra imaginación empiece a trabajar y os guíe por los senderos de la luz. A todo esto, Ana entró en el coche, nos dio un par de besos de bienvenida (a mi con mordisqueo cachondo) y se acomodó en el asiento detrás mío.

Macarena la acabo de conocer y sólo os puedo decir que físicamente, es una chica alta, rubia, con un cuerpazo. Es algo rellenita, pero los kilos de mas, son los de menos que pierdes por no poder parar de follar ese pedazo de mujer. Curvas a lo grande, 100, 65 y 95 por lo menos, un culo redondo de no poder controlar la mirada, pechos voluptuosos, mirada distraída y falda corta. Ojos azules, labios carnosos y dedos finos y largos. De sonrisa fácil y de trato cercano. Enseguida encuentras cosas para comentarle. En esta ocasión, vino con un vestido de flores campestre, largo y con una raja en el costado, que al subir al coche, dejó ver sus largas piernas, un sujetador de encaje blanco super sensual y unas botas de montar marrones y chaqueta de paño largo hasta el final del culete. Entró en el coche justo después de Ana, se presentó y nos pegó varios besos y abrazos a todos apoyándonos sus grandes pechos y se sentó a su lado.

Finalmente antes de iniciar la ruta, pasamos por casa de una amigobia de Pepe, que suele follársela, cuando no tiene a nadie en el punto de mira. Es una chica muy maja, que está loca por Pepe, pero a Pepe le gusta más la variedad, le cuesta centrarse jejejeeje y os diré que se llama Piluca. Es muy guapa aunque normalita. 1,65 de altura, y un cuerpo sinuoso. Destacaría sus pechos, que son muy llamativos por lo exhuberantes.

Este día, Piluca vino con unos sneakers, un pantalón tejano ajustado, una camiseta blanca ajustadísima y que dejaba sus pechos expuestos a la audiencia. Parece muy extrovertida y busca tu mirada para cautivarla y llevarla por los rincones de su cuerpo que ella estima convenientes. Es curioso pues muestra sus dedos, para luego colocarlos en ciertas partes de su cuerpo sutilmente. Me pareció muy sensual y al entrar en el coche, noté como esa forma de actuar, no siendo una chica tan espectacular, nos llevó a visualizar sus atributos rápidamente. Colocó sus dedos antes de entrar en el asiento, agarrando este con fuerza (algo que a todos nos llamó la atención en ese momento) y luego desplazó la mano de abajo arriba y se tocó el cuello donde le colgaba un colgante dorado. Evidentemente, durante ese movimiento, todos vimos el colgante, pero evidenciamos el canalillo de su camiseta con cuello en V con un pedazo de escote que bajaba entre esas dos elevaciones…. Pues con un sutil movimiento de los dedos y una elevación de sus hombros, ascendió sus pechos a la altura de nuestra mirada. Muy sutil pero muy sensual.

En el coche, a mi lado estaba Pepe de copiloto y detrás iban Ana, su amiga y Piluca, y en la parte trasera Belén y Oscar.

Durante el trayecto hasta la casa del campo, (unos 45 minutos) os diré que las miraditas entre Piluca y Pepe no paraban. Pepe bajaba el espejo del parasol y lo colocaba buscando el escote de Piluca y ella intentaba mirarle el paquete por el mismo espejo, dándole indicaciones sutiles como queriendo usarlo para retocar su maquillaje, ya te puedes imaginar;

-Espera déjame que me mire el labio que no sé si se me ha movido el pintalabios… -metiendo sus brazos hasta el espejo, que luego se contestaban con parecidas estrategias de Pepe, que descaradamente utilizaba los mismos comentarios para mirarle el escote a Ana que jugaba rollo lésbico amateur con Macarena haciendo bromitas tocándose o simulando que se iban a morrear y cosas así. A todo esto, Oscar y Belén liados a muerte dándolo todo. Morreos, tocamientos… menos quitarse ropa, todo lo demás incluyendo meter la mano por debajo de la mini de Belén, que iba jugando un cerrar las piernas no me toques, con un las abro para que la vuelvas a meter y así todo el rato.

Al llegar, Belén y Oscar se fueron a una habitación con 2 camas, Piluca se fue a una habitación sola y Ana dormiría con Macarena en otra doble de 2 camas, Jose se cogió una habitación para el y yo me cogí la habitación doble de matrimonio con baño incorporado, que hay en la casa.

Una vez instalados, nos pusimos a preparar la comida, las bebidas, la barbacoa, etc… Allí no hay mucho que hacer, por no haber no hay ni TV, hay cajas de juegos de mesa, cartas y cosas así, pero pocas distracciones. Pusimos música tranquila y preparamos la comida.

Ver a Belén con ese cuerpo de escándalo, moverse con esa gracia por la casa, era ya un regalo divino. Su movimiento de cadera, su sonrisa, su encendida naturalidad, el ruido de sus tacones por toda la casa, sus bromas lujuriosas eran escandalosas, pero Oscar ya debía saber en lo que se había metido, y con una chica así tienes que aceptarlo, todo el mundo la desea, la mira y ella disfruta con ello. Se deja mirar y lo desea pues sabe que puede cogerlo todo de todos y se lleva la mejor parte. Te entrega el cielo, pero se lleva tu corazón.

Todo el proceso de la primera cena en la casa al llegar, fue un cachondeo de bebidas, comidas y más bebidas. No parábamos de tocarles el culo, rozarnos con sus pechos, etc…. Y ellas nos metían mano en la entrepierna o nos daban abrazos en plan de broma cariñosa constantemente que casi llegaban a tocar labio con labio y que nos hacían notar sus pezones contra nuestro pecho.

Recuerdo un momento dado que me abracé con Ana y al ir a estrecharme, busqué tocar su labio con el mio y ella en un intento de zafarse, impactó el labio en mi boca de lleno a lo que yo le dí un mordisqueo en el labio superior, pero Ana sabe mucho y se apartó metiendo su mano por el botón del pantalón que me obligó a apartarme para que no notara lo empalmado que iba ya.

-que corra el aire, que corra el aire -Dijo susurrando…

-Una tormenta va a caer … dije yo.

Y se reía …

La música las tenía bailando moviendo sus cuerpos por todo el salón y era un espectáculo de sensualidad. Ver los pechos bajo el sujetador de una de ellas al moverse, las braguitas de otra, al agacharse con la minifalda, y tanto encagito y transparencia, era inenarrable.

Después de cenar empezamos con juegos de cartas sentados en el suelo junto a una mesa redonda; Belén y Oscar no paraban de morrearse y verlos meterse la lengua y tocarse nos ponía muy cachondos; en una ocasión Belén chupaba la lengua de Oscar como si fuera una polla allí delante nuestro. Belen se había cambiado la mini falda y llevaba un vestido largo con raja híper ajustado que le marcaba todo. Se podía ver hasta la forma de sus pezones. Excitaba tanto verla que yo creo que hasta las chicas estaban cachondas, pues Piluca y Ana noté en varias ocasiones que tocaron de forma sensual a Belén (un muslo, el hombro, …), y Oscar no aguantaba del calentón que llevaba, estaba muy empalmado y se le notaba, así que no tardó en proponerle a Belén, irse a su habitación, le dio la mano y Belén se apoyó en ella para levantarse y seguirle. Mientras se alejaban pude ver como ella metía su mano en el pantalón de Oscar que no se giraba para que no notáramos lo empalmado que iba y todos escuchamos al poco tiempo como gemían de placer.

Pepe, empezó a calentar motores con Piluca y le metía mano cada vez que perdía una mano en las cartas, como diciendo, si pierdes te follo… a lo que ella reaccionaba forzándose a perder para que Pepe se ablandara y se la llevara a su habitación.

Yo nunca le había tirado los tejos a Ana, que estaba tirándole los tejos a Macarena en plan de broma lésbica, pero las miraditas en el coche nos pusieron cachondos a los dos, así que viendo como iba vestida no dudé en acariciar su espalda, mientras estaba lanzando una seña durante una partida de Mus a Macarena, (la de tres cerdos, mordiendo el labio) dándome la espalda a lo que reaccionó mostrando más espalda y haciéndole una mueca a Maca para que viera que yo la acariciaba.

Al poco tiempo, la partida fue degenerando y se convirtió en Strip poker y aquí todo el mundo quería quedarse en pelotas. Primero Pepe y yo nos quitamos todo, por aquello de igualar y para que las chicas no protestaran quedándonos en pantalones y ropa interior. Todo lo demás nos lo quitamos. Así que ellas ni cortas ni perezosas, empezaron a pegarse unos bailes. Piluca en plan solitario y Ana con Macarena a duo estremecedor. Pepe y yo desde el suelo, no perdíamos puntada sin hilo. Un poquito de chochito por aquí, un pezón por allá. Cada movimiento de cadera era un tragar saliva y con la respiración cada vez más profunda y más seca y más bebida para compensar la sequedad.

Piluca cogió a Pepe de la mano para bailar y empezó a tocarle por todas partes mientras le bailaba. Se quitó los sneakers de una patada, se ajustó más la camiseta para marcar aun más el pecho e inició un me quito la camiseta que si parriba que si pabajo, que al final la camiseta terminó en el suelo. Luego pegadita a Pepe su culo contra su polla, empezó a desabrocharse el pantalón dejando ver un poco de sus braguitas blancas de encaje, que Pepe miraba desde su altura por encima del hombro detrás de ella, mientras ella lo rodeaba con su brazo para que no se despegara de allí. Los demás lo observábamos desde la distancia. El cuerpo de Piluca se movía, pero lo más sensual era como sus manos nos Iban llevando a las partes de su cuerpo que ella quería mostrar en cada momento. Primero se acarició sus pechos por encima del sujetador, luego bajó a su estómago para abrir la mano y restregársela por su vientre, sutilmente, luego la llevaba al culo de Pepe para empujar su polla contra su culo, al mismo tiempo que bajaba la otra mano de la cabeza de Pepe (que estaba detrás con su cabeza apoyada en el pelo de Piluca) pasando por meterle los dedos en la boca y los llevaba a su entrepierna, mentiendose los dedos por la bragueta ya desabrochada para llegar hasta tocar su coño por debajo del pantalón, pero encima de las bragas. En aquel momento Pepe se quitó los pantalones y cogió a Piluca de las caderas para apretarle su polla por la espalda sólo con su ropa interior, a lo que ella respondió bajándose el pantalón, quedando este a la altura de los tobillos. Pepe la sentó en el sofá, se puso de rodillas y le quitó los pantalones por los pies, comiéndole los dedos de los pies. Piluca cerró los ojos al no poder evitar querer disfrutar lo que aquel momento le podía dar.

Tanta calentura, hizo que Ana y Macarena se pusieran de pie a bailar mientras haciendo broma se intentaban quitar la ropa la una a la otra en un juego perverso. Yo me quité el pantalón de un sólo golpe, y me quedé con unos bóxer de algodón blancos largos, algo que causó reacción entre las féminas y hasta Piluca se levantó para acercarse para tocar el tejido con mas broma que interés por este, pero si mucho morbo por acerarse al pajarito las 3. Del tejido de la prenda interior pasaron a meter sus dedos por debajo del elástico, tocándome el culito con las uñas. Primero Ana, luego Ana le cogía los dedos a Macarena para animarla a hacer lo mismo, luego empezaron a quitarme el calzoncillo, pero yo me agachaba zafándome de sus intenciones e intentado quitarles la ropa.

Este baile y las copas no paraban de enlazarse una tras otra, tras otra, … Piluca se quedó con Pepe y entre las otras dos, me dejaron sentado en el sillón, sin poder cumplir su objetivo, pero para acabar de matarme, empezaron a quitarse la una a la otra el vestido. Primero Macarena se puso de espaldas a Ana y guiñándole un ojo le señaló el cierre. Mientras no paraba de bailar, Ana le quitaba los tirantes a Macarena con aquel vestido largo que mostraba sus muslos bien contorneados y sensuales en cada gesto de cadera. Descubrí el sujetador, luego el vestido siguió cayendo a la altura de su cadera. Con un gesto mientras bailaba, dejó caer el vestido y se empezaron a ver los encajes de las braguitas, que asomaban los pelillos de la depilación brasileña que tenía, mientras sus manos iban tocándose por todo el cuerpo al son de la música. Los pezones, la entrepierna, la barriga, …

Piluca se dejó hacer y Pepe metió su lengua dentro de sus bragas, lo agarró de la cabeza y empezó a apretarle. Pepe le bajó ls bragas de golpe y le empezó a comer. Al poco rato se levantó, nos dio las buenas noches, cogió a Piluca de la mano y se la llevó a la habitación.

Ver su cuerpo moverse con las bragas por las canillas me puso muy cachondo.

Ana y Macarena se lanzaron a por el premio gordo. Ana le bajó el vestido completamente y la dejó sólo con las bragas y el sujetador a lo que Macarena respondió con cara de vicio como si se hubiera quitado un peso de encima aunque provocadora y perra se tapaba sus partes íntimas para luego irlas descubriendo y luego empezó a hacerle lo mismo a Ana. Las redondeces de Macarena eran una delicia verlas moverse al son de la música con aquellos tacones y Ana no paraba de besarla por todas partes. El vestido de Ana era fácil de desabrochar, Macarena deshizo unos tirantes y el vestido cayó de un sólo gesto al suelo. Intuimos por debajo del sujetador de encaje, unos pechos preciosos, pequeños, pero con unos pezones grandecitos, gorditos y que agradecían que Macarena los tocara pues se sonrojaban.

Ante aquel espectáculo, me levanté, me puse entre las dos. Primero besando sus cuellos, luego les agarré la boca y les comí la lengua, les quité los broches del sujetador mientras se tapaban los pechos para luego irlos dejando aparecer en escena.

Con las manos le cogía los pechos a Ana mientras mi boca se comía los pechos de Macarena con lametones grandes queriendo metérmelo todo en la boca. A todo esto, ellas no paraban de contonear sus cuerpos.

Pasado unos minutos de gozo y disfrute, Ana empezó a tocarse las braguitas para enseñarme su culito, así que bajé mi mano de sus pechos a sus muslos para ir acariciando su piel hasta meter mis dedos en sus bragas hasta su culo y continuando hasta su coñito con la mirada excitada de Macarena que estaba extasiada dejándome comerle sus pechos. Pasados un par de minutos, me empezaron a tocar por debajo del bóxer buscando la polla a tientas, sólo pendientes de los morreos. Si no las morreaba yo, se morreaban ellas, (algo que aprendieron en la época de azafatas cuando se metían en las fiestas con médicos). Las cogí por las cabelleras, y las guié para que se pusieran de rodillas frente a mi. Macarena, que tiene mucha experiencia en artes amatorias, cogió la iniciativa. Su cuerpo voluptuoso despierta la lujuria y lascivia en quién lo disfruta y se nota, pues en seguida cogió el pajarito, lo sacó de la jaula y empezó a darle besitos por todo lo largo y ancho y luego Ana me morreaba las nalgas del culo.

Al poco rato, se pusieron a cuchichear entre ellas, se pusieron de pie en sus taconazos delante de mi y me empezaron a hacer un estriptis para quitarse las braguitas al son de la música. Macarena se iba agachando quitándole las bragas lanzándome miraditas y risas todo el rato. Cuando las bragas llegaron a los pies, me las pasó por toda la cara, la boca, -ummmm -Ese olor a coño me puso a cien.

Ya completamente en pelotas decidí que era momento de ir a la cama para montar un trío pero Ana seguía enamorada de aquel chico. Aceptó venir a la cama pero no parecía participativa. Le gustaba el cachondeo y la coña que llevábamos pero no acababa de olvidar su último amor. No parecía estar preparada para comerse mi polla entera a lametones o dejar que me corriera en su lengua, pero no podía dejar perder la oportunidad de disfrutar algo así.

Senté a Ana en la silla que hay en mi habitación frente a la cama y le propuse que nos mirara para ver si se animaba viendo a Macarena, pues el royo lésbico sé que le da morbo, aunque ella no es lesbiana.

Con Macarena, nos metimos en la cama, tocándonos por todas partes. Macarena está tremenda. Da gusto tocar sus carnes. Empecé por ponerla de pie y quitarle las braguitas con la boca dando mordisquitos y tirándole miradas a Ana. Maca se estremecía, pues sentía mi barbilla recorriendo su piel por los labios vaginales y su clítoris y no se aguantaba. Por el culo, empecé con caricias con mis dedos, le ponía primero los dedos en la boca de Ana y luego los llevaba al culo de Macarena, hasta que terminé por bajarle las braguitas poco a poco lamiendo cada centímetro de culo, de coño de muslo, metiendo mi cabeza dentro de su culo… Ana se levantó y empezó a empujarme para que mi lengua se metiera bien en el culo de Macarena, que sintiendo mi lengua en su culo empezó a gemir, luego pasé a su clítoris y Ana se enzarzó con su culo, siguiendo el trabajo que había empezado.

Las boca de Ana temblaba de placer, así que la dejé ponerse de rodillas en el suelo, me senté en la cama y cogí su melena para acompañarla a que su boca llegara a mi polla. Maca la cogió como si llevara horas deseándola y la puso entre sus tetas haciendo una paja mientras Ana la besaba en el cuello y la acariciaba en los pechos. Una de mis manos no paraba quieta por el cuerpo de Ana, de ahí pasé a levantar a Maca para que se pusiera a 4 patas, le empujé mi polla en su coño hacia adentro, contando con el beneplácito de Ana que le acariciaba las nalgas a Maca y le tocaba los pechos.

Luego saqué mi polla del coño de Maca y pensé que ya era hora de que su amiga olvidara a aquel capullo hijo de puta y guié a Ana para que se pusiera a 4 patas, le dije que ella ya no era la putita de aquel gilipollas, que era mi putita. Esto la sorprendió, pues no estaba acostrumbrada a que le dijeran cosas así. Macarena se sonreía y le guiñaba el ojo, susurrando ahora somos sus putitas y si eres lista, te pondrás a 4 patas y dejaras que esta polla entre en tu coñito precioso. Y se acercó a Ana, le cogió el coño y se lo lamió. Ana soltó un gemido y un gritito, pero se empezó a reír y yo no perdí la oportunidad y le empujé la polla toda dentro del coño. Maca me empujaba y Ana no paraba de gritar y gemir a todo lo que daba su voz.

-Siiii soy tu puta, fóllame, … siii, mas, siiii , sigue

-Vas hacer que me corra de gusto….. -le decía yo

-Siiii quiero ver como te corres, como sale tu esperma de la polla.

-Maca, cómeme el culo, méteme tu lengua dentro …

-Umm ummm ohhh que me gusta tu culito…

Y Maca pasaba del ojete del culo al final de mi polla.

-Ana, dame tu culo. Quiero follarte el culo…

-No, por ahí no, que soy virgen.

Y Maca le decía -Pruébalo, ya verás, es super cachondo. Da mucho placer y te hacer sentir una verdadera putita.

Maca intentaba que Ana se pusiera en la postura perfecta para penetrarle el culo y así lo probara, pero también le gustaba Ana para follar con ella rollo lésbico rozando sus coños en plan la cucharita.

Las curvas sinuosas de Maca eran la más pura imagen de la lujuria y el deseo. Verla desnuda era un espectáculo pornográfico. Sólo con mirarla, la polla se te ponía más dura que un martillo. Así que con estas, y con Ana echada hacia adelante y con el culo en pompa, mientras Maca se tocaba por todas partes, empecé a meter los deditos en ese culito, mojados en la boca de Maca. Primero uno, que la hizo gritar a un volumen que nos asustó a todos. A los pocos instantes os gritos pasaron a gemidos intensos, y ya le metí 2. En ese preciso momento, sus gritos se hicieron profundos y estruendosos, pero no pudo contenerse y el placer le pudo más y los gemidos volvieron a su boca. Maca me comía los dedos y vuelta a empezar hasta que no pude contenerme más y le enseñé mi polla a su culo, ella se mordió los labios y la empujé dentro de su culito. Macarena se frotaba el clítoris con la escena y gritaba de placer viéndonos y Ana gemía con los ojos cerrados mordisqueando mis dedos impregnados de sus flujos. Y chupaba y chupaba… hasta que le llegó el orgasmo y empezó a estremecerse llegando a gritar…

-Ohhh para para paraaaa… siiii…. No, soy tu puta, sigue, sigueeeee…

Ohhh siiii coñoo joder massss. Y suspiró.

Sin mediar palabra tomé a Maca de la mano, la puse a 4 patas y mientras Ana me miraba la cara de vicio que tenía, arremetí con mi polla en el coño de Maca. Ver el cuerpo de Ana subida a los tacones, estremecida de placer, recién follada tocándose ese culo perfecto, ese cuerpo perfecto, mientras Maca gritaba de placer conmigo cabalgándola a 4 patas con sus taconazos, tan sexy no me dejó aguantar mucho tiempo.

Les dije que juntaran sus bocas y se pegaran y a 4 patas las dos me cogieran la polla y la estrujaran hasta que saliera todo el esperma que tenía dentro. Empecé a correrme a lo bestia. Salían chorros de esperma rebotandoles en la cara, luego en los pechos o en la boca. Con la lengua se iban repasando la cara para comerse toda la corrida hasta que no quedó nada. Yo caí extenuado entre ellas y así nos quedamos dormidos los 3.

Al día siguiente, le pedí a Ana que se metiera en la ducha conmigo. Mientras me duchaba, le dije que me gustaría que me hiciera una mamada bien babeada. Ver ese cuerpo tan bonito y una chica tan espléndida darte ese nivel de placer de buena mañana antes del desayuno, no os lo puedo describir.

Luego se quedó ella duchándose mientras admiraba su cuerpo por el cristal.

Macarena se despertó, se tapó un poco con su ropa interior y entró en el baño. Su cara de vicio con aquellas braguitas tipo tanga que dejaban entrever su coñito depiladito y sus pechos en aquel cuerpo tan lleno de curvas te hacían perder el norte. No me pude resistir y mientras Ana me miraba desde la ducha guiñándome el ojo, cogí a Maca y la empotré contra el lavabo, le bajé las bragas de una vez y se la metí por el culo. Sus gritos eran descomunales, parecía que la estaban matando por dentro, yo sentía como su culo se abría poco a poco en canal con el movimiento de mi polla, pero no podía parar. La cara de Ana me decía, lo está disfrutando como una perra, empuja, empuja ; tocándose y metiendo el dedo en el culo y en el coño en la ducha. Los gritos pasaron a gemidos de placer;

-Ahhh siiiiiiii, no pares, no pares quiero correrme con tu polla dentro de mi culo. Quiero sentir el orgasmo annnnaaaaalllll, siiiiii

Y venga a empujar más duro contra el lavabo y más fuerte la tomaba por la cadera.

-Dame fuerte, dame bien por el culo, hijo de puuuutttta. Dale fuerte a tu puuutttaaa.

-Si, chilla zorra, vas a hacer que me corra… pedazo de puta, como goza esta zorrraaa…

Ana salió de la ducha y me ayudaba a empujar. Luego se puso de rodillas cuando creyó que me iba a correr y con la boca hacia arriba, decía;

-Dame tu leche, dame tu leche….

-Siii me voy, me voy….

Saqué la polla del culo de Maca y la metí en la boca de Ana, y ya no me pude aguantar. Me pegué una corrida monumental en su boca, aunque Maca se puso rápidamente de rodillas, me cogió de la polla y me dijo;

-Cabrón, dame lo que es mío, me lo he ganado. Dame tu esperma, dámelo todo.

Y me relamía la polla buscando el esperma de la cara de Ana.

A todo esto, Belén y Oscar seguían a lo suyo.

Hacia el medio día, nos arreglamos todos y preparamos una barbacoa. Mientras todos preparaban la comida, yo preparaba las brasas de la bBQ desde el jardín.

Por la ventana de mi habitación vi entrar a Belén y tocar mi ropa y mis cosas. Me pareció un poco raro, así que le dije a Oscar que atendiera las brasas y que avisara a la cocina para traer la comida cuando estuviera caliente la BBQ.

Habiendo pasado el marrón de las brasas al pagafantas de Oscar, mi curiosidad era descubrir que hacía Belén en mi dormitorio.

Abrí la puerta de mi dormitorio y me encuentro a Belén dentro de mi cama. Llevaba puesta mi camisa preferida y se había metido en mi cama (era una camisa muy especial, que me había comprado en un viaje a Paris en el barrio de Le Marais y que me habían dicho todas las chicas que les encantaba). En ese momento me parecía que no llevaba nada debajo, pero estaba debajo de las sábanas y no podía confirmarlo.

Desde allí sentada, yo en la entrada de la habitación con la puerta abierta, me quedé sin poder reaccionar, los primeros segundos fueron de bloqueo mental, pero cuando pude recuperar el control de mis actos, ella me estaba diciendo lo mucho que le gustaba mi camisa y me insinuaba, que si se la podía regalar.

-Me encanta el tejido de esta camisa. ¿Que es? Seda? O algodón? Es muy bonita y tiene un corte muy natural, te hace una silueta muy interesante, ¿no? Y el colorido? Tiene un montón de colores. Se nota que es de una marca super buena y que te abra costado un bastón.

Empezó a mostrarse sutilmente, ahora un hombro, ahora … mientras mantenía un discurso absurdo sobre lo bonita que era la camisa y lo bien que quedaba sobre ella. Yo sólo balbuceaba sin sentido, pero en cuanto pude articular palabra, fue mi polla la que tomó el control. Cerré la puerta, corrí la cortina de la ventana y me acerqué al borde de la cama, para poder susurrarle,

  • ¿Pero qué te gusta más? La camisa? ¿O lo que había dentro de la camisa?

Y empecé a contornearme mostrando mis atributos naturales, mientras me desnudaba delate suyo.

-¿Qué quieres decir, dentro de la camisa? La camisa lleva algo dentro? No te entiendo? ¿Qué haces?

Y ponía cara de pícara, insinuando sus hombros o poniendo su mano en su barbilla.

-¿a qué te refieres?¿qué haces quitándote la ropa?

-Pues mira.

Ya sólo me quedaba le pantalón, me bajé la cremallera para que viera un poco de los boxer. Me acerqué al lado de la cama dónde estaba ella y le susurré al oído.

-¿Te va gustando lo que vas viendo?

Y le dí un beso suave en la boca para ver su reacción. Me empezó a comer la boca y a masturbarme la lengua dentro de su boca diciendo;

-Umm , pues no sé ¿A ver?

Y me levantaba la cremallera del pantalón para mirar.

Mientras aproveché para ir quitándole la camisa por los hombros, descubriendo que sólo llevaba debajo el sujetador y unas braguitas blancas con encajes y transparencias, muy bonitas (seguro que las había pagado el pagafantas de Oscar) sin llegar a quitarle la camisa del todo, mi otra mano se metía por la botonadura para con mis dedos, tocar su pecho por encima de la tela del sujetador y ese tejido suave y tan delicado, lleno de bordados y detalles, recorriendo la forma de sus pechos, hacía que las yemas de mis dedos erizaran toda la piel de mi cuerpo.

-Umm ohhhh, ahh

Le iba quitando la camisa mientras la acariciaba, la besaba y recorría su cuerpo con mis labios, dando pequeños mordiscos y lametones. Ella se estremecía de gusto, lo que animaba mis movimientos.

Me cogió los pantalones y empezó a quitármelos, me puse de pie y le ayudé con la tarea, me volví a sentar a su lado, retomando los besos y las caricias.

Muy decidida, sacó pecho y se fue quitando la camisa lentamente como haciendo un striptease. Yo iba apartando las sábanas para hacerme sitio mas cerca de ella.

Era un pedazo de mujer impresionante como nunca jamas he vuelto a conocer ni conoceré. Su piel, sus curvas sus pechos, ohhhh todo en ella era tan lascivo que no hay hombre en la faz de la tierra capaz de resistirse.

Mi amigo estaba en el jardín, y yo aquí con su pedazo de novia buenorra, en la cama casi desnuda, metiendo la lengua en mi boca.

Empecé a susurrarle al oído lentamente, todo lo que su mirada lasciva me provocaba hacerle;

-Sabes que verte aquí en mi cama, me dan ganas de subirte encima de mi polla, para que cabalgues como una amazona y así mis manos te agarren por esos pechos sintiendo su tacto suave y lascivo.

Y mis manos iban desnudando su cuerpo. El sujetador cayó lo primero,  ella se tapaba los pezones con mirada pueril pero pronto destapó aquel regalo de la humanidad y se entregó a mi como regalo al anfitrión, dándomelo a chupar. Yo me lo comí, luego lo rozaba con la lengua, los dientes….

Mis dedos tocando por fin la piel de sus pezones, me transportaban a un mundo de placer extremo indescriptible pero sumamente excitante.

Mi polla se me puso tiesa como un martillo.

-clávame ese martillo siii, mételo todo dentro…

Me quité los boxer de un sólo gesto mientras se restregaba con sus dedos por encima de las bragas..

-aqui, aquí,

Me decía, y se tocaba la entrepierna.

No paraba de respirar agitadamente y de decir obscenidades por aquella boca pecaminosa, lujuriosa pero con esa mirada tan sensual,…

No pude aguantarlo más y aunque quería que sufriera la espera, yo no podía aguantar y le bajé las bragas por el culo, le empecé a tocar el clítoris húmedo, empapado, me restregaba por su piel con mi polla, hasta que ella se la metió en la boca. Primero suave, luego agitada, luego suave y así lo iba combinando con comida de huevos y lametones en el culo.

Belén sabía dar placer a un hombre y llevarlo hasta el cielo. Pero era ella la que más disfrutaba con los hombres con sus pollas. Le encantaba tocarlas, chuparlas, comerlas y sobre todo ver cómo me corría, -la muy puta.

Disfrutamos de nuestros cuerpos un buen rato, y mi mente no hacía más que pensar en follarme a ese pedazo de mujer por el coño, así que la forcé a ponerse a 4 patas, me restregué por su coño con la polla para lubricarla luego se la metí en la boca.

Al rato le presenté mi polla a su culo para acto seguido empezar a empujar. Belén no necesitaba preparación, su culo era suave y húmedo y mi polla resbaló hacia adentro lentamente, mientras daba un fuerte gemido de sus labios.

Oscar reconoció el sonido de ambiente y empezó dar vueltas por la casa. No tardó en entender que estaba en mi habitación y se puso a escuchar detrás de la puerta. Comprendió lo que estaba pasando y gritó muy cabreado.

-Zorra, hija de puta, ya lo sabía yo que eras una puta mentirosa…

Con cada insulto, cada grito de Oscar, Belén más apretaba su culo contra mi polla y más se excitaba, y entraban en bucle, Oscar más nos oía y mas golpes daba en la puerta para entrar.

-Sal de ahí, zorra, puta, guarra comepollas. Te gusta comértelas todas, ¿eh?’ Guarra?

Y más puta se ponía y mas cachondo me ponía yo. Tanto es así que me iba a correr aprovechando sus insultos, puse a Belén a 4 debajo de mi y le pedí que me masturbara hasta darle todo el esperma en su boquita. Belén super excitada con los gritos de Oscar, agitaba mi polla mientras tocaba su clítoris que no tardó en llegar al orgasmo, y tan pronto noté sus espasmos en mis dedos, me corrí a borbotones en su boquita abierta, mientras gemia con respiración de perrito.

-Ahhh, ohhhh

-Siii, siii come, come todo...

Cuando escuchó la respiración de perrito y mis gritos de placer, comprendió que me acababa de correr en su boca. No tuvo más remedio que irse con el rabo entre las piernas. Comprendió sus cuernos inevitables y que Belen no era para el. Era mucha mujer para un pagafantas como él. Se fué y no lo he vuelto a ver nunca mas.

Ella necesitaba a un cabrón como yo, sin importarme el quién y eso a Belén es lo que la pone, los chicos malores. Pagafantas tiene a todos los que quiere.

Escucharme como me follaba a Ana, Macarena… gritar de dolor y placer, la noche anterior, hizo que Belen se excitara y le volvió loca pensar en mi polla metida en el culo de Ana, de Maca y ella ya pensaba que me iba a follar a Piluca también.