Lo que pudo ser 7
Cada vez que me habla al oído me pone muy nerviosa, y dormir con ella por las noches se ha vuelto una tortura por tenerla tan cerca. Además podría jurar que ella me provoca, no sé si lo hace inconscientemente o jugando, pero definitivamente despierta algo en mí que no debería sentir
- Mi amor – dijo mientras corría a abrazarme
Aún no lograba identificar de quién se trataba cuando ella ya estaba abrazándome por la cintura, me miro a la cara, ¡era Abril!; solo que ahora lleva el pelo teñido de rubio, por eso no la reconocí al instante.
- ¡Abril! – grite emocionada - ¿Qué haces aquí? – dije mientras mis brazos la rodeaban
- Vine a ver a la mujer más hermosa del mundo
- No sabes cuánto te he extrañado, cuanta falta me has hecho – dije mientras hundía mi cabeza en su pecho
- Lo sé, cariño, tú también me has hecho mucha falta – tomo mi rostro – pero, qué, ¿por qué lloras? – pregunto asustada
- Felicidad, pura felicidad de tenerte aquí conmigo
Aunque eso no es completamente cierto. Sí, ver a Abril es lo mejor que me ha pasado en los últimos dos meses, pero también lloro porque por alguna razón estar aquí con ella, abrazarla, me hace recordar a Nahomi; desde que terminamos no he estado tan cerca de alguien, y de pronto volver a sentir el calor de otra persona, sentir amor, aunque sea otro tipo de amor, me pone demasiado sensible.
Abril se había graduado como abogada este mismo año porque es toda una genio y curso la carrera en solo tres años; después, para festejar, se fue de viaje a varios países por tres meses con sus amigas de la facultad, me invito a ir con ella pero en aquel momento yo recién llevaba dos meses en mi trabajo y no podía renunciar cuando al fin había conseguido uno decente, además dejar a Nahomi por tres meses no sonaba nada bien; porque por supuesto, ella no estaba invitada. Abril seguía abrazándome con fuerza contra su pecho cuando se dio cuenta de la presencia de Emily.
- Eh, Ann
- ¿Sí? – dije aún con mi cara hundida en su cuello
- ¿Ella viene contigo? – pregunto confundida
- ¿Quién? ¡Ah! – grite recordando a Emily – Sí, sí, Em, lo siento – dije soltando a Abril y mirando a Emily que estaba parada afuera del elevador sin decir nada
- No hay problema – respondió, aunque pude notar un poco de enojo en su voz, pero lo ignore
- Abril, ella es Emily una compañera de trabajo, Em ella es Abril, mi mejor amiga
- Y el amor de su vida – dijo Abril sonriendo – mucho gusto Emily
- Mucho gusto – respondió algo fría
- Sí, eh, bueno, había invitado a Em a cenar porque no tenía ni idea de que venías
- Ah sí, quise darte la sorpresa – sonrío
- Es la mejor sorpresa de todas – dije tomando sus manos
- Eh, Anna, si quieres yo me voy – escuche a Emily decir
- ¿Qué? No, ¿por qué? – pregunte, aunque en realidad sí quiero que se vaya
- Oh no, no, no, para nada. Yo fui la que llego sin avisar, puedo regresar mañana – dijo Abril mientras caminaba hacía una maleta que no había notado, era suya, eso quería decir que recién había llegado de su viaje.
- ¡No! – grite – No te vayas, por favor
- Les digo que no hay problema, yo me voy, igual yo veo diario a Anna y al parecer ustedes tienen mucho de qué hablar
- ¿En serio no hay problema? – pregunte fingiendo
- Para nada – dijo Em sonriendo
- Pues, muchas gracias, Em. Prometo que te recompensare por esto
- No hay problema
- ¿Tienes cómo volver?
- Sí, tomare un taxi, no vivo muy lejos de aquí
- De acuerdo, vete con cuidado, nos vemos mañana en el estudio – dije despidiéndome con un beso en la mejilla
- Claro, ahí nos vemos – dijo tocando mi mano – Abril, mucho gusto – dijo despidiéndose
- Igualmente, Emily. Y de nuevo, lamento haber arruinado su cena
- No hay problema, tampoco era la gran cosa. Nos vemos – se subió al elevador y se fue
- Ahora sí – dije mirando a Abril y tomándola de la mano – tienes que contarme todo sobre tu viaje - Entramos al departamento y Abril se dejó caer en el sillón.
- ¡Ah! Estoy muerta – dijo
- ¿Hace cuánto que bajaste del avión?
- Hace poco más de una hora, apenas aterrice vine a verte, llevaba unos 10 minutos esperando cuando llegaste
- ¿Por qué no me llamaste? Te pude haber ido a recoger
- Porque quería que fuera una sorpresa, ya te dije. ¿Te gusto? – pregunto sonriendo
- Me encanto – dije mientras le daba una cerveza
- ¡Ay! Tú si sabes cómo tratarme, por eso tenías que ser la primer persona que viera cuando volviera
- A ver cuándo te vuelves a largar por tres meses, eh – dije mientras me sentaba frente a ella
- Pues espero que sea pronto, porque fue maravilloso
Abril paso toda una hora hablando sobre todo lo que había hecho en su viaje de tres largos meses; había viajado por casi toda Sudamérica: Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Guatemala, Venezuela y Paraguay. Me conto muchas historias divertidas, me hablo de lugares que parecían haber salido de un cuento de hadas pero que eran obra de la naturaleza. Sonaba a que había sido un sueño, me sentí tonta por no haber ido, porque no lo había hecho solo por quedarme con Nahomi, solo por ella, el trabajo había sido un pretexto más. Me mostro muchas cosas que compro y me dio un par de regalos, lo que más me gusto fue un hermoso vestido rojo que compró en Argentina.
- No sabes la envidia que te tengo – dije cuando termino
- Y no te culpo, fueron los tres mejores meses de mi vida
- Ah, ¿y no me extrañaste? – pregunte fingiendo que estaba molesta
- Eso fue lo único malo – dijo levantándose de su sillón para sentarse a mi lado – Que tú no estuvieras ahí
- No tienes idea de lo mucho que hubiera deseado estar ahí contigo – dije tomando su mano
- Lo sé, linda. Pero después haremos un viaje así tú y yo, pero esta vez iremos a Europa
- Me parece perfecto – dije sonriendo
- Claro. Bueno, si es que te dan permiso. Por cierto, ¿a qué hora llega Nahomi? Ya es medianoche – sentí una punzada en el pecho al escuchar su nombre
La pregunta inevitable había surgido. Abril no tenía idea de que había terminado mi relación con Nahomi porque una de las “reglas” que ella y sus amigas se habían impuesto en su viaje era no tener ningún tipo de conexión con amigos y parejas, así la experiencia sería mucho mejor, decían. Por lo que Nahomi solo mandaba mensajes a su mamá para decirle que estaba bien, y ella, muy amablemente, me los hacía llegar a mí. Y aunque hubiera podido hablar con ella no se lo hubiera dicho hasta que llegara, porque solo la habría preocupado y arruinado su viaje. Por lo que ella no sabía nada de lo que había pasado conmigo en los últimos tres meses y era mi turno de ponerla al corriente, aunque lo que yo tenía que decirle no era para nada parecido a su cuento de hadas.
- No va a llegar – dije bajando la mirada
- ¿Por qué no? ¿Anda trabajando o qué? – pregunto confundida
- No, ella… ya no vive aquí- suspire con fuerza
- ¿Por qué no? ¿Regreso con sus papás? – no entendía lo que trataba de decirle
- Nahomi y yo terminamos, Abril – dije mirando al piso
- ¿¡Qué!? – realmente estaba sorprendida
- Sí, se terminó, esta vez en verdad acabo
- Pero, ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué?
- Ella… termino conmigo hace poco más de un mes – seguía viendo al piso
- ¿Ella te termino? Pe..pe…¿Pero por qué? No entiendo
No pude evitarlo más y mis lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin parar, Abril lo noto y me abrazo con fuerza, me acurruque en su pecho y comencé a llorar desconsoladamente. Había llorado mucho pero lo había hecho sola, no había hablado de esto con nadie, nadie a quién realmente le interesara; nadie que supiera nuestra historia, que supiera todo lo que yo había hecho por Nahomi y lo mucho que ella significaba en mi vida. Llore sin parar y sin soltar a Abril ni un solo momento, ella solo se mantuvo ahí, abrazándome y besando mi frente, no decía nada, no hacía preguntas, solo dejaba que yo sacara mi dolor. Le conté sobre cómo Nahomi termino conmigo sin ninguna explicación y cómo me destruí durante dos semanas preguntándome en qué me había equivocado hasta que al fin me confeso que me era infiel, pude ver cómo Abril se puso furiosa cuando se lo conté pero no dijo nada. Fue bastante terapéutico, era algo que necesitaba: llorar, pero no sola, desahogarme con alguien, necesitaba a Abril.
- Lamento esto – dije limpiando mi rostro cuando al fin me calme
- No, cariño. Yo lamento no haber estado aquí para ti cuando me necesitabas
- Siempre te necesito
- Entonces siempre estaré contigo
- ¿Y tus viajes?
- Sólo los haré si tú vas conmigo – dijo mirándome fijamente
- Gracias, Abril, en serio – dije abrazándola de nuevo, al mismo tiempo mi estómago rugió
- Vaya, alguien tiene hambre – dijo riendo
- ¡Ay! Sí, muero de hambre desde que salí del trabajo, pero lo olvide en cuanto te vi
- Bueno, ¿y qué quieres comer?
- ¿Pizza? – pregunte sonriendo
- Cariño, es casi la una de la mañana, no creo que te traigan una pizza ahora
- Demonios
- Creo que tendré que cocinarte – dijo levantándose del sillón y yendo a la cocina
- ¿Qué? No, para nada, tú vienes muy cansada de tu vuelo, yo cocino
- Y tú muy cansada del trabajo y de recibirme; además, cariño, ambas sabemos que esto de la cocina no se te da muy bien
- Pues aunque no lo creas he mejorado mucho desde que Naho… - me quede callada un momento – desde que no tengo quien me cocine
- Bueno, si tanto insistes. Quiero ver si es verdad que has mejorado – dijo susurrando en mi oído, eso me provoco una sensación de electricidad corriendo por mi espalda
Cocine para Abril y cenamos ya casi a las dos de la madrugada, no hablamos mucho pues las dos estábamos muy cansadas. Terminamos de comer y hasta ese momento no había pensado en que era obvio que Abril se quedaría a dormir.
- Pues no estuvo tan mal – dijo mientras lavaba los platos
- Acepta que he mejorado mucho – dije riendo
- Está bien, estaba delicioso, pero no puedo ser muy objetiva porque con el hambre que tenía cualquier cosa me habría sabido bien
- ¿Ah sí?
- Sí, habrá que hacer la prueba cuando mi sentido del gusto este en todo su esplendor
- Bueno, acepto el reto – dije sonriendo – Abril, deja ahí, yo los lavo mañana
- No te preocupes, linda, ya termine – dijo secándose las manos y dándome un beso en la mejilla. Se me hizo un acto tan tierno
- Gracias – Dije con una sonrisa estúpida en mi rostro
- Oye, y la chica con la que llegaste…
- ¿Emily?
- Sí
- ¿Qué pasa con ella?
- ¿Tienes algo con ella?
- ¿Qué? ¡no! Para nada, solo trabaja conmigo
- Oh, bueno, es que pensé que quizá tratabas de olvidar a Nahomi y…
- Pues no, te equivocas, sí trato de superarla pero no de esa forma. No estoy lista para salir con alguien más ahora y no creo estarlo en mucho tiempo
- Está bien, solo preguntaba
- Y menos con Emily, ella ni siquiera es mi amiga
- Está bien, está bien, tranquila.
- Lo siento, es que me tomo por sorpresa esa pregunta
- Ya lo note. Oye, no hay problema si me quedo, verdad – pregunto mientras sacaba su pijama de la maleta
- Sabes que no, tonta. Además aunque quiera no te iras
- Qué bueno que me conoces – dijo sonriendo mientras entraba al baño
Fui a mi cuarto para cambiarme, Abril tendría que quedarse conmigo porque estaba demasiado cansada como para preparar la cama de la otra habitación, la habitación de Nahomi. A pesar de que vivíamos juntas cada una tenía su cuarto, eso nos daba un poco de independencia y de privacidad cuando teníamos que trabajar, aunque casi siempre terminábamos durmiendo juntas, ya fuera en su cama o en la mía.
Durante el último mes había tratado de evitar el tener que entrar ahí. Abrí la puerta de su habitación y encendí la luz; aún había un par de cosas suyas, las paredes estaban llenas de sus dibujos, muchos de ellos eran míos; y arriba de su cama estaba la pintura que había hecho tan pronto se mudó a vivir conmigo, nunca supe muy bien lo que plasmo pero ella decía que representaba lo mucho que me amaba. Se me formo un nudo en la garganta y sentí como mis ojos comenzaron a humedecerse. No se había llevado ningún mueble, ahora que lo pensaba no tenía ni idea de dónde vivía ahora, si regreso con sus padres o vive sola, o quizá vive con la tal Selene. Una lágrima cayó sin pedir permiso, la limpie rápidamente, no quería comenzar a llorar de nuevo. Estaba a punto de entrar cuando escuche a Abril detrás de mí.
- Oh no, ni creas que dormiré en la habitación de la perra pelirroja
- ¡Abril! – dije mientras le lanzaba una mirada de desaprobación. Puede que Nahomi me haya engañado pero eso no quiere decir que dejare que Abril la llame de esa manera
- Sabes que es verdad, Ann. Pero en fin, no dormiré ahí, prefiero el sillón
- No dormirás en el sillón, tonta. Dormirás conmigo
- Menos mal, porque ese sillón es cómodo pero no lo suficiente – dijo dirigiéndose a mi habitación.
Cuando la vi de cuerpo completo casi se me sale un grito de sorpresa, su pijama no era más que un diminuto, en verdad diminuto, short y una playera que dejaba al descubierto la mitad de su bien trabajado abdomen. Había olvidado que Abril tiene un cuerpo precioso, además el bronceado debido a su viaje y ese pelo rubio la hacían ver tremendamente sexy. Cuando reaccione Abril me miraba divertida desde la cama y yo estaba con la boca abierta a la mitad de la habitación. Me sonroje demasiado.
- Te va a entrar una mosca – dijo Abril divertida
- ¿Duermes así todo el tiempo?
- Pues sí, me da calor por las noches
- Vaya, no quiero incomodarte pero te ves increíble – dije aún embobada
- Muchas gracias – dijo riendo – tú no te quedas atrás – dijo coquetamente
- Oh vamos, a tu lado yo soy nada – dije metiéndome a la cama
- Claro que no, eres hermosa, Anna. No sé qué carajos tiene Nahomi en la cabeza pero perdió algo maravilloso – dijo mientras se acomodaba para dormirse
- ¿en serio crees que soy hermosa? – pregunte tímidamente
- La más hermosa de todas – dijo dándome un beso en la mejilla
Me quede dormida al instante y me desperté abrazando a Abril, no sé si ella lo noto pero la solté antes de que despertara. La vi dormir y en serio que es hermosa, no me explico cómo no tiene novio. Pero bueno, Abril siempre fue de no tener compromisos, salía con unos y con otros, pero nunca formalizaba con nadie, excepto con Cesar; fue su novio dos años atrás y fue la primera vez que vi a Abril enamorarse de alguien. Todo parecía ir de maravilla entre ellos hasta que descubrimos que Cesar tenía serios problemas con sus celos, al grado de tratar de alejar a Abril de todos, de tenerla solo para él. Pero todo se terminó hace un año en una fiesta en casa de un amigo, Cesar se había molestado porque Abril había bailado muchas canciones con Alan y le hizo una escena de celos, le gritaba y reclamaba sin importarle que todos estábamos ahí, hasta que le soltó una cachetada tan fuerte que la tiro al suelo. No hace falta contar que todos enloquecimos y lo echamos de la casa, hable con Abril y le dije que debía dejarlo, estaba loco. Ella lo dejo y durante varios meses él trato de arreglar las cosas, le enviaba flores, le llevaba serenatas, incluso llego al grado desesperado de pedirle matrimonio, gracias a dios Abril no acepto y además lo amenazo con ponerle una orden judicial sino dejaba de acosarla, después de eso no volvimos a sabes nada de él. Pero si hay una persona que yo odio en este mundo es a Cesar, nunca le podré perdonar todo el daño que le causo a Abril.
- ¿Qué hora es? – pregunto Abril aún media dormida
- Son las 8:30
- ¿Y por qué estás despierta? – dijo abriendo los ojos y mirándome, se ve adorable así, toda despeinada y con sus hermosos ojos verdes viéndome
- Porque tengo que trabajar, linda – dije dándole un beso en la mejilla y levantándome de la cama
- Suena aburrido – dijo abrazando la almohada
- Solo un poco, digamos que tengo suerte, amo mi trabajo
- Creo que es hora de que yo consiga uno
- Creo que sí, bonita. Hay que sacarle provecho a esa enorme cabeza que tienes – me lanzo una almohada
- Oye – dije mientras se la lanzaba de nuevo.
Se levantó de la cama y de nuevo me quede maravillada al verla, nunca podría acostumbrarme a eso.
- ¿A qué hora entras al trabajo?
- Pues realmente no tengo un horario fijo, pero usualmente llego a las 9
- Pues en ese caso ya se te hizo tarde – dijo mientras se miraba en el espejo y acomodaba su cabello
- Sí, ya sé, me iré a bañar
- Perfecto – dijo mirándome a través del espejo
Cuando salí del baño el departamento olía delicioso, Abril había hecho el desayuno, me arregle tan rápido como pude y salí a comer.
- Huele delicioso – dije mientras me sentaba
- Vaya, sí que eres rápida
- Bueno, eso es lo bueno de mi trabajo, a nadie le importa cómo me veo así que puedo ir sin arreglarme
- Pues aun así te ves increíble – dijo guiñándome un ojo mientras pasaba un plato lleno de hotcakes frente a mí
- ¡ay! Sí podría acostumbrarme a esto, sabes – dije contenta
- Pues no lo tienes porque no quieres – dijo mientras se sentaba a comer
- Claro que lo quiero, es más, ya no te dejare irte
- ¿Lo dices en serio? – pregunto sería
- Ah, no, no, puedes irte cuando quieras
- Anna, sé que quizá es muy pronto y que en realidad tú tendrías que invitarme pero, ¿crees que podría… mudarme contigo?
- ¿Qué? ¿Lo dices en serio? – respondí sorprendida
- Sí, desde antes del viaje me propuse que dejaría de vivir con mis padres al regresar, obviamente no había pensado en vivir contigo porque, pues, ya sabes. Pero ahora tienes una habitación vacía y… obviamente te daré lo de la renta y los servicios y… no creas que me quiero aprovechar, me iba a ir a vivir sola pero me entusiasma mucho más hacerlo contigo que…
- Abril, Abril, tranquila – dije riendo – nada me encantaría más que vivieras conmigo – tome su mano
- ¿En serio?
- Sí, múdate cuando quieras – dije sonriendo
- Gracias – dijo mientras apretaba mi mano
Termine mi desayuno rápidamente para irme al trabajo, le digo a Abril que se queda en su casa y ella me dice que ira a ver a sus papás para decirles que se mudara conmigo y aprovechara para traer su carro y un par de cosas. Le di el juego de llaves que Nahomi me regreso el día que termino conmigo, reí, si Nahomi supiera que ahora Abril vivirá aquí seguro se enojaría. A pesar del tiempo Abril y Nahomi nunca se agradaron, mantenían una relación cortes por mí pero preferían saber lo menos la una de la otra, lo cual obviamente era casi imposible considerando que una era mi novia y otra mi mejor amiga.
Llegue al trabajo a las 10:15.
- ¿Se te pegaron las cobijas? – pregunta divertido Manuel cuando me ve entrar
- Sí, fue una noche muuuy larga – respondo contenta mientras dejo mis cosas
- Supongo que te la pasaste muy bien con tu amiga – dice sería Emily
- Pues sí, y perdón de nuevo por lo de anoche Ems – tomo su brazo, ella sonríe cuando lo hago
- No hay problema
- ¿Qué? ¿Qué paso anoche? ¿Cuál amiga? ¿De qué me perdí? – pregunta Manuel confundido
- Bueno, es que anoche invite a Ems a cenar a mi casa porque ella insistía en quedarse aquí, pero cuando llegamos a mi departamento una amiga que no veía desde hace tiempo me estaba esperando y Ems muy amable nos dejó solas para hablar
- ¿Entonces le debes una cena a Emily?
- Por supuesto, y puedes cobrarla cuando quieres – dije mirándola – solo avísame
- De acuerdo – respondió Emily muy sonriente
La tarde se pasó muy rápido y a pesar de que no había descansado mucho estuve más productiva que otros días, creo que se debe a que Abril ha venido a subir mis ánimos. En verdad me emociona que viva conmigo, será maravilloso, al fin cumpliremos uno de nuestros sueños de infancia. Estoy concentrada haciendo unos planos cuando unas manos cubren mis ojos.
- ¿Quién soy? – pregunta una sensual voz en mi oído
- Abril – contesto feliz
- Muy bien, pasaste la prueba – dice y me da una bolsa
- ¿Qué es esto? – pregunto
- Un regalo – dice dándome un beso en la mejilla
- Y, entonces ellos son tus compañeros de trabajo, eh
- Ah, sí, sí
Siempre me olvido de los demás en situaciones así, volteo a verlos. Manuel esta embobado viendo a Abril, me río y me imagino que así me veía yo anoche; por otro lado Emily se ve algo molesta.
- A Emily ya la conocías
- Hola Emily – saluda feliz Abril
- Qué onda – responde secamente Emily y vuelve a su trabajo
- Y él es Manuel, Manu ella es Abril
- Mucho gusto Manuel
- El gusto es mío, señorita Abril – dice parándose algo torpe y ofreciéndole la mano
- ¿Y bueno, a qué hora sales, linda?
- Ehh, como en una hora
- ¿quieres que te espere?
- No, traigo el coche, mejor ve a la casa
- Muy bien, y te preparo la cena
- Me vas a malacostumbrar
- Eso es lo que quiero – dijo mientras se marchaba
- Anna, disculpa que te lo diga pero tu amiga es muy sexy – dice Manuel una vez que Abril se ha ido
- Lo sé – digo riendo – es muy guapa, pero tú tienes esposa e hija
- Ya ni me digas que es lo único que me detiene a no ir a robármela
- Oye no, ella es mía, cuidado – digo bromeando
- Pues ni es tan bonita – dice Emily, después se da cuenta que, en efecto, lo dijo en voz alta y solo baja la mirada
- Ehhh, bueno, ¿y qué tiene la bolsa?
Abro la bolsa y me encuentro con un pequeño estuche de terciopelo, lo abro y veo una hermosa pulsera que lleva grabado “Siempre juntas”, sonrío, es un hermoso detalle. Al llegar al departamento me encuentro con dos maletas más en mi sala, Abril no pensaba perder el tiempo.
- ¿Llegaste?
- Sí – digo sin dejar de ver las maletas
- Ah, no te molesta cierto, no te pregunte si podía quedarme aquí en seguida, debí hacerlo, puedo dormir en el sillón si quieres
- No, está bien Abril, por mí no hay problema, yo estoy encantada de tenerte aquí desde ahora. Y puedes dormir en mi cama todas las noches que sea necesario
- Muchas gracias – dice sonriendo
- No hay de que, linda. Pero entonces el fin de semana me dedicare a vaciar el otro cuarto para que te instales y ya sea oficialmente nuestra casa
- Eso suena maravilloso – sonríe - ¿abriste tu regalo?
- Oh sí, me encanto, Abril. Es hermosa
- No tanto como tú
Esta semana viviendo con Abril ha sido maravillosa, le ha regresado la alegría a mi vida y estoy muy agradecida por tenerla conmigo, ahora más cerca que nunca. Ella ha comenzado a ir a entrevistas de trabajo y está a nada de conseguir uno bueno, lo que la tiene muy emocionada. Solo hay algo que me preocupa, no sé si es porque extraño a Nahomi pero comienzo a tener una extraña atracción por Abril, y no pueden culparme, ella es hermosa. Cada vez que me habla al oído me pone muy nerviosa, y dormir con ella por las noches se ha vuelto una tortura por tenerla tan cerca. Además podría jurar que ella me provoca, no sé si lo hace inconscientemente o jugando, pero definitivamente despierta algo en mí que no debería sentir por mi amiga. Pero no quiero que nada de eso suceda, porque sé que solo arruinaría nuestra amistad que para mí vale más que cualquier cosa.
Es domingo, Abril se ha ido con su familia a pasar el día, me invito pero le dije que no porque tengo que trabajar, la verdad es que quiero arreglar la otra habitación para ella y darle la sorpresa cuando llegue de que ya está completamente instalada; también lo hago por mí, porque no sé cuántas noches más poder dormir con ella sin dejarme llevar por mis instintos que me suplican tocar ese cuerpo perfecto.
Abro la puerta, enciendo la luz y me doy cuenta de que no sé por dónde empezar; ha pasado ya mes y medio y aún me duele estar aquí, en su habitación; pero no puedo seguir así, debo continuar con mi vida, así como ella lo está haciendo con quien sabe quién. Comienzo guardando en una caja las pocas cosas que dejo, después, uno a uno comienzo a quitar sus dibujos de la pared, cada vez que tomo uno no puedo evitar recordar el por qué lo dibujo o en qué se inspiró. Miles de recuerdos vienen a mi mente y me hacen sonreír, pero al final solo puedo soltar un suspiro porque no importa que tan bellos sean mis recuerdos, ella ya no me ama. Guardo los dibujos en la misma caja y la llevo a mi habitación, quizá algún día me los pida o quizá también los abandono a ellos igual que a mí; en todo caso, no tengo corazón para tirarlos. Todo ese talento no puede terminar en la basura, no como nuestro amor.
Comienzo a pintar las paredes de color lila, el color favorito de Abril, todo va bien hasta que llego a la pared donde Nahomi plasmo su amor por mí, al menos eso me dijo. No tengo la fuerza para tapar la pintura, pero tampoco puedo dejarla, Abril no se sentiría cómoda con la pintura ahí. Siento que es lo único que me queda de Nahomi, cuando tape esa pintura todo de ella se habrá ido de esta casa, será como si nunca hubiera estado aquí. Solo quedaran mis recuerdos, que con el tiempo quizá se irán haciendo borrosos y algún día me preguntare si todo aquello, si esa hermosa historia de amor en verdad existió.
La brocha está a centímetros de la pared, estoy a punto de dar el primer brochazo cuando mi teléfono vibra. Es un mensaje de un número desconocido, lo abro y me quedo helada.
“Que rápido te olvidaste de mí. Atte. Nahomí”