Lo que pudo ser 4
Al fin conseguí ablandarla, después del abrazo nos quedamos mirando unos momentos; había pasado tanto tiempo con Nahomi en los últimos meses que había olvidado lo mucho que disfrutaba estar con Abril, y lo hermosa que era.
Habían pasado dos meses desde la noche en que Nahomi y yo nos conocimos y desde entonces nos volvimos inseparables, tanto en la escuela como fuera de ella; de hecho últimamente había pasado mucho más tiempo con ella que con Alexis o con Alan, de quienes antes no me separaba ni un instante. Los únicos momentos donde no estábamos juntas eran en las clases pues íbamos en grupos distintos, yo me encontraba cursando el área de las físico-matemáticas para poder ingresar a arquitectura en la universidad, y Nahomi estaba en el área de las humanidades y artes, quería ser fotógrafa. La verdad es que era una artista en toda la extensión de la palabra tocaba la guitarra y el piano, pintaba, dibujaba, bailaba de maravilla y aunque le faltaba entrenamiento tenía una hermosa voz que derrochaba dulzura cada vez que cantaba. Éramos demasiado distintas, pero aun así encajábamos a la perfección la una con la otra, éramos como dos piezas de diferentes rompecabezas que por casualidad se habían unido.
Ella era una dulzura por lo que rápidamente encajo en nuestro grupo de amigos, todos la querían, pero después comenzaron los problemas; comenzaron a notar que pasábamos demasiado tiempo juntas y solas, y los celos no tardaron en aparecer. Alexis estaba celoso de que pasara más tiempo con ella que con él a pesar de que era nuestro último año y habíamos prometido que sería solo nuestro. Alan, por su parte, estaba molesto porque, según decía él, yo no dejaba ni un momento sola a Nahomi y así no podía conquistarla; y por último estaba Abril, mi mejor amiga en la vida, estábamos juntas desde la primaria. Ella siempre dijo que Nahomi no le agradaba demasiado, y cuando comencé a dejar de salir con ella para salir con Nahomi se puso furiosa.
- ¿A dónde quiere ir la princesa hoy? – dije corriendo mientras la abrazaba. La había esperado fuera de su salón.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto sorprendida mientras se despedía con la mano de sus compañeros
- ¡Uy!, si quieres me voy – dije soltándola
- ¿Qué hoy no puede salir tu amiguita Nahomi y por eso vienes a buscarme? – pregunto altaneramente
- Abril, no empieces por favor
- Ah, entonces sí es por eso – comenzó a caminar molesta
- Claro que no, solo quería salir contigo, hace mucho que no hablamos ni nada – dije mientras la tomaba del brazo y la jalaba hacía mí
- Bueno, eso es porque siempre estas con la pelirroja esa – respondió molesta
- Vamos Abril, Nahomi es un amor, ¿Por qué no la quieres? ¿Qué te hizo?
- ¿Cómo que qué? Te está alejando de nosotros, de Alexis, ¡de mí! Desde que la conociste pasas todo el tiempo con ella, siempre hablas de ella y la defiendes, hasta parece que estas enamorada de ella. – me sonroje con lo último que dijo y baje la mirada para ocultarlo
- ¿Acaso estas celosa? – le pregunte coquetamente mientras rodeaba su cuello con mis brazos
- Por supuesto que estoy celosa, tonta. Tú eres mía. – dijo mientras me tomaba de la cintura.
- Pues no deberías estarlo, sabes que tú eres la persona más importante en mi vida – le dije sonriendo
- Lo sé – dijo orgullosa y me abrazo con fuerza
Al fin conseguí ablandarla, después del abrazo nos quedamos mirando unos momentos; había pasado tanto tiempo con Nahomi en los últimos meses que había olvidado lo mucho que disfrutaba estar con Abril, y lo hermosa que era. Era alta y tenía buen cuerpo pues toda su vida había practicado voleibol y futbol, su piel era un poco más morena que la mía y hacía un perfecto contraste con sus ojos verdes; su cabello era castaño y muy largo, siempre lo llevaba suelto y peinado con ligeros rizos. Suspire, nunca le había puesto demasiada atención, siempre dije que era la más hermosa del mundo pero eso siempre dicen las amigas, en ese momento era como haberla visto con nuevos ojos.
- Vaya que gran suspiro – dijo sonriendo
- Es solo que te extrañaba demasiado – dije mientras me aferraba a ella con fuerza
- Bueno, pues me extrañas porque quieres, sabes que yo siempre estoy aquí para ti – dijo besándome la frente
- Eres hermosa, creo que estoy enamorada de ti – dije mientras la miraba a los ojos.
- No me sorprende – dijo riendo con ganas – me sorprendería más que no lo estuvieras
- Cuanta humildad – dije riendo y soltándola
- Bueno, bueno, ya deja de hacerme cumplidos que me los voy a creer y solo conseguirás que tenga más celos de tu amiguita
- Bueno, entonces ¿a dónde quieres ir?
- Muero de hambre, ¿Pizza?
- Esperaba que dijeras eso – respondí mientras la tomaba de la mano y la jalaba para caminar
Íbamos bajando por las escaleras riendo y tomadas de la manos cuando vi a Nahomi subir, entonces me quede parada, escuche a Abril hacer un sonido de molestia cuando también la vio. ¡Diablos! No la había visto en todo el día y se veía preciosa, llevaba su cabello recogido en una coleta de lado, usaba una falda y botas negras, sin medias, lo que dejaba a la vista sus blanquísimas y largas piernas; en la parte de arriba usaba una playera de tirantes, negra también, que marcaba muy bien sus pechos y su cintura. Estaba perdida mirándola cuando ella alzo la mirada y se encontró con la mía, en seguida esbozo una enorme sonrisa, de esas que me derretían, pero después volteo a mí lado y vio a Abril quien la miraba con cierto odio, después siguió nuestros brazos y encontró nuestras manos unidas, alzo una ceja y siguió subiendo las escaleras hasta quedar frente a nosotras.
- Hola, hermosa – me dijo esbozando una gran sonrisa y besando mi mejilla
- Hola – dije muy sonriente, trate de soltar la mano de Abril para abrazarla, porque en serio lo necesitaba, mi cuerpo me pedía tocarla, pero Abril la tomo con más fuerza y no me dejo liberarme.
- Abril – dijo Nahomi mientras la miraba
- Hola – contesto fríamente y con un gesto de molestia
- No te vi en todo el día – dijo Nahomi viéndome de nuevo y sonriendo
- Lo sé, es solo que estuve algo ocupada
- Y de hecho ahorita llevamos prisa, así que si nos disculpas – dijo Abril mientras comenzaba a bajar las escaleras y me jalaba del brazo
- Iremos a cenar pizza – le dije a Nahomi haciendo fuerza para detener a Abril
- Tú y tu pizza – dijo Nahomi sonriendo – Pásatela bien y come mucha por mí – dicho esto cruzo con fuerza por el lado donde Abril sostenía mi mano obligándola a soltarme. Abril la miro con furia pero Nahomi no lo noto porque estaba de espaldas, me abrazo por la cintura mientras subía sus manos por toda mi espalda y la colocaba en mis hombros. Ese suave toque me hizo jadear y me esforcé por no arquear la espalda para que Abril no lo notara.
- Pórtate bien – susurro Nahomi en mi oído y me dio un dulce beso en mi mejilla que dejo marcado su labial color carmín. Después siguió subiendo las escaleras y la perdí de vista. Estaba ahí, parada en medio de las escaleras con la piel erizada y completamente excitada.
- ¿Ya nos podemos ir? – dijo molesta Abril quien se encontraba dos escalones abajo y me miraba con recelo
- Sí, vamos – dije sonriendo y la tome de nuevo de la mano
Nahomi y yo nunca habíamos hablado de lo que sentíamos pero ambas sabíamos que nos deseábamos, que nos veíamos más que como solo amigas. Ella se molestaba cada vez que me veía con Alexis y yo me ponía demasiado celosa cada vez que Alan o algún otro chico o chica se acercaban para coquetearle. No había pasado nada aún, pero sabíamos que pasaría, al menos eso deseábamos. Desde esa noche que me había hablado por primera vez yo ya no era la misma, ya no sentía el amor incondicional que antes sentía por Alexis, ahora cada noche soñaba con Nahomi besándome con pasión y diciéndome que me amaba para después hacerme suya completamente. La deseaba como nunca había deseado a nadie, moría por probar sus labios rojos y besar su cuello. Quería que fuera mía para siempre.
- Detesto a tu amiguita – dijo Abril
- ¿Qué le vamos a hacer? Dije sonriendo y besando su mejilla.
Fuimos a la pizzería a la que íbamos desde que teníamos uso de razón, era como nuestro segundo hogar, la dueña del lugar era una adorable anciana que nos hacía llamarla abuela y nos trataba con mucha dulzura. Comíamos y hablábamos sin parar, había mucho que contar dado que no habíamos pasado mucho tiempo juntas, me sentía culpable por haber alejado tanto a Abril, en serio la amaba y era la persona más importante para mí, me prometí no volver a hacerlo y dedicarle más tiempo para que ella no se molestara.
- Así que, ¿Qué pasa realmente entre tú y la pelirroja? – soltó de golpe, casi me ahogo con mi refresco
- ¿De… de qué hablas? – pregunte haciéndome la obvia
- Vamos, Anna, el abrazo que te dio en las escaleras no es el de una amiga – dijo mientras me veía fijamente, yo me sonroje.
- So…solo somos buena amigas – dije esquivando su mirada. Mi cara cada vez se ponía más roja
- No, tú y yo somos solo buenas amigas y no te doy ese tipo de abrazos – dijo levantando la ceja – vamos cariño – tomo mi mano – sabes que puedes confiar en mí
- No es nada
- Anna, por favor, dile eso a Alexis o a Alan si quieres, pero yo no me lo creo. Entre tú y ella pasa algo más
- Está bien, te diré – dije mientras tomaba con fuerza su mano – Pero prométeme que esto no cambiara nada entre nosotras, por favor
- Nada de lo que me digas o hagas hará que te deje de amar y apoyar, cariño – dijo mientras acariciaba mi rostro
Agradecí al universo por haberme dado a Abril, era como mi ángel personal. Tan solo mirar sus ojos llenos de amor me hacía sentir tranquila. Le platique todo, lo que sentí el día que conocí a Nahomi y lo que sentía ahora, lo mucho que me gustaba y como lograba erizar mi piel con tan solo una mirada. Le hable sobre como últimamente no me gustaba tanto estar con Alexis y como moría de celos cuando Alan la trataba de conquistar, le dije que aunque no había pasado nada entre nosotras me sentía tan cercana y conectada a ella como con ninguna persona. Lo único que omití fueron los sueños húmedos que tenía con Nahomi, creo que esa era demasiada información. Cuando termine de hablar la mirada de Abril era un poco triste.
- ¿Te gustaría que ella fuera tu novia? – pregunto tomando mis manos
- No lo sé, eso implicaría muchísimas cosas, no es como salir con un chico
- Lo sé, no sería nada fácil pero, por lo que me has dicho, en realidad te gusta y estás completamente enamorada de ella. ¿Ella te corresponde?
- No lo sé con seguridad, nunca hemos hablado de esto, pero su mirada me dice que sí, que ella también me quiere
- Pues creo que necesitan hablar de esto y dejar bien claro lo que ambas sienten, antes de que alguien salga lastimado
- Lo sé, gracias por escucharme, en serio necesitaba hablar de esto con alguien. Te amo – dije mientras me paraba y me sentaba en sus piernas abrazándola por el cuello y hundiendo mi cara en su hombro – Gracias por amarme incondicionalmente
- No hay de qué, hermosa. Haría lo que fuera por ti – dijo mientras me apretaba con fuerza contra su cuerpo, la escuche suspirar.