Lo que pudo ser 14

De pronto siento su respiración en mis labios, esta acelerada, no sé cuánto tiempo lleva deseando esto pero estoy segura de que ha sido mucho más que el que yo he esperado.

-          ¿Te gustó? – pregunta mirándome fijamente

-          Sí – apenas puedo responder

-          Sabía que esto funcionaria – dice contenta y se recuesta junto a mí

-          ¿Qué?

-          Veras que te voy a hacer muy feliz, Anna

¿Qué demonios acabo de hacer?

-          Creo que tenemos que vestirnos, Emily, en cualquier momento puede llegar Manuel

Me levanto del piso y comienzo a ponerme la ropa, definitivamente lo que acaba de ocurrir fue un error y uno muy grande. Emily es mi compañera de trabajo, ¿cómo se supone que la vea ahora? En realidad me atrae pero salir con ella no está en ninguno de mis planes.

-          Así que, ¿por qué no viniste ayer ni el lunes? – me pregunta mientras se pone el pantalón

-          Ya te dije, asuntos personales

-          ¿Pero qué asuntos? – insiste

-          No es necesario que los sepas – respondo molesta

-          Está bien – dice triste – pero no te enojes – me abraza por la cintura pero en seguida quito sus brazos y me muevo

-          ¿Por qué creíste que salía con Abril?

-          ¿Qué?

-          Hace unos momentos dijiste que salía con Abril ¿por qué lo hiciste?

-          No lo sé, viven juntas y…

-          ¿Parecemos novias?

-          No lo sé, Anna, solo he estado con ustedes un par de veces

-          ¿Pero te dimos esa impresión?

-          La primera vez, cuando llegamos a tu departamento y ella estaba ahí, sí; cualquiera habría pensado que eran novias

-          Bueno, no nos veíamos desde hacía tiempo, por eso tanto cariño

-          Y el domingo, cuando nos encontró juntas, se veía que se moría de celos, pensé que en cualquier momento me golpearía

-          ¿Así como tú a mí?

-          Yo… lamento haberte dado esa cachetada, Anna – dice apenada mientras bajaba la mirada

-          Está bien, creo que la necesitaba, justo ahora creo que necesito otro par para dejar de hacer estupideces

-          ¿Hacer estupideces? ¿Te refieres a esto que acaba de pasar?

-          Emily, tú bien sabes que esto fue un error

-          Para mí no lo fue

-          Escucha Ems – me siento en una silla – eres muy bonita, en serio, pero no tengo intenciones de salir con alguien ahora, ¿me entiendes?

-          No te estoy pidiendo nada, Anna

-          ¿Entonces qué es lo que quieres?

-          Sí quiero estar contigo, pero estoy dispuesta a esperar

-          No se trata de esperar, Emily, simplemente no va a pasar

-          ¿Por qué no me das una oportunidad?

-          ¡Porque yo ya amo a alguien! ¿por qué es tan difícil de entender?

-          Pero ella no te ama, Anna, ¡te engaño!

-          Lo sé, pero… espera, ¿tú cómo sabes eso?

-          Eh, tú…tú me… contaste

-          No, no es cierto, solo he hablado de esto con Abril y Alan

-          ¿Quién es Alan?

-          No te importa, contéstame ¿cómo sabes lo de Nahomi?

-          Ya te dije tú me lo contaste

-          No lo hice

-          Sí lo hiciste pero no lo recuerdas

-          ¿Cuándo? –pregunto confundida

-          Anna, no creo que eso sea importante

-          Claro que lo es, dime

-          Acepta cenar conmigo y te digo todo – dice acercándose a mí

-          No puedo

-          Vamos, ¿no quieres saberlo? – me intenta besar pero la esquivo

-          No juegues conmigo Emily

En este momento se abre la puerta y Manuel nos ve con una cara de sorpresa que inmediatamente trata de ocultar, Emily se aleja de mí y yo me pongo demasiado roja de vergüenza; unos minutos antes y Manuel nos habría encontrado en una situación bastante comprometedora.

-          ¡Anna! Que milagro que te dejas ver – dice mientras deja su portafolio sobre la mesa

-          Hola Manu, ¿Cómo estás?

-          Yo muy bien, gracias, pero tú ¿por qué no habías venido?

-          Oh, bueno, digamos que me tome unas pequeñas vacaciones

-          Pero lo bueno es que volviste, nos hacías falta

-          ¿En serio? Porque yo veo que avanzaron mucho sin mí

-          No te creas, no fue tanto

-          Qué bueno, porque temía que me despidieran

-          ¡Eso no pasara! – dice Emily metiéndose en la conversación

-          Emily estaba enloquecida, pensaba que ya no volverías – dice Manuel riendo

-          Ah

-          Sabes que nos haces falta, Anna – dice Emily mientras se mueve detrás de mí y coloca sus manos en mis hombros

-          Bueno – digo parándome de la silla – pues hay que trabajar

La tarde transcurre con relativa calma, hay demasiado trabajo que hacer por lo que mantengo mi mente ocupada y dejo de pensar en todo este embrollo en que se ha convertido mi vida. Emily se comporta demasiado bien,  a veces se me queda observando fijamente y eso me hace sentir algo incomoda pero nada que no pueda soportar; si mi situación fuera otra definitivamente saldría con ella, es demasiado sensual, a su manera. Pero sospecho que hay algo en ella que no está muy bien, o quizá solo sea el hecho de que tuve sexo con ella esta mañana en este mismo lugar; que pésima decisión, ahora no podría llegar al trabajo todos los días sin evitar pensar en eso.

-          ¿Saldrás conmigo a cenar? – pregunta Emily acercándose a donde estoy sentada

-          Ya te dije que no puedo, Emily

-          Vamos, por favor

-          No, tengo que ir a ver a Abril

-          ¿Ella te gusta, cierto?

-          Eso no debería importarte – me paro molesta

-          Claro que me importa, tú me gustas Anna, todo lo que pase contigo me importa

-          Sabes qué, me voy

Me levanto de la silla y comienzo a guardar mis cosas cuando Emily se acerca a mí y me mira con demasiada ternura

-          Ems…

-          Está bien, Anna, no te obligare a nada – se levanta un poco sobre las puntas de sus pies y me da un rápido beso en la mejilla, cargado de todo su amor. Por alguna razón esto me hace suspirar

-          Escucha, hoy no puedo, pero… ¿qué te parece mañana? – ni siquiera yo sé por qué estoy diciendo todo esto

-          ¿Me estas invitando a salir? – pregunta emocionada

-          No – digo claramente – te estoy diciendo que tú y yo tenemos que hablar de un par de cosas y este no es el mejor lugar

-          Está bien, lo que me importa es estar contigo Anna – toma mi mano

-          Emily… esto no va a terminar nada bien

-          Lo sé, lo sé, pero estoy dispuesta a intentarlo, todo sea por ti

-          Tengo que irme, ya es tarde – digo soltando su mano

Me despido con un rápido beso en la mejilla y salgo de ahí, conduzco hasta el departamento y me quedo unos minutos en el auto. La luz de la sala está encendida así que Abril debe estar adentro, de cierta manera me siento culpable por lo que sucedió con Emily pero no debería; tampoco debería gustarme Abril pero me gusta. Quizá debería dejar de preocuparme tanto y solo dejarme llevar, Emily y Abril son hermosas, cualquiera moriría por un poco de su atención y mientras tanto yo estoy aquí, rechazándolas para serle fiel a alguien que no pudo serlo conmigo.

Abro la puerta y veo la sala vacía, le grito a Abril pero nadie responde al parecer estoy sola. Camino hacía la cocina para servirme un vaso de agua cuando siento como un par de manos me tapan la vista. Reconocería esas manos entre cientas, pero aún más que sus manos, su olor la delata, ese dulce olor a Abril. Una enorme sonrisa aparece en mi rostro, se acerca a mi rostro y me besa la mejilla.

-          Vas a hacer que tire el vaso – digo

-          ¿Qué tal el trabajo?

Quita sus manos de mis ojos y las pasa a mis hombros, yo solo puedo pensar en lo que ocurrió con Emily y definitivamente no puedo decírselo a Abril. Me doy la vuelta para verla y me quedo sin aliento, se ve preciosa. Lleva puesta una blusa roja de tirantes y una pequeña falda negra de holanes, su cabello esta suelto y despeinado, parece que se acaba de bañar.

-          Te… tú… - No puedo hablar

-          ¿Qué dices? – pregunta contenta, sabe que me encanta

-          ¿quieres cenar?

-          Por supuesto – sonríe y camina al refrigerador, respiro cuando se aleja de mí y trato de controlarme - ¿Quesadillas? – pregunta mostrando el queso

-          Suena bien

Prepara unas cuantas quesadillas, sirve dos vasos con jugo y los lleva a la sala.

-          ¿Hoy cenamos en el sillón? – pregunto desde la mesa

-          Sí – se sienta – ven para acá – dice golpeando el sillón con su mano

Me siento a su lado y me siento realmente nerviosa al tenerla tan cerca. Comemos mientras vemos una película, poco a poco voy relajándome y en un instante me siento tan cómoda a su lado como siempre. Me recuesto sobre sus piernas y ella comienza a acariciar mi cabeza con dulzura.

-          Conseguí el empleo – dice de pronto rompiendo el silencio

-          ¿Qué? – pregunto confundida

-          Sí, me dieron el empleo, es bueno, me pagaran bien y

-          ¡Felicidades! – digo incorporándome y la abrazo por el cuello

-          Gracias

Abril recarga su cabeza en mi cuello y lentamente comienza a moverme de manera que me recuesta sobre el sillón y queda sobre mí. Dejo de pensar y la atraigo hacía mí con intenciones de besarla pero ella pone resistencia.

-          ¿Estas segura de que quieres esto, Anna? – me pregunta

-          Como no tienes idea

Mi respuesta lo toma por sorpresa y su rostro entero se ilumina a la vez que esboza una sonrisa llena de felicidad, mi corazón se acelera al verla así que cierro mis ojos antes de sufrir un paro cardíaco. No hago nada, solo mantengo mis ojos cerrados y espero el momento en el que ella decida acercarse, de pronto recuerdo aquella noche hace años cuando teníamos 17 y la bese, ahora me doy cuenta de que ese beso significo mucho más para Abril de lo que había logrado comprender en aquel entonces.

De pronto siento su respiración en mis labios, esta acelerada, no sé cuánto tiempo lleva deseando esto pero estoy segura de que ha sido mucho más que el que yo he esperado. Lleva su mano derecha a mi rostro y me quita el cabello de la cara, con su otro brazo sostiene su cuerpo para no dejarse tirar encima de mí. Siento como sus labios comienzan a rozar tímidamente los míos y mi piel se eriza, lentamente comienzo a corresponder su beso y muevo mis labios tratando de sincronizarlos a su ritmo.

Abril empieza a bajar su mano hasta que llega a mi cintura, yo estoy a punto de poner las mías en su cadera cuando suena mi celular y ella se separa rápidamente de mi boca.

-          Ignóralo – le digo y la vuelvo a besar

Ella comienza a tomar más confianza y muerde mi labio inferior con delicadeza, para después bajar a mi cuello y besarlo, mi celular sigue sonando insistentemente y esto la desconcentra.

-          ¡Maldita sea! – digo molesta

-          Creo que deberías contestar – dice quitándose de encima de mí y sentándose

-          Esto no va a tardar

Le doy un beso rápido en la boca y me levanto para contestar mi celular, no alcanzo a responder y me doy cuenta de que tengo 6 llamadas perdidas de Alan, inmediatamente pienso en Nahomi y le devuelvo la llamada a Alan.

-          Al fin respondes  - dice

-          ¡Alan! ¿qué pasa? ¿ocurre algo?

-          Nada, tranquila, Nahomi está bien – respiro con tranquilidad después de escuchar eso

-          ¿Entonces qué ocurre?

-          ¿Puedes venir mañana a verla?

-          ¿Qué? No… no lo sé

-          Vamos Anna, me lo prometiste

-          Sí, pero te dije que necesitaba tiempo

-          Lo sé y no quiero presionarte pero

-          ¿Pero?

-          Escucha, este fin de semana tenemos nuestra primera presentación en vivo, es algo muy sencillo, tocaremos en un bar pero quiero que Nahomi este lo mejor posible para el sábado

-          Entonces ¿mañana?

-          Sí, Anna, hazlo por mí, vamos

-          Lo hago por mí, mañana iré a visitarla

-          Gracias, Anna, eres la mejor

-          Cómo digas – estaba algo molesta con él, supongo que era porque él siempre supo lo que Abril sentía por mí y nunca me dijo nada

-          ¿Estás bien?

-          Envíame la dirección por mensaje

No dejo que me responda cuelgo y regreso con Abril al sillón.

-          ¿Quién era? – pregunta mientras me siento a su lado

-          Alan

-          ¿Alan? ¿Qué quería?

-          Verme

-          ¿Para qué?

-          Dice que tiene que hablar conmigo de unas cosas, lo veré mañana, saldré temprano del trabajo

-          ¿Llegaras a cenar?

-          Por supuesto, a ti

Me siento sobre ella y comienzo a besarla, me complace demasiado hacerlo, Abril es una diosa en todos los sentidos. Ella disfruta esto tanto o más que yo así que ¿qué nos detiene para estar juntas? Mañana hablare con Nahomi y cerrare ese ciclo por completo para poder corresponder a Abril como se merece, sé que no será nada fácil tener una relación con ella pero estoy dispuesta a intentarlo, si alguien puede hacerme feliz es Abril.

-          Me encantas – le susurró al oído, Abril deja de besarme el cuello y me mira fijamente

-          Anna…

-          ¿Qué ocurre? – pregunto confundida

-          ¿Qué es esto para ti?

-          Pues

-          ¿Sólo es una aventura? Porque si es así no funcionara – se para del sillón

-          No, no, Abril…

-          Yo te amo, Anna, y si solo haces esto porque te gusto pero no porque realmente te interese será terrible para mí al final, así que es mejor que de una vez me aclares la situación

-          Hey, oye, nunca jugaría contigo, Abril, nunca haría eso, no contigo

-          ¿Entonces?

-          Escucha, no quiero adelantarme a nada pero, en verdad me gustas Abril, me gustas desde antes que tú me confesaras tu amor

-          Pero gustarte no es suficiente

-          Pero yo ya te amo, Abril, ¿no te das cuenta de eso?

-          Pero es un amor de amigas

-          Amor es amor, y si a la ecuación agregamos el hecho de que me encantas, yo creo que podría funcionar

-          ¿Tú lo crees realmente?

-          Sí, Abril, escucha, como ya te dije no quiero adelantarme a nada ni prometerte cosas pero, créeme, nunca jugaría contigo, eres la persona más importante en mi vida

-          Te voy a crees solo porque no puedo no hacerlo – dice tomándome de la cintura

-          ¿vamos a dormir? – le digo mientras beso su hombro

-          Claro, pero solo a dormir, no creas que te va a resultar tan fácil – dice coquetamente

Me toma de la mano y me jala hacía su habitación, comienza a desvestirse hasta que queda en ropa interior, como siempre me quedo sin aliento al ver su perfecto cuerpo. Se mete debajo de las cobijas y yo la imito.

-          Eres perfecta, Abril – digo mientras me abrazo a ella y hundo mi cara en su cabello

Ella no dice nada, solo besa mi cabeza y apaga la luz, charlamos un rato más acerca de su nuevo empleo que comenzara la próxima semana y sobre el mío, omitiendo, por supuesto, todo lo que tenga que ver con Emily; necesito arreglar ese asunto si de verdad planeo estar con Abril, pero antes de decidir si realmente deseo tener una relación con ella tengo que hablar con Nahomi. Todo depende de lo que pase mañana cuando al fin vuelva a verla.

Llegue muy temprano al trabajo para tratar de adelantar todo lo que sea posible ya que saldría temprano para poder ir a la casa de Nahomi. Emily trato de hablar conmigo durante toda la tarde pero se da cuenta que no tengo la cabeza para hablar con nadie y que solo quiero concentrarme en mi trabajo. No les dije a ninguno de los dos que me iría temprano, tan solo a la hora de la comida aproveche para escapar, no tenía intenciones de responder todas sus preguntas, menos de lidiar con Emily.

Llegue a la dirección que Alan me envió ayer, eran una sola torre de departamentos y en efecto estaba ubicado justo en el centro de la ciudad, no debía de ser barato y si no estaba trabajando quería decir que sus papás la estaban apoyando de nuevo. Tenía mucho que no veía a los padres de Nahomi, la última vez habíamos comido las dos familias juntas, la suya y la mía; habíamos llegado hasta ese punto donde éramos todos cómo una gran familia. De nuevo se me cruzo por la mente la pregunta que ya había comenzado a olvidar “¿por qué tenías que hacerlo, Nahomi?”

Comienzo a perderme en los recuerdos de aquel día cuando unos golpes en la ventana me hacen volver al presente, es Alan, quedamos de vernos en el estacionamiento para que me acompañara al departamento y asegurarse de que Nahomi estaría ahí. Salgo del coche, y una gran corriente de aire me revuelve el cabello al instante. Voy vestida casualmente pero arreglada, no quiero verme mal pero tampoco quiero que Nahomi piense que me arregle para ella.

-          Gracias por esto, Anna – dice Alan mientras comenzamos a caminar

-          Ya te dije que no hago esto por ti, es algo que Nahomi y yo tenemos pendiente

-          Lo sé y

-          Y te voy a pedir que no vuelvas a meterte en asuntos que no te corresponden – digo interrumpiéndolo

-          ¿Perdón? – entramos al edificio

-          Sí, Alan, es la última vez que me entero de que te entrometes en mi vida personal

-          ¿Qué te pasa?

-          Y aléjate de Abril – entramos al elevador

-          Oh, ya veo lo que paso, estuviste hablando con Abril ¿eh?

-          ¿Por qué nunca me dijiste nada? – pregunto molesta

-          ¡Porque no me correspondía, Anna!

-          ¿Y justo ahora a qué estás jugando, eh?

-          ¿De qué hablas?

-          Sí, resulta que eres el mejor amigo y confidente de Abril pero también me pides que venga y arregle las cosas con Nahomi. ¿Abril sabe de esto?

-          ¿Qué? no, para nada

-          Eres un hipócrita, Alan

-          Eso no es verdad Anna, no me levantes falsos de esa manera

-          Entonces de qué lado estas

-          Es este piso – dice mientras toma mi brazo y me jala para salir del elevador – escucha Anna, sé que estas confundida por lo que está pasando con Abril pero, no te desquites conmigo ¿sí?

-          No me estoy

-          Claro que lo estás haciendo. Escucha, tú y yo hablaremos después y aclararemos todo esto, pero por ahora necesito que te tranquilices y te concentres solo en hablar con Nahomi ¿está bien? – asiento con la cabeza – perfecto, este es el departamento – dice señalando una puerta blanca con el número 157

-          ¿Seguro que esta? – pregunto nerviosa

-          Completamente, escucha, te dejare aquí y me iré, tu tocaras el timbre y esperaras a que te abra

-          ¿Y qué le digo después? ¿cómo se supone que sé dónde vive?

-          Dile que… no lo sé, sólo no le digas que yo te busque para que hablaras con ella, por favor

-          Lo intentare

-          Y recuerda que en dos días tenemos una presentación en vivo, por favor, no hagas que caiga en depresión o algo así. La necesito lo más lucida posible para que esto funcione

-          Lo intentare

-          De acuerdo, confío plenamente en ti, Anna. Ahora me voy para que hagas lo que tengas que hacer

-          Alan – digo tomando su brazo

-          ¿Sí?

-          Gracias por esto, en serio

-          No me agradezcas – me da un beso en la mejilla y se va

Me quedo varios minutos parada frente a la puerta, no tengo las fuerzas para tocar el timbre, no estoy preparada para verla y hablar con ella. ¿Y si no quiere verme y me corre o si espera a alguien más? No debería de estar aquí, es una pésima idea, ¿cómo pude hacerle caso a Alan? Es un tarado. Mis manos están sudando y creo que me comienzo a sentir mareada, tengo un momento de valentía y oprimo el timbre casi deseando que no funcione pero se escucha un sonido dentro del departamento que comprueba lo contrario.

Pasan un par de minutos y nadie sale, vuelvo a tocarlo y ocurre lo mismo; lo toco de nuevo un par de veces pues comienzo a preocuparme. Alan me aseguro que estaba ahí, ¿y si le había ocurrió algo? Toco el timbre una y otra vez hasta que escucho su hermosa voz gritando “ya van”. La piel se me eriza de solo escucharla y siento la necesidad de salir corriendo pero mis piernas no responden a mis órdenes.

-          Alan, ¿por qué nunca te llevas tus llaves? – dice molesta mientras abre la puerta – no es posibles que… ¿Anna?

Su cara que segundos antes demostraba enojo se transforma en una de sorpresa cuando alza la cara y me ve; su cabello crece rápidamente y está más largo que la última vez que la vi, creo que está más delgada y eso me preocupa un poco, además tiene la cara de un zombi. Alan tenía razón, no exageraba. Aun así, con todo eso, me seguía pareciendo la mujer más hermosa sobre la faz de la tierra.

-          Hola – digo tímidamente

-          Anna… - dice aún sin creerlo realmente - ¿Qué… qué haces aquí?

-          Yo… quería verte

-          ¿Cómo supiste dónde?

-          ¿Puedo pasar? – pregunto interrumpiéndola

-          ¿Qué? ah… yo… eh… bueno, sí, claro, pasa

Se mueve de la puerta y me hace una seña con el brazo indicándome que entre. Es un departamento grande para estar en el centro, tiene una amplia sala pero solo hay una televisión y cojines en el piso.

-          Lo lamento, no hemos comprado muchos muebles – dice apenada

-          No, está perfecto, no te preocupes

-          ¿Te quieres sentar? – pregunta señalando un par cojines

-          Claro, gracias – me siento sobre un cojín y ella se sienta en otro frente a mí.

En cualquier otra circunstancia la cara de Nahomi me habría hecho reír sin parar, parece que ha visto un fantasma, esta pálida y con una expresión de miedo y sorpresa que no desaparece de su rostro. Lleva puesto unos jeans viejos y una playera negra que le queda grande, se ve tan frágil.

-          ¿Cómo estás? – Pregunto al fin rompiendo el silencio incomodo

-          Pues… no me va mal

-          No es lo que parece

-          ¿Cómo sabes dónde vivo?

-          Alan me dijo

-          Ese maldito, ¿acaso te busco?

-          No, él se encontró con Abril y

-          Abril

-          Sí

-          ¿regreso de su viaje?

-          Hace poco más de una semana

-          Qué bueno

-          Así es

-          Hace dos días… ¿dónde estabas?

-          ¿Cuándo Abril te llamo?

-          Sí

-          Salí con un amigo y se me paso la hora

-          ¿ese amigo es Alan?

-          Pues…

-          No lo niegues, vi cuando te fue a dejar

-          Sí, salí con él

-          ¿te dijo que vinieras a hablar conmigo?

-          No

-          No lo cubras, sé que cree estar preocupado por mí

-          Lo está, Nahomi

-          No, no está preocupado por mí, está preocupado porque yo no esté a la altura de la banda

-          Como sea, no vine a hablar de Alan, quería verte

-          ¿lo dices en serio?

-          Sí, Nahomi, por supuesto que lo digo en serio

-          ¿Quién es la rubia con la que vives?

-          ¿¡Qué!? – pregunto confundida

-          Sí, una rubia vive contigo ahora, ¿quién es?

-          ¿Me has estado vigilando?

-          No, pero ese día que fui a buscarte la vi salir y entrar del departamento

-          ¿En serio no sabes quién es?

-          ¿Debería?

-          Es Abril, Nahomi, la rubia es Abril

-          ¿¡Es Abril!? – pregunta sorprendida

-          Sí, Nahomi, es Abril

-          Vaya… no me encanta decirlo pero, se ve increíble

-          Sí, se tiño el cabello

-          Entonces… ¿Abril vive ahí ahora? – escucho un poco de dolor en su voz

-          Sí, algo así

-          ¿Algo así? ¿Vives o no con ella?

-          Pensé que ya lo sabías

-          ¿Por qué debería de saberlo?

-          Por el mensaje que me enviaste

-          Bueno, sí, Abril me llamo pero nunca imagine que viviría en nuestro… en tu departamento

-          No, no me refiero a ese mensaje, Nahomi

-          ¿Entonces?

-          Al que me mandaste el domingo

-          No te envié nada el domingo

-          Vamos, Nahomi no lo niegues, por favor

-          No estoy negando nada, no sé de qué me hablas

-          De esto – digo mientras le muestro el mensaje

-          ¿Qué? Yo no envíe eso – dice después de leerlo

-          Vamos, Nahomi, tiene tu nombre

-          ¿Y eso qué? puede ser cualquiera, vamos, Anna, yo no haría algo así; sería demasiado cinismo

-          ¿En verdad no lo mandaste tú?

-          Ya te dije que no, nunca lo haría, mucho menos a ti. Te mereces ser feliz con quien tú quieras, yo te falle

-          Pero si no lo enviaste tú ¿quién?

-          No tengo idea, pero el hecho de que alguien te envié mensajes firmando con mi nombre no me gusta. ¿Ya trataste de llamar al número?

-          No… estaba convencida de que eras tú

-          ¿Es en serio Anna? Alguien escribe mi nombre en un mensaje enviado desde un número que no es el mío y tú crees todo lo que dice ¿Acaso no me conoces lo suficiente para saber que yo no haría eso? – pregunta molesta

-          Antes creía hacerlo – su molestia se transforma en tristeza y baja la mirada, no es capaz de verme a los ojos

-          Deberías llamar para saber quién es – dice apenas en un susurro

-          Lo haré, pero no vine para esto

-          De acuerdo

-          Nahomi… ¿Qué sucedió?

-          ¿A qué te refieres?

-          La última vez que te vi estabas muy bien y ahora…

-          Estoy hecha una mierda, lo sé

-          ¿Acaso esa chica te dejo o

-          No – dice interrumpiéndome y me mira fijamente – nadie me dejo, Anna

Escuchar esto me produce un poco de dolor, una parte de mí tenía la esperanza de que así hubiera sido y que Nahomi deseara regresar conmigo, aunque no estoy segura de sí habría accedido pero necesitaba escuchar que Nahomi aún me amaba como yo a ella.

-          De acuerdo… pero, entonces ¿qué te sucedió?

-          Escucha Anna, te voy a ser completamente sincera pero quizá esto te duela

-          Ok… - digo no muy convencida

-          Lo mío con Selene es mucho más profundo de lo que te imaginas

-          Creí que solo… había sido una aventura

-          No es así – dice tímidamente – Anna, yo… yo amo a Selene

Cuando estas palabras salen de la boca de Nahomi siento como si cayera en caída libre en un abismo, como si me hubieran arrancado el corazón. Esas palabras eran las únicas que no deseaba escuchar, las únicas por las que rogaba que no aparecieran en la conversación. Escuchar a Nahomi diciendo que ama a otra mujer que no soy yo es como si todo en lo que creo perdiera sentido de pronto. Si Nahomi la ama quiere decir que la perdí para siempre, nunca podré recuperarla, ahora su corazón le pertenece a alguien más.

-          Pero… - no consigo hablar – tú… ¿en serio?

-          Anna – dice triste – sí, en serio la amo

Se acerca a mi lado y me mira fijamente con sus ojos color miel que ahora se ven tan vacíos para mí, ya no tienen ese brillo que antes poseían cuando me miraba; su rostro no denotaba amor al tenerme tan cerca, ahora para ella soy una persona más. Tenía la creencia de que al venir a hablar hoy con Nahomi la que la consolaría a ella sería yo, pero no fue así, de nuevo soy yo la que sale lastimada, como si nunca fuera suficiente hacerme sufrir.

-          La amas – digo sin pensarlo - ¿cómo?

-          Anna…

-          ¿Cómo te enamoraste de ella, Nahomi? ¿Qué te dio que yo no te haya dado?

-          No es eso Anna

-          ¿Entonces? ¿Cómo es que de pronto cambias todo lo que tuvimos y te enamoras de alguien a quien conociste hace 3 meses?

-          Anna, como ya te dije, lo mío con Selene es mucho más profundo de lo que te puedes imaginar

-          ¿Tan maravillosa es esa mujer?

-          Escucha, yo… yo conozco a Selene desde hace mucho tiempo

-          ¿¡Qué!?

-          Sí Anna, no la conocí hace tres meses

-          ¿Entonces por qué me dijiste eso?

-          Nunca te dije eso, yo te dije que había trabajado con ella en un catálogo y tú sola dedujiste que acababa de conocerla, pero no era así

-          ¿Y por qué me dejaste creerlo?

-          Creí que era mejor dejarlo así, de esa manera no tendría que contarte toda nuestra historia

-          ¿Nuestra historia? ¿Qué rayos hay entre tú y ella Nahomi? ¿Cuánto tiempo me engañaste?

-          No, no me malinterpretes, no te fui infiel durante toda nuestra relación, Anna, solo fue al final

-          Oh, menos mal, eso me hace sentir tan bien – digo sarcásticamente

-          Y por eso termine contigo, Anna, porque no quería engañarte

-          Pero tampoco querías dejarla a ella

-          Anna…

-          ¿Tanto la amas? - pregunto con mi voz quebrandose

-          Ella… ella es mi primer amor, Anna, la amo desde mucho antes de siquiera conocerte

¿¡Qué!? ¿Su primer amor? ¿Cómo era posible eso? Durante todo este tiempo había creído fielmente que yo era su primer amor, ella nunca hablaba de nadie antes de mí, era como si su vida hubiera comenzado en el momento en el que me conoció y ahora venía a decirme que había amado a alguien mucho antes que a mí y, peor aún, que nunca se terminó ese amor, porque en cuanto esa mujer regreso a su vida no dudo ni un instante en dejarme e ir con ella.

-          ¿Desde hace cuánto la conoces, Nahomi?

-          De toda la vida, Anna, crecimos juntas

-          ¿De toda la vida?

-          Sí, algo muy similar a lo que tú tienes con Abril

-          Y si se conocen de toda la vida, si fue tu primer amor ¿por qué nunca supe nada de ella?

-          Porque no quería hablar sobre ella contigo, con nadie en realidad

-          No entiendo nada, si tanto la amas por qué no hablar de ella. Cuando amas a alguien no paras de hablar de esa persona, yo nunca podía dejar de hablar de ti, no puedo, en realidad

-          Anna, esto no quiere decir que no te haya amado cuando estuvimos juntas, te amé más que a nada y a nadie en esta vida, fuiste mi todo desde el primer día que te vi

-          ¿Y de qué me sirve eso ahora?

-          Aún te amo, Anna, no creas lo contrario

-          No creo que eso sea verdad

-          ¡Claro que lo es! Aún te amo, tanto como siempre

-          Pero también la amas a ella ¿no?

-          Así es – dice bajando la mirada

-          Y aún no decides a quién amas más, por eso estas aquí, sola – no me responde nada, solo comienza a llorar - ¿Me contaras tu historia con ella?

-          ¿Realmente quieres saberla?

-          Sí

-          Bueno, esto será algo tardado – dice limpiándose las lagrimas

Durante casi una hora Nahomi se dedicó a hablarme sobre Selene, sobre cómo sus padres eran amigos y que crecieron juntas, como hermanas. Me hablo sobre cómo ella fue su primer amor y su primer beso con una chica, cómo le escribía cartas y esperaba el día en que ella pudiera corresponderla. Después me conto el ataque que sufrió con sus amigos y lo que le hicieron a Selene; mi corazón se destrozó de tan solo imaginar lo que Nahomi tuvo que vivir, sabiendo esto muchas cosas comenzaban a tomar sentido en su manera de ser.

Hablo sobre cómo Selene quedo en coma durante años y cómo su madre le había prohibido verla; cuanto le había llorado y todas las pesadillas que había tenido, las noches sin dormir y los días enteros pensando en ella. Mientras Nahomi me contaba todo esto mi interior era una tormenta de emociones, me sentía enojada, triste, celosa no podía evitarlo, escuchar a Nahomi hablar así de Selene me producía demasiado malestar; pero por otro lado me sentía impotente por no haber sabido todo esto antes y ayudar a Nahomi.

No la culpaba por no habérmelo contado, era algo demasiado fuerte, si me hubiera sucedido a mí seguramente aún lloraría por las noches; el tan solo pensar todo lo que Nahomi vivió antes de conocerme me hizo sentir egoísta por todas las veces que creí que yo era su mundo. Pero aun así me dolía el hecho de que no me hubiera tenido la confianza suficiente para no decírmelo todo, de haberlo hecho quizá lo habría superado realmente y no habría corrido a los brazos de Selene en cuanto volvió a aparecer en su vida.

Lo peor de al fin saber todo esto es que hora ni siquiera puedo odiar a Selene, no después de saber todo lo que ha tenido que vivir, además, si yo fuera ella habría echo exactamente lo mismo, habría buscado a Nahomi tan pronto hubiera podido y habría tratado de reconquistarla, sin importarme que estuviera con alguien más. Entendía a la perfección su actitud, Nahomi valía todos los riesgos de la vida.

-          Ahora al fin lo sabes – dice recostándose sobre los cojines

-          Nahomi

-          No tienes que decir nada, Anna, sé lo que sientes

-          Entonces ¿qué piensas hacer?

-          No lo sé, Anna, no miento cuando te digo que aún te amo, a veces maldigo al destino por haber traído a Selene de vuelta y alejarme de ti. Pero también la amo a ella

-          ¿Sales con ella ahora?

-          No, cuando terminamos

-          Me terminaste

-          Como sea, cuando dejamos de estar juntas trate de comenzar algo con Selene, no una relación formal como tal, pero sí estar juntos

-          ¿Y qué paso?

-          No me sentía cómoda, me sentía culpable todo el tiempo y no podía dejar de pensar en ti

-          ¿Cuándo me fuiste a ver al departamento, aún estabas con ella?

-          Sí, pero fue ese mismo día cuando hable con ella y le dije que necesitaba un tiempo a solas para poner en orden mi cabeza y mis sentimientos

-          ¿Ella sabe de mí?

-          Por supuesto que sí

-          ¿Y ya decidiste qué es lo que quieres?

-          No… Anna… ¿estas saliendo con Abril?

Su pregunta me toma por sorpresa, no la esperaba para nada, ni siquiera sé qué responder, no estoy saliendo con Abril pero tal vez lo haga, ¿qué tanto podría afectar a Nahomi que se lo diga?

-          No, no salgo con ella ¿por qué la pregunta?

-          Pero ya te confeso lo que siente, ¿no?

-          Hace un par de días ¿cómo lo sabes?

-          El domingo, cuando me llamo, había algo en su voz, una seguridad al hablar de ti, como si le pertenecieras, además de que estaba realmente preocupada

-          Pues no, no le pertenezco

-          No quise decir eso, Anna

-          Lo sé. No, no salgo con ella, Nahomi, pero no te voy a negar que ella me gusta mucho

-          Sería más sorprendente si me dijeras que no te gusta, puede que no me agrade en absoluto pero reconozco que es muy atractiva

-          ¿A qué viene la pregunta?

-          Sólo quiero saber si aún…

-          ¿Aún qué?

-          Si aún me amas

  • Bromeas, cierto. Por supuesto que aún te amo, Nahomi

-          ¿Te dijo Alan que armamos de nuevo la banda? Para qué te pregunto, es obvio que te dijo

-          Sí, me alegra mucho

-          Escucha, este sábado tocaremos en vivo por primera vez, es en bar muy cerca de aquí y… no sé si tú…

-          Me encantaría ir, Nahomi

-          ¿Lo dices en serio? – por un momento sus ojos vuelven a tener ese brillo de felicidad

-          Por supuesto, no me lo perdería por nada

-          Gracias

-          Ojala me hubieras tenido esta confianza mucho antes, Nahomi, las cosas serían tan diferentes ahora

-          Lo sé – dice bajando la mirada

Me acerco y la abrazo, ambas lo hemos estado deseando desde que llegue, rápidamente me rodea con sus brazos y coloca su cara en mi cuello, comienza a llorar cuando beso su cabeza y le digo que todo está bien, que la perdono y que la amo, que nada de lo que ella haga cambiara eso. Ella me pide perdón decenas de veces, de pronto siento que de nuevo somos ella y yo, como pareja; que aún tenemos una oportunidad de renacer porque nos amamos, nuestro amor es real, estoy segura de que es mucho más real del que siente por Selene, ella es solo una ilusión de su pasado, yo soy su presente y su futuro. Nahomi es para mí y es hora de pelear por ella.

Ya no me importa si me fue infiel o si no me tenía confianza, todo comienza de nuevo en este momento, nuestro amor, eso es lo único que se queda. Sé que no será fácil pero por Nahomi soy capaz de perder mi vida entera esperándola.

Nahomi comienza a tranquilizarse y me da un pequeño beso en el cuello que me eriza toda la piel y me acelera el corazón. Este es uno de esos momentos que deberían durar para toda la eternidad pero, por supuesto, alguien debe de romperlos para hacernos volver a la realidad. Mi celular suena y como si se tratara de una bomba rápidamente Nahomi me suelta y se aleja de mí.

-          Responde – dice mientras se limpia el rostro

-          Es un mensaje

Abro el mensaje y la realidad de mis estúpidas decisiones me golpea fuertemente en la cara, el mensaje es de Emily.

“Se supone que hoy cenarías conmigo. Gracias por dejarme plantada.”