Lo que pudo ser 10
Ella no responde con palabras, deja que sus labios me digan te amo de otra manera. Lentamente comienza a llenar mi cara de pequeños besos, baja por mi cuello y llega hasta mi oreja donde introduce suavemente su lengua, esto me eriza la piel.
Sus cabellos parecían flamas agitándose al ritmo de la música y sus dedos se deslizaban veloces por las cuerdas de la guitarra, yo agradecía mil veces por aquella habilidad. Creo que estaba intentando con un estilo un poco más rockero, pero la verdad es que había dejado de tomarle atención a lo que escuchaba y me concentraba únicamente en lo que veía. Frente a mí tenía a un sueño de mujer que, a veces, aún me sorprendía que fuera mía.
Habíamos terminado la preparatoria hacía tres meses y las cosas habían cambiado; yo entré a la universidad a estudiar arquitectura, al fin. Abril había comenzado la carrera de derecho y resulto ser una especie de cerebro en la materia. Nahomi, por su lado, decidió que no quería entrar a la universidad, al menos no en ese entonces; decía que no quería desperdiciar sus mejores años estudiando algo que no la apasionara, así que comenzó a tomar cursos de fotografía y formo una banda con Alan y otros amigos. Sé que suena al típico cliché de niña rebelde adinerada pero Nahomi no lo era, la verdad es que tenía bastante compromiso en todo lo que hacía, eso aunado a un gran talento. Sus padres notaban eso, por ello la apoyaban incondicionalmente; y en su caso era una gran ventaja no tener que preocuparse por el dinero.
- Así que, ¿Qué te parece? – ni siquiera note el momento en que dejo de tocar
- ¿Eh?, bien, muy bien
- Ni siquiera me estabas poniendo atención ¿cierto?
- ¿La verdad?… no – dije apenada - Pero es que tú me distraes demasiado
- Anna, yo sé que soy irresistible, pero solo te pido cinco minutos en los que no me desnudes en tu cabeza y me pongas atención – dijo jugando
- No puedo, lo siento
Me acerque y bese sus labios, tan lento como era posible.
- Si me sigues besando de esa manera cada vez que trato de ensayar solo conseguirás que deje la música para dedicarme solo a ti
- No suena mal – dije sonriendo
- Pero nunca seré buena así
- Tú ya eres buena
- No lo suficiente
- Bueno, te dejo ensayar entonces. Igual tengo que hacer tarea y más tarde veré a…
- Oh, no, ahora vienes aquí y terminas lo que has comenzado
Jaló mi blusa y estampo sus labios con los míos, su guitarra quedo en medio de las dos por lo que trate de quitarla.
- Oye, cuidado. Ella es como el amor de mi vida – dice mientras se para y delicadamente deja la guitarra en su estuche
- ¿Qué tan normal es sentir celos por un objeto? – pregunto fingiendo molestia
- ¿Viniendo de tu parte? bastante normal – comienza a reírse
- ¡Oye! yo no soy celosa – digo indignada
- HA HA HA, claro, linda – dice sarcásticamente mientras me abraza por detrás
- Bueno, solo un poco y solo contigo
- Eso está bien, aunque no hay motivos para que lo estés y lo sabes. Eres la única para mí, Anna
- ¿Me lo juras?
- Por supuesto, te lo juro por Cassie
- ¿Quién demonios es Cassie? – pregunto molesta mientras me suelto de su abrazo para verla a la cara
- Cassie es mi guitarra, amor
- ¿Le pusiste nombre a tu guitarra? – pregunto confundida
- Claro, todo guitarrista lo hace – me dice como si fuera algo que obviamente debería saber
- Es… extraño pero está bien, creo que lo tomare como algo bueno
- Créeme, es algo bueno, no cualquiera jura por su guitarra. Yo no lo haría por nadie que no fueras tú
- Eso es… romántico, a tu manera, pero romántico – cruzo mis brazos alrededor de su cuello
- Lo sé, soy definitivamente lo mejor que te pudo haber pasado – me toma por la cintura con fuerza
- En especial porque eres taaaan humilde
- Ya mejor deja de hablar y bésame
No hizo falta que lo pidiera dos veces cuando ya estaban mis labios devorando su boca. A pesar de que estábamos a solo dos meses de cumplir un año de relación no había un solo momento en el que no deseara hacerle el amor a Nahomi, esta mujer me volvía loca a cada segundo. Cada movimiento, cada sonrisa, cada palabra que salía de su boca eran una invitación a poseer su cuerpo. Sin embargo esto no significaba que nuestra relación era perfecta, la verdad es que peleábamos todo el tiempo y por las cosas más tontas, eso ocurre cuando eres tan diferente a alguien; pero al final del día no había nada que no se pudiera solucionar con un beso sincero, de esos que sólo ella sabía darme.
Comienza a caminar hasta que me tumba en su cama, rápidamente se monta encima de mí y yo la abrazo con mis piernas. Tomo su cara con mis manos para ver sus cálidos ojos miel que se han convertido en mi perdición, ella se sonroja, se ve aún más hermosa.
- Te amo, Nahomi
Ella no responde con palabras, deja que sus labios me digan te amo de otra manera. Lentamente comienza a llenar mi cara de pequeños besos, baja por mi cuello y llega hasta mi oreja donde introduce suavemente su lengua, esto me eriza la piel. Con delicadeza la quito de encima de mí y la acuesto sobre la cama, ahora yo estoy sobre ella; desabrocho su camisa y dejo al descubierto su pálida piel. No hay ninguna prisa, quiero besar cada centímetro de su cuerpo; comienzo con su vientre, siento como se contrae cuando mis labios lo tocan, lentamente comienzo a subir hasta que llego a sus pechos pero aún no es tiempo, la beso de nuevo suavemente y vuelvo a bajar hasta su ombligo, meto mi lengua en él lo que le causa cosquillas. Bajo más y llego a su pantalón, comienzo a quitárselo mientras voy dando besos en sus muslos; lo saco por completo y dejo desnudas sus blancas piernas que me vuelven loca. Podría pasar toda mi vida besándolas pero Nahomi comienza a impacientarse, me jala hacia ella y mete sus manos por debajo de mi blusa, trata de quitármela pero no la dejo; esta vez me toca a mí.
La siento para poder sacarle la camisa por completo, entonces me pongo detrás de ella, muevo su largo cabello hacia el frente y beso su nuca, le saco el brasier y comienzo a tocar suavemente sus senos mientras beso su espalda, ella comienza a arquearla y cuando llego a la cintura doy una pequeña mordida que la saca de quicio.
- Anna, más te vale que hagas algo ya – dice mientras baja una de mis manos hacía su vientre
- ¿No puedes estar solo cinco minutos sin querer coger conmigo? – susurro en su oído haciendo alusión a su comentario de hacía un rato. Ella se ríe
- No, lo lamento
Dicho esto se da la vuelta y se deja caer encima de mí, comienza a besarme con demasiada pasión; siempre ame eso, que me besaba con una inmensa necesidad de sentirme, como si no pudiera controlarse. Con rapidez me saca la blusa y comienza a morder mi cuello, intento pararla y volver a tener el control pero es imposible detenerla, así que solo me dejo llevar. Ni siquiera noto el momento en el que me saca la falda, lo sé hasta que siento como sus dedos acarician mi entrepierna ya bastante húmeda. Ella misma se saca las bragas y baja las mías hasta las rodillas, se sienta justo encima de mi pelvis y comienza a frotar su sexo contra el mío, no puedo evitar gemir, sus manos se van directo a mis senos y yo solo puedo tomar su cadera para moverme a su ritmo. Libera uno de mis pechos y lentamente me introduce dos dedos que me hacen gritar. En el sexo existe un momento de placer intermedio entre el calentamiento inicial y el orgasmo final, justo ahí estoy ahora, ese momento es mi favorito en la vida.
Sus dedos se siguen moviendo rápidamente dentro de mí hasta que comienzo a arañar su espalda, señal de que he alcanzado el clímax. Nahomí clava su mirada en mí y antes de dejarla siquiera respirar me levanto y llevo mi boca a su vagina; esto la toma por sorpresa pero sus manos en mi cabeza apretándome contra su sexo y sus gemidos me indican que lo disfruta. Ella se encuentra ya demasiado excitada y mojada por lo que logra llegar al orgasmo con rapidez. Subo para besarla y sus manos toman mi trasero apretándolo con fuerza, lo que me vuelve a calentar demasiado y comienzo a besar sus senos. Con una de mis manos comienzo a hacer movimientos circulares en su clítoris, ella empieza a gemir incluso con más fuerza que antes, así que, justo como ella lo hizo, introduzco dos de mis dedos y comienzo a moverlos dentro de ella. Vuelvo a besarla mientras muerdo su labio y clavo mi mirada en la suya, ella empieza a arquear su espalda y su cadera se mueve sin control; saco mis dedos y rápidamente los llevo a su clítoris que la hace estallar apenas lo masajeo. Suelta un grito tremendo y pone sus ojos en blanco. Me dejo caer en la cama y trato de que mi respiración se normalice.
- ¡Dios! ¿Qué me has hecho? – dice recuperando el aire
- Solo quería demostrarte cuanto te amo
- Pues demuéstramelo más seguido
Acomoda su cabeza en mi pecho y cruza sus piernas con las mías. Lentamente comienza a tocar mi vientre y mis pechos solo con la punta de sus dedos, yo hago lo mismo pero con su espalda. Nos quedamos así durante varios minutos, solo sintiendo nuestros cuerpos.
- Sabes, la otra vez leí un artículo que decía que una canción muy buena puede llegar a producir un orgasmo – dice rompiendo el hermoso silencio que solo con ella puedo conseguir
- ¿En serio?
- Sí. Algún día haré una canción que te provoque más de uno, ya verás – dice orgullosa
- ¿Algún día me escribirás una canción? – se ríe - ¿qué?
- Cariño, te he escrito más canciones de las que puedes imaginar – dice dándome un beso
- ¿Y por qué no las he escuchado? – pregunto molesta
- Aún no están listas, tienen que ser perfectas. Cuando sean tan perfectas como tú entonces no solo tú las escucharas sino todo el mundo
- ¿Y te volverás famosa?
- Quizá, pero eso no es lo importante. Aunque si llegara a pasar sería increíble
- Seguro que un día serás toda una rockstar, ya veras, es inevitable con todo el talento que tienes
- ¿Tú crees?
- Estoy segura, y tendrás miles de fans y probablemente moriré de celos
- Espero que las fans sean guapas
- ¡Oye! – digo molesta golpeando su brazo
- ¿Qué? – se ríe – Es como el sueño de mi vida
Su chiste comienza a molestarme y la miro enojada.
- ¡Ay! Ya, no aguantas nada – me da un beso – además, ¿sobre quién hablaran las canciones, eh? Sobre ti, Anna. ¿Por qué no me crees que eres la única que puede entrar a mi corazón?
- Suena demasiado perfecto para ser verdad
- Pero lo es, lo digo en serio, Anna. Es más, estoy tan convencida de ello que puedo jurarte que mi primer disco será todo sobre ti; si es que algún día logro grabar un disco, claro
- No necesito que me dediques un disco para saber que me amas
- ¿Entonces que necesitas, Anna? ¿Cómo te hago entender que eres la única a la que puedo amar?
- Solo demuéstramelo, todos los días
- Está bien, lo hare – dice besando mi cuello – Pero entonces tendré que dedicarle mi disco a alguien más, creo que se lo dedicare a Abril
- ¿Abril? – pregunto confundida
- Sí, se llamara: “Maldita abogada aléjate de mi novia” ¿Qué te parece?
- Nahomi, no empieces
- ¿Qué? ¿Yo no tengo derecho a sentir celos?
- Pero tus celos son infundados
- ¡Igual que los tuyos!
- Abril es mi mejor amiga, Nahomi. ¿Cuándo van a poder llevarse bien?
- Cuando ella deje de tratar de alejarte de mí
- Ella no hace eso
- Claro que sí, pero tú eres demasiado inocente para notarlo y ella demasiado lista para manipularte. Estoy segura de que ella es la culpable de que dudes tanto de mí
- Eso no es cierto
- Como sea, cree lo que quieras – se para y comienza a vestirse
- ¿Ahora estas molesta?
- Lo único que sé es que mientras Abril este en medio de nosotras nunca confiaras plenamente en mí
- ¿Me estas pidiendo que elija entre tú y Abril?
- No, te estoy pidiendo que abras los ojos y dejes de fingir que Abril no tiene sentimientos más allá de una amistad por ti. Me tengo que ir, olvide que quede con Alan para buscar un buen baterista, te veo al rato, linda. Si quieres quedarte aquí no hay ningún problema.
Me da un beso en la frente y sale del cuarto, minutos después escucho como se va en su carro. Me quedo acostada desnuda en su cama un rato más mientras pienso en lo que me dijo; ¿será verdad que Abril siente algo por mí más allá de la amistad? No lo creo, Nahomi esta confundida, Abril y yo somos como hermanas, hemos estado juntas toda la vida; ella no tiene una amistad así y por eso le cuesta creer que tanto cariño sea solo de amigas. Abrazo la almohada de Nahomi, huele como ella, me quedo dormida recordando su cuerpo.
- ¿Anna, sigues aquí? - esta pregunta me despierta y me doy cuenta de que sigo desnuda en la cama de Nahomi
- Me quede dormida
- Vaya, debe ser hermoso llegar todos los días a casa y encontrarme con esto – dice Nahomi mientras besa mi espalda desnuda
- Debe ser hermoso despertar todos los días escuchando tu voz
- Habrá que vivir juntas entonces – dice acostándose a mi lado y abrazándome por la espalda
- Eso suena magnifico
- Algún día, linda, más pronto que tarde veras que ya viviremos juntas – no puedo evitar esbozar una enorme sonrisa de tan solo imaginarlo - ¡Dios! Anna, estas helada
- Bueno, estoy desnuda – digo riéndome
- Sí, y me encanta tenerte así conmigo pero creo que es hora de que te vistas y vayas a casa, es algo tarde
- ¿¡Qué!? ¿qué hora es? – me había olvidado por completo de la hora
- Casi las diez, creo que dormiste mucho
- ¡Mierda! – me paro enseguida y comienzo a vestirme
- Tranquila, solo dile a tu mamá que te quedaste a cenar aquí y listo, puedo llevarte si quieres
- No… no es eso, tenía que ver a Abril a las 7, debe estar furiosa
- Ah – se ve molesta
Reviso mi celular que estuvo toda la tarde en mi bolsa, diez llamadas perdidas de Abril, ¡maldita sea! Seguro está preocupada, pero cuando se dé cuenta de que estoy bien se pondrá furiosa.
- Linda, ¿puedo pedirte un favor enorme? – le pregunto a Nahomi mientras tomo sus manos
- Lo que quieras
- ¿Te molestaría llevarme a casa de Abril?
- Estas bromeando, cierto
- No, en serio necesito que me lleves. Abril se ira el lunes a un curso fuera de la ciudad que durara dos semanas; por eso nos veríamos hoy.
- Pero son las 10, Anna. ¿Ya para qué vas? Aún puedes verla mañana
- No es tan tarde, puedo hablarle a mi mamá y decirle que dormiré en su casa
- Ah, entonces dormirás en su casa – dice molesta
- Nahomi, por favor, no la veré en dos semanas – ella suspira
- Está bien, solo porque no tendré que verla en dos hermosas semanas
- Eres la mejor. Te amo – digo dándole un beso rápido
No hablamos mucho en el trayecto a la casa de Abril, Nahomi esta molesta y yo concentrada en qué le diría a Abril para tranquilizarla.
- Al menos piensa en mí cuando estés con ella – dice Nahomi cuando llegamos a casa de Abril
- Siempre pienso en ti, hermosa, solo en ti
Me acerco y le doy un beso largo que poco a poco comienza a subir de tono; Nahomi comienza a meter sus manos por debajo de mi blusa y las mías se concentran en acariciar sus piernas, ella comienza a bajar y besa mi cuello, no puedo evitar gemir y entonces me alejo antes de que eso se convierta en otra cosa.
- Te llamo mañana, linda – digo recuperando el aire
Bajo del auto de Nahomi y me acerco a la puerta de Abril, ni siquiera he tocado el timbre cuando ella abre, en el mismo instante Nahomi arranca el coche con excesiva potencia y sale disparada por la calle.
- Le encanta llamar la atención – dice Abril con un tono molesto mientras observa el carro desparecer en la oscuridad de la noche
- Hola – digo tímidamente
- Miren quién se dignó a llegar – me voltea ver, se ve molesta
- Lo siento, se me paso el tiempo y…
- Está bien, entra
Entramos a la casa y Abril cierra la puerta detrás de mí
- ¿No hay nadie aquí?
- Solo yo, mis papás y mi hermano fueron a una comida familiar y llegan hasta mañana, yo no fui porque tengo que preparar mis cosas para el viaje y porque supuestamente iba a verte
- En serio lo lamento, Abril
- Está bien, seguro estabas muy ocupada
- ¿Aún me esperabas?
- No realmente
- Oh, bueno, es que como me abriste enseguida aún sin haber tocado…
- Como te dije, a tu novia le gusta llamar la atención. Escuche el carro derrapando cuando llegaron, me asome por curiosidad y resultaron ser ustedes
- ¿Entonces… nos… viste?
- ¿Te refieres a que si vi como casi tienen sexo en su auto frente a mi casa? – me sonrojo – entonces sí, las vi
- Lamento que hayas visto eso – digo apenada
- Oh, no, para nada, no tiene nada de malo – dice sonriéndome - ¿te quedaras a dormir?
- Eh sí, ¿no hay problema, cierto?
- Ninguno, tonta, sabes que esta es tu casa – dice besando mi mejilla – traeré las cosas, esta noche tendremos una pijamada solo tú y yo
- Eso suena maravilloso
Aquella noche fue increíble, Abril cocino para mí mis platillos favoritos y hasta me preparo panqueques, yo moría de hambre pues no había comido desde el desayuno; decidimos que esa noche dormiríamos en su sala así que llenamos el piso de cobijas y nos tiramos en ellas mientras veíamos vídeos en su televisión. Eran casi las dos de la mañana y ninguna tenía sueño, agradecí el haber dormido toda la tarde en la casa de Nahomi, así que Abril decidió sacar una botella de su padre.
- ¿Hace cuánto que no bebemos hasta perder el conocimiento? – pregunto Abril mientras se sentaba con una botella en sus manos
- ¿Juntas? Un muy buen rato. ¿Qué traes ahí?
- Vodka, linda
- Sí sabes que el vodka es mi perdición, ¿verdad?
- Y tú por qué crees que lo traje – dijo mirándome fijamente
- Eres una maldita – dije riendo
- Solo cuando es necesario
Sirvió un par de vasos preparados y me dio uno
- Deberíamos jugar a algo, así será más divertido – dijo mientras bebía un poco
- ¿A qué quiere jugar la princesa?
- ¿Verdad o reto?
- Suena a que elegiremos solo verdad y no tiene mucho caso porque sabemos todo una de la otra
- Tienes razón – dijo riendo - ¿Entonces a qué jugamos?
- ¿Sabes jugar póker?
- ¿De prendas? – pregunto emocionada
- No tonta – dije riendo – bueno sí, jugamos igual pero la que pierda en lugar de perder una prenda se toma un shot, ¿Qué te parece?
- Me parece una muy buena idea
Comenzamos a jugar y rápidamente supe que Abril terminaría ebria mucho más rápido que yo, una de las tantas cosas que Nahomi me había enseñado era a jugar póker y la verdad es que me había convertido en una experta, por otra parte Abril no era muy buena. Llevábamos más de una hora jugando y la botella se había terminado, más de la mitad se la había tomado solo Abril, así que ya estaba borracha.
- Creo que necesito un descanso – dijo tirándose en las cobijas
- Te he dado una paliza – me reí
- Eres una tramposa, no sabía que jugabas tan bien
- Hay muchas cosas que no sabes de mí, linda - dije tirándome a su lado
- ¿Ah sí? Pensé que sabíamos todo la una de la otra y que precisamente por eso decidimos no jugar verdad o reto – le comenzaba a costar trabajo decir frases largas
- Bueno, tienes razón, son pocas las cosas que no sabes de mí
- ¿Cómo por ejemplo?
- Que soy buena en el póker – dije esbozando una sonrisa presumida
- Ash! Solo porque tu novia es una vaga
- Nahomi no es ninguna vaga – dije riendo
- Oh vamos, dejo de estudiar y tiene una banda; tiene suerte de que sus papás la mantengan
- Nahomi es muy buena en lo que hace
- Claro, porque no tiene por qué preocuparse por nada más que por ella misma – se escuchaba molesta
- Abril, ¿Por qué Nahomi no te agrada? Y quiero una buena respuesta – dije sentándome frente a ella
- Está bien – dijo mientras se sentaba y me miraba, no pude evitar soltar una risita cuando vi su cara de borracha, era adorable tratando de fingir que estaba bien
- Te escucho
- Nahomi no me agrada porque te aleja de mí
- Bueno, ella dice lo mismo de ti
- ¿Qué yo te alejo de ella?
- Sí – comenzó a reír con ganas
- ¡Pero si todo el tiempo estas con ella! Por eso hoy no llegaste a la hora que quedamos, ¿cierto? Porque estabas con ella – dijo riéndose aún
- Eh, en realidad me quede dormida – dije apenada
- ¿En dónde? porque llame a tu casa y tu mamá me dijo que no estabas ahí
- En casa de Nahomi
- Lo ves, ahora ya hasta duermes ahí. Y se atreve a decir que yo te alejo de ella
- Ojala se llevaran bien
- Cariño, hay cosas que se pueden y otras que no, en el rango de cosas que no se pueden está el que tu novia y yo nos llevemos bien. Ya deberías aceptarlo
- Lo sé, lo sé, ya lo acepte pero no dejo de pensar lo lindo que sería
- ¿Lindo? Y dime, qué se supone que haríamos ¿ir juntas al cine? ¿salir de fiesta los viernes?
- No, simplemente podría hablar de ti con ella y viceversa, sin que ambas se molesten cuando lo hago
- Lo lamento, Ann, en serio he puesto de mi parte pero simplemente no funciona
- Está bien, mejor hablemos de otra cosa. ¿Estas saliendo con alguien?
- No realmente, hay un par de chicos que me invitan a salir pero no me interesan. Creo que me he cansado de ellos
- Ni que lo digas, yo por eso no los extraño ni un poco
- ¿En serio? ¿no los extrañas? ¿no sientes que algo te hace falta?
- En absoluto. Nahomi me da todo eso y más, la prefiero mil veces a ella que a un hombre
- ¿Cómo es?
- ¿Cómo es qué?
- ¿Cómo es tener una relación como la tuya? Ya sabes, dos mujeres
- Oh, bueno, pues, es complicado de explicar. Mira, te diré esto de acuerdo a mí experiencia porque es obvio que todo varía dependiendo las personas involucradas. En mi caso, puedo decirte que la relación con Abril es mucho más complicada que la que tenía con Alexis, para empezar pues porque somos mujeres, solo eso ya le da un nivel elevado de complicación porque no todos ven bien a las personas homosexuales; pero fuera de eso, creo que es igual que una relación hetero, con peleas, romance, celos y todo eso.
- Entiendo, pero, mi pregunta es ¿cómo es estar con una mujer? Sí entiendes a lo que me refiero, ¿verdad? – pregunto tímidamente
- ¡Oh! ¿Te refieres al sexo? – su cara se puso roja, y era realmente raro ver a Abril sonrojarse
- Eh… sí, y a besar a una mujer y así, ¿qué tan diferente es a hacerlo con un hombre?
- Bueno, pues, besar a una mujer es… no sé cómo explicarlo, pero es mucho más dulce que besar a un hombre, sus labios son suaves y tienen ese ligero sabor a cerezas, además no hay una barba que te raspe y te lastime. Todo es más delicado con una mujer, aún en esos momento de pasión desenfrenada se mueven con gracia y sensualidad. Su piel es suave, tan suave que después de sentirla no he podido encontrar nada que disfrute tanto tocar. Siempre huelen bien, justo en su cuello es donde más se concentra su dulce olor, bueno, en el cuello y en otra parte más privada – me comienzo a reír
- ¿Y el sexo?
- ¡Maravilloso! Nunca me canso de hacerlo, y no hay una sola vez en la que no haya visto las estrellas. Pero bueno, la única mujer con la que he estado es Nahomi así que más que hablar de las mujeres hablo de ella
- ¿Entonces, no extrañas a los hombres?
- Para nada, doy gracias por haber encontrado a Nahomi y cambiarme al lado del mal – digo bromeando
- Sería interesante hacer la prueba – dice Abril
- ¿Lo dices en serio? – pregunto sorprendida
- Sí, me has dejado con mucha curiosidad. En especial con eso de besar, quiero ver si realmente es tan diferente
- Pues inténtalo, pero te advierto que corres el riesgo de que te guste – me rio de nuevo
- Deberías besarme tú, así no habría problema – me quedo congelada cuando la escucho
- ¿Qué?
- Sí, somos mejores amigas, es como algo que de hecho todas las mejores amigas hacen – dice tomando mis manos
- Tienes razón, me sorprende que nunca lo hayamos hecho
- Bueno, podemos hacerlo ahora
- No sé qué tan correcto sea
- Ya te dije que solo será para probar
- Sí, pero… Nahomi, ¿no sería como serle infiel?
- No, no lo creo. Sería infidelidad si lo hicieras porque desearas hacerlo, pero solo lo harás para mostrarme. Además, será un beso corto, tampoco es como que voy a comerte viva, como Nahomi hace – me sonrojo de tan solo recordar los besos de Nahomi
- Tienes razón, esto es solo un juego
- Sí, exacto – dice sonriendo - bueno, entonces ¿cómo lo hacemos?
No pude evitar sonreír al ver a Abril en esa situación, siempre era yo la que no sabía qué hacer y ella la que me guiaba, por primera vez yo le enseñaría a ella. Solté sus manos y me senté frente a ella, muy cerca, pude notar como se ponía nerviosa. Delicadamente aparte el cabello de su cara y coloque mis manos en su cuello, ella estaba inmóvil, clave mi mirada en esos ojos verdes que conozco desde que éramos solo unas niñas, lentamente comencé a acercar mi cara a la suya. La respiración de Abril se había acelerado demasiado, me detuve cuando nuestros labios estaban tan cerca que sentía su aliento alcohólico en mi lengua. Por la mirada que tenía Abril parecía que estaba aterrorizada, dude en seguir adelante pero pensé que si algún día íbamos a hacerlo era mejor hacerlo esa noche y olvidarlo. Al fin termine con la distancia que había y uní mis labios a los suyos, sabían a vodka, comencé a moverlos y no pude evitar cerrar los ojos, Abril siguió el movimiento de mis labios con los suyos y la verdad es que besaba muy bien. Fue un beso corto, me separe de ella y la vi a los ojos, se veía feliz.
- Vaya, eso fue… lindo – dijo mientras se recargaba en el sillón
- Bueno, es que yo sé hacerlo muy bien – dije presumiendo
Pero en vez de recibir un comentario sarcástico de parte de Abril como era su costumbre se paró rápidamente y corrió al baño, yo confundida la seguí y desde afuera pude escuchar como vomitaba. “¿Tan mal lo hice?” pensé.