Lo que provoco esa faldita deportiva

Es mi primera experiencia que relato, espero les guste tanto que su mano se cubra de leche.

Aunque soy lectora frecuente de ésta pagina, ésta es la primera vez que relatado una de mis experiencias, pues nunca creí que pudiera pasarme algo tan cachondo y tan divertido, y no me aguanto las ganas de contárselos.

Empezare diciendo que soy chica ‘tv’ medio salida del closet, tengo 19 años y me encanta vestir como chica, en casa me visto y arreglo como chica cada vez que puedo pues cuento con el apoyo de mi mamá y mis hermanas, aunque normalmente ando con ropa unisex muy discreta para no llamar la atención y no provocar el enojo de mi padre y mis hermanos, ellos trabajan en el ramo de la construcción, son hombres muy recios y 100 % machistas, y se enojan mucho cada vez que salgo a la calle vestido de chica, son intolerantes y se oponen a dejarme vivir mi sexualidad tal como soy, incluso han llegado a pegarme para impedir que salga, ya que no quieren reconocer que en realidad soy una niña, encerrada sin saber porqué en el cuerpo de un niño. Mi mamá y mis hermanas hasta discuten con ellos para que se den cuenta que cuando me arreglo como chica me veo preciosa y que en vez de reprimirme, deberían estar orgullosos de tener una hermanita tan linda, aunque un poco diferente.

De todos modos ya no me importa que se enojen y a pesar de que no estén de acuerdo con lo que hago ya tengo un año hormonizandome y aunque se enojan mucho cada vez que se enteran que he salido a la calle en ropa de chica, lo seguiré haciendo, para lo cual uso el cabello intencionalmente largo para poder arreglármelo como chica cuando lo desee, pero normalmente lo llevo recogido con una coletita y una gorra., además, aunque ellos no lo saben tuve mi primera experiencia sexual como chica a los 15 años y fue precisamente en nuestra casa y con uno de los albañiles de mi padre y después he tenido otras experiencias más, pues con ayuda de mis hermanas he podido salir a escondidas de ellos, para ir a alguna fiesta vestido como chica y en todas me han cogido.

Pues resulta que hace unos días vi en la escuela a una chica luciendo una faldita deportiva corta, color gris con vivos rosas a los lados, de tela tan suave que se le entallaba muy bien en sus redondas nalgas y hasta se alcanzaba a marcar la figura de su tanga y aunque la chica no es la gran cosa, la verdad es que su trasero se veía increíble y los chicos de la universidad se la comían con los ojos, adulando su trasero y describiendo entre ellos las formas en que se les antojaba follarla, yo me admire tanto al ver la reacción que provocó en ellos ese diminuto pedazo de tela, que desde ese momento quise tener una.

Al poco tiempo conseguí una igualita en el mercado que se instala los domingos por mi rumbo, esperaba ansiosa poder estrenarla así que el lunes por la mañana, espere a que mi padre y mis hermanos se fueran a trabajar, para no tener que discutir con ellos y trataran de impedirme salir a la calle. Me arregle muy linda y me vestí con mi faldita nueva, combinándola con una playerita blanca entalla con tirantitos rosa y al frente unas letras rosa que dicen: ‘Bad Girl’, debajo me puse un conjunto de lencería también rosa, la tanga lleva un moñito en la parte de atrás y el sostén tiene bordadas unas florecitas alrededor de las copas, le acomode unos rellenos de látex para aumentar un poco mis pequeños senos y se vieran más coquetos, mis piernas depiladas y maquilladas con un aerosol especial presumían un lindo bronceado y con las tobilleras blancas y las zapatillas rosa que me puse lucían muy sexys.

Me puse un maquillaje discreto en tonos muy suaves y me recogí el cabello jalándolo hacia atrás para hacerme una colita de caballo y dejarme un flequito al frente, ése peinado me gusta mucho porque estira ligeramente los ángulos exteriores de mis ojos, dándoles un rasgo tipo asiático y con las pestañas rizadas y rimeleadas, bien delineados y con el juego de sombras que uso se ven espectacularmente felinos. Ya tengo mucha práctica para arreglarme como chica, pues llevo varios años haciéndolo, además de que las hormonas han logrado feminizarme bastante. Así que al mirarme al espejo quede muy satisfecha, pues como soy bajita de estatura (1.60 m) y me cuido mucho de no sobrepasar los 55 kg, me complací al ver que la ropita me lucía perfecta, incluso mejor que a la chica de la universidad, pues hasta luzco mas delgada, pero tal como a ella se me entallaba la faldita en las nalgas marcando mi tanga y haciéndome lucir un lindo trasero, aunque hasta ése momento note que mi faldita era mas corta de lo que yo esperaba.

Pero con todo y eso me fui a la calle segura que mi traserito se le antojaría a cualquiera, me dirigí a abordar el ‘metro’ para ir al centro pues quería comprar algunos materiales para la escuela y ya desde allí comprobé el poder atrayente de aquella faldita, los tipos en la calle me miraban con morbo, algunos me silbaron, otros me dijeron piropos y otros algunas obscenidades y yo iba recontenta con el impacto que causaba mi chiquifalda.

Ya en los andenes vi mucha gente esperando abordar el tren y entonces me intimide un poco, preguntándome si habría sido buena la idea, pero como ya estaba allí me dije; ‘pues ni modo Angelíque (mi verdadero nombre es Ángel) ahora te aguantas’, así que me anime y aborde el metro entre los empujones de la gente y especialmente de los hombres, quienes atropelladamente me empujaban hacia adentro tratando de restregarse en mi trasero y así entre empujones fue como uno de ellos, supongo que el mas experimentado en esos menesteres, me fue acorralando astutamente hacia una esquina del vagón, donde con un intrépido movimiento tipo ‘David Coperfield’ apareció sin que yo supiera como, detrás de mí, sabedor de que el tumulto de los pasajeros me arrinconaría inevitablemente contra él.

Y así fue, en unos cuantos segundos mi espalda quedo irremediablemente pegada a su cuerpo, con la consecuente reacción lógica al tener mi trasero tan cerca de él, pues su miembro que seguramente ya había comenzado a erguirse siguió levantándose vigoroso entre mis nalgas y la delgada tela de mi faldita me dejaba sentir su erección sin ningún recato, pues además el traía puesto un pantalón deportivo sin cierres al frente y aquella sensación me empezó a poner bien caliente, pero después de todo eso era lo que yo iba buscando ¿qué no?, así que respingue mis nalgas para poder disfrutar el sabroso nabo que me ofrecía y lo sentí tan rico que de tanto en tanto hasta se lo apretaba entre mis nalgas.

Después de restregarme descaradamente su miembro en mi trasero todo lo que quiso, se soltó del pasamanos para rozarme las piernas primero y convencido de mi actitud complaciente, prosiguió acariciándomelas ahora con todo descaro, ‘uy que atrevido me dije’, eso me excito aun más y me deje acariciar despreocupada, pues en medio de tanta gente nadie lo notaria, luego las subió para abrazarme por la cintura apretándome fuerte para dejarme sentir toda su erección al máximo, ¡ay pero que pedazote de macho tan rico tenia entre mis nalgas!, con eso ya estaba salida de mí, me puso tan caliente que mi mente se nublo y ya estaba dispuesta a dejarme hacer de todo.

Empezaba a fantasear cuando de repente me levanta la faldita por la parte de atrás ¡uf y con lo que me encantan los hombres que no te piden permiso para nada! Yo volteaba para todos lados esperando que nadie nos estuviera viendo, mientras luchaba por bajarme la faldita de enfrente para que no se me vieran los calzoncitos, y así con mi colita al aire y mi tanguita metida entre las nalgas sentí repentinamente el calor de su verga dura y cabezona abriéndose paso entre mis nalgas ¡pues ya la tenía fuera de sus pantalones! Yo no podía ni pensar, pero me parecía increíble que el tipo me la quisiera meter allí mismo. Y aprovechando que en mi distracción solté mi falda por un momento, metió su mano en mi entrepierna para acariciar lo que el pensaba sería una vulva y me estuvo acariciando el triangulito de mi tanga por un rato pero sin encontrar nada, pues acostumbro levantar mis pequeños genitales y cubrirlos con una tela ‘microporo’ color piel para que mi ropa luzca planita, ¡ups que contrariedad! ‘Bueno, haber que pasa ahora, pensé’.

El se detuvo un momento un poco desconcertado, el que me pareció eterno imaginándome la peor de sus reacciones, pero luego que se dio cuenta de mi verdadera condición, me susurro al oído con una voz ronca y varonil que me hizo estremecerme todita; ‘Vaya que tenemos aquí, pero si eres un pinche putito, aja, conque que eres un putito caliente ¿no? Pues estas ¡bien bueno jotito! y tienes unas nalgas ¡bien chingonas! Y como ya me calentaste y me paraste la verga bien rico, de todos modos te voy a cinchar, ahora la vas a hacer de puta y te la voy a meter por el culo hasta que me saques la leche’, aquellas palabras hicieron que me pusiera chinita de la emoción y en mi cabeza hueca solo resonaba una frase como eco; ‘Si, si, si mi amor, cójeme como a una puta’. Entonces fue que les hizo señas a los tipos que nos rodeaban y hasta ése momento me percate que no venía solo sino que venían los cuatro juntos, por tal motivo no nos alcanzaba a ver la demás gente, porque sus amigos nos venían cubriendo.

Los otros tipos me miraron con sonrisitas sarcásticas y por un momento me invadió el miedo al darme cuenta que estaba solita y en medio de aquellos cuatro grandulones y quien sabe que tantas cosas se le ocurriría hacerme, pero luego me tranquilicé percatándome que no pensaba hacerme daño, seguramente solo quería cogerme mientras el tiempo y las circunstancias se lo permitieran y en realidad para esos momentos yo ya lo deseaba con lujuria.

Y mientras divagaba en mis pensamientos, inesperadamente sentí como paso un dedo por un lado de mi tanga para meterlo en mi culito, tan abruptamente que no me dio tiempo ni de quejarme y mientras lo movía en círculos con brusquedad, me dijo al oído; ‘Te vistes como puta porque vienes buscando macho ¿verdad zorrita?, ¿Qué, te gusta mucho la verga? ó ¿nada mas te encanta?’ Luego metió otro dedo más, jalándolos hacia arriba, tratando de abrirme el culo lo más pronto posible, sin importarle el dolor que me causaba.

Apreté los dientes para no quejarme y agachando mi cara continué escuchando mas de sus excitantes vulgaridades, hasta que consideró que ya estaba bien dilatada, entonces me dijo; ‘Bueno puta, ya estas lista para que te coja ¡Tienes una carita de putona que no puedes con ella! Así que abre bien el culo mamita porque ahí te va la verga’.

Corrió mi tanga de lado y abriéndome el mismo las nalgas, comenzó a meterme lentamente aquel generoso trozo de carne, mientras yo aferrada al pasamanos levante mi cara cerrando los ojos y arqueando mi espalda lo más posible para levantar mis nalgas y dejarle mi culo bien ofrecido, para que nada impidiera que aquel soberano tolete se deslizara dentro de mí, centímetro a centímetro disfrute como loca aquel troncazo invadiéndome las entrañas sin que nada pudiera frenarlo, imaginaba cuanto me gustaría que los varones de mi casa pudieran ver como sumisa y obediente, me dejaba partir el culo por aquel corpulento macho, me divertía pensar la rabia que les daría verme así, "la nena" mas pequeña de la casa bien ensartada como mariposa, con tremenda verga poniéndome los ojitos en blanco y cuando me di cuenta fue porque ya la tenía hasta adentro y entonces no pude menos que decirle entre dientes con mi vocecita de puta apenas audible; ‘ Ay papacito ¡que pitote!’.

Me lo dejo allí unos momentos, mientras mis paredes interiores intentaban acostumbrarse a la presencia de aquel tremendo extraño, se ajustaron apretadamente al contorno de su miembro resignadas a sufrir con gusto aquella comprometida penetración. Luego me abrazo por la cintura y empezó a mecerse despacito, sacando y metiendo por mi cola aquel grueso camote haciéndome ver estrellitas, les juro que tuve que morderme los labios para no gritar de gusto. Con una de sus manos aferrada a mi entrepierna por encima del triangulito de mi tanga se apalanco y comenzó a bombearme más rapidito, ¡mmmhhh! y entonces si, ya no pude evitar que se me escaparan algunos gemidos, ese machazo tenía la verga de un semental y me la estaba metiendo como se le mete a una puta en celo, y yo tuve que agachar la cara mordiéndome un dedo para no gritarle a todos lo rico que me estaba cogiendo y como me gustaba tener esa vergota metida hasta el fondo.

Pero lo que si pude hacer fue contraer mi culito repetidamente, aprisionando con fuerza ese poderoso ariete que enardecido me perforaba las entrañas, para dejarle saber lo delicioso que sentía y cuanto me deleitaba tenerlo adentro. Lógicamente el no pudo contenerse mucho más y paso lo que tenía que pasar, sus manos se crisparon en mis caderas, su respiración se aceleró, sentí como su verga se esponjo poniéndose mas dura y dándome unos cuantos empujones mas fuertes, supe que estaba eyaculando dentro de mí, pero me tenía tan caliente que no me importo que aquel extraño me dejara todo su semen dentro, uy al contrario, estaba tan excitada que recibí encantada toda la leche que dejo en mi culito, hasta que termino de vaciarse y poco a poco aquel palpitante miembro que acababa de hacerme tan dichosa termino recuperando su tamaño normal.

Una vez que lo sentí fuera de mis nalgas, acomodé mi tanga y mientras me bajaba la faldita, intercambiamos nombres y teléfonos, todavía dándole la espalda quedamos de vernos la próxima vez que anduviera bien caliente, para que me diera ‘otra repasadita’, y luego yo me gire repentinamente, le di un besito en la boca como despedida y me dirigí a la puerta del vagón que ya estaba a punto de abrir, antes de salir lo mire de reojo regalándole un guiño con una sonrisita que le dejaba muy claro cuanto me había gustado esa cogida.

Luego me fui caminando por el andén meneando mi culito alegremente, satisfecha de saber que ahora lo llevaba bien llenito de leche, hasta la podía sentir entre mis nalgas, si, la leche de aquel macho que había dejado en mi rostro una sonrisita de nena puta y bien cogida, que no me quitaba nadie.