Lo que pasa en Las Vegas...(Follada entre cuñados)

Follada entre cuñados, con todo detalle

Lo que pasa en Las Vegas, (Follada entre cuñados)

Rober y Raul, salieron del salón, dejandonos a algunos flipados y a otros cachondos, o incluso ambas cosas. Lo que si estabamos era sedientos.

En media hora, el minibus salía hacia la discoteca y todos queriamos estar lo suficiente mamados, para gastarnos lo menos posible en la sala.

En pocos minutos, nos recompusimos todos. La ropa de cada uno volvió a su lugar original y haciendo corro, nos tomamos unos chupitos de cazalla junto a Paolo, que despues de cobrar, abandonó tambien el salón, dejandonos solos a los invitados de la despedida.

Las miradas entre nosotros eran de total complicidad, sabiamos que una vez pasara esa noche, nunca se volvería a hablar sobre lo que ocurriese durante ella.

Cesar, retomó las riendas de la situación y subiendose a una silla improvisó un breve discurso:

  • Amigos, esta es una noche especial. Carlos se nos casa y vamos a conseguir que no olvide nunca la fiesta que le prepararon sus mejores amigos.....y Dani, su cuñadito querido.......

Yo estaba junto a Cesar mientras decía estas palabras y al nombrarme, me agarró de la cabeza y la llevó contra el, a modo de abrazo, dejando mi cara justo junto a su entrepierna, que se podía ver bastante excitada. Por mi parte, le pasé mi brazo alrededor de su cintura, para completar su abrazo, pero dejándole mi mano sobre su nalga y presionando su ano con mi dedo pulgar. Cesar ni se inmutó, siguió su discurso:

.........Recordad todos el lema de esta fiesta, "Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas", por eso, todas las fotos y videos que tomemos de esta noche, las pasaremos a un pen, que regalaremos a nuestro Carlos, a excepción claro de las más inocentes.

Todos estuvieron de acuerdo con entregar cualquier imagen comprometedora de esa noche y más, teniendo en cuenta que eran "heteros", incluso algunos hijos de familias de derechas, catolicas, apostólicas y romanas. Aunque durante esa noche, parecian más griegos que romanos.

Fuimos subiendo todos al bus, viendo escalón tras escalón a Raul, sentado al volante, como si nada. Dandonos la bienvenida como si hiciera algo menos de una hora, no lo hubieramos visto todos tragarse los 22 cms de dura y gorda polla, que le clavaba el camarero hasta atravesarle la garganta con su hinchado capullo. Estaba tranquilo como si no hubieramos visto con detalle como Rober le metía su enorme polla una y otra vez hasta el fondo de su boca. Como si no recordaramos como el joven camarero nos mostraba a todos sus 22 enormes centimetros de gorda polla, y tras un único movimiento firme, hiciera desaparecer aquel monstruoso badajo en la boca del joven chofer, a quien se le notaba que la garganta aumentaba su tamaño, al recibir en su interior al menos una cuarta parte de aquella verga.

Mientras yo subia al bus y al ver sonriente a Raul, mostrando unos blancos dientes alineados, me vino a la cabeza las lefadas bestiales que Rober enchufo en su boca y como el joven conductor, siendo incapaz de tragar tal cantidad de semen, teniendo aún su garganta ocupada por la polla del semental camarero, escupía por las comisuras de sus mas que abiertos labios, sendos chorros de espeso esperma, mezclado con sus propias babas que salían directamente de su estomago. Me pregunté ¿si el blanco de sus dientes, tendrian algo que ver con el blanco del semen que se tragaba?.

Una vez todos abordo, salimos hacía la discoteca.

Una vez en la zona vip reservada para nosotros, fueron llegando una tras otra, botellas y botellas de alcohol. Que desaparecian en segundos repartidas entre los vasos de todos los componentes de nuestra caravana.

La penumbra nos ocultaba y a pesar que sin cesar subian chicas hasta nosotros, interesadas más en beber gratis que en nosotros mismos, aunque para sacar un cubata, tuvieran que enrrollarse con alguno, o dejarse magrear, mi cuñado no se separaba de mi lado.

Los diez chicos, bailabamos deshinibidos todos los temas que sonaban, abrazandonos y prometiendonos amor eterno. En definitiva, lo que siempre ocurre cuando un grupo de heteros borrachos, se reunen sin sus parejas hembras y montan una soberana fiesta. Aunque entre Carlos y yo, algo era distinto.

Mi cuñado, aprovechando los abrazos comunes, me agarraba mi entrepierna erecta, Sus besos buscaban siempre mis labios y torpemente, me susurraba al oido que esa noche quería follar conmigo. Yo por supuesto, me dejaba hacer, incluso me desabroché el pantalón para que sus manos fueran directamente a cogerme la polla.

Parecía un poco absurdo esconder nuestros roces ante los amigos, puesto que hacía algunas horas nos habiamos chupado las pollas unos a otros, pero en la discoteca, todos parecian machitos heteros.

Entre trago y trago, nuestros viajes al baño eran más que seguidos. En uno de ellos, mi cuñado me acompañó. Al entrar al servicio, vimos que estabamos solos y Carlos me agarró del brazo, llevandome a uno de los habitáculos. Tras entrar los dos, cerró el pestillo y se abalanzó sobre mi.

Sus labios invadieron mi boca y con mucha pasión nuestras lenguas pelearon entre ellas durante varios minutos. Mientras tanto las manos de mi cuñado me agarraban fuerte del culo, presionandome contra su cuerpo, uniendo nuestros paquetes para refregarse con deseo.

Carlos me empujó de espaldas contra la pared, levantando una de mis piernas alrededor de su cintura, sintiendo como ambos estabamos tremendamente empalmados.

Con una mano, me subió mi camiseta hasta sacarla por mi cabeza, dejando mi torso desnudo.

A mis 18 años, lucía unos pectorales definidos, carentes totalmente de vello y debido a mi excitación, tenia mis pezones totalmente erectos, al igual que mi polla. Carlos siguió su beso por mi cuello, haciendome gemir de placer. Levantó mis brazos sobre mi cabeza y dirigió su lengua hacía uuno de mis sobacos. Totalmente depilado como estaba, gotas de sudor se deslizaban por mi piel empapando mis axilas. Mi cuñado lamia con fuerza mis sobacos, haciendome sentir como su lengua raspaba la piel de mis axilas.

Mi cabeza quedaba por encima de la suya viendo su espalda curvada contra mi cuerpo. Una extraña sensación de dominio me invadía, al verlo inclinado ante mi. Sin poder dominar mi excitación, le desabroché el pantalón, el cual cayo al suelo debido al peso de sus bolsillos, le levanté la camisa viendo ante mi su espalda desnuda y su culo cubierto por la fina tela de sus slips, que debido al calor del momento, estaban mojados por su sudor y trasparentaban sus gluteos y sobre todo la oscuridad de su raja.

Apreté su cabeza contra mi sobaco sujetandola fuerte con una mano, mi vista no se apartaba de su trasero. Mi otra mano, le cogió fuerte del cuello y como una garra, la fuí bajando por su espalda, clavandole las uñas mientras lo hacía. En varios momentos, le hinque tan profundo mi zarpa, que hilillos de sangre aparecieron tras mi paso. Sentía precisamente en esos momentos, que mi cuñado mordia más fuerte mi axila.

Con la mano que le sujetaba, llevé su cabeza hasta mis pezones. Carlos de inmediato empezó a lamerlos y a morderlos con pasión.

Ahora su espalda estaba más curvada. Mi cuñado se postraba más ante mí y mi vena sado se hizo mas patente. Seguí bajando mi garra por su espalda, hasta llegar a su trasero. Postré mi mano sobre su slip, enmedio de sus gluteos y con toda la fuerza que pude, agarré la raja de su culo notando en mis dedos la calentor de su orificio trasero. Carlos me correspondió mordiendo fuerte uno de mis pezones, lo que me hizo ir mas alla.

Le meti la mano por debajo de sus interiores y haciendo presión sobre su ano, logré meter uno de mis dedos en su interior. Aquello le dió vida a mi cuñado, que en un movimiento de su cuerpo, se deshizo de mi abrazo y me volvió a empujar contra la pared.

Sus ojos miraron los mios, emanaban deseo. Se mordia el labio inferior y sin decir ni una sola palabra, forzó mi cuerpo hacia abajo, hasta dejarme arrodillado ante el.

Ahora era yo quien mostraba pleitesía.

En esa altura, veia con asombro el paquete de mi cuñado. Aunque su dura polla permanecía dentro de su slip, el sudor emanado por la zona, junto con el precum emanado, hacia este casi trasparente, dejandome ver la potencia de su verga. Su ancho y su largo, así como el hinchado capullo que la coronaba.

Carlos me sujeto con una mano por mi nuca, mientras con la otra bajaba la parte delantera de sus interiores, dejando saltar como un resorte ante mi mirada, su excitado miembro.

No hizo falta más. Abri todo lo que pude mi boca y me meti hasta el fondo aquella deseada polla. Empecé la más apasionada de mis mamadas metiendome cada vez más profundo su pene. La sacaba por completo de mi boca, para poder admirarla permitirme acariciar su superficie con mi lengua, recogiendo de su rajita, los liquidos que de ella emanaban, para volver a metermela con desenfreno hasta el fondo.

Cuando por fin conseguí que mi garganta cediera paso a su hinchado capullo hacia mi esofago, largos rios de babas salian directamente desde mi estomago, para lubricar aún más mi boca y facilitar así sus empujones.

Mi cuñado me la mantenía metida hasta el fondo, hasta que me hacía convulsionar buscando aire para mis pulmones, entonces la sacaba, dejandola enhiesta ante mi cara. Tras recuperar el aliento volvía con la misma maniobra.

Dejandome llevar por sus violentos movimientos, pero haciendome yo tambien propietario de estos. Conseguí desabrocharme el pantalón y bajarlo junto al boxer hasta dejarlos mas alla de mis rodillas, haciendo que mi polla erecta se uniera a la escena.

La visión de mi pene de 18 años, no paso desapercibida para mi cuñado, que lejos de desear correrse tan pronto, cesó en sus embestidas y el amor filial, aparto a la increible bestía salida de hace un momento.

Me agarro por las axilas y levantó mi cuerpo como si de una pluma se tratara, hasta dejas nuestros labios muy juntos.

-Te quiero Dani- me dijo. Y nos fundimos en un cariñoso beso.

Nuestras lenguas calientes se abrazaban de nuevo en el interior de nuestras bocas. Torpemente, ambos nos descalzamos y retiramos la ropa que nos quedaba, quedandonos totalmente desnudos. Sin separar nuestros labios, nos fundimos en un abrazo, pegando nuestros seres y sintiendo ambos la dureza del miembro del otro, pegado contra nuestros vientres.

Fue Carlos ahora quien se arrodilló ante mi llevandose mi polla a su boca. Me lamía el tronco de abajo a arriba, pasandome la lengua por mi brillante glade y recogiendo los jugos que salían del interior de mis testículos.

Mi cuñado se empezó a meter toda mi polla en la boca, intentando que esta llegara a lo más profundo. Cada vez que lo intentaba, su cuerpo se convulsionaba y varias arcadas le dejaban sin aire:

-Carlos no lo fuerces, simplemente chupamela.-Le dije acariciando el perfil de su cara.

Mi cuñado entonces, se limitó a mamarme el miembro, metiendo y sacandolo de se su boca, apretandome el capullo con sus labios cada vez que lo hacía. Aquellos movimientos me estaban llevendo a lo más altos y con mis gemidos le indicaba que lo estaba haciendo muy bien.

Las manos de Carlos rodearon mi cintura buscando mi trasero. Cuando sus dedos llegaron a tocar levemente mi ano. yo mismo me abrí ambos gluteos dejando libre paso a sus falanges, que entre tantos jugos estaban más que lubricadas.

Con una facilidad pasmosa, mi esfinter se abrio ante sus tanteos y mi cuñado pudo meterme ambos dedos indice en lo mas profundo. No solo los metió, sino que hacía fuerza para separarlos en mi interior y así abrirme más pronto mi culo.

Cambio sus indices por tres dedos de su mano derecha, que aunque notando un leve rechazo por mi agujero, de inmediato este les invitó a meterse hasta lo más profundo.

Sentir como Carlos me la chupaba era muy excitante, pero mi cuerpo me pedía mas guerra, asi que le saqué la polla de la boca, me di media vuelta y le dije:

-Carlos, por favor, follame.....

Me coloqué de pie con mis pierna abiertas ante la taza y doblando mi torso le mostre mi ano, abriendomelo con una mano, mientras que con la otra me sejetaba de la pared, para resisitir sus envestidas.

Mi cuñado se agarró la polla por la base, colocandome la punta en mi abierto esfinter y presionando un poco la metió casi hasta la mitad.

Solté un pequeño quejido y mi cuñado quiso sacarla, cosa que impedí sujetandole la cintura contra mi cuerpo y sin soltarlo, yo mismo retrasé fuerte mi cintura, hasta meterme la totalidad de su polla.

Mi mamada anterior habia expulsado tanta baba que su pene estaba totalmente lubricado, por lo que mi cuñado pudo moverla sin resistencia ninguna.

Su cintura comenzó un mete saca que introducía su enorme polla hasta que sus puvis chocaba con mi trasero. Estaba tan mojado por dentro que Carlos gemía de placer con cada movimiento que hacía en mi interior.

Cuando cogió el ritmo pleno, en el baño solo se escuchaban los sonidos humedos de su polla entrando y saliendo de mi culo, los golpes de su cadera contra mis gluteos y como no, nuestros fuertes gemidos de placer.

-Necesito correrme Dani....-me dijo, pidiendo permiso para hacerlo dentro.

Con ambas manos le sujeté la cintura contra mi culo, dandole autorización para hacerlo.

Carlos paro un poco, retirandose, pero sin sacarla, aparto mis manos y me sujeto por la cintura, yo entendí lo que venía y me apoyé bien en la taza, preparandome para sus embestidas y así fue. Mi cuñado la metia de un solo movimiento y la volvia a sacar, algunas de esas veces se le salió por completo de mi interior, dejandome sentir en mis intestinos como entraba aire limpio y frio del exterior. Carlos la volvia a meter hasta el fondo , hasta que cambio su ritmo follandome como un martillo hidraúlico, embestidas cortas, rápidas y profundas, hasta que sentí como su verga se hinchaba en el interior de mi culo, al tiempo que los musculos de mi ano le presionaban su polla y una vez la tuvo toda dentro, la mantuvo ahí y gimiendo como un poseso, empezo a soltar chorros de semen en mi interior. Chorros que sentí como me mojaban aún mas mis intestinos de un caliente nectar. Fueron primero tres embestidas, seguidas por otras cuatro réplicas.

Mi cuñado en ningún momento me sacó la polla, una vez se había corrido del todo y aún con su pene erecto, me sigió follando impidiendo que mi culo escupiera su leche y haciendome gozar aún mas.

Tras un minuto, sacó su ya flacida polla de mi culo y ante de que me incorporara, hizó algo que me sorprendió, bajo su cara hasta mi trasero y trago toda la leche que de el salía, cuando tuvo su boca llena de su propio semen, me levanto para compartirlo conmigo en un amoroso beso.

Nos limpiamos un poco con papel higiénico y nos vestimos.

Antes de salir, mi cuñado me miró y me dijo:

-Recuerda cuñado, "Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas"