Lo que pasa cuando te olvidas el corpiño III
Continuo con la historia. Esta vez me enfieste con mi jefe y el gerente de Uruguay sin haberlo programado. Esto que estoy relatando me sucedió hace dos semanas atrás y forma parte de mi viaje laboral a Montevideo.
Continuo con mi relato, que si bien es largo, la parte de Uruguay solo se desarrolló en 4 días.
Historia real.
Llegue a la oficina de Montevideo alrededor de las 09:30hs. Sergio ya estaba. Salude a todos y me senté en la sala de reuniones, que es donde trabajo cuando estoy de visitas. Al rato Sergio viene a la sala y me pregunta cómo me sentía. Obviamente le dije que con resaca, pero que bien. Cierra la puerta y me dice, “sos terrible, no sabes cómo me dejaste. El mejor polvo en años. Ojala podamos repetir, y si es con mi mujer mejor”. Me incomodo un poco la conversación, ya que no me gusta hablar esas cosas en el ámbito laboral. Sergio lo habrá notado ya que enseguida me dijo, “quédate tranquila que este tema no se habla mas. Lo que paso, paso, y la verdad es que lo pase muy bien. Pero no quiero que vos te sientas incomoda”.
Me hizo sentir un poco mejor. Y antes de irse me recordó que alrededor del medio dia llegaba Alfredo, mi jefe.
Hasta las 13hs en que llego Alfredo casi no me levante de la silla. Y estaba muy metida en el trabajo ya que tenía varias cosas por terminar y a las 16hs tenía que cortar para ir al aeropuerto a tomar el avión.
En ese momento se acerca mi jefe, quien me había saludado pero desde lejos, y se encierra conmigo en la sala de reunión. La conversación fue la siguiente. “se que todavía no terminaste y que por lo menos tenes hasta las 18hs. El avión sale a esa hora, por lo que no vas a llegar a terminar sin perder el vuelo. Porque no te quedas hasta mañana, así trabajas tranquila el resto del día y te tomas un avión mañana así no corres?.”. La verdad es que lo que me decía era lógico. De esa forma aprovechaba más el día y no tenía que andar corriendo al aeropuerto.
El problema era que ya había hecho el check out y tendría que ver si podían darme una nueva habitación en el hotel. Mientras pensaba esto mi jefe me dice como si me estuviese leyendo la mente, “no te preocupes por el hotel, estoy en un penthouse y hay lugar para vos respetando tu intimidad”. Se que mi jefe siempre va a las mejores habitaciones. Probablemente estuviese en una que tendría dos camas o un sillón enorme. O quien dice, dos habitaciones comunicadas. Me quede pensando y le dije que le confirmaba en un rato conforme fuese avanzando con el trabajo.
Enseguida llame a mi marido y le fui preparando el terreno. Le dije que no llegaba y que probablemente tuviese que trabajar hasta tarde por lo que podría llegar a perder el vuelo. Y que estaba viendo si en lugar de volar el sábado, volaba el domingo temprano así aprovechaba el sábado para terminar con todo. Caso contrario iba a tener que volver en un mes.
Inconscientemente le estaba diciendo a mi marido que me iba a quedar hasta el domingo en Uruguay. Si bien a mi jefe no le había dicho nada, yo ya había tomado una decisión.
Como era de esperar alrededor de las 15:30 me llega un mensaje de mi jefe via chat interno. ME estaba preguntando que iba a hacer. Le dije que me quedaba, y que le avisara a su secretaria de que me cambiara el pasaje para el domingo por la mañana, y que también me reservara una dos noches de hotel más. Obviamente insistió en que me podía quedar en su habitación, pero ante esto le respondí que de ser asi levantaríamos sospecha. Prefería mi habitación. Entendió y como a la hora me enviaron los datos de las nuevas reservas.
Alrededor de las 18:30hs ya no había nadie en la oficina salvo mi jefe y Sergio que estaban encerrados en la de este último desde hacía una hora por lo menos.
Yo me quería ir y quería saber si me iban a alcanzar o como seguía el día.
Asi que tome la decisión y encare a la oficina de Sergio, golpee la puerta y después del ok entre.
Ahí estaban Sergio y Alfredo charlando distendidamente. Yo pensaba que estaba discutiendo por trabajo, pero parecían lo más relajados posible.
Nos pusimos a charlar de temas laborales, hasta que en un momento Sergio dice, “al final estábamos hablando de mujeres, y viene Natalia y terminamos hablando de trabajo”. Y risas al margen, mi jefe responde, “es porque se pone celosa, ella quiere ser el centro de atención”. Ellos se rieron, y yo por dentro, si bien sonreí, pensaba que lo que había dicho mi jefe era cierto. Por un momento me imagine ahí mismo garchada por los dos, de manera salvaje sobre el escritorio. Volvi de mi imaginación y busque la mejor manera de salir de ese comentario sin quedar cortante ni regalada. “soy el centro de atención. O no?”. Los dos se quedaron callados y empezaron a reir. Y mi jefe para rematarla dice, “con ese lomo obvio que sos el centro, si no hay hombre que se resista”. Yo no sabía si hablaban en serio, si me estaban boludeando. Era rarísimo que mi jefe me hablara así y mucho más delante de otros. Dentro de mí me molesto, porque sentí que me estaba perdiendo el respeto. Pero en realidad me estaba calentando la situación de saber que esos dos hombres ahí me estaban deseando. Así que le respondí, “se que no hay hombre que se me resista, y es un arma que utilizo muy bien.”. Los tres nos reímos y como nadie quiso agregar más leña a la conversación, aproveche para decirles que me iba al hotel. En realidad quería decirles, “alguno lléveme al hotel”.
Mi jefe me dijo esperame 5´ que te llevo, así que volví donde estaban mis cosas y me puse a guardarlas. Enseguida apareció y nos fuimos. Obviamente agarro mi valija y yo mi cartera y la notebook. Íbamos charlando no más bien de cosas de trabajo hasta que me doy cuenta que estaba estacionando. Para mi sorpresa no era en mi hotel, sino en otro. En ese momento me di cuenta de que me había llevado a su hotel. No me dio chance a protestar, y mientras se bajaba del auto y agarraba mi valija me dejo hablando sola.
Fuimos a la recepción y mientras yo me quede apartada en los ascensores, vi como Alfredo hablaba raudamente con el encargado. Al rato me llama, me da un papel para firmar y mientras firmaba un empleado agarraba mi valija. Listo, check in hecho. Misma habitación que mi jefe. Estaba como aturdida ya que no sabía si protestar, o seguir la corriente. Obviamente le segui la corriente.
La habitación era enorme, y tal como él me había dicho podíamos compartirla y estar cada uno separado el otro sin siquiera cruzarnos. Obviamente esta no era la idea de mi jefe.
Me tire un segundo en la cama y me saque la ropa. Me empecé a acordar como me había garchado la noche anterior Sergio y me preguntaba si esta noche me haría lo mismo mi jefe.
Me envolví en una toalla y salí a lo que vendría a ser el living. Estaba ahí mi jefe mirando la TV y sin mirarme me dice, “anda a bañarte, y ponete cómoda que vamos a cenar con Sergio. Cuando estemos listos lo tengo que llamar para que nos venga a buscar así vamos en un solo auto”. Me quede inmóvil sin saber que decir. Por un momento pensé que Sergio y Alfredo habían estado hablando y que ambos me querían enfiestar. Pero me calme un poco y lo tome como casualidad. Es normal que cuando mi jefe viaja a Uruguay salga a cenar con Sergio. Pero seguía teniendo dudas.
Me encierro en el baño y me doy la mejor ducha en años. Mientras me bañaba mi cabeza daba vueltas. Me había acostado con dos hombres en varias oportunidades, pero siempre con mi pareja. Esto era diferente. Era serle infiel con dos hombres a la vez. Enseguida me di cuenta de que la idea me gustaba, pero que tal vez era solo mi imaginación y solo iríamos a cenar.
Cuando sali del baño descubri que me esperaba una botella de champagne y dos copas sobre la mesa. No había merendado y tomar champagne con el estómago vacío era literalmente suicidarme. Ahí estaba Alfredo ya cambiado sirviendo ambas copas. Brindamos e hicimos un par de comentarios. Yo aun estaba envuelta en la toalla y Alfredo confeso que le gustaría que se me cayera. Ni bien termino de decírmelo, deje caer mi toallon y quede completamente desnuda delante de el. Se quedó contemplándome unos segundos en los que me sentí violada con la mirada. El conocía mis tetas, pero solo dentro del auto y con poca luz. Ahora era otra cosa. Me tenia completamente desnuda delante de el. Y yo ni atine a taparme un poco. Se quedó mirando mi pelvis e hizo un comentario sobre mi depilación. Estoy completamente depilada y lo llevo así desde hace varios años.
Me senté en una de las sillas y continúe tomando champagne de esa manera. Mi jefe tomaba a la par mía y charlábamos de cualquier cosa. Fue una situación bastante rara. Yo desnuda, el vestido y hablábamos de cualquier cosa menos de sexo.
En un momento se termina la botella, mi jefe llama para pedir otra y yo voy a la habitación a cambiarme. Mucha ropa no tenía ya que la valija era solo por tres días laborales. Así que volví a ponerme el jean y en esta oportunidad con la famosa musculosa blanca que tanto le había gustado a mi jefe en el primer relato. En aquella oportunidad me la puse sin corpiño sin querer, en esta fue a propósito. La musculosa es igual a la negra de la noche anterior. Ajustada al cuerpo, por lo que al ser flaca y tetona la luzco muy bien. El problema con la blanca es que al no llevar corpiño, si bien tiene forro, se transparenta. O sea, con luz y frio, estoy en bolas como en la oficina.
Me puse unas sandalias para tratar de estar un poco más formal y volví a donde estaba mi jefe.
Obviamente me miro de arriba abajo, no con cara de pajero, si con cara de deseo.
Ya estaba el nuevo champagne en la habitación, y mi copa llena de nuevo. La verdad es que me había hecho efecto y me daba cuenta.
En eso le suena el celular y enseguida me di cuenta de que era Sergio. Le estaba diciendo que ya estaba abajo. En eso mi jefe le dice, “porque no subís así nos acompañas con el champagne?”. Listo, acá no cenamos pensé…
Subió Sergio y enseguida se nos unió con un vaso. (no teníamos más copas y no quisieron llamar para perdir otra). Seguimos tomando y charlando sobre cualquier cosa. Era obvio que en algún momento el tema del sexo iba a salir. Terminamos la botella y mi jefe amago con pedir otra, pero yo le dije que no, que ya había tomado bastante y encima no había comido nada, que prefería no tomar mas por el momento. Acto seguido agarre una gaseosa del frigobar.
Pero era evidente de que no estaba en sus planes ir a cenar, y que tenían todo mas o menos armado. Mi jefe enseguida agarro la carta del restaurant del hotel, hizo un llamado, y a la media hora estaban golpeando la puerta con la cena. Además de la comida traían otro champagne, la copa restante y tres cervezas.
Nos dispusimos a cenar y la conversación empezó a mutar para el lado del sexo. En un momento me empezaron a joder con los pezones, que estaban queriendo salir de la musculosa. Acto seguido, y mas que nada para joderlos, me levante, fui hasta la habitación y me puse un saco que tenia en la valija. Obviamente repudiaron mi actitud, y a los 5 minutos estaba de nuevo sin el saco. Tome una de las cervezas y ya me sentía realmente mareada, pero dentro mio quería que pasara lo que se estaba gestando.
De fondo había un canal de música, y en un momento de la charla mi jefe le comenta a Sergio que yo bailaba muy bien. En realidad no se dé donde saco eso, pero supongo que se refería a cuando le refregue el culo en la fiesta de fin de año. Me insistieron y me puse a bailar con la condición de que ellos bailaran conmigo. El franeleo era constante. Solo faltaba que alguien diera el primer paso. En eso mi jefe arranca la conversación. “Nati, vos sabes lo que se viene no?”. Obviamente lo mire y no respondí, pero era evidente de que sabía a lo que se refería. “vamos a pasar una noche increíble los tres”, dijo Sergio. Mi jefe volvió a tomar la palabra. “te animas o arrugas?.”. Y de manera seca pero cortante, porque en realidad me molesto el desafio, le respondí. “creo que ya te demostré que soy la empleada perfecta”, y acto seguido empiezo a bailar mas sexy. Sergio y mi jefe se sientan como para mirarme y yo improviso una especie de streep tease. Me saco el jean y quedo en tanga. Sigo y quedo en tetas. A todo esto ellos dos sentados y yo me acercaba y les bailaba un poco a cada uno. Podía sentir sus erecciones cada vez que me sentaba a frotar a alguno. Como ellos estaban uno al lado del otro me arrodille en el medio y empecé a bajarles el cierre de los pantalones. Tuvieron que ayudarme, pero enseguida estaban sus pijas al aire. Obviamente la de Sergio era descomunal y me atraía muchísimo mas que la de mi jefe. Pero la de mi jefe tenia justamente el “sabor” al jefe.
Empecé a chupárselas a ambos. Mientras se la chupaba a uno masturbaba al otro. Así estuvimos al menos 10 minutos. Yo podía sentir lo mojada que estaba. Me levantan y me llevan a la cama. Me empiezan a besar y mientras uno me besaba o manoseaba, el otro se sacaba la ropa. No recuerdo quien de los dos me saco la tanga y quede completamente desnuda delante de los dos. En ese momento empezaron a decirme piropos, y me agarro miedo de que Sergio hiciera algún comentario de la noche anterior. No sabía como podría llegar a tomarse mi jefe el saber que me había acostado con Sergio antes que con el. Si bien sospechaba de que algo habían hablado, no sabía hasta donde ni que se habían contado.
Vuelvo a chupársela a Sergio mientras mi jefe me chupaba la vagina. Yo estaba en cuatro. Mi jefe detrás y Sergio acostado. En eso mi jefe me dice que iba a buscar los condones a su valija. Yo me doy vuelta y con cara de apurada le digo, “veni, métemela asi, solo acaba afuera”. Creo que no termine de decírselo que ya me estaba bombeando. En cada embestida que me daba mi jefe, la pija de Sergio se metía mas adentro de mi boca. En un momento pensé que me quedaba sin respiración. A los 2 o 3 minutos siento que mi jefe sale y empieza a acabarme en mi cola y en la espalda. En ese momento Sergio me agarra y de un movimiento me sube arriba de el. Agarro su tremenda pija y me la acomodo tal como la noche anterior. Mientras lo montaba podía sentir como el semen de mi jefe chorreaba por mi espalda. Mi jefe se va al baño y Sergio aprovecha empujarme sobre el de manera de que mis tetas quedaran al alcance de su boca. En un momento me dice al oído. “hoy la cola no zafa como anoche”. A lo que lo miro y sin que le diga nada me dice, “solo le dije que tuvimos una charla hot, pero que no había pasado nada”. De pronto me saque una mochila de encima. Entendi de que ambos planearon garcharme pero sin saber que ya había estado con cada uno. Lo que mas me preocupaba era como se lo podría tomar mi jefe.
En ese momento vuelve mi jefe, y al ver la situación veo como su verga sin esta dura del todo, ya mostraba signos de excitación.
Sergio ya había empezado a jugar con sus dedos en mi culo, y yo explotaba de placer. En ese momento tuve mi primer orgasmo. Lo debo haber gritado fuerte porque mi jefe se acercó y me tapo la boca.
Sergio en ese momento me corre como para cortar la situación ya que aparentemente estaba por acabar. Mi jefe se vuelve a unir chupándome las tetas y masturbándome con la mano. Sergio se levanta y se va al baño. Mi jefe me pregunta si estoy bien a lo que le respondo que era obvio que si. Me acomodo y se la empiezo a chupar con unas ganas que enseguida estuvo erecta de nuevo. Mi jefe me confiesa que desde que se la había chupado en el auto no paraba de pensar en mí. Que lo volvía loco en todo sentido. Mientras me decía esto se la chupaba cada vez con más ganas. En eso vuelve Sergio con un sobrecito de crema de enjuague. Mientras de la chupaba a mi jefe con mas ganas que nunca, Sergio comenzó a lubricarme el culo con crema de enjuague y a jugar con sus dedos. En poco tiempo sentí que ya había varios dentro.
Sergio le dice algo a mi jefe que no logro oír, pero enseguida siento que empieza a tratar de meterme la pija por el culo. Realmente me dolía, tiene una cabeza enorme. Pero no opuse resistencia y conforme me penetraba, más se la chupaba a mi jefe. En un momento mi jefe me pregunta si me dolía, a lo que le digo, “no, me encanta”. Y en ese momento me dice, “queres que te hagamos la doble?”. Lo miro sin sacarme la pija de la boca y con mi mejor cara de puta le digo, “me encantaría pero si vos sos quien me la mete por atrás.”. En eso empiezo a sentir como tiene un espasmo y mi boca comienza a llenarse de su semen. Sigo chupando aunque a diferencia de en su auto, algo deje escapar. Sergio ya tendría toda su verga dentro de mi culo porque no aguantaba más del dolor. En ese momento, y si bien estaba disfrutando a pleno, lo único que quería era que Sergio acabara. Me estaba destruyendo literalmente el culo. Mi jefe había quedado fuera de combate. Estaba acostado disfrutando la escena. Su empleada en cuatro siendo culiada por el gerente de Uruguay. En eso no se si es que me relaje o que finalmente entro toda la pija de Sergio dentro de mi, pero empecé a disfrutar sin sentir nada de dolor. Habremos estado asi por otros 5´ hasta que me doy cuenta de que Sergio estaba acabando dentro de mi culo.
Me tiro en la cama, al lado de mi jefe, y Sergio se tira en uno de los sillones.
Nos quedamos así un rato hasta que me levanto para ir al baño. Me temblaban las piernas. Luego de limpiarme un poco vuelvo a la cama. Sergio ya se había ido. Mi jefe me estaba sirviendo un vaso de coca light y me pregunto cómo estaba. Le respondo que bien, pero que estaba cansada. Voy hasta donde está el y le doy un beso de lengua que duro al menos 2 minutos. Después de esto, y siendo ya las 2 AM me voy para mi habitación.
Me esperaba un sábado “laboral” y una noche mas en esa habitación con mi jefe antes de volver a casa.
Continuara….