Lo que no querias saber

Aunque nos hablamos todo y no tenemos secretos, a Mª José no le ha gustado preguntar por mi vida antes de conocerla, ya que de hecho lo que la he contado ha sido casi siempre por mi iniciativa. Pero esta vez me ha pedido que la contara alguna cosa oculta que sucediera antes de conocerla.

LO QUE NO QUERIAS SABER

MªJose se ha decidido, y me ha pedido que la contara alguna de las cosas que me sucedieron antes de conocerla y de las que no ha querido nunca preguntarme, o mejor dicho, ha rehusado preguntar por ellas al no gustarle el tema, por lo menos al principio de nuestra relación.

Voy a intentar relatar con el detalle mas o menos adecuado, una de las cosas que he tenido conmigo durante tiempo y que no sabe nadie más. Todo ocurrió cuando para ganar algo de dinerillo y también por hacer un favor a mi hermana Carmen nos quedábamos Javier, mi hermano gemelo, y yo haciendo de canguros de sus hijas pequeñas, vamos de mis sobrinas, cuando los sábados noche se iban a cenar y demás con sus amigos Conchi y Gabriel, que es un famoso catedrático bastante ricachon.

Antes de contar lo que esta deseando saber Mª José, tengo que ponerla en situación sobre ciertos aspectos que ayudaran a seguirlo mejor.

Somos seis hermanos siendo Carmen la segunda y llevándonos a Javier y a mas de 10 años, como podéis imaginar la relación con los hermanos mayores prácticamente no debería haber dejado excesivos recuerdos en nuestra infancia, sin embargo Carmen se encargo en dejar alguna huella de ese periodo,

Normalmente desde que éramos pequeños, nos bañaban a los dos juntos en la bañera que por aquel entonces no disponía como podéis imaginar ni de cortinas ni de mamparas, Para descargar a nuestra madre de estas tareas nos solían bañar mi hermana mayor o Carmen, pero me acuerdo de cómo nosotros siempre pedíamos que fuera Carmen ya que decíamos que no nos daba tirones y no era tan bruta. Como decían que Javier era el mayor siempre acababan con el primero y después terminaban conmigo, ya entonces comentábamos entre nosotros como Carmen cuando seguía solo conmigo aparte de repetir que era su niño favorito, dejaba pronto a un lado la esponja y la gustaba enjabonarme y lavarme mi cola y demás partes intimas con sus manos. En alguna ocasión Javier, a quien tampoco se le escapaba detalle, me decía que no la dejara que se entretuviera tanto conmigo ya que le daba tiempo a él a vestirse y salir del baño y todavía estaba yo en la bañera.

A Carmen siempre la gustaba abrazarse y acurrucarse conmigo, por lo que los comentarios de él yo los interpretaba mas como envidia, aparte de que a mí me gustaba como me lavaba. Ella siempre se entretenía con nuestras colas bajando el pellejito para como decía, limpiarnos bien y no tuviésemos fimosis, lo cual sin saber que era nos parecía una enfermedad bastante mala. Mas adelante le comente a Javier, que como comprenderéis nos contábamos prácticamente casi todo, que algunas veces y cuando se había ido él, y estando yo todavía en el cuarto de baño, ella aprovechaba para ponerse en el servicio, siendo la primera vez que veía lo que tenían las chicas debajo de las bragas dejándome grabado la cantidad de pelos que tenia entre las piernas y el culo tan blanquito que no se recataba en enseñar.

A él no le hacía ninguna gracia que solo la viera yo, y eso que le daba detalles de lo que pasaba porque me sometía a todo un interrogatorio.

El bachillerato lo hicimos internos por lo que aprovechando que ya nos duchábamos solos en el internado y que nos daba cierta vergüenza estar ya desnudos delante de las hermanas mayores, creíamos que en los periodos que volviamos a casa ya nos bañaríamos solos, pero nuestra madre no compartió esa idea, ya que, según decía, al no disponer nuestro baño de ducha gastaríamos todo el agua caliente, por lo que seguimos bañándonos juntos pero con los calzoncillos puestos, para que una vez terminase nuestra hermana de lavarnos el cuerpo y la cabeza se iban y nosotros nos quitábamos los calzoncillos para lavarnos las partes vergonzosas. Me acuerdo como siempre Carmen antes de irse nos decía que nos limpiásemos bien la cola o si no lo haría ella.

Y así se fue haciendo hasta que tuvimos 14 años que ya nos bañábamos solos, por cierto ese año se caso Carmen.

Bueno pues el año anterior cuando volvimos a casa por las vacas de navidad, hubo un día bastante especial y que se me quedo grabado para siempre, justo el día de baño, Javier tenia gripe y por lo tanto no estaría en la bañera conmigo, Carmen ya hacia tiempo que se había apañado para bañarnos siempre ella y como os podéis imaginar de ella, aprovechaba para de forma disimulada separar el calzoncillo de la entrepierna y pasar algún dedo por dentro,

Así pues ese día Carmen estaba a solas conmigo, semidesnudo con solo los calzoncillos dentro de la bañera, recuerdo bien como me enjabono la cabeza mientras yo lo hacia con el resto del cuerpo y dejándome así se fue hacia el lavabo, yo que de reojo la miraba vi como se quedaba en sujetador y por debajo de la falda que no era muy larga se quitaba las bragas, intentaba disimular que no la miraba y acercándose de nuevo a la bañera diciendo vaya calor que hace aquí, me pregunto que me parecían sus tetas mientras me enjuagaba el pelo, yo levante la cabeza y dije aturdido que no sabia, su respuesta fue claro así no puedes verlas y se desabrocho el sujetador, enseñándome unas tetas que me parecían bien, dentro de mi inocencia,

Lo que reacciono de otra forma fue mi cola que ya por entonces se empalmaba y otras cosas mas, ella se dio cuenta del bulto en el calzoncillo y me hizo incorporarme de pie estando el bulto todavía mas que descarado, entonces mientras me decía, pero si ya eres todo un hombrecillo, me bajo el calzoncillo, yo sin saber que decir, vi como me la agarraba con una mano y me dijo que iba a hacer dos cosas a su chico favorito, que nadie antes se lo habría hecho y que así me acordaría toda la vida, iba a preguntar que dos cosas se refería pero no hizo falta, empezó a mover la mano que sujetaba mi cola diciéndome, te voy a masturbar un poco y me la voy a meter en la boca para que sepas lo "Que te va a gustar cuando te la chupen en adelante".

No me podía creer lo que pasaba, ella con las tetas al aire, yo de pie desnudo con el calzoncillo en los talones y mi cola, que a pesar de todo seguía empalmada, estaba siendo magreaba, lo que no quise decirla es que no era la primera vez que me hacían esas dos cosas, aunque con ella las disfruté muchísimo más.

La verdad es que me encanto ya que ella para acomodarse mejor se metió en la bañera sentándose en el borde y colocándome un poco de lado para llegar bien a mi cola, mientras yo sentía sus tetas desnudas sobre mi piel. Lo hizo de maravilla enjabonándose la mano y al masturbarme notaba como se deslizaba suavemente por mi cola como escurriéndose, su lengua me estaba chupando a lo largo, y continuando con la punta terminaba meciéndosela en la boca, al mismo tiempo que la succionaba moviendo su mano, la otra mano me acariciaba el culo, después de un rato separo su boca y subió su mano para cogerla mas arriba y entonces fue cuando el placer se volvió intensísimo cada vez que me frotaba hasta la punta. Me corrí en la bañera que quedo bien pringadita de mi semen, todavía me arrepiento de no haberme atrevido a aprovechar la situación y de tocarla las tetas.

Me pregunto si me había gustado y al decirla que si, me respondió que ya podía decir que había hecho cosas que pocos chicos de mi edad podían imaginarse. Entonces me dio un beso en la mejilla y me susurro no lo cuentes nunca será nuestro secreto ¿vale? La dije que si un poco entrecortado y me contesto buen chico, te has ganado esto y confirmando aun más lo que decíamos de ella en el sentido de que era bastante fresca, se subió la falda enseñándome su coño que me pareció no tenia tanto pelo como lo recordaba. Ella se quedo limpiando la bañera, mientras yo me vestía y la dejaba en el baño.

Como dije antes Javier y yo nos contábamos todo, pero esto es lo único que nunca le conté.

A partir de entonces Carmen convenció a nuestra madre que nos bañásemos solos y a mí me trataba bastante bien sin ninguna insinuación pero con ciertos tocamientos incluso delante de su novio que siempre nos pareció a nosotros, al igual que como he dicho de ella, un poco guarrindongo.

Bueno una vez repasado esos antecedentes, voy a contaros lo que paso cuando currábamos como canguros.

Realmente el trabajo era bastante aburrido ya que solo consistía en quedarnos en casa de Carmen hasta que volvieran, con la única distracción de la tele y poco más. Los primeros sábados íbamos los dos y así nos aburriríamos menos, pero por aquel entonces la tele una vez llegada las doce de la noche era un autentico rollo, por lo que guiado de mi curiosidad empecé a inspeccionar lo que había en los cajones y armarios de la casa, y eureka encontré en el maletero del armario del dormitorio de Carmen una caja con un montón de revistas porno de sus viajes al extranjero, muy difíciles de conseguir por entonces, y unas fotos en que aparecían Carmen y Conchi en tetas en una playa junto con sus maridos en posturas bastante provocativas. De inmediato se lo conté a Javier y sobre la marcha pensamos la forma de llevarnos alguna de ellas, con las que seguro impactaríamos a los amigos.

Dado que no podríamos llevárnosla con nosotros decidimos dejarlas en el felpudo de entrada de la puerta de dos pisos inferiores, de forma que al despedirnos y bajar andando por las escaleras las cogeríamos de paso. El sistema funciono y nos llevamos alguna que otra revista y hojas sueltas de otra. Nunca dijeron nada por lo que parecía que se habían olvidado de ellas.

Todavía recuerdo como cerrábamos el salón y nos masturbábamos con las revistas, tanto de chicas como de hombres.

Otra cosa que al principio no le dimos importancia, fue el telescopio que tenían en el despacho que creíamos era para mirar las estrellas, pero me dio por ver que se veía, y me sorprendió ver que tal y como estaba orientado, solamente se veía una ventana de los bloques situados enfrente, pero bastante alejados. Precisamente por esa distancia los vecinos de esos bloques debían vivir mas despreocupados de lo normal a la hora de cerrar persianas y cortinas. Entonces entendí el sentido de una de las fotos que guardaban en la caja junto con las revistas pornos, en las que se veía a mi cuñado mirando por el objetivo y dos manos que no eran las suyas, encima de su paquete, una por afuera y la otra que se perdía por dentro.

Al cabo de cierto tiempo, empezamos a turnarnos entre nosotros ya que no teníamos nada nuevo que descubrir en el piso, bueno se me ha olvidado comentar, que lógicamente pasábamos bastante tiempo en el telescopio buscando algo digno de ver, pero no tuvimos suerte, por lo menos en las horas que podíamos hacerlo, ya que solo conseguimos ver parejas desvistiéndose y poniéndose el pijama, no gran cosa.

Un día de los que me toco ir solo, ya que Javier estuvo la vez anterior, me encontré en la casa a Laura que era la hija de sus amigos y a mi sobrina viendo la tele. Ella tenia unos 13 años y mi sobrina unos 5 ó 6. El caso es que como pensaban volver esa noche más tarde, no sé que iban a celebrar, consideraron mejor no dejar a Laura sola en su casa.

En unos veinte minutos se fueron y nos quedamos los tres viendo la tele, como era de dibujos que no me disgustaban me acomode con ellas en el sofá. Mi sobrina se recostó a mi lado pegándose a mí y yo la pase el brazo alrededor suyo, al rato Laura se puso también a mi lado pero como no estaba cómoda la eche el brazo por encima sin darme cuenta que mi mano cayo sobre su pecho, iba a cambiar la posición de mi brazo cuando ella se acurruco un poco mas y dijo que así estaba mejor, pero la realidad es que mi mano estaba justo encima de su pezón que al no llevar sujetador fui notando como se ponía duro.

Me evadí de la película ya que no paraba de mirar como se había situado Laura y moví mis dedos ligeramente sobre sus tetas y note como el movimiento suave la iba encantando, por otra parte algo duro iba creciendo en mi pantalón, yo continué acariciándola disimuladamente según las reacciones de la peli con la punta del pulgar rozando su pezón por encima de su blusita, yo veía en su cuello como se le enraizaba la piel, en eso mi sobrina se acomodo distinto, al tumbarse en el sofá utilizándome como almohada pero no tuvo que estar cómoda al molestarla mi bulto y sin decir nada se tumbo al contrario poniendo sus piernas encima de mí y de Laura, como no estábamos cómodos las dije de sentarnos delante del sofá encima de la alfombra y entonces Laura se adelanto y apoyando su cabeza encima de mi muslo dejo que mi mano cayese sobre sus piernas desnudas ya que su faldita con la postura se había subido bastante por encima de las rodillas, mi sobrina se tumbo acurrucada junto a mí ya con bastante sueño.

Como veía que Laura no me decía nada, comencé a mover mi mano en su pierna, la subía y bajaba con movimientos tan suaves que la daban tantas sensaciones que consiguieron que se girase quedando entonces mi mano entre sus piernas, al parecer no le incomodo, pero sentir mis manos entre esas piernecillas me puso a mil. Fui aprovechando la posición para subir la mano poco a poco, y enseguida estaba notando sus braguitas. Entonces hice ademán de levantarme y Laura como enojada me insistió en que no me fuera, pero había que acostar a mi sobrina que se había quedado dormida.

Después de acostarla me acerque al salón y allí estaba Laura en la misma posición, me fui a la cocina para tomar un refresco y al volver me pidió que me sentara con ella a ver la peli, la conteste que ya la había visto y que iba a ver si podía leer algo interesante. Ella se brindo a buscar otro canal que me gustase, puso uno en el que estaban echando una peli que no tenia mala pinta y me senté en la alfombra junto a ella, quien rápidamente fue buscando la ultima postura y esta vez la faldita parecía mas arriba enseñando unos muslos que no estaban nada mal.

Pues durante esa peli, mi mano izquierda se dedico a acariciar sus piernas arriba y abajo llegando justo a la entrepierna chocando con las braguitas que con ese movimiento ya eran visibles, mostrando un azul clarito que daba un toque de erotismo a un mayor que me puso excitadísimo. Mientras mis manos seguían con las caricias que la estaba encantando, me fui aprovechando de la situación de dominio que notaba y empecé a preguntarla cosas que en condiciones normales nunca me hubiese atrevido.

Así me fue confesando, aunque alguna respuesta me costo sacársela a base de insistencias sutiles, que no salía con ningún chico fijo; que eran una pandilla de cuatro chicos y tres chicas; que solamente se había magreado con un chico que llego a tocarla las tetas y en cuanto puso las manos en sus braguitas ella le separo; que no había visto ningún chico desnudo cosa que la encantaría y más siendo la primera de sus amigas; no se había tocado como yo decía que sé hacia aunque la gustaba dormir con una mano entre sus piernas y por eso dormía sin braguitas para estar cómoda; que su mejor amiga la puso la mano en la rajita, un día en casa cuando se estaba cambiando y que del susto que la dio se echo hacia atrás y eso hizo que la diese un pellizco que la dolió y al decirla que la había hecho daño la cosa se quedo ahí aunque la hubiese gustado seguir ya era su mejor amiga y estaba muy a gusto con ella, no lo hablaron pero tampoco habían vuelto a tener una situación parecida; Lo ultimo interesante que recuerdo me confeso, fue que un día por la tarde que llego antes a casa vio a su madre y a Carmen desnudas en el cuarto de baño al parecer juntándose algún potingue, ah y se me olvidaba un día al salir de la ducha y medio jugando su madre la hizo fotos desnuda en una cámara Polaroid que luego guardo para que no las viera su padre, cuando al cabo de unos días la pregunto a su madre por las fotos para enseñarlas a su amiga, la dijo que las había roto por si las veía su padre en algún descuido.

Puestas así las cosas y dado que durante todo ese tiempo la conversación me fue poniendo bastante cachondo y que ella seguía sin poner impedimento a que continuase con mis caricias por sus piernas, hice que mi otra mano la tocase las tetas pero ya dentro de su blusa, al principio dio un remilgo que me pareció como de rechazo, cuando lo que realmente hizo fue acomodarse mejor para que la tocara sin problemas

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Como yo estaba a tope creí que era el momento de bajarla las braguitas, para continuar con su rajita, pero dijo que eso no podía dejar que lo hiciera, porque la daba vergüenza, entonces como mis dedos seguían por encima de ellas metí dos dedos por la entrepierna notando que tenia muy pocos pelos y separados, como no entendía que me dejase hacer de todo menos quitárselas comprendí acertadamente, que el motivo era esos pocos pelitos que la daban vergüenza y al decírselo descubrí que era por eso.

Yo estaba tan embalado que no estaba dispuesto a tirar la toalla de ver su rajita y hacer algo mas, para convencerla la dije que si la enseñaba unas fotos en que se veían rajitas con bastante pelo, con poco o con nada, me dejaría hacerlo. El caso es que saque del armario dos o tres revistas que sirvieron para que sus ojos quedasen totalmente abiertos de sorpresa, mientras yo ya iba dispuesto a bajarla las braguitas, cuando me dijo que me dejaba si la regalaba la revista de chicos, la dije que si pero que no las tenia allí, ya que esas no eran mías. Quedamos en que me llamaría para dárselas prometiendo que lo haría, y entonces la quite las braguitas y cuando me disponía a explorar con mis dedos su rajita situada junto a mí de forma tan inocente, note sus manos encima de mi bulto y con ojos muy expresivos me pregunto si mi cola era como la de las revistas, conteste afirmativamente y no tardo nada en decirme que la quería ver.

En lugar de eso, cogí su mano y la introduje por dentro de mi calzoncillo haciendo que la cogiera, y entre expresiones como que gorda y grande esta, decidí que era el momento de satisfacer su curiosidad y me baje los pantalones y calzoncillos apareciendo dura y totalmente empalmada con una mano asiéndola, ella dijo que era como la de la revista, mientras la miraba llena de curiosidad sin saber que hacer.

Estaba claro que era la primera vez que llegaba tan lejos, al comprobar que seguía con la mano inmóvil, cogí las riendas de nuevo y la pregunte si quería saber que podíamos hacer con ella, si claro, fue lo que respondió. Mirándola la dije, puedes masturbarme o sea hacerme una paja como se decía entonces, puedes chupármela ó puedo meterla en tu rajita, rápidamente contesto que de meterla no estaba preparada y viéndola tan grande se asusto de que pudiese entrar, en cuanto a chuparla y al ver un poco de liquido sobresaliendo en la punta la daba asco por lo que prefería que la enseñara a masturbar.

La experiencia fue maravillosa ya que fue la primera chica a quien guiaba y dirigía de la forma que yo quería, la enseñe como moverla suavemente, como subir y bajar la mano desde donde la tenia cogida justo abajo hasta ir subiendo y amarrándola mas arriba. Durante el tiempo que fue haciéndolo la comente que cuando quisiera podría enseñarla a hacer las otras dos cosas, no contesto nada, y al cabo del rato y habiendo aprendido de maravilla me corrí encima separándola la mano para evitar que le diese asco él liquido pegajoso en su mano.

Antes de irme me pidió el teléfono para llamarme y quedar para entregarla las revistas, cosa que me volvió a recordar cuando me fui.

Me llamo varias veces durante los días siguientes con tan mala fortuna que nunca pudo hablar conmigo y debió de desistir.

Al cabo de unos tres o cuatro años se celebro la comunión de mi sobrina, y allí estábamos toda la familia y amigos cercanos de punta en blanco. Había muchísima gente, ya que el colegio era bastante grande

Al salir de la capilla, después de la ceremonia y cuando estábamos haciéndonos las fotos de rigor, se me acerco una chica, que estaba de maravilla y que ya me había percatado de su presencia por llamar la atención al llevar una minifalda amarilla y una camisa ajustada de las que no puedes evitar seguir con la mirada, preguntándome si era Marco y al decirla que si dijo soy Laura ¿te acuerdas de mi? Y acercándose me dio dos besos en las mejillas y susurrándome dijo me debes una revista, no caía de mi asombro y después de decirla lo guapísima que estaba, la comente que cuando quisiera se la daba pero que a lo mejor ya no la hacia falta ¿o no?, su respuesta fue quien sabe, como seguía tan morbosa como la recordaba la dije si tenia aun que enseñarla las otras dos cosas que dejamos, su respuesta dejo claro que no.

No se como se me ocurrió decirla, me gustaría comprobar que es así, y con una complicidad de locura y después de dejarla que se hiciera las fotos de rigor, durante las que no la perdí de vista ni un momento, la dije sígueme y se vino detrás de mí al edificio de las aulas y nos metimos en la primera que encontramos abierta donde nos abalanzamos, nos besamos, nos tocábamos y mientras una mano la metí en su camisa acariciando sus pezones la otra toco enseguida por debajo de su minifalda sus braguitas y maniobrando llego a su rajita que estaba mojadísima, creía que iba a correrme así cuando se separo y me dijo mira como he aprendido una de las cosas que dejamos sin hacer, me bajo la cremallera y sacando mi cola afuera se puso a chuparla de una forma tan intensa, que junto a la visión de tenerla en esa postura, con mis manos tocando ahora sus tetas, me puso tan excitado que me corrí en su boca, tragándose todo lo que eche, y por tanto, me quede con las ganas de follarla como era mi intención.

Al terminar la dije de verdad que lo has aprendido muy bien, nos arreglamos la ropa y nos fuimos con los invitados

Cuando nos despedimos después del restaurante la comente llámame cuando quieras para terminar lo que tenemos en deuda y pendiente.

Una lastima porque la perdí la pista.

Una vez leído, Mª José me confesó que la puso bastante excitada saber todo lo que la cuento y que la gustaría que lo publicara como otra confesión más, a lo que no pude negarme y por eso lo tenéis aquí..