Lo que me pasó a mí

Llevo cinco años de novia y nunca había sido infiel, hasta que me fui de vacaciones...

LO QUE ME PASO A MI

Antes que nada, les digo que este relato es 100% real, a lo mejor no muy erótico, pero real al fin. No le veo la gracia a andan inventando cuentos, fantasías, con tipos de vergas enormes, o que mi mamá esto, mi hermana lo otro. Creo que es mucho más erótico un relato contado que haya sido una experiencia real, donde el juego de la imaginación tiene más peso.

Me presento. Me llamo Paula, tengo 24 años y soy de la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Hace 5 años que estoy de novia y jamás le había sido infiel... hasta que me fui este verano a la costa. Acabo de llegar y necesito contarlo, y es por eso que acudo a esta página que conozco gracias a mi novio. Él es un muy buen pibe, lo quiero muchísimo y estoy muy enamorada, y lo que pasó fue un típico desliz en el cual todos caemos algún día.

Me fui con amigas y familiares a Mar de Ajó, un balneario lindo y humilde de la costa argentina. Soy una mina tranquila, nunca planeo mis vacaciones pensando en ponerme en pedo todas las noches, ir a bailar todo el tiempo, o levantarme cuanto tipo se me cruce. Por el contrario, yo voy a descansar, a disfrutar de la playa y el mar, hasta me llevo libros para leer, cosas para estudiar, etc. Sin embargo, aunque parezca una vieja chota, salgo y me divierto. Fue así que una noche fui a bailar con mis amigas y pasó algo que nunca pensé que pasaría. No soy una chica linda ni que llame la atención, es más, soy un poco petisa y regordeta, pero estaba bailando en la pista cuando un chico me invitó a bailar. Era un lindo chico, muy simpático y bailaba muy bien. Estuvimos un montón así, charlamos, me enteré que era más chico que yo aunque no lo aparentaba (20 años) y que estaba solo con amigos alquilando en un depto. La estaba pasando muy bien, aclaro que no había tomado absolutamente nada, mis amigas me miraban a ver qué hacía, hasta que de golpe sentí unas ganas terribles de besarlo.

No me pregunten por qué, pero fue así. Él se dio cuenta y en un parpadeo me estaba comiendo la boca. No sé que me pasaba, pero me gustaba. A lo mejor la sensación de lo nuevo, de después de 5 años probar otra boca. Mis amigas me miraban y no lo podían creer. Seguía besándome con él, me encantaba, la estaba pasando muy bien. Me apretaba contra su cuerpo y me quería meter mano, pero no lo dejaba. De pronto empecé a sentir cosas, y fui dejando que sus manos actuaran. Me las pasaba por la cola, me apretaba contra su bulto; se había excitado... y yo un poquito también. No lo podía creer, yo nunca fui fanática del sexo, con mi novio no tenemos muchas relaciones ni hacemos grandes cosas; aunque él me las pida, yo no las quiero hacer porque no me gustan.

Después de tanto beso, me pregunto al oído si quería ir a su departamento, que iban a estar sus amigos, pero los echaba. Sabía que si iba era para coger. No sabía que hacer. Le pregunté a mis amigas y me sorprendieron. Me dijeron que fuera, que me sacara las ganas, que me hacían la gamba y se iban a llevar el secreto a la tumba.

Salimos del boliche e ibamos caminando para allá. Por mi mente pasaban muchas cosas. Dudaba por un lado, tenía ganas por otro. Al llegar, sus amigos se dieron cuenta de la situación y se fueron solos, sin que él dijera una sola palabra. Fuimos a su cuarto, nos besamos, me tiró en su cama. Se puso al lado mío, me siguió besando, me acariciaba los pechos por arriba de la ropa. Me levantó la pollera. Que excitada estaba, él lo comprobó al pasar su mano por arriba de mi bombacha. Lentamente fue metiendo sus manos dentro de mi ropa. Me sobaba las tetas, me sacó el corpiño y la remera, me bajó la bombacha. Estaba completamente desnuda ante otro hombre, algo impensando hasta ese entonces. Yo soy muy tímida, no hago nada si no me lo piden, así que él me pidió que le bajara los pantalones.

Estaba a punto de ver una pija distinta, la segunda en mi vida. Le bajé el pantalón, el calzoncillo y ahí apareció. Aunque no tengo mucha experiencia, para mí no era nada del otro mundo. Era más grande que la de mi novio, eso sí, me di cuenta al agarrarla y sentirla en mi mano. Lo masturbé un poco, le puse el preservativo, estábamos listos. Se me subió encima mío y lentamente la fue introduciendo. Me dolía un poco, pero me gustaba. El pendejo empezó a cogerme suavemente, hasta el fondo.

Lo abrazaba con mis piernas y él seguía metiendo y sacando. Se sentía más grande que la de mi novio, que dicho sea de paso él me produce mucho placer, la paso muy bien con él y jamás tendría una queja. Pero con el pendejo también la estaba pasando de maravillas. Aceleraba el ritmo y me volvía loca. Mientras me la metía, me besaba o me chupaba las tetas. Estuvimos así un tiempo, cambiamos de posición y me subí encima de él. Lo cabalgaba, me puso en cuatro y me la metía hasta el fondo.

Quiso hacerme la cola, pero eso ni a mi novio lo dejo, al menos por ahora. Siguió cogiéndome y me pidió que le hiciera sexo oral. No acepté, no se la chupé porque mucho no me gusta y además eso lo hago con mi novio nomás, porque hay mucha confianza. Me volvió a poner abajo suyo y siguió con el mete-saca hasta que noté que iba a acabar. Por más que tuviera preservativo, le pedí que por favor adentro mío no lo hiciera por las dudas. Así fue como cuando estaba por acabar, se sacó el forro y me acabó en la panza, en las tetas y hasta llegó un poco a mi cara. La verdad, un asco, no me gusta para nada el semen (o la leche, como prefieran llamarle). Cuando me limpié, él notó que yo no había tenido un orgasmo, así que se ofreció a hacerme sexo oral. Dudé un poco, pero terminé aceptando. Ni bien apoyó su lengua en mi clítoris, no pasaron ni 5 minutos hasta que sentí un tremendo orgasmo acompañado de un suspiro de los que siempre me aguanto por vergüenza.

Me cambié y me fui. Jamás lo volví a ver. Ni siquiera sé su nombre. Lo único que sé que la pasé muy bien con él, y podría llegar a decir de que no estoy arrepentida. Me siento mal, sí, pero creo que esto me va a servir para fortalecer mi relación. El pendejo me cogió muy bien, pero creo que mi novio lo hace mejor porque es con amor. Solamente necesitaba darme cuenta y comprobar cómo es estar con otra persona. Se la puede pasar bien, pero si no hay amor creo que se complica. Estoy de acuerdo con eso que la infidelidad erotiza, eso fue lo que me pasó a mí, pero es solo un momento, lo que dura un orgasmo.

Este secreto se irá conmigo a la tumba. A mis amigas les conté que la había pasado muy bien, y me juraron silenzio stampa hasta el día de nuestras muertes. Amo profundamente a mi novio (prefiero no decir su nombre aunque tengo muchas ganas). Además, él siempre fantaseó con la idea de verme con otro tipo, lástima que se la perdió, jejeje. No, hablando en serio, ya me saqué las ganas, ya probé, no existen los amantes ideales de pijas grandes y mejores en la cama. Creo yo que si uno la pasa bien con otro es simplemente por el hecho de "lo nuevo", de después de tanto tiempo con una misma persona, probar otras cosas, hacer otras cosas. La predisposición de uno a pasarla bien porque tiene a una persona distinta a su lado lleva a sentir esas sensaciones de un placer ficticio, porque no creo que haya placer sin amor. Es más, esta historia la escribo desde la PC de mi novio, quien duerme ahora, pero que pronto lo despertaré con un beso tan apasionado como el amor que siento por él.

Un beso a todos, cuídense...