Lo que me esperaba en la universidad

Año 2013. Inicio de nueva etapa: la universidad. Ciudad nueva, piso compartido, otra comunidad... mi perdición iba a ser canaria.

Hola, primero de todo me presento. Me llamo Pedro. Soy un tio normal, mido 1,78, regordete pero no hinchado (no sé si me explico), rubio, ojos azules, barbita, gafas que me dan un aire interesante... no sé, un tio muy normal, vaya.

Empezaba la universidad mudándome de comunidad. Soy de Valencia y este año empezaba la carrera en Madrid. Eso supuso: buscar piso y curro para desahogar los gastos familiares. En la segunda quincena de agosto ya estaba en la capital del país: habitación en un piso compartido precioso en la zona de Plaza España, en la calle Leganitos. Me acordaré siempre de ese piso. Tenía 2 compañeros: una chica de Granada, que se convirtió en mi mejor amiga y lo sigue siendo a dia de hoy (te quiero Merche) y un chaval de Ciudad Real, Agus. Merche era una tiarrona de 1,75 grande pero femenina, rubia despampanante, ojos azules, sonrisa profident, se llevaba de calle a quien quisiera: tios y tias, ya que era bi. Agus era un chico... ¿cómo decirlo? ¡ESPECTACULAR! Aquí el colega era modelo para sacarse un dinerillo extra, curraba de camarero de barra en una discoteca y no dejaba de ir al gym ni aun así tuviera fiebre. Era un monumento de 1,85, moreno, ojos verdes, hoyuelos en las mejillas, sonrisa de pillo y con un cuerpo esculpido en marmol. Además, era hiperbuena persona, no era el típico chulito buenorro, lo que le hacía aún más irresistible. Pero se quedó ahí, en un muy buen amigo que todavía a día de hoy conservo.

Pues bueno, como os dije, dos semanas antes de que empezara la uni yo ya estaba por Madrid. Merche y Agus llevaban ya dos meses viviendo juntos en el piso, así que ya se conocían y habían estado saliendo (de fiesta) juntos y tal, así que me llevaron de copas practicamente todos los días. Me enseñaron Madrid por el día, porque nunca había estado, y por la noche nos dedicábamos a disfrutar de la juventud y del buen zorreo, por qué no Jaja. Merche bi, Agus hetero pero no decía que no a probar algo algún día y yo bi pero me iban más los tíos.

Una tarde nos fuimos de cañas por el centro de Madrid y recorriendo bares y locales llegamos a Malasaña. Estábamos tan tranquilos de risas en un barecito contándonos cosas típicas: familia, estudios, parejas, folleteo, etc. cuando vino el camarero: ¡en 10 minutos empieza la hora feliz de 2x1 de chupitos chicos, animaros! Total, que después de esos 10 minutos, ahí estábamos los 3 parguelillas haciéndonos chupitos a las 18:30 de la tarde. Después de varias (bastantes) cañas y 2 o 3 chupitos yo ya estaba que me salía de cachondo... volvió el camarero y me fijé en él: 1,75, castaño, ojos marrones claritos, un pelo muy modernete, ina vestido de negro con unos pantalones vaqueros tobilleros que le marcaban el culazo que tenía y una camiseta de manga corta que dejaba entrever un cuerpo a medio camino entre gordito achuchable y me estoy poniendo en forma, cosa que me vuelve LOCO.

Era el momento, le tiré ficha:

Pedro: ¡Ey, el camarero guapo! Nos pones dos chupitos más?

Camarero: Marchando dos chupitos más para la parejita de modelos y el amigo acoplao!

Pedro: ¿Perdona?

Merche (basta como ella era): No, no! No somos novios este y yo! Jajaja

Agus: jajaajja que va! somos compis de piso y tenemos buen rollo.

Pedro: ¿Me has llamado acoplao?

Camarero: vaaaa, iba de coña, no te ofendas, guapo.

El camarero me acaba de llamar guapo con ese acento canario que tanto me pone... entre el calentón que llevaba y el camarero respondiendo mi ligoteo yo ya no sabía si lamzarme o darme por vencido. Pues me lancé.

Pedro: Oye pues si tan guapo te parezco te podrías tomar otro con nosotros ¿no?

Camarero: Mm vaya, lo siento. el jefe no me deja beber con los clientes, pero cuando acabe el turno nos vemos aquí si quieres. Salgo a las 22. Y me guiñó un ojo.

En ese momento Merche y Agus empezaron a hacerme caritas de e.e y reirse. "Ya has pillao" me decía mientras yo me ponía rojo como un tomate. Soy mucho de tirar la caña cuando creo que puedo pescar algo, pero normalmente suelo pescar un resfriao. Los ositos jóvenes no triunfamos, por lo menos en Valencia, así que iba con las mismas expectativas en Madrid. Pero qué sorpresa la mía, ahí estaba mi canarión tirandome los trastos.

Se hicieron las 22, Agus y Merche se fueron cada uno con un grupete de gente que salían y ya me dijeron que me los presentarían más adelante. Yo me quedé en la mesa esperando al camarero. Salió del bar cambiado: llevaba una camiseta blanca de manga corta lisa decorada por un colgante en color plata con una inicial "J" y unos vaqueros largos apretaditos y unas vans negras. Se había puesto gafas... Estaba tremendo. Se presentó ahora bien, se llamaba Jorge y era de Tenerife. Estudiaba Marketin y Publicidad y trabajaba de camarero para ayudar en casa mientras él estaba en Madrid estudiando.

Jorge: bueno qué, ¿nos hacemos ese chupito? Jaja

Yo: Mm venga vale, sí Jaja

Jorge: nos tomamos este y nos vamos, no quiero tener a mi jefe aquí viendo como ligo y me emborracho.

Nos bebimos el chupito de tequila y me guiñó un ojo. Me dijo "Nene, ¿qué quieres hacer?". No sabía si hacerle caso a mi bragueta o poner en marcha la única neurona que tenía en funcionamiento en ese momento. Pero respiré y le dije que si queriamos conocernos algo tranqui. Jorge asintió Conmla cabeza sonriéndome y me dijo que le siguiera. Anduvimos un rato charlando sobre los dos: de dónde éramos, edad, qué estudiábamos, etc. hasta que llegamos a un sitio, era otro bar pero más modernete, música indie, solo parecía haber tíos, aunque alguna tía había por ahí. Habíamos llegado a Chueca y estábamos en un bar gayfirendly, pero vaya, un bar (me da igual si es gayfriendly o no porque todos podemls entrar en el bar que nos salga del ciruelo). Nos sentamos en la terraza y pedimos dos birras.

Jorge: Y... bueno... entonces estás soltero?

Yo: Sí, más solo que la una. Y encima nuevo en la ciudad jeje

Jorge: Uy... creo que vas a ser un csramelito aquí, mira como te miran por aquí jajaja

Me giré y estaban unos 8 tíos mirándome con descaro comentando algo entre ellos. Uno de ellos se relamía el labio y otro hacía cara de que tenía mucha calor de repente jajajajajja No me lo podía creer... yo gustaba a tantos? A la vez? Jajajaj

Yo: pues no lo entiendo. Será Madrid, porque en Valencia no aoy muy de triunfar jajaja Los ositos no somos muy populares por allí.

Jorge: en Canarias tampoco, pero mejor, más para mí. Me sonrió con su cara de pillo y le metió un trago largo a la birra. Estaba empezando a comprender lo que pasaba... este tio iba a saco.

Yo: sí? Que qué quieres hacerme? Le mkré con descaro y bien guarro. Quería follar y si era con ese tio tan atractivo con ese puto acento canario que tanto me enciende... Ya me lo imagaba jadeandome y gimiendome en la oreja... me estaba poniendo cardiaco.

Jorge: Pues mira, podría empezar por comerte la boca, que tienes unos labios bien jugositos y rosas pidiendo que los lama. Y después puedo lamerte la nuez, bajando por el cuello hasta llegar a tus pectorales, donde me recrearé con tus pezones y...

Yo: mmm Jorge, nos acabamos de conocer y ya me tienes a cien... De dónde sales? Jajajaa

Jorge: A ver, si quieres voy más lento, pero en cuanto te he visto como que mw he empezado a calentar y pues no sé... tengo ganas de msrcha hoy y te he visto receptivo. Perdona si no es así.

Yo: no no, para nada. Es tal y como lo has dicho, estoy muy receptivo jajajaj

Jorge: genial, porque ese es mi piso. Señaló una ventana en la fachada de arriba del bar. El colega me había llevado a su zona jajaja Pero me estaba poniendo tontorron eso.

Nos acabamos la birra, pagó él y me llevo hacia su portal. Una vez dentro ya empezamos a liarnos. Primero fue un pico sin más, pero nos miramos, nos reimos y yo aproveché para meterle la lengua en su boca. Me apretaba contra él para rozarnos más. Estábamls sudando, él apoyado en la pared fría del rellano y yo abalanzado sobré él, con mis manos apoyadas en la pared sobre sus hombros mientras él me acariciaba la cabeza y la espalda, bajando hacia el culo. Nos comiamos la boca muy a saco, se nos entrecortaba la respiración, nos mirábamos y reiamos. Me dijo que si subiamos ya y yo le asenti tras morderle el labio inferior levemente.

Fue entrar en su piso y empezamos a despelotarnos. No nos dio tiempo ni a llegar a la habitación, un rastro de ropa desde la puerta hasta la cama nos seguía. Estábamos los dos desnudos, piel con piel. Dos tios grandes, con buenas carnes que agarrar, besándonos mientras nuestros paquetes se rozaban el uno contra el otro. Yo cada vez notaba cómo nuestros rabis estaban cada vez más duros. Él fue el primero en lanzarse. Bajo besándome el cuerpo hasta mi calzoncillo, me los quitó lamiendo con su lengua por dodne bajaba la goma hasta que mi polla saltó y le dio en la cara. Se rió, me reí y antes de que quisiera parar se la había metido entera y estaba succionandola. No pude evitarlo y gemí en alto, lo hacía increíble.

Me acariciaba los huevos mientras con la lengua jugaba en la base de la cabeza de mi polla, rodeándola mientras bajaba y subía su mano por todo el tronco. Jorge babeaba mi rabo para seguir pajeándome lentamente a lo que yo solo quería elevars el ritmo. Después de unos minutos ya no podía más y me levanté, lo empujé contra la cama y lo desnudé entero. Su rabo apuntaba la techo, me lo llevé a la boca de golpe, entero. Jorge agarró las sábanas y se puso tenso para después relajarse tanto que abrió un poco la spiernas y su culito quedó a mi disposición. Mientras le mamaba la polla le dedeaba el culito que tenía, perfecto, redondito, con una ligera capa de pelo por encima. Me estaba volviéndo loco. A cada gemido de Jorge mi polla sacaba un chorrazo más de precum. Sabía que de lo cerdo que estaba no aguantaría mucho follando.

Jorge: ya va siendo hors de que me folles. YA JODERRRRR.

Me cogió del pelo me subió hasta su boca, me besó y me dijo que lo reventara. No pudo acabar la frase cuando ya tenía mi glande dentro de su culo. El cabrón estaba dilatado ya... yo flipaba, pero lo disfrutaba.

Yo: voy Jorge, respira, que va dentro de golpe.

Jorge: mírame cuando me la claves.

Y así lo hice. Lo miré, me mordí el labio inferior y senla clavé entera. Jorge gritó de placer y me clavo las uñas en la espalda. Bajo las manos a mi culo y me apretaba con una fuerza tremenda. Quería más, así que metí mi rabo en su culo hasta que mis huevos toparon con sus nalgas. Él sólo jadeaba cada vez más rápido y más alto, algo que a mi me calentaba. Empecé a meter y sacar mi polla dura lentamente, para no hacerle daño, hasta estar seguro de que estaba cómodo. Me miró y me pidió que lo reventara. Empecé a elevar el ritmo hasta que parecía una puta máquina. Tuve que parar a coger aire Y cambiamos de posición, ahora tocaba que me cabalgara. Me tumbé boca arriba, él se sentó en mi polla y me ató las manos al cabecero de la cama con una cuerda que tenía colgada allí mismo. Empezó a cabalgarme de una forma que yo no podía aguantar más y le dije que me corría.

Jorge: te gusta guapo?

Yo: Jorge, me corro tío, no sé que estás haciendo peor no puedo aguantar más jajaja

Jorge: no te la aguantes, sacala, damela. Me besaba y me mordisqueaba la oreja mientras él se calvaba mi rabo bien profundo en el sube y baja.

Yo: Ahhhh ahhh me corro Jorge tio ahhhh ahhhhh

Jorge: damela, preñame guapo, ahhhhh

Jorge apretaba el interior de su culo, lo que hacía una sensación muy placentera a mi rabo mientras me corría bien dentro de este canarión tan guapo. Mi polla le daba estocadas a su próstata, así que solamente con el roce de su polla en mi abdomen y esos towues en la próstata se corrió. Los trallazos de lefa me llegaron hasta la cara y el pecho. Con mi rabo aún dentro, me lamió el pecho y la cara, sacó la lengua y dejó escurrir la lefa en mi boca. Nos fundimos en un beso mientras jugábamos con nuestras lenguas.

Jorge cayó rendido en la cama, acomodó su cabeza en mi pecho y estuvimos hablando y besándonos horas. No nos habíamos dado cuenta, pero eran las 4 de la mañana y teníamos un hambre descomunal. Pedimos unas pizzas y cenamos en camiseta y gayumbos en su salón. Estuvimos hablando de que él vivía solo y que siempre tenía disponible el piso, de otros temas personales y demás. Además de un polvazo, era un tío con el que había conectado.

Y así empezó mi perdición canaria.

Continuará