Lo que la curiosidad consigue [Parte III]

Continua el fin de semana de esta preciosa pelirroja a la que la curiosidad le llevo a obtener un fin de smana que jamas olvidara...

Cuando despertó, ya no estaba en el salón, lo supuso al escuchar la televisión sonando algo lejana, si no le fallaban sus oídos, estaba en el piso de arriba, posiblemente en el baño ya que el eco de los movimientos de el chico sonaban de una forma característica, estaba abriendo armarios, decidió no hacer ruido y no moverse, que pensara que estaba aun desmayada, lo mismo así no la tocaba otra vez, Megara comenzaba a desesperarse, él estaría allí todo el fin de semana y aun era sábado por la tarde, tenia que huir como fuese de allí… Pero no tenia escapatoria alguna, el chico se las había apañado demasiado bien como para evitar que eso pasase, se dejo de escuchar el ruido de armarios y resonaron pasos hacia ella, a pesar de que no la podía ver, cerró los ojos con fuerza intentando que no notase que se había despertado, sintió como la agarraba del trasero y colocaba un cojín bajo su abdomen quedándose así con el trasero algo alzado ante él, increíble ¿Iba a violarla hasta desmayada? Pero no fue eso lo que paso, sintió un dolor agudo cuando él, tras separar sus nalgas vertió un chorro de un liquido frío, aquello la hizo gritar sin poder evitarlo, mostrando así que había despertado, él se rió y paso una toallita por su ano, poco a poco el escozor que aquello producía fue desapareciendo, la estaba ¿Curando? O al menos intentándolo, a pesar del dolor, eso le hizo ver en el algo de humanidad después de todo, pero seguía odiándole con toda su alma.

-¿Tienes hambre?- preguntó el mientras tiraba del collar para que se pusiese a cuatro patas, pero ella no respondió, lo que ocasiono que tirase de nuevo del collar haciéndola daño- ¡¿Qué si tienes hambre?!

-Si…- dijo ella con una débil voz al estar recuperándose del tirón.

El chico tiro del colgante levemente y ella comenzó a caminar hasta que él le paro y la ayudo a bajar las escaleras despacio para que no se cayese, una vez en la planta baja, la llevo a la cocina, una vez allí la sentó en una de las sillas, una posición un tanto incomoda, no solo por las cadenas si no por que ahora se daba cuenta de que tenia algo dentro de su ano y su vagina, estaba duro y parecía tener forma redonda, prefería no preguntar, ya nada le sorprendía. Mientras se encontraba desmayada, él le había introducido los huevos duros tanto por el recto como por la vagina.

Empezó a escuchar el ruido que hacia la cocina al absorber el humo, si no había cambiado nada de sitio, en ese momento el debería estar de espaldas a ella, lentamente subió las manos hacia sus ojos para quitarse así un poco la venda y observar a su violador con detalle, tras acostumbrarse a la luz lo que vio la dejo de piedra, ante ella, tenia Francisco, reconocía su pelo, su espalda, sus brazos a pesar de estar de espaldas, claramente era él, se bajo la venda de nuevo y comenzó a llorar, se había enamorado de un violador, ¿Qué había echo ella para merecer todo lo que le estaba pasando? Tras un rato de tensión, él le puso ante ella un plato con unas patatas fritas y unos huevos fritos, comenzó a darle de comer despacio pero ella se negó a comer, lo que hizo que el cogiese la correa.

-¡Espera!- dijo ella antes de sentir el tirón.

-¿Qué quieres?- respondió el con un leve gruñido enfadado.

-¿Qué… Qué es lo que tengo dentro? Me molesta…

-Huevos duros, son para que no se te cierren los agujeros en cuanto acabes de comer te volveré a follar- dijo este sin tapujo alguno volviendo a acercar el tenedor con la comida a su boca.

Ella comenzó a comer en silencio, pensativa, maldiciendo su curiosidad, al acabar de comer sin decirle nada, él tiro de la cadena haciéndola caer al suelo de golpe,, golpeándose la cabeza al no ser capaz de parar la caída con las manos a causa de las cadenas, sin embargo aquello únicamente ocasiono que le sangrara el labio, por desgracia para ella, o eso pensaba, no se desmayo de nuevo, gateo con él, por el ruido del televisor, volvían a estar en el salón, sus sollozos aunque inaudibles estaban presentes en todo momento.

Francisco se volvió a sentar en el sofá pero esta vez no la coloco entre sus piernas, la puso a cuatro patas e introdujo los dedos en su coño cogiendo un condón que había allí dentro y sacándolo, sacando así con él, el huevo que había allí introducido, hizo lo mismo con su ano, al sentir como lo sacaba de ella emitió pequeños suspiros de placer. En la sala, por encima del sonido de la televisión, comenzó a sonar un ruido de vibración, ¿El estimulador de nuevo? No por favor, pensaba ella, cual fue su sorpresa al sentir de repente dentro de ella un aparato vibrante, mas grande incluso que la polla del chico, un fuerte gemido salio de lo mas profundo de su garganta, el aparato se abría camino en su pequeña vagina, cuando parecía que no entraría mas, comenzó a sentir presión en su ano y un objeto algo mas pequeño se introdujo dentro con la misma lentitud que el primero, la estaba penetrando con el vibrador de dos puntas de su madre. Francisco comenzó a mover el vibrador de atrás a adelante, sacándolo lentamente e introduciéndoselo de golpe hasta el fondo, poco a poco, a pesar de las negaciones que se repetía una y otra vez en la cabeza, Megara se fue humedeciendo lubricando ella misma al aparato que en esos momentos le estaba dando un verdadero placer, sintió una ultima embestida, el aparato estaba completamente dentro de ella, tanto de su coño como de su vagina, las vibraciones hicieron el resto, se corrió sin control llegando a un orgasmo descomunal, entonces él, le coloco la braga del bikini evitando así que el aparato saliese de ella, ella, a pesar del placer, comenzó a suplicar que se lo sacara, sabia que cuantos mas orgasmos sintiese mas dolor sentiría, pero él hizo caso omiso de aquello, se puso en pie mientras la tenia a cuatro patas y se coloco ante ella, sus mejillas pecosas estaban sonrosadas por el reciente orgasmo y sus pezones duros, agarro su pelo y echo la cabeza de la joven hacia atrás que se quejo por el tirón, la obligo a abrir la boca y metió su lengua polla dentro de esta lentamente hasta llegar a la garganta, notando como esta comenzaba a tener arcadas, la sacó hasta la mitad y se la metió nuevamente hasta el fondo repetidas veces hasta que la sacó del todo.

-Chupa zorra.

Dijo él amenazante, ella sacó la lengua y comenzó a chupar el pedazo de carne que tenia delante, de arriba abajo con algo de rapidez, como el marcaba, la tiro algo mas del pelo y esta paro entre lagrimas, volvió a metérsela en la boca, pero esta vez de lado y comenzó a follarse la dulce boca de la chica haciendo que su polla se marcase en su mejilla, ella ya se había acostumbrado al asqueroso sabor de su polla, mientras este se la follaba, sintió como volvía a llegar al orgasmo a causa del aparato entre sus piernas, un orgasmo menos brutal en anterior y algo doloroso, aquello no paro al chico que giro la cabeza de ella y comenzó a follársela introduciéndosela hasta la garganta repetidas veces, hasta que la sacó de su boca haciendo que el semen cayese en su rostro y pelo, la soltó y esta cayó sin fuerzas ante él quedando en el suelo, alguna que otra vez, su cuerpo tenia algún espasmo al llegar al orgasmo de nuevo, su cuerpo entero se había relajado sin fuerzas de tal modo, que al llegar al cuarto orgasmo se orino sin poder reprimirlo en mitad del salón, aquello hizo gracia al chico que la miraba y por el ruido que emitía lo que hacia, la sacaba fotos desde todos los ángulos posibles.

Pasado un rato, volvió a cogerla de la cadena y la arrastro hasta el piso de arriba, quitándole todas aquellas cadenas la ató a la cama nuevamente, no tenía fuerzas para nada, cada vibración que la sacudía se llevaba sus fuerzas dejándola cada vez más débil.

-Abre la boca zorra, quiero orinar.

-¡No! Ve al baño- se quejo esta con un leve hilillo de voz.

Francisco cogió su rostro obligando a abrir su boca, un asqueroso chorro caliente comenzó a caer dentro de esta.

-Traga puta.

Dijo el mientras llenaba la boca de la chica de su meado, ella tragó lo que podía notando las arcadas aumentar con cada trago, al final, cuando él hubo acabado de mear, ella giro su cabeza escupiendo y vomitando sin poder evitarlo, mancho las sabanas y su cuerpo, una imagen realmente asquerosa, se retorció en otro orgasmo, aquello parecía hacer gracia al violador, que entre risas, cogió unas bragas de su madre y comenzó a limpiarla metiéndoselas después la boca.

-Es tarde y me voy a dormir en tu cuarto mientras me corro oliendo tus braguitas sucias, descansa por que mañana te espera un día más duro.

Francisco salió del cuarto cerrando la puerta y apagando la luz, ella se quedo a oscuras, llorando desconsoladamente mientras se retorcía entre dolor y orgasmos hasta caer dormida de puro agotamiento.

En el cuarto de ella, él se encontraba registrando sus cajones, rebuscando para encontrar algo comprometido sin demasiado éxito, acabo por coger unas braguitas que había en el suelo, bebían de ser las que se quito antes de entrar a la bañera esa misma mañana, se las llevo a la nariz olfateándolas mientras su polla se alzaba palpitante, se sentó en la cama y comenzó a pajearse con la prenda en la nariz, bajo las bragas y rodeo su polla comenzando a masturbarse con estas, rápidamente, los gemidos y gruñidos se oían en todo el cuarto, sus venas se marcaron mas y su miembro comenzó a escupir perdigones de semen que limpio con las bragas, después, las tiro al suelo tumbándose en la cama para descansar.

El domingo comenzaba calmado, Francisco despertó a las pocas horas de haberse quedado dormido, se puso en pie estirando su musculoso cuerpo y se agarro la polla, estaba dura, salio del cuarto y fue a donde estaba la chica amordazada y atada, no se oía el vibrador, en mitad de la noche, este se había quedado sin pilas lo que había supuesto un gran descanso para Megara, esta dormía, desato sus brazos y piernas y le quito la braga del bikini sacando de dentro de ella el descomunal aparato, le quito las bragas de la boca, cogió unas esposas y la llevo hasta el baño, el agua seguía allí por lo que mientras esperaba a que se vaciase la bañera, la sentó en la taza del vater para que su cuerpo completamente relajado hiciese sus funciones corporales y no volviese a pasar lo sucedido en el salón, una vez hecho y la bañera vacía, la metió dentro de esta atando sus manos a un hierro que había clavado a la pared por ambos extremos y que usaban para colgar las toallas, una vez la tuvo atada, la soltó, el cuerpo aun dormido de la joven cayo, quedándose colgado de los brazos y el cuerpo medio tumbado, se metió el también en la bañera y cogió la alcachofa de la ducha, abrió el agua caliente y sin esperar a que se calentara lo enchufo contra ella haciéndola despertar con un gritito, entre risas dejo de apuntarla.

-Buenos días, preciosa.

Dijo el mientras se remojaba el cuerpo y colocaba la alcachofa en el enganche para que así les diese a ambos de pleno, ella ya despierta intento ponerse en pie sin resbalarse, al sentir sus manos atadas, tiro sin éxito alguno. Francisco cogió una esponja y vertió sobre esta el gel comenzando después a enjabonar el cuerpo de la chica, paso por su cuello, por sus brazos, axilas, torso, piernas, evitando siempre pechos, trasero y coño, al acabar se enjabono el mismo todo el cuerpo evitando también su polla, le enjabono el asqueroso pelo que presentaba en esos momentos la chica y se vertió jabón en la mano, comenzó a lavarle los pechos jugueteando con sus pezones, bajo la mano a su coño donde comenzó a enjabonarla mientras acariciaba su clítoris, ella gemía a regañadientes con sus caricias, le introdujo dos dedos dentro del coño, lavándoselo no masturbándolo, pero después de la noche que había pasado, cualquier roce la hacia gemir, tenia el coño demasiado sensible, cuando hubo terminado con este, hizo lo mismo en su ano, cogió la alcachofa de la ducha y aclaro su cuerpo entero, echándole jabón en una mano la obligo a masturbarle mientras le enjabonaba el cuerpo, ella con cierto asco lo hizo pensando que se correría en sus manos, pero no lo hizo, con tan solo un par de caricias, la paro aclarándose el miembro.

Metió en la bañera una banqueta que había fuera, de esas que se usan para ducharse sentado cuando eres muy mayor, la obligo a sentarse en esta, perfecto, quedaba todo a ala altura, separo sus piernas y sin aviso previo la penetro hasta el fondo de una estocada, aquello la hizo gemir de una forma un tanto desgarradora, comenzó las fuertes embestidas hasta lo mas profundo de ella y se acerco a los labios besando su boca, introduciéndole la lengua dentro de su boca hasta casi llegar a la garganta, ella no correspondía al beso, únicamente  se dejaba lamer entre sollozos, aquello ocasiono que el parase de besarla y le mordiese el labio inferior hasta causarle sangre al abrirle la herida del día anterior, aquello hizo que Megara emitiese un pequeño grito de dolor, las fuertes embestidas continuaban con ansia. Reprogramo la alcachofa de la ducha girando el borde haciendo que el agua saliese a presión por un solo agujero en vez de por muchos, lo giro apuntando con este al clítoris de ella que la hizo llegar al orgasmo en apenas un roce, al sentir como las paredes vaginales de ella hacían una leve presión alrededor de su miembro se corrió en el interior de ella potentemente, las embestidas fueron cada vez mas lentas mientras ella jadeaba de placer aun con el chorro apuntando a su clítoris, sacó su miembro flácido de ella y limpio su interior con el chorro de la ducha limpiándose también el miembro, cogió una toalla y se secó el cuerpo entero, quedándose desnudo, se acerco a ella y la rodeo con la toalla para secarla mientras la dejaba allí e iba a la habitación a por las cadenas, regresó y la soltó de la pared atándola nuevamente con los grilletes y cadenas y colocando en su cuello la correa, una vez estuvo su cuerpo seco y su pelo únicamente húmedo, la hizo bajar al salón donde la obligo a tumbarse en el sofá boca arriba con las piernas abiertas, mostrando todo su coñito, lo acariciaba como si de un animal se tratase, dándole placer a ella mientras el se excitaba de nuevo notando con cada pasada sus dedos mas húmedos, fue entonces cuando el timbre sonó, el se asustó en un principio, ella vio en ese sonido su salvación, la dejo en el sofá, ella en vez de intentar huir, se quedo pensando que pronto la salvarían de aquel infierno. Con paso lento, Francisco se acerco a la puerta, miro por la mirilla y esbozo una sonrisa, abrió la puerta sin ninguna vergüenza por estar desnudo y hablo con una voz tranquila y apacible.

-Pasa, te estábamos esperando.

CONTINUARA.

[Si queréis leer el ultimo capitulo de el fin de semana de Megara, comentar lo que os a parecido]