Lo que la curiosidad consigue [Parte Final]
El final de el fin de semana de Megara... ¿Desecadenara esto nuevas aventuras?
Por la puerta entro una mujer, mas mayor que Francisco, su cuerpo era de complexión delgada, cabellos rubios, se notaba demasiado el tinte, ojos marrones y labios finos, sus pechos no eran mas grandes que los de Megara, posiblemente fuesen mas pequeños y su trasero era algo mas ancho pero no mas respingón que el de la joven, vestía únicamente un fino vestido blanco bajo el cual se notaba que no llevaba nada mas, tras cerrar la puerta, entraron dentro del salón donde ella continuaba patas arriba con el coño húmedo.
-¿Quién ha entrado? ¿Quién llamaba?- pregunto ella algo asustada tras escuchar las palabras de él.
-Alguien que quiere conocerte.
Hablo él con cierta malicia mientras tiraba de la cadena haciéndola caer al suelo, a cuatro patas ante la mujer que acababa de entrar.
-Así que ¿Esta es la chica que te tiene tan loquito?- habló la voz femenina mientras propinaba una patada a Megara haciéndola caer boca arriba en el suelo con un leve jadeo de dolor- No esta mal, desátala.
-Podría intentar huir- dijo él mientras sacaba la llave y se arrodillaba al lado de Megara para soltar las cadenas.
-No le quites la del cuello, si lo intenta, pégale un tirón- dijo la mujer sin ningún escrúpulo, él asintió y librero del todo a Megara de las cadenas haciéndola ponerse en pie- bien, veamos esa carita.
Por primera vez en todo el fin de semana, Megara abrió los ojos sin nada que la impidiese ver, parpadeo repetidas veces hasta acostumbrarse a la luz, a Francisco no le hacia mucha gracia que le pudiese ver, pero parecía que era ella la que mandaba en todo el asunto, Megara se fijo en la mujer, clavando con odio sus azules ojos en los suyos, entonces se dispuso a girar su rostro para verle a él cuando la mujer agarro su cara evitándolo.
-Ponla a cuatro patas y comienza a encularla, ahora mismo me uno.
Francisco obedeció y tiro de la corre haciendo que la chica cayese postrada ante los pies de la mujer que comenzaba a quitarse el vestido blanco quedando totalmente desnuda, su piel era pálida, tenia los pechos un poco caídos y sus pezones tenían las aureolas bastante grandes y unos pezones duros, su cuerpo era delgado pero con unas caderas anchas, un trasero algo plano pero ancho, su coño mostraba algo de bello oscuro en su monte de Venus, sus piernas estaban tan separadas que mostraban un gran arco, aquella mujer había dado mucho placer a los hombres, estaba claro, por lo que por la cabeza de Megara se le comenzó a pasar que tal vez tuviese delante a una prostituta, sus pensamientos se cortaron al sentir de golpe como la polla de Francisco entraba en su ano obligándola a separar las piernas y quedar completamente a su disposición.
La mujer se sentó delante de ella separando las piernas, agarro del pelo a la chica y hundió su rostro en su coño obligándola a comenzar a lamer. Megara comenzó pasar lentamente la lengua desde su entrada hasta su clítoris lentamente repitiéndolo varias veces antes de comenzar a lamer el clítoris de esta moviendo su lengua rápidamente y succionando alguna que otra vez, era el ultimo día, si obedecía en todo y no ponía resistencia alguna, posiblemente no la hicieran daño antes de marcharse y dejarla allí, sentía los huevos de Francisco chocar contra su clítoris con cada embestida, él agarraba fuerte sus caderas mientras hundía su gran polla en el ano de ella, emitiendo algún que otro gruñido aumentando el ritmo fuertemente, la mujer también parecía disfrutar, se acariciaba los pechos mientras ella lamia su clítoris, emitía algún que otro gemido entre los suspiros de placer, de pronto sintió un sabor algo mas amargo en la boca que el que sintió al lamer su coño en un principio, la mujer gimió como una perra hundiendo mas la cabeza de la joven en su coño, obligándola a lamérselo mas aun, esta había llegado al orgasmo y Megara lamia su corrida con cierto asco.
-Dale la vuelta a esta zorra.
Ordeno la mujer mientras Francisco sacaba su polla del ano de ella, de un fuerte tirón la hizo darse la vuelta, Megara le miró con una mirada que decía ‘’¿Cómo has podido?’’, pero aquello no tuvo efecto alguno sobre el chico que comenzó a masturbarse de pie, mirándola desde arriba, la mujer se colocó encima de ella en la posición del sesenta y nueve y comenzó a lamer el coño de la joven mientras ponía a la altura de su boca el propio, Megara comenzó a lamérselo nuevamente cuando Francisco se arrodillo tras su cabeza y agarro las caderas de la mujer que separo mas las piernas y comenzó a gemir cuando el gran pedazo de carne la atravesó completamente por el coño comenzando unas fuertes embestidas que a diferencia del dolor que causaban en Megara, a la mujer parecía gustarle, gimiendo placenteramente contra el coño de ella, la mujer comenzó a lamer el coño de la chica haciendo que esta suspirara de placer mientras lamia como podía el clítoris de ella sintiendo alguna que otra vez como los huevos de él chocaban contra su rostro, la mujer estiro el brazo cogiendo del suelo la mochila de Francisco sin parar de lamerle el coño a Megara, sacó de esta un vibrador, simple, pero bastante grande y comenzó a introducírselo en la vagina, aquello hizo que Megara gimiese con cierta intensidad placenteramente, los gemidos de ambas chicas, consiguieron que Francisco se corriera dentro del coño de la mujer que gimió placenteramente, varias gotas de semen resbalaron hasta la boca de Megara que se las trago en las numerosas lamidas que estaba propinándole al coño de ella. Francisco se aparto y se sentó en el sofá masturbándose con la visión que tenia de ellas, la mujer, tras un rato de duras embestidas en el coñito de ella sacó el vibrador lamiéndolo y dejándolo a un lado, se aparto de ella y entrelazo sus piernas colocándose en posición de hacer la tijera, comenzando a mover su cadera rozando así ambos coños de una forma placentera, ambas gemían con aquello, por primera vez en todo el fin de semana, estaba sintiendo placer y era a manos de una mujer, Francisco se acariciaba la polla a pocos metros de ellas masturbándose placenteramente, su mano se movía de abajo a arriba a un ritmo bastante rápido mientras gruñía de placer.
La mujer acerco su rostro a los pechos de la chica comenzando a lamerlos mientras movía la cadera algo mas intenso para rozar así ambos clítoris, acabo apartándose y comenzando a meter dos dedos dentro de su coño a la par que le acariciaba el clítoris con la otra mano y lamia sus pechos, coloco su trasero en pompa y de nuevo, Francisco comenzó a penetrarla, esta vez por el ano a una velocidad bastante rápida, lo que ocasiono que la mujer no tardase demasiado en correrse produciendo el mismo efecto en Francisco que lleno su ano de leche espesa y caliente, Megara estaba extasiada con el placer, tanto que comenzó a ver borroso y marearse, Francisco subió al piso de arriba comenzando a recoger todo lo que había traído, vestirse y dejar todo absolutamente como estaba, menos el vibrador de dos puntas que dejo en el salón, la mujer movía mas y mas rápido sus manos hasta que consiguió hacerla estallar en un gran orgasmo que debido a lo débil que estaba, la hizo desmayarse allí mismo. Sin embargo, la mujer continuó lamiendo su coño hasta dejar este completamente limpio.
En la casa se escuchaban gritos, Megara abrió los ojos aturdida y confusa, jadeo al sentir en su interior el vibrador de dos puntas de su madre, miro a todos lados intentando ver donde estaba y en ese momento vio lo peor que podía haber visto en ese fin de semana, allí, tirada en el salón, con el vibrador dentro y su mano agarrándolo, se encontraba ella rodeada por sus padres que gritaban, enfadados, confusos y por el bulto en el pantalón de su padre que trataba de ocultar, algo excitados, no entendían que había pasado, la chica se saco el aparato con prisa de dentro suyo e intento explicarse mientras se tapaba con las manos, alego que la habían violado, les contó todo, pero allí no parecía haber pasado nada, la casa estaba impecable, pero tras varios rastreos, encontraron las bragas de ella manchadas de semen, ahí estaba la prueba de que no se inventaba nada, Francisco fue demandado y la policía intento seguir su rastro para encontrarle, pero tanto él como la mujer, habían desaparecido por completo, pasadas varias semanas, la estabilidad volvió a la casa de Megara… O no del todo, pues parecía haber despertado en su padre una insana fijación por su cuerpo…
FIN
[Es el final de este fin de semana, pero si os ha gustado y quereis más, decirlo y el próximo sera filial ¿Hará su padre algo... O tal vez otro familiar?]