Lo que importa de verdad 3
La historia se enreda
Lo que importa de verdad 3
TOMAS
Salí de la oficina de Sara habiendo pasado de un estado colérico a uno de extrema vergüenza, me acerque a Alba y le toque en el hombro con el dedo.
Yo- Perdona mi horrendo recibimiento, lo siento de verdad estoy muy avergonzado.
Alba- No te preocupes, sé que eres Tomás el exnovio de mi hermana.
Yo- Al verte se me ha venido todo a la memoria y he reaccionado con una falta de respeto inaceptable.
Alba- Me invitas al café y todo arreglado.
Yo- Que te parece si te invito a comer y así me disculpo como es debido.
Alba- me parece muy bien.
Alba se despidió de mi y yo me quede alelado mirando a aquella mujer que era igualita a Silvia, pero a la vez tan diferente, Silvia era fría y distante y sin embargo Alba era cálida y cercana.
La mañana fue pasando, tuve problemas para encajar una de las piezas que había fabricado, me confundí al medir y a la mía le había hecho el agujero más estrecho de lo debido.
Después de comer con Alba pensaba pasarme por el local de mi amigo y quitarle un poco de material para dejar el agujero en su justa medida, la mañana se pasó más rápido de lo que me hubiera imaginado.
Ahí me encontraba yo en el bar cercano a la empresa, donde muchas veces me había quedado a comer, daban muy buena comida a un muy buen precio.
Alba- Siento el retraso, se me ha complicado el papeleo.
Yo- Tranquila.
Alba- ¿Me han comentado que aquí se come muy bien es verdad?
Yo- Sí.
Comimos y mientras nos traían los cafés entramos en materia y fue cuando me disculpe.
Yo- Lo siento de verdad Alba ha sido verte y recordar a Silvia y me ha ardido toda la sangre.
Alba- Me lo imagino, Sabes mi hermana no es tan mala como parece.
Yo- Ya será en otra realidad.
Alba- Mi hermana ha estado a la sombra de mi madre, ella le ha instruido a su imagen y semejanza, aunque no te lo creas la verdadera Silvia se parece mucho a mí en carácter.
Yo- Pues me cuesta mucho creerlo.
Alba- mi hermana tiene dos problemas, el primero que no se ha enamorado de verdad nunca y lo segundo que está buscando el amor en el género incorrecto.
Yo- ¿Me estás diciendo que Silvia es lesbiana?
Alba- Desde muy pequeñita mi hermana miraba a los hombres y a las mujeres de forma diferente, mis padres se dieron cuenta de que aunque a Silvia los hombres no le eran indiferentes, se le iluminaba la mirada cuando veía a una mujer hermosa.
Yo estaba escuchando todo lo que decía Alba atentamente y sin ninguna intención de interrumpir.
Alba- Mi madre fue la primera en verlo e intento corregir lo que para ella estaba mal a su manera, por eso es Silvia como es.
Yo- ¿Y por eso tengo que perdonarla?
Alba- No, pero dale una oportunidad de compensarte y que te demuestre su verdadera personalidad, por eso papa la metió en la empresa para alejarla de la influencia de mi madre.
Alba- Tú les gustaste mucho, lo sé porque me lo dijo, pero no eras el prototipo de hombre al que le había inculcado mi madre.
Yo- ¿Qué tal le ha ido a tu madre en la vida?
Alba- Fatal, esos sementales que tanto le gustaban siempre se aprovechaban de ella y a Silvia le ha pasado lo mismo, creo que ha aprendido la lección.
Yo- ¿Estás segura?
Alba- Eso espero.
Yo- Para mí es imposible perdonarla, por lo menos de momento, espero que lo comprendas.
Alba- Perfectamente, jamás te pediría lo contrario.
La verdad es que Alba me gusto muchísimo más de lo que me gusto su hermana, era una mujer hermosa por fuera, pero por dentro era todavía muchísimo mejor.
Termino la hora de comer, acompañe a Alba hasta su despacho y yo me baje a mi garita a terminar mi trabajo.
Mi corazón me decía que Alba podía ser la correcta, pero esta vez iría con pies de plomo y poco a poco.
NADIA
Hacia poco que había cumplido los dieciocho años, con mi enfermedad no es que salga mucho, pero mis amigas me insistieron y después de hablar con Tomás y mama decidí aceptar, si me empezaba a encontrar mal o algo llamaría a mi hermano para que me viniera a buscar.
Cenamos en un restaurante vegano del que habíamos oído hablar muy bien, la verdad que cene muy a gusto y ver a mis amigas reír y pasárselo bien pues me animo barra querían ir a un garito a bailar un poco, yo no podía tomar alcohol, pero si refrescos así que me apunte la primera.
El sitio era grande con una barra muy larga y una pista de baile bastante grande también, cuando entramos me fije en una mujer que estaba sentada en un taburete en la barra con una botella que me pareció de whisky, se me hacía conocida, pero como estaba oscuro no la veía bien y decidí seguir a lo mío, era la fiesta de mi cumpleaños y lo pasaría lo mejor posible.
Mis amigas ligaron con un grupo de chicos y como no sabían que era lesbiana, tuve que aguantar a esa manada de babosos, pero como mis amigas estaban a gusto pues a joderse que remedio.
En un momento dado me acerqué a la barra a pedir las consumiciones y pude ver a esa mujer de cerca, era Silvia la ex de mi hermano, estaba muy borracha y un tipo intentaba aprovecharse de ella en ese estado, sé que se portó mal con mi hermano, pero no iba a consentir que se aprovecharan de ella.
Yo- ¡Tú, que tal si dejas a esta mujer en paz!
Maromo- Piérdete niña que tú no entiendes de nada, esta mujer va a tener la mejor noche de su vida.
Silvia me miraba con los ojos entrecerrados, meterse media botella de whisky entre pecho y espalda no era moco de pavo y apenas se tenía sujeta a la barra.
No sé por qué, pero Silvia siempre me gusto mucho, era alta tenía un cuerpazo y era muy guapa, siempre envidie a mi hermano hasta que paso lo que paso, pero estaba decidida a ayudarla.
Cogí a Silvia pasando su brazo sobre mis hombros y entonces fue cuando ese hombre me agarro muy fuerte del brazo haciéndome mucho daño.
Maromo- ¿Qué crees que haces mocosa?, ¡esta tía me iba a sacar brillo al sable y tú te estás entrometiendo, lo pagaras!
De repente un brazo apareció por mi espalda impactando en el rostro del maromo haciendo que este cayera sobre una de las mesas, al girarme vi a un hombre grande que la verdad se me hacía conocido, pero no sabía de qué, detrás de él se levantaron otros dos armarios empotrados y miraron severamente al maromo.
Tío- ¡Como vuelvas a poner la mano encima sobre esta mujercita, tendrán que pegarte los dientes con loctite!
Tío- Lo que has crecido mocosa, desde el funeral de Andrés que no te veía.
Entonces lo tuve claro, era Tony el mejor amigo de mi hermano Andrés, yo era muy pequeña y no lo había reconocido, las arrugas y la falta de pelo tampoco ayudaban, pero se mantenía en forma.
Tony- ¿Por fin me has reconocido Nadia?, ya te ha costado.
Yo- Joder Tony, más arrugas y menos pelo no ayudan precisamente.
Tony se descojonó y me dijo que lo mejor seria llevarse a esa mujer a su casa, como no sabía donde vivía le dije a Tony que me la llevaría a mi casa.
Tony- ¿Vas a llevar a una desconocida a tu casa?
Yo- No es una desconocida es la ex de Tomás.
Tony agarro a Silvia como un saco de patatas al hombro y yo me fui a despedir de mis amigas que aunque tristes estaban muy ocupadas con sus nuevas conquistas.
Al llegar a casa hicimos tanto ruido, ya que la borracha de Silvia se iba tropezando con todo que se despertaron tanto mi madre como mi hermano, Tomás al ver a Tony le abrazo y mi madre le dio un beso en la mejilla, el problema vino cuando Tomás vio a Silvia, no dijo nada, pero la mirada que me echo fue para mearme en las bragas.
Tony se despidió prometiendo pasarse otro día con más tiempo y yo lleve a Silvia a la habitación de invitados, la tumbe sobre la cama y después fui a hablar con mi hermano.
Yo- Lo siento Tomás, pero no podía dejarla en este estado.
Tomas- ¡Lo de hermanita, pero entenderás que no me haga ninguna gracia!
Yo- ¿Me perdonas?
Tomas- Siempre.
Tomas se marchó para su habitación y yo empecé a desvestir a Silvia que en ese momento no se enteraba de nada, le quite las botas que llevaba y le baje el pantalón, se había vomitado encima y decidí que lo mejor era ducharla y ponerle un pijama que mi madre me dejo encima de la cama, al bajarle también las bragas me vino un olor de su entrepierna que hizo que me excitara, note un cosquilleo en mi coñito y tuve unas ganas irrefrenables de lanzarme a comerle el coño a Silvia pero me contuve.
Ni era el momento ni eran las mejores circunstancias, después de ducharla y después de ver su precioso cuerpo en todo su esplendor, me puse muy caliente, era la primera mujer que veía desnuda, por lo menos una en la vida real y que pedazo de mujer.
Después de meterla en la cama, me fui corriendo a mi habitación y después de cerrarla con el pestillo por si acaso me masturbe de forma frenética, el orgasmo que alcance fue tan devastador que tuve que morderme la mano para no gritar y despertara a todo el mundo.
No pegue ojo en toda la noche, sabía que era la ex de mi hermano, sabía cuanto daño le había hecho, pero era incapaz de quitármela de la cabeza, entonces me vino una pregunta a la cabeza, me habría enamorado.
A la mañana siguiente, parecía que un autobús me hubiera atropellado y al entrar en la cocina allí se encontraban mi madre y Silvia, por suerte Tomás había salido muy temprano si no habría sido todo muy incómodo, yo me serví mi café con leche y sin azúcar y me senté delante de una Silvia avergonzada incapaz de mirarme hasta que me hablo.
Silvia- Gracias por lo de anoche, tu madre me ha contado lo que paso y te debo una muy gorda.
Yo- No es nada mujer, cualquiera lo habría hecho.
Silvia sonrió, término de desayunar y dijo que tenía que marcharse a su casa y después al trabajo, yo decidí acompañarla a la puerta y entonces sucedió, nos quedamos mirándonos la una a la otra y para cuando nos dimos cuenta sucedió, nuestros labios habían hecho contacto y nos estábamos dando un beso en toda regla.
Al separarnos pensé que Silvia me rechazaría, pero no fue así, me sonrió me dio un beso en la mejilla y me volvió a repetir esa gracia que me sonó a música celestial.
Subí a toda prisa las escaleras haciendo caso omiso a mi doctora y me volví a masturbar de forma frenética como la última vez, con otro orgasmo brutal como recompensa, me duche y me prepare para otra jornada de estudio.
SILVIA
Me sentía como la mayor mierda del mundo, no estaba enamorada de Tomás, pero si hubiera hecho las cosas de otra manera tal vez podríamos haber acabado siendo amigos, pero tuvo que interponerse mi entupido orgullo y estropearlo todo.
Ricardo resultó ser una decepción y lo que más me dolía era que todo lo que mi madre me había inculcado no servía para nada, me había convertido en una persona horrible, esa noche Salí con la intención de ahogarme en litros de alcohol, beber hasta que cayera rendida al suelo.
Termine en un bar al que sabía que años atrás solían frecuentarlo Tomás y su hermano mayor, pedí una botella de Jack Daniel's con la intención de acabármela, cuando ya llevaba una borrachera considerable me empezó a molestar un baboso que lo único que quería era meterse entre mis piernas, no tenía fuerzas para rechazarlo, pero en ese momento llego una chica para defenderme y después de eso lo tengo todo borroso, al despertarme con una resaca como para parar un tren y no reconocer la habitación en donde estaba, me he levantado y al salir por la puerta de la habitación me he encontrado con la madre de Tomás, Lo primero que he pensado es Tierra trágame.
La he acompañado a la cocina.
Madre de Tomás- ¿Quieres un café?
Yo- Uno bien cargado si no te importa.
Madre de Tomás- ¿Ayer te lo pasantes bien verdad?
Yo- La verdad que no me acuerdo de mucho, no sé cómo he llegado aquí.
Madre de Tomás- Te trajo mi hija, el alcohol no arregla problemas suele agrandarlos azme caso.
Me contó como Nadia me trajo del bar después de defenderme de un baboso que quería propasarse conmigo, como me ducho y después me metió en la cama, esa confesión hizo que sintiera una especie de cosquilleo en mi coñito
Sonreí, que diferente era esta mujer a mi madre, tenía motivos suficientes para reprocharme y no lo ha hecho, entonces dentro de mi vergüenza la he visto entrar en la cocina, Nadia la hermana pequeña de Tomás y no he podido evitar ruborizarme, es agradecimiento o de verdad me gusta esta chica.
Yo- Gracias por lo de anoche, tu madre me ha contado lo que paso y te debo una muy gorda.
Yo- No es nada mujer, cualquiera lo habría hecho.
Le sonreí y terminé de desayunar, volví a la habitación de invitados me vestí con la intención de ir a mi casa ducharme y presentarme en mi trabajo, seguro que mi padre estaba preocupado, al salir y volver a despedirme de la madre de Tomás y Nadia enfile hacia la salida.
Nadia me comento que me acompañaría, al abrir la puerta nos quedamos mirándonos la una a la otra y sucedió, nos fuimos acercando poco a poco y terminamos besándonos con mucha pasión, no tenía mucha experiencia, pero el beso que me estaba dando Nadia me estaba gustando de verdad.
Al separarme, no sentí rechazo alguno al contrario lo que sentí fueron más ganas de seguir besando a esa mujer que tan bien se había portado conmigo sin merecerlo, su olor me atraía, le sonreí y le di un beso en la mejilla y pedí un taxi por el móvil, al llegar a casa y meterme en la ducha tenía algo claro.
Lo que sentía por Nadia no era nada parecido a lo que había sentido jamás por nadie, lo único que tenía claro era que me gustaba y me hacía sentir bien, no sabía si ese sentimiento era recíproco, pero si así lo fuese, esta vez intentaría hacer las cosas bien.
Salí de casa rumbo al trabajo con una gran resaca pero con un sentimiento de esperanza mirando al futuro.
Continuará.