Lo que importa de verdad 2
La historia sigue
Lo que importa de verdad 2
SILVIA
Siempre he sido una chica egocéntrica y muy consentida, he salido a imagen y semejanza de mi madre, ella se casó con mi padre porque le consideraba un pelele al que podía manejar a su antojo, él la trataba bien le daba todos los caprichos, mientras ella se follaba todo semental que se cruzaba en su radar.
Mi madre se casó con mi padre por su dinero y este no se dio cuenta por qué estaba locamente enamorado de ella, mientras a mi padre le ponía excusas, se gastaba su dinero en juergas y follando con sementales, pero todo en la vida se acaba y mi padre termino enterándose dejando a mi madre en la calle con una mano delante y otra detrás.
Yo decidí vivir con mi padre por propio interés, es el que tenía el dinero y el que me podría proporcionar la vida que yo quería vivir, estudie la carrera que me permitiría trabajar en su empresa, la verdad que el sector donde se movía mi padre me gustaba y la verdad es que a mi manera le quiero.
En todos estos años han pasado muchos hombres por mi vida, pero he tenido pocas relaciones, todas para aparentar claro, algunos se dieron cuenta de que les estaba engañando y otros estaban tan ciegos que tuve que darles la patada yo.
Lo único que quería de verdad en esta vida y de una forma profunda y sincera era mi hermana gemela Alba, discutíamos mucho porque a ella no le gustaba mi forma de comportarme, pero sé que ella me quería tanto como yo a ella.
El día que conocí a Tomás fue un shock para mí, tenía la personalidad que me gustaba, era seguro de sí mismo, sabía lo que quería y no le daba miedo ir a por ello y sabía cuidarse a sí mismo, lo malo que su físico no acompañaba y además venía de una familia muy pobre.
Pero lo que más me duele es que consiguió de mí lo que nadie había conseguido nunca, yo estaba acostumbrada a que todos vendrían detrás de mí, sin embargo con el era yo la que iba a buscarlo.
Folle con él en lugares que jamás en mi vida pensé que terminaría bajándome las bragas, y lo ice con mucho gusto pues Tomás era muy buen amante, además que Tomás no me exigía nada, me salía a mí dárselo y con mucho gusto, eso era algo que me desconcertaba y me cabreaba además de sentirme humillada.
Los meses que estuvimos juntos tengo que admitir que estuve a gusto a su lado, pero no me enamore de él, también reconozco que me avergonzaba presentárselo a mis amigos, pensarían que, que hacia saliendo con un zarrapastroso como ese, la noche que nos encontramos con mi mejor amiga y su marido, lo intentaron humillar y salieron los dos escaldados, me enfade mucho con Tomás pues me avergonzó delante de mis amigos aunque admito que la contestación que le dio Tomás al marido de mi amigo estuvo muy bien echada.
Todo se empezó a torcer cuando tuve que entrevistarme con un nuevo cliente que quería recurrir a nuestros servicios, cuando lo vi se me cayeron las bragas al suelo, era muy alto y musculado, se le marcaba una buena herramienta en el pantalón además de ser lo que se llama un macho alfa.
Esa misma noche terminamos en la habitación de un hotel follando como descosidos, me exigió el culo y yo se lo di sin pensármelo dos veces, al principio me dolió mucho, teniendo en cuenta que no me preparo el culo y apenas la poca saliva que escupió sobre su polla fue lo único que hubo de lubricante.
Ese hombre solo buscaba su propio placer en ese aspecto era igual que yo, cuando terminamos y me fui a duchar al salir ya no se encontraba en la habitación, ni había tenido la decencia de despedirse y además tuve que pagar yo la habitación.
Cogí un Taxi para volver a casa y por primera vez en mi vida tuve remordimientos, Ricardo que así era como se llamaba el cliente tenía una buena polla, pero no sabía usarla bien, otra diferencia era que cuando estaba con Tomás era yo la que hacia las cosas por propia voluntad y las disfrutaba, con Ricardo al ser un hombre totalmente dominante, se impuso a mí y me deje llevar, pero sentí algo muy distinto a lo que sentía con Tomás.
Tomas vivía con su hermana y su madre y para mis planes era lo mejor, yo no quería irme a vivir con él, de esa forma si surgía podía estar con otros hombres a sus espaldas como ya había sucedido con otras de mis parejas.
Al llegar a casa, y pegarme una ducha sentí la necesidad de llamar a Tomás e invitarle a cenar para compensar lo sucedido esa tarde, tenía sentimiento de culpa no podía ser, la verdad es que con tomas me lo pasaba bien, me hacía reír mucho, fue una buena noche, quiso que hiciéramos el amor, pero le puse una excusa si no se habría enterado de mi escarceo con Ricardo.
Al día siguiente fui con la idea de comportarme con Ricardo igual que con los demás clientes de forma profesional, pero fue verle y volví a mojar las bragas y cuando lo tenía delante se me olvidaba que Tomás existía, poco a poco me fui distanciando de Tomás hasta que llego la fatídica noche que lo cambio todo, nos preparamos para ir a la fiesta, a Tomás se le notaba en el rostro las pocas ganas que tenía de asistir a esa fiesta, pero por la mujer que amaba estaba dispuesto hacer cualquier cosa, de hecho las últimas semanas lo intento todo para arreglarlo, pero yo no estaba por la labor, tenía a Ricardo entre ceja y ceja.
Me había enamorado y sobre el corazón no se manda, al llegar a la fiesta Ricardo se acercó a nosotros, miro a Tomás como si fuera una cucaracha, ya que Ricardo le sacaba más que una cabeza y le dijo.
Ricardo- Me esperaba otra cosa, me pareces demasiado vulgar para ser el novio de Silvia.
Tomas le miro y con una sonrisa le soltó algo que humillo de sobremanera a Ricardo.
Tomas- Ya veo que se te ha olvidado la educación en el establo al lado del pesebre.
Ricardo intentó demostrar su fuerza, pero en eso también perdió ante Tomás, entonces yo le exigí de muy malas formas a Tomás que se disculpara, su ¡no! rotundo me enervo pues veía como más de uno y de dos personas ya se estaban riendo de la situación y hay fue donde amenace a Tomás que se arrepentiría y lloraría.
Llena de rabia cogí a Ricardo y le bajé a la garita de trabajo de Tomás y fue allí donde me rompió el culo mientras yo me encontraba a cuatro patas sobre la silla de Tomás, fue un polvo totalmente decepcionante,
Al terminar, Ricardo soltó una de sus perlitas.
Ricardo- Con todos los cuernos que le has puesto no sé cómo podía entrar aquí sin chocarse con todas las esquinas.
Al principio la salida me hizo gracia, pero enseguida se me corto la risa, no estaba nada satisfecha de cómo me había comportado, pero para mis adentros pensé que Tomás se había pasado y se merecía un castigo.
Al día siguiente al despertarme no me encontraba nada bien conmigo misma, necesitaba la imperiosa necesidad de compensar a tomas y fui decidida a la empresa con la intención de almorzar con él e intentar solucionar las cosas.
Al llegar a su garita no había nada, pareciera como si allí nadie habría trabajado jamás, me fui directa al despacho de mi padre.
Silvia- ¿Dónde está tomas papa?
Padre- Tomás me dio su carta de renuncia anoche y le convencí para trasladarse a la empresa de Sara, allí necesitan de su pericia.
Silvia- ¿Y por qué se ha marchado?
Mi padre no contestó, solo me enseño unas imágenes que para mí eran demasiado familiares, Tomás vio en primera fila mi infidelidad y había decidido dejarme, me entristeció profundamente, más sabiendo que la única culpable era yo, pero mi entupido orgullo se interpuso otra vez.
Silvia- Mejor así, he conocido a un hombre que me llena más que él, no me hace falta para nada.
Mi padre moviendo la cabeza de un lado al otro negando me dijo.
Padre- Isabel eres incapaz de ver que acabas de perder a alguien bueno que te habría hecho muy feliz, es una gran pena.
Puso su mano sobre mi hombro y salió del despacho, yo me senté y empecé a llorar, Ricardo al final resulto ser un jetas que lo único que quería era pegar un braguetazo a mi costa, cuando vio que no lo conseguiría desapareció un día y no volví a verlo.
TOMAS
Ese mismo lunes me presenté en mi nueva empresa, me quedaba un poco más lejos de mi casa, pero como el instituto de Nadia me quedaba de camino, la llevaba y después me iba a mi nuevo trabajo, la verdad es que cuando llegue el primer día me di cuenta de que la mayoría de maquinaria estaba muy obsoleta y sería muy difícil encontrar recambios.
Yo- ¿Sara habéis pensado en renovar la maquinaria?
Sara- Muchas veces, pero con nuestro escaso presupuesto ni nos lo planteamos, ¿puedes hacer algo?
Yo- ya pensaré en algo.
Un conocido tenía un torno de control numérico que funcionaba bien, cuando le pregunte que de donde lo había sacado me dijo que lo gano jugando a cartas, me reí y pensé que por lo menos el contrario no se había jugado a su mujer que había cada desalmado por hay, que daba miedo.
Ice una lista con las piezas imprescindibles que había que cambiar y todas las que no pude conseguir no me quedo otra que crearlas desde cero, que bien me vio ese curso de control numérico que aprendí, todas las tardes después de salir del curro me pasaba por el local del colega e iba haciendo las piezas poco a poco.
Habían pasado seis meses desde que había cortado toda relación con Silvia, no quise saber nada de ella, si se encontraba bien, mal o regular, Antonio se portó casi como un padre conmigo, muchas tardes se pasaba por el local para traer unas cervezas y hacerme compañía.
No volví a tener contacto con el género femenino a excepción del trabajo en todo ese año, me dediqué a mi trabajo y a renovar toda la maquinaria o por lo menos lo más importante.
Todos los hombres andaban detrás de Sara, pobrecitos yo la calé enseguida, Sara era de pescado, ¿y por qué me preguntaréis?, sencillo.
Mi hermana Nadia también era lesbiana, nunca se lo quiso contar a nuestra madre por miedo a su reacción, lo que Nadia no sabía era que mama ya lo sabía hace mucho tiempo, pero me prohibió decírselo, quería que cuando Nadia vería que era el momento fuera ella quien se lo confesara.
Mama apoyaría en todo a Nadia y mi apoyo incondicional también lo tenía, le dije a mama que si no le dábamos un empujoncito no confesaría en la vida.
Una tarde después de salir de la empresa, me encontraba en la barra de un bar que quedaba muy cerca de la empresa cuando se sentó alguien en el taburete de al lado, era Sara.
Yo- ¿Escapando de los moscones?
Sara- ¡Si, no me dejan en paz, en la empresa se comportan bastante, pero fuera de ella!
Yo- ¿Por qué no les dices la verdad?
Sara- ¿Qué verdad?
Yo- Pues que eres lesbiana.
Sara abrió los ojos como platos fue a decirme algo, pero se quedó con la palabra en la boca de la impresión.
Yo- Tranquila me di cuenta a los pocos días, y si lo se es porque mi hermana también es lesbiana.
Sara se relajó y cambio su semblante.
Sara- Tal vez te haga caso y zanje el tema de una vez.
Yo- no tengas miedo, eres una jefa muy válida, eres dura, pero justa y sabes más que nadie del trabajo que se realiza en esta empresa, según me contó Antonio, entrantes a trabajar desde el último peldaño y has subido por tu propio esfuerzo.
Sara me miro sonriente y cambiando de tema me dijo.
Sara- ¿Cómo van las reparaciones?
Yo- Lo más apremiante ya está solucionado.
Sara- ¿podrán rendir más mis trabajadores?
Yo- Si no rinden más no será por culpa de las máquinas te lo aseguro.
Sara terminó su cerveza y después de despedirse de mí, salió del bar con sus característicos andares felinos, no lo hacía para calentar a nadie, pero la verdad que la jefa era guapa de verdad, mala suerte para los hombres en este caso, le di un trago a mi cerveza mientras me reía y casi me atraganto.
Cuando volví a casa vi a mi hermana y a mi madre sentadas en el salón una delante de la otra y mi hermana tenía la cabeza gacha y estaba roja como un tomate, o la había liado en el instituto o se estaba confesando a mi madre, toque la puerta del salón y me hicieron pasar.
Yo- ¿Qué a pasado?
Mi madre me paso unas fotos donde se veía a Nadia besándose con otra chica, le mire a Nadia y le dije.
Yo- Nadia te dije que tendrías que haber sido tú la que se lo contaras a mama antes de se enterara por terceras personas.
Nadia levantó la cabeza y me miro diciéndome.
Nadia- Ya lo sabía, yo muerta de miedo y mama fue la primera en saberlo.
Mi madre se levantó y abrazo a su hija, entonces acerco su boca a su oído y le dijo.
Mama- Hija soy tu madre siempre tendrás mi apoyo y comprensión.
Nadia no pudo aguantar el llanto y se puso a lloras, la abrazamos entre los dos y pareció ir calmándose poco a poco, además en el rostro se le veía que se había quitado un peso muy grande de encima como si hubiera estado sujetando el peso del mundo sobre sus hombros.
La noche paso entre risas y chascarrillos, ya era hora que tendríamos noticias dulces pues de las amargas ya habíamos comido muchas los últimos años, mi hermana se fue a su cuarto a terminar sus deberes y yo salí con mi madre a la terraza, hacia buena temperatura y me apetecía hablar con ella.
Mama- Esta tarde he pasado cerca de donde trabajas ahora y por la cristalera del bar te he visto hablando con una mujer muy guapa.
Me entro la risa y mi madre me miraba como si estuviera loco.
Yo- Mama, era mi jefa y es lesbiana como Nadia, así que rehacer mi vida con ella va a ser misión imposible.
Mi madre también se empezó a reír, nos servimos una copas y seguimos hablando de nuestras cosas, los gastos por los medicamentos de Nadia estaban controlados y parecía que estos le estaban haciendo efecto, todo eran buenas noticias.
A la mañana siguiente al llegar a la empresa, toque la puerta de mi jefa para decirle que las últimas piezas ya estaban acabadas y al no estar bien cerrada la puerta se abrió, en el interior estaba Sara hablando con otra mujer de cabello negro hasta la mitad de la espalda, Sara al advertir mi presencia se le cambió la cara y fue entonces cuando la mujer se dio la vuelta.
Joder era Silvia, no me lo podía creer, me sentía como en la película de Psicosis, mi rostro cambio de uno sonriente a un rojo lleno de ira, cuando fui a decir algo Sara me mando callar tajantemente y se despidió de Silvia amablemente.
Ella también me saludo muy amable y yo contesté por educación, pero lo que más me apetecía era estrangularla, al salir esta del despacho y cerrar la puerta, no me pude contener.
Yo- ¿Qué coño hace esta aquí?
Sara- Te estás equivocando de cabo a rabo.
Yo- Equivocando, ¿me vas a decir que esa no es Silvia verdad?
Sara se empezó a descojonar y entonces me soltó la bomba.
Sara- No es Silvia, su nombre es Alba y es su hermana gemela como te habrás dado cuenta.
Yo me tuve que sentar, se me seco hasta la boca, todo me daba vueltas y no entendía nada.
Yo- ¿Alba?
Sara- Si mastuerzo, su nombre es Alba.
Cuando conseguí reponerme lo primero que pensé es en que tendría que disculparme con esa mujer y lo segundo tendría que estrangular a Antonio por no decirme que tenía dos hijas y encima gemelas.
Continuará.